Conjunto Histórico de Córdoba
ORIGENES Y TRANSFORMACIÓN DE LA CIUDAD
Las raíces de Córdoba, como núcleo de población se remonta al III milenio a.C., aunque la fundación de la ciudad tuvo lugar a mediados del siglo II a.C. por el pretor Claudio Marcelo. Este magistrado romano levantó un campamento militar que, con el paso del tiempo, se convertiría en una de las ciudades más importantes del Imperio Romano.
Córdoba llegó a ser, en un primer momento, la capital de la Hispania Ulterior y posteriormente, la capital de la provincia Bética.
Bajo el mandato de Augusto, llegó a tomar el título de “Colonia Patricia Corduba”, poniendo de manifiesto la prosperidad y prestigio de que ya entonces gozaba. En este periodo se constata la ampliación del recinto amurallado de la ciudad hacia el sur, hasta prácticamente la orilla del Guadalquivir, incrementando su extensión en 31ha, alcanzando una superficie total de 78ha.
Surgieron edificios monumentales que en la actualidad ofrece a sus visitantes una fiel muestra de este primer esplendor. De aquella época nos encontramos con:
- El Puente Romano, que formaba parte de la Vía Augusta y unía ambas orillas del río,
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Durante la etapa alto-imperial se produce la consolidación y transformación de los principales espacios públicos de la ciudad, planificados y concebidos ya en época augustea. Otro de los fenómenos urbanísticos mas importantes que se producen en esta etapa es el crecimiento de la ciudad fuera del recinto amurallado.
Será a lo largo del s. III cuando empiecen a advertirse los primeros síntomas de lo que será la transformación de la ciudad en época bajoimperial y tardoantigua.
Destacan otras edificaciones importantes como son:
- El templo Romano en la calle Capitulares,
- El palacio de Maximiano Hercúleo, del s. IV, cuyos restos se hallaron en Cercadillas, durante los trabajos realizados en la nueva estación de ferrocarriles.
- El Anfiteatro, que fue el tercero más grande de todo el Imperio, ubicado en la antigua facultad de Veterinaria, actual Rectorado de la UCO.
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En el año 572 la ciudad fue conquistada por el rey visigodo Leovigildo. De la ocupación visigoda no quedan apenas testimonios, ya que su dominio duraría poco más de un siglo.
A finales del siglo VII los conflictos civiles y las intrigas políticas hacen que se debilite el poder visigodo lo que facilitaría la entrada de los musulmanes, acontecimiento que tuvo lugar en el año 711, bajo la dependencia del Califato de Damasco. Comienza una nueva etapa de esplendor. Cinco años más tarde, Córdoba se convierte en la capital de al-Ándalus, capitalidad que hasta ese momento recaía en Sevilla.
Fue en el año 756 cuando Abd al-Rahman I logra erigirse con el poder y establece el Emirato independiente de Córdoba. Se inicia el proceso de transformación e islamización de la imagen urbana de la ciudad, adoptando para ello el modelo seguido en las ciudades omeyas orientales, en el cual los dos elementos definitorios de la medina islámica son el Alcázar y la Mezquita Aljama. A partir de este momento, estos edificios, y en particular la Mezquita Aljama se convertirían en el gran emblema de la dinastía omeya andalusí. -
La actual Mezquita-Catedral, tuvo su origen en el año 785, bajo el mandato del emir Abd al-Rahman I. Se inicia su construcción sobre una antigua basílica visigoda, la basílica de San Vicente.
Debido al vertiginoso crecimiento de la población, la Mezquita Aljama tuvo numerosas ampliaciones como veremos a continuación.
Hisham I construye el Alminar, sobre la Mezquita Aljama de Abd al-Rahman I
Abd al-Rahman II hereda el trono en el año 822, y fue él quien ordenó ampliar la Mezquita hacia el sur, incrementando la superficie del oratorio. El proyecto de remodelación urbanística de este emir afectó también al Alcázar y al entorno del río.
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En 929 Abderramán III proclama el Califato de Córdoba. En estos momentos la ciudad había alcanzado unas dimensiones descomunales. Construye su residencia real, a pocos kilómetros del centro de Córdoba, Madinat al-Zahra, trasladando allí su corte. Se produce la ampliación de la Mezquita hacia el norte, como refleja el gráfico adjunto.
En el cenit del esplendor de al-Ándalus, a finales del s. X, Almanzor amplía por última vez la Mezquita, creciendo hacia el este, afectando tanto a la sala de oración como al patio.
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Con la caída del califato, en 1013, los bereberes invaden Madinat al-Zahra, símbolo del esplendor califal. La saquearon y la incendiaron. Aparecen los Reinos de Taifas y Córdoba entra en decadencia.
En 1236, el rey Fernando III de Castilla conquista la ciudad. Se consagra la Mezquita como Catedral, y se construyen 14 parroquias, las llamadas “iglesias fernandinas”.
En 1315 se construye la sinagoga, en estilo mudéjar, dentro del barrio de la judería, muestra significativa de la convivencia entre diferentes culturas.
En 1523 el arquitecto Hernán Ruiz I comienza las obras de la Catedral en el interior de la Mezquita, actuación ordenada por el obispo Alonso Manrique. Finalizan al principio del siglo XVII.
La construcción de la Catedral fue muy polémica ya que suponía la destrucción de un edificio único en la historia. -
La Mezquita-Catedral de Córdoba está considerada como el monumento musulmán mejor conservado de occidente. Sus dimensiones, soluciones constructivas, riqueza decorativa, la convierten en una creación artística reconocida a nivel mundial.
Felipe II, en 1570, ordena construir las Caballerizas Reales junto al Alcázar de los Reyes Cristianos, con el fin de criar buenos equinos para la Casa Real. Nace aquí el caballo de pura raza española. En esta época se construye la Puerta del Puente. Las Caballerizas Reales fueron reconstruidas en época de Carlos III tras sufrir un incendio.
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En el siglo XVII Córdoba se sumerge en una profunda crisis que incide negativamente en el desarrollo de la ciudad.
A finales del s. XVII se construye la Plaza de la Corredera.
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En el siglo XVIII se inicia una importante recuperación, y se interviene en la renovación urbana. No obstante, se llevan a cabo algunas actuaciones desafortunadas, acciones destructivas que continúan durante todo el siglo XIX.
El notable crecimiento del siglo XX hace que surjan nuevos barrios bordeando la ciudad histórica.
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DELIMITACIÓN DEL CONJUNTO HISTÓRICO
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Córdoba posee uno de los cascos antiguos más grandes de Europa
Desde el punto de vista de la trama urbana, el casco histórico de Córdoba está constituido básicamente por dos partes físicamente diferenciadas, herencia del pasado, que se va a perpetuar con el paso de los siglos. Son las siguientes:
- La Villa, que coincide prácticamente con el recinto amurallado romano y con la antigua Medina musulmana, situada al oeste. Comprende tres zonas diferenciadas:
- Restos de la ciudad Romana, al norte. Actual centro comercial
- La Medina andalusí, al sur. Destaca la Mezquita-Catedral
- Barrio de San Basilio, al suroeste, nacido de la expansión cristiana del siglo XIV junto al Alcázar de los Reyes Cristianos
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- La Axerquía o barrio oriental. El mayor impulso lo tuvo en el periodo bajomedieval. Se trata de una zona bastante homogénea por lo que la distinción entre zonas diferenciadas, como sucede en la Villa, es muy difícil. En el momento de la conquista cristiana se procede a su ordenamiento en siete parroquias o collaciones. En el siglo XVI se abren plazas y se ensanchan algunas existentes, pero la estructura urbana no sufre transformación. Sólo destacar la apertura de la Plaza de la Corredera en el Siglo XVII. En el siglo XIX se producen actuaciones urbanísticas drásticas como la demolición de las puertas y la mayor parte de la muralla, la creación de paseos y avenidas y la apertura de nuevas vías hasta configurar definitivamente el cinturón de rondas que rodea al casco histórico.
En la trama urbana, las estrechas e irregulares calles, de herencia medieval, determinan manzanas amorfas dentro de las cuales se ajusta un parcelario cuyo tamaño depende de la tipología que albergue. El parcelario de mayor tamaño corresponde a los conventos, casas palaciegas o edificios públicos y el de menor tamaño a las viviendas cuya tipología responde a la heredada casa-patio.
Los elementos de borde que definen la delimitación del Conjunto Histórico lo forman las vías de comunicación que coinciden con la antigua muralla, lo que en gran medida ha salvaguardado el centro histórico de los ensanches urbanísticos de finales del siglo XIX y principios del XX, que han transcurrido en el perímetro (avenida Conde Vallellano, Paseo de la Victoria, Ronda de los Tejares, Avenida de las Ollerías), creándose así un anillo de espacios libres que protege al Conjunto Histórico de Córdoba.