INTRODUCCION

Para establecer los criterios de actuación en el Suelo No Urbanizable se ha partido de la abundante información -escrita y cartográfica- existente en la documentación del Plan General vigente la cual ha sido completada y actualizada con nuevos análisis y diagnósticos que han incidido en las cuestiones que ahora resultan más relevantes y oportunas (inventario y análisis de parcelaciones y urbanizaciones ilegales, delimitación de unidades ambientales, inventario de impactos ambientales, localización de áreas de oportunidad, etc.) de acuerdo a la actual realidad física del municipio y a la legislación y normativa que ha entrado en vigor con posterioridad a la aprobación de dicho Plan.

Por ello en esta Memoria Justificativa se establecen los criterios de actuación que ahora se ha considerado adecuados para intervenir en el Suelo No Urbanizable desde la perspectiva actual no incluyéndose monografías de información que ya existen en el Plan vigente y que se siguen considerando, a todos los efectos, como documentación integrante del Plan. En todo caso el uso de esta información se ha reflejado, con las actualizaciones y dictámenes necesarios, en el Estudio de Impacto Ambiental el cual también forma parte del Plan General.

 

EL ESPACIO RURAL Y LA CIUDAD DE CÓRDOBA

La realización de las grandes infraestructuras territoriales desarrolladas en España en los últimos años, y especialmente en el caso de Córdoba, en donde han tenido un importante protagonismo territorial ha provocado nuevas y conflictivas situaciones de implantación urbanística en los suelos no urbanizables que exigen adecuados procesos de ordenación capaces de resolver estas nuevas formas de implantación.

Estamos asistiendo en España a un momento en el que sería necesario valorar estos nuevos desarrollos en relación con los grandes elementos infraestructurales del territorio, sobre todo viarios, los cuales generan la implantación dispersa y descentralizada de los nuevos usos y elementos urbanos (residenciales, industriales, turístico-recreativos, etc.) sobre el espacio rural. Este reciente desarrollo postindustrial, caracterizado por la expansión suburbana de las grandes ciudades, implica necesaria y simultáneamente la valoración positiva del medio natural y rural que incluya su protección como patrimonio cultural y paisajístico, escaso e irrepetible, su regeneración y recuperación allí donde ha sido degradado y, en definitiva, su ordenación integral, compatibilizando dicha protección con una correcta implantación de los nuevos usos y superando el concepto residual de la actual legislación urbanística.

Hasta ahora la ordenación del medio rural (o suelo no urbanizable como lo denomina la legislación urbanística) prevista en los instrumentos de planeamiento urbanístico ha sido, en general y salvo algunas excepciones, incapaz de dirigir la complejidad de fenómenos que actualmente se están produciendo en el espacio rural, así como de canalizar adecuadamente la cantidad y variedad de usos y actividades que se vienen demandando en él.

La renuncia del planeamiento urbanístico a profundizar en el conocimiento del suelo rústico, recuperar su identidad como espacio complejo con problemáticas singulares y oportunidades no descubiertas, unida muchas veces a la falta de control urbanístico por parte de las administraciones públicas, ha dejado el camino libre a una implantación indiscriminada e incontrolada de usos y actividades cuyas consecuencias son bien conocidas en el municipio de Córdoba: destrucción del bosque mediterráneo, contaminación de acuíferos, degradación del paisaje, pérdida del suelo productivo de vega, etc.

Por todo ello resulta cada vez más urgente asumir el compromiso urbanístico de ordenar esta demanda superando la concepción residual como suelo no urbano de la legislación vigente y desde el entendimiento de que el espacio rural (el suelo rústico o no urbanizable) no es únicamente un espacio destinado exclusivamente al uso primario o un bien a proteger contra las alteraciones que generan las actividades humanas sino que es también un espacio económico capaz de producir bienes y un ámbito susceptible de acoger ciertas actividades y equipamientos que no son capaces de desarrollarse en el medio urbano, de tal manera que, pueden albergar posibilidades y oportunidades que deben ser adecuadamente canalizadas mediante un uso múltiple y gradual del mismo compatibilizado con la protección y valoración cultural del paisaje natural y rural.

Asimismo, y teniendo en cuenta las carencias que presenta la vigente legislación urbanística en cuanto a la regulación y ordenación del suelo no urbanizable -confirmadas en la reciente Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones- y a la falta de instrumentos de planeamiento previstos en la misma para ello, es necesario que el planeamiento futuro tenga la capacidad de introducir medidas singulares, imaginativas e innovadoras que, respetando la legislación vigente, sirvan para ordenar el medio rural con toda su compleja problemática y su gran potencialidad.

Son precisamente estas cuestiones las que hemos entendido que debían plantearse en el término municipal de Córdoba. Aunque el Plan General vigente incorporó numerosos estudios y análisis respecto al Suelo No Urbanizable (vegetación, paisaje, condiciones constructivas de los terrenos, vulnerabilidad de los acuíferos, capacidad agrícola, fauna, parcelaciones/urbanizaciones, etc.), no obtuvo los resultados perseguidos ni pudo controlar estos complejos procesos de implantación en estos suelos no urbanizables.

En este sentido, la hipótesis de partida que pretendemos desarrollar en este documento es la de justificar la importancia del territorio rural en el futuro de la ciudad de Córdoba mediante una propuesta que signifique la vinculación física de la ciudad a su entorno, acometiendo los futuros crecimientos, construcciones e infraestructuras con un nuevo orden de implantación que respete el paisaje rural y que, como en etapas históricas anteriores, vuelva a enraizar la ciudad en el territorio evitando las rupturas que se han producido en estos últimos años en el medio rural.

 

LA CIUDAD EN LA ESCALA TERRITORIAL: SU RELACION RESPECTO A LAS GRANDES ESPACIOS DE ALTO VALOR AMBIENTAL, PRODUCTIVO Y PAISAJISTICO

La ciudad de Córdoba se sitúa en la zona central de la provincia asentándose en la unidad geográfica que conforma la Vega del Guadalquivir, a ambas márgenes del río, y en contacto con las otras dos grandes unidades que caracterizan este territorio: la Sierra y la Campiña. Asimismo Córdoba ocupa una posición central y privilegiada respecto a los grandes espacios naturales protegidos de la provincia de Córdoba: Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos, parte del cual se sitúa dentro del término municipal, Parque Natural de las Sierras Subbéticas y Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro.

Sus tres principales unidades ambientales de escala territorial están conformadas por la Sierra, la Vega y la Campiña.

 

La SIERRA DE CÓRDOBA es la unidad ambiental que mantiene sus características naturales originales mejor conservadas lo cual queda puesto de manifiesto en el buen estado de conservación de sus encinares y alcornocales (bosques climácicos en la máxima etapa de evolución ecológica), en las formaciones espontáneas de los cursos de agua, en las formaciones de coníferas y frondosas que conforman un típico bosque mediterráneo, por los propios pinares existentes que están bastante naturalizados y que, en cualquier caso, constituyen también áreas arboladas, por el monte bajo y matorrales relativamente evolucionados, en la presencia de dehesas de encina o alcornoque, etc. En definitiva, y aunque existen también algunas áreas degradadas bien por estar deforestadas, bien por la implantación masiva de edificaciones residenciales, el aspecto general de la Sierra de Córdoba es mayoritariamente el de una masa arbolada, natural y significativa no sólo en el término municipal sino en el territorio supramunicipal y regional.

Asimismo la sierra presenta una gran belleza paisajística debido básicamente al relieve de carácter montañoso, el aspecto frondoso que ofrece la vegetación y a su elevación sobre el resto del término municipal lo que le ofrece un potencial de vistas sobre vega y campiña y una gran incidencia visual desde el resto del municipio.

Ahora bien, tales características -ambientales y paisajísticas- le confieren también una gran fragilidad ambiental a este espacio ante las actividades urbanísticas (construcciones residenciales, equipamientos recreativos, etc.) que, desde la ciudad, se vienen demandando en el mismo. La sierra es por ello frágil, sobre todo en el frente visible desde la vega. Por ello debe ser objeto de una zonificación interna que, partiendo de parámetros ambientales y paisajísticos, contribuya a establecer una regulación urbanística que impida el desarrollo de actuaciones irreversibles en las áreas de mayor fragilidad y posibilite solamente usos recreativos puntuales y compatibles con su vocación natural ya que, por desgracia, ha sido invadida en numerosas zonas por desarrollos urbanísticos incontrolados.

 

La VEGA, en su conjunto y exceptuando la ribera del Guadalquivir, es un ecosistema artificial de carácter agrícola y uno de los espacios privilegiados por la naturaleza para la producción agraria por su agua, su clima y sus suelos.

Frente al innegable valor productivo de este espacio agrícola, el valor paisajístico, aún siendo interesante, pierde relevancia a excepción de la ribera del río Guadalquivir que destaca ambiental y paisajísticamente por la presencia del curso de agua y la vegetación de sus márgenes. No obstante la vega también es un espacio frágil por otras circunstancias: porque constituye un elemento territorial significativo y caracterizador del término municipal y de la región, porque su suelo es permeable y, por tanto, fácilmente contaminable por cualquier tipo de vertidos o lixiviados y por estar en interacción con el subálveo del río y, en consecuencia con el agua de éste, y, por último, porque la atmósfera en este valle dispersa mal los contaminantes potenciales del aire que se desplazan linealmente, en uno y otro sentido, a lo largo del valle.

Por ello es necesario limitar y regular la enorme proliferación de usos residenciales, industriales, infraestructurales, etc. que, ante la gran demanda de la ciudad, se están implantando de forma indiscriminada e incontrolada sobre este espacio en el que se está perdiendo el destino agrícola -que es la base de su vocación natural- ante las expectativas de uso urbano o industrial, con los que no puede competir en términos económicos. Ante tal situación, el planeamiento urbanístico debe valorar el espacio de la vega como un recurso natural escaso y de alta calidad productiva agrícola de tal manera que debería propiciarse una nueva forma de entender la relación ciudad-vega, en la que ésta no siga convertida en el "contenedor" donde se depositan los usos no deseados de la ciudad o para los que la ciudad no ha sido capaz de prever su localización e implantación de forma ordenada y en la que dichos usos, cuya demanda no cesa, se implanten al menos sin producir mayores impactos ambientales y paisajísticos, localizados en áreas acotadas y discontinuas, interrumpidas por masas arboladas que contribuyan a su regeneración ambiental y paisajística y vayan modificando positivamente esa imagen de vega desarticulada y degradada que ya presentan numerosas áreas.

 

La CAMPIÑA, como la vega, constituye un espacio antropizado y especializado en la producción agraria coincidiendo con su potencialidad natural aunque sin llegar a la excelente calidad de la vega. Ecológicamente sus valores son escasos y paisajísticamente configura un espacio monótono y repetitivo a excepción de algunos hitos como la estrecha vega del río Guadajoz y algunos promontorios que destacan por su elevada topografía.

No es un espacio contaminable porque sus suelos son impermeables, existiendo sólo este riesgo en la proximidad de los cauces de los cursos de agua que la drenan. Asimismo, atmosféricamente no presenta graves problemas puesto que dispersa mejor que la vega. Por otra parte hay que señalar que aún siendo un paisaje significativo y caracterizador del territorio cordobés, no puede considerarse como un recurso escaso o irrecuperable por lo que, en principio y teniendo en cuenta todas estas características, se trata a priori de la unidad territorial con mayor capacidad de acogida de usos del término municipal.

No obstante no es un espacio demandado para la implantación de usos urbanísticos (residenciales, industriales, recreativos, etc.) lo que se debe, básicamente, a que sus condiciones geomorfológicas constituyen un riesgo para las edificaciones e infraestructuras y a que sus características paisajísticas y de confort climático no lo hacen apetecible para actividades recreativas y residenciales.

En todo caso debe constituir el espacio en el que, desde un punto de vista urbanístico, deben localizarse las actividades más impactantes (industrias molestas, nocivas, peligrosas, infraestructuras técnicas de tratamiento de resíduos, etc.) de tal manera que, desde el Plan se establecen, al menos, las medidas que faciliten la implantación de este tipo de usos que, necesariamente, deben emplazarse en el medio rural y alejados de la ciudad.

Por otra parte, y como se señalaba anteriormente, Córdoba ocupa una posición privilegiada respecto a los grandes espacios naturales protegidos de la provincia: Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos, Parque Natural de las Sierras Subbéticas y Parque Natural de la Sierra de Cardeña y Montoro. A ello hay que añadir su proximidad a la Sierra que lleva su nombre y que alberga, igualmente, grandes valores ambientales y paisajísticos que si bien no ha tenido el reconocimiento como espacio natural protegido por la legislación autonómica sí ha sido catalogado como espacio protegido por el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Córdoba.

Todos estos espacios representan importantes recursos cinegéticos, turísticos y recreativos, etc. que la ciudad, desde su situación privilegiada y su reconocimiento como ciudad turística y cultural, debe aprovechar. Por ello, sin perjuicio de la adopción de otras medidas no urbanísticas y ante la carencia detectada en dichos espacios de instalaciones adecuadas, se potencian desde el Plan General la ejecución de edificaciones turísticas de calidad relacionadas con el medio rural (albergues, alojamientos rurales tipo "villa turística", campamentos de turismo, etc.) donde pueda alojarse el denominado "turismo rural y verde" conformando así una atractiva oferta turístico-recreativa de la que carecen actualmente dichos espacios. Para ello se propone y facilita desde el Plan su localización en áreas adecuadas en las que su implantación sea compatible con la protección de los valores naturales existentes.

 

HACIA UNA ZONIFICACIÓN ACORDE CON LA REALIDAD FÍSICA DEL MUNICIPIO: DELIMITACION DE UNIDADES AMBIENTALES

Como ya se ha señalado anteriormente, en el municipio de Córdoba pueden diferenciarse tres grandes unidades morfoestructurales constituidas por los extensos espacios de la Sierra, la Vega y la Campiña. No obstante es necesario identificar dentro de cada uno de estos espacios las unidades ambientales homogéneas existentes de acuerdo con criterios físicos (paisaje, vegetación, capacidad agrícola, vulnerabilidad de acuíferos, etc.) para establecer una calificación y ordenación urbanísticas acordes con sus características peculiares y su capacidad de acogida de usos.

 

Para ello se ha tenido en cuenta no sólo la información aportada en su día por el Plan vigente sino también los nuevos análisis, estudios, trabajos de campo y de fotointerpretación, etc. que ha sido necesario realizar para acercarnos con mayor profundidad a la realidad física del medio a zonificar. Partiendo de estos datos recientemente obtenidos se han diferenciado las siguientes unidades ambientales cuya caracterización se expone de forma pormenorizada en el Estudio de Impacto Ambiental del Plan General:

 

UNIDADES AMBIENTALES DE LA SIERRA:

  • Cauces y riberas de los ríos Guadiato y Guadamuño
  • Cauces y arroyos de la Sierra
  • Embalse de San Rafael de Navallana y entorno
  • Trassierra-Aguardentera
  • La Parrada-La Dehesilla
  • Las Jaras-Los Arenales
  • El Bañuelo
  • Villalobillos
  • Umbría de Perchas-Alto de la Cabrera-Berlanga
  • Cerro Muriano
  • La Haba
  • Las Morras de Navaldelmoro
  • Los Villares Norte
  • Los Villares Sur
  • Cerro de los Pinos
  • Las Cuevas
  • El Patriarca
  • Armenta Alta
  • Cerro de la Capellanía
  • Cerros Pendolilla-Lobo-Miradero
  • La Torrecilla-Las Ermitas
  • San Cebrián-Carrasquilla-Loma del Cerrajero
  • Santo Domingo-La Viñuela
  • Armenta Baja-La Tierna

 UNIDADES AMBIENTALES DE LA VEGA:

  • Cauces y riberas del Río Guadalquivir
  • Llanura agrícola de la Vega
  • Llanura de la Campiñuela-Montoncillo
  • El Campillo

 UNIDADES AMBIENTALES DE LA CAMPIÑA:

  • Vega del río Guadajoz
  • Zonas altas interiores
  • Zonas medias y bajas

 

CONFLICTOS ENTRE NUEVOS CRECIMIENTOS URBANOS Y ELEMENTOS TERRITORIALES EXISTENTES: CRITERIOS PARA UNA ORDENACIÓN ADECUADA DE LAS ZONAS DE CONTACTO URBANAS Y RURALES

Existen en el entorno de las actuales áreas urbanas y urbanizables una serie de elementos territoriales que, de no tomarse las medidas preventivas adecuadas, podían verse afectados negativamente por los nuevos procesos urbanizadores que se prevean desde las nuevas propuestas de crecimiento urbanístico.

Para evitarlo se ha planteado en este documento una visión globalizadora de estos suelos de borde de ciudad cuyos paisajes urbanos construidos por la intervención humana se reconocen como espacios adecuados para actuar urbanísticamente con nuevos y atractivos proyectos de ordenación que sean capaces de recomponer la rotura de estos tejidos periféricos de la ciudad, partiendo precisamente de la lectura geográfica y urbanística de los elementos físicos e históricos que han estructurado y dado "forma" a estos territorios.

Estos elementos territoriales son actualmente plenamente identificables, pudiendo ser delimitados y cartografiados (caminos, arroyos, áreas de valor arqueológico, histórico o cultural, etc.). Por ello se ha planteado un análisis de dichos elementos con el objeto de identificar todos aquellos que pueden ser susceptibles de verse afectados, de tal manera que, tras su identificación y delimitación, se ha intentado integrar en el diseño de los futuros crecimientos urbanísticos.

Dentro de estos elementos cabe destacar los caminos históricos (Camino de las Almunias, Higuerón, Albaidas, etc.) cuyo recorrido discurre por las periferias urbanas así como las áreas arqueológicas asentadas en las mismas (la Ruzafa, Turruñuelos, etc.) las cuales se han respetado.

Asimismo existen otra serie de elementos territoriales que, desde el trabajo cartográfico y de campo correspondiente, se han analizado para su preservación por considerarse que pueden ser afectados por futuros crecimientos urbanísticos ya que se encuentran en zonas de borde que tienen una clara vocación residencial. De ellos hay que destacar especialmente el Arroyo Pedroche y sus márgenes que constituyen un espacio ribereño de clara aptitud recreativa que es necesario ordenar de forma integrada con el borde del espacio construido. Asimismo cabe destacar la pequeña laguna, de agua no constante, que en épocas de lluvia se forma en la zona colindante al oeste de la urbanización el Tablero y que supone un elemento ambiental singular e histórico ya que hay constancia del mismo desde 1926 según el Plano Topográfico de Córdoba del Instituto Geográfico y Catastral (escala 1:20.000) de dicho año.

 

LA OPORTUNIDAD Y NECESIDAD DE CONSTRUIR UNA RED DE ESPACIOS RECREATIVOS PÚBLICOS LIGADOS AL MEDIO NATURAL

Tras el diagnóstico territorial realizado se ha detectado que existe en el municipio una gran demanda de espacios libres recreativos la cual debería ir acompañada de una adecuada infraestructura territorial que sea capaz de estructurar dicha demanda.

Como afirma A.Mulero en sus trabajos sobre los espacios rurales de ocio de Córdoba, para los cordobeses sus espacios naturales y de ocio tienen una gran trascendencia debido fundamentalmente a causas de índole geográfica (ubicación de Córdoba en las inmediaciones de Sierra Morena, su situación de lejanía respecto al litoral, acusadas temperaturas estivales que se suavizan en la sierra, etc.) y al significado de algunas tadiciones locales como el "perol" cordobés y su papel determinante en los desplazamientos de los ciudadanos a sus espacios serranos predilectos.

Ello ha provocado históricamente una demanda de espacios de ocio que, ante la falta de infraestructuras adecuadas, se ha canalizado de forma espontánea e incontrolada hacia los espacios naturales del entorno. Sólo recientemente con la puesta en marcha de las instalaciones recreativas del Parque Periurbano de los Villares, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente y situado a unos diez kilómetros del núcleo de Córdoba, se ha aliviado la presión ejercida sobre dichos espacios.

A pesar de ello, y tras un primer análisis de campo, se ha observado que existen determinadas zonas que siguen siendo ocupadas de forma espontánea e intensa por la población que busca nuevas localizaciones para estos usos de ocio y recreo. Aunque son numerosas las zonas que suelen tener dicho uso, podemos concretar que las de mayor afluencia son las ligadas a espacios de agua tales como el entorno del Embalse de San Rafael de Navallana, la ribera del río Guadalmellato en las proximidades del Puente Mocho, las riberas próximas a Santa María de Trassierra y la ribera de la zona de los Arenales. Asimismo existen otras zonas ligadas a espacios forestales o adehesados que constituyen áreas preferidas por la población cordobesa.

Dichas zonas se sitúan básicamente en las proximidades de la carretera de subida a Cerro Muriano y en concreto en las zonas situadas en los primeros kilómetros que incluyen las riberas del arroyo Pedroche, los espacios situados entre éste y la carretera y la zona del Castillo Maimón así como la zona situada en torno a la Ermita de Santa María del Pinar, próxima a Cerro Muriano y la situada en torno al Santuario de Linares.

Todas estas zonas, al no tener una planificación adecuada y al no estar dotadas de ninguna infraestructura recreativa, están sufriendo importantes impactos ambientales (destrucción del bosque galería, proliferación de basuras, riesgos de incendios, agolpamiento de vehículos en los bordes de las carreteras, etc.). Únicamente para la zona del entorno del embalse de San Rafael de Navallana, una de las de mayor afluencia, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir elaboró en su momento un Plan de Ordenación Recreativa que contemplaba una ordenación de usos (pesca, baño, navegación, aparcamientos, etc.) si bien no se ha plasmado en actuaciones concretas sobre el territorio.

Todo ello nos ha llevado a plantear una reflexión y propuesta sobre la necesidad de crear una RED PUBLICA DE ESPACIOS RECREATIVOS ligados al medio natural que en principio debe "construirse" previa selección de los espacios que más se utilizan espontáneamente y tienen mayores aptitudes para ello. Tal propuesta debe contener no sólo el diseño formal de dichos espacios, con sus zonas de aparcamiento, accesos, áreas de mesas y cocinas al aire libre, áreas de juegos, etc. sino que además debe contemplar la forma de obtener los terrenos necesarios cuando estos no sean públicos.

Asimismo, en los casos que sea necesario, deben contemplarse simultáneamente los proyectos de regeneración ambiental y paisajística correspondientes desde el entendimiento de que dichas actuaciones deben realizarse desde el concepto de uso recreativo compatible con los valores naturales existentes y, al mismo tiempo, como INTERVENCIÓN POSITIVA EN EL TERRITORIO, REGENERADORA DEL MEDIO FÍSICO Y, EN DEFINITIVA, DEL PAISAJE NATURAL.

En este sentido, una de las zonas con mayores aptitudes para desarrollar un proyecto completo de creación de un área recreativa, que puede suponer la regeneración ambiental y paisajística de una zona degradada, es la localizada entre el arroyo Pedroche y las canteras de Asland. En este espacio se localizan como elementos definidores del paisaje, el propio arroyo con sus riberas, las cuales se han ido degradando con el tiempo siendo necesaria su reforestación, una zona adehesada con gran aptitud para el uso recreativo el cual ya soporta espontáneamente y unas antiguas canteras abandonadas que, debidamente restauradas, pueden convertirse en área de juegos infantiles, zonas deportivas "rústicas", laguna artificial, etc.

Por otra parte el área constituida por el embalse de San Rafael de Navallana, sus riberas y su entorno inmediato, incluida la zona del Puente Mocho, supone una área de excepcionales condiciones recreativas en la que la fuerte presión existente actualmente está reclamando una urgente ordenación territorial que contemple la creación de áreas turístico-recreativas con implantación de camping y alojamientos rurales, dotación de aparcamientos, y servicios, mobiliario para recogida de basuras, ejecución de merenderos y áreas de "perol", creación de pistas/senderos para footing, restaurante, mejoras paisajísticas selectivas, etc.

Estrechamente ligada a tales propuestas debe señalarse la necesidad de aprovechar también las infraestructuras viarias rurales existentes en el término municipal. Efectivamente existe en el municipio una extensa red de caminos rurales y vías pecuarias las cuales tienen gran importancia en la estructuración del espacio rural.

Toda esta red de caminos y vías pecuarias supone un gran potencial para su uso lúdico ya que su carácter de suelo público y el hecho de estar muchas de ellas infrautilizadas, puede ser aprovechada para usos turístico-recreativos "blandos" tales como itinerarios ambientales en espacios naturales, viario de conexión entre espacios de ocio y/o espacios naturales, itinerarios histórico-culturales, circuitos para caballistas o para cicloturismo, etc.

 

LA RESTAURACIÓN DE LAS ZONAS AFECTADAS POR IMPACTOS AMBIENTALES: CONSTRUIR, RECONSTRUIR Y REINVENTAR EL PAISAJE

Además de los impactos producidos por las parcelaciones ilegales (desaparición de la vegetación, degradación del paisaje, desplazamiento de la fauna, contaminación de aguas, etc.), cuyo tratamiento se analiza en otro apartado, se localizan en el término municipal determinadas áreas que han sido degradadas por diversos impactos ambientales: canteras (Sierra de Córdoba), extracciones de arenas y gravas (riberas del Guadalquivir), desaparición de la vegetación del "bosque en galería" (zona del Arenal, arroyos de la Sierra), localización de desguaces de vehículos usados y chatarra (carretera N-432), localización de vertederos (carretera N-432 y en las antiguas canteras de la carretera de Cerro Muriano), etc.

Frente a las habituales prácticas urbanísticas en las que se enumera la existencia de dichos impactos y se proponen un listado de medidas de usos restrictivas y, excepcionalmente, acciones restauradoras que no han pasado de ser meras declaraciones de intenciones, se propone hacer un inventario selectivo de aquellas actuaciones físicas más impactantes en las que sea necesario plantear decidida y prioritariamente una regeneración ambiental adecuada. Una vez seleccionadas las mismas deben diseñarse propuestas que se plasmen en proyectos concretos de CONSTRUCCIÓN Y/O RECONSTRUCCIÓN DEL PAISAJE en los que, con las técnicas actualmente disponibles, se acometan actuaciones de revegetación, rellenos de tierra, creación de pantallas vegetales, camuflaje, tratamiento de color, etc., previamente seleccionadas en función de su urgencia o de la intensidad del impacto provocado.

En tal sentido pueden entenderse como acciones prioritarias la regeneración ambiental de las antiguas canteras de Asland mediante lo que podríamos denominar un "proyecto del relieve" y de los espacios destinados a extracción de arenas en las márgenes del río Guadalquivir que actualmente se encuentren abandonados así como la recuperación del bosque-galería de dicho río en las zonas donde ha desaparecido.

En todo caso una acción efectiva con el objetivo de regenerar ambientalmente los espacios más degradados por actuaciones puntuales y localizadas sólo resultaría posible o realmente viable si previamente se dispone del suelo afectado.

Por ello, y como criterio básico, debe contemplarse en el momento oportuno y de forma selectiva la posibilidad de calificar adecuadamente, mediante modificaciones puntuales del Plan General, dichos espacios como Sistemas Generales de Áreas Libres para posibilitar las acciones regeneradoras futuras.

 

UNA PROPUESTA PARA LA ORDENACIÓN EN POSITIVO DE LA VEGA DEL ARENAL

La zona de vega conocida con el nombre de El Arenal ha sido hasta fechas recientes un espacio de gran singularidad agraria (presencia de huertas, frutales...), histórico-cultural (leyenda sobre la existencia en estas tierras del palacio de Almanzor, existencia de tres puentes califales enterredos, presencia de los molinos de Lope-García y Carbonell...) y paisajística (presencia de huertas, edificaciones tradicionales, bosque-galería en las riberas del Guadalquivir...). Sin embargo, desde la década de los sesenta, empiezan a hacer su aparición en este espacio de transición ciudad-campo una serie de conflictos con la implantación incontrolada de usos urbanos -básicamente industriales- o ligados al fenómeno urbano (extracciones de arenas y gravas, escombreras, grandes infraestructuras viarias, etc.) que ha producido una serie de impactos cuyas consecuencias ambientales han sido muy negativas.

Desde el punto de vista urbanístico, dicho espacio fue clasificado y calificado por el Plan General de Ordenación Urbana de 1986 como Suelo No Urbanizable de Especial Protección Agrícola prohibiéndose toda actividad, edificación o cambio de uso que pudiera suponer una transformación del destino agrario que se pretendía proteger. Sin embargo dicha normativa no ha sido aplicada ni respetada existiendo actualmente un gran número de establecimientos industriales y de actividades extractivas. En este sentido, cabe afirmar que las posibles explicaciones de tal paradoja pueden buscarse en la falta de definición urbanística de estos espacios y en el tratamiento residual que, en esta clase de suelo, ha mantenido tradicionalmente el planeamiento urbanístico.

Por ello se ha reflexionado sobre la necesidad de ordenar este espacio en positivo y desde una doble perspectiva: como espacio degradado por usos que se han implantado desordenadamente y que es necesario regenerar paisajísticamente y como extensión natural de la ciudad para usos lúdicos, deportivos y recreativos.

De este modo se plantea ahora, desde el nuevo Plan, una propuesta que posibilite la reconducción de los procesos que se están desarrollando en la zona y la regeneración ambiental y paisajística de la misma. Para ello entendemos que, no siendo viable actualmente la restitución de dicho espacio a su situación previa a la implantación indiscriminada de los usos industriales, extractivos, etc., cabe, no obstante, la posibilidad de ir desterrando usos inadecuados mediante una ordenación en positivo que pretende desarrollarse partiendo de las siguientes premisas:

A) Regularización de los usos comerciales e industriales con la exigencia de realizar actuaciones medioambientales de regeneración (creación de masas arboladas alrededor de las edificaciones y en los bordes de sus accesos, plantación de masas arboladas en determinadas parcelas que aún se encuentren sin ocupar edificatoriamente, ejecución de sistemas de depuración de aguas residuales adecuados, etc.).

B) Ordenación global de todo el ámbito mediante un Plan Especial que permita la implantación de usos deportivos, lúdicos y recreativos como oferta pública de los sectores colindantes de la ciudad (barrios de Fuensanta, Santuario, Viñuela) y de la ciudad en general compatibilizada con la regeneración ambiental y paisajística de las zonas degradadas mediante actuaciones de recuperación del bosque-galería del río, mejora de los caminos existentes, etc.

En definitiva se trataría de desarrollar, en un entorno rural -muy cualificado paisajísticamente y sometido a una fuerte presión edificatoria-, elementos de ordenación y regularización con pautas diferentes, más completas y más eficaces que los convencionales estándares de usos permitidos y prohibidos, parcela mínima, ocupación, coeficiente de edificabilidad, etc. que tan ineficaces resultados han dado.

 

LOS ASENTAMIENTOS RURALES COMO FORMA DE ASENTAMIENTO TRADICIONAL: VALORACION Y REGULACION URBANÍSTICA DE UN PATRIMONIO ARQUITECTONICO SINGULAR

El territorio cordobés está plagado de buenas arquitecturas de cortijos y de pequeñas agrupaciones de ellos. El cortijo como tipología arquitectónica representa la unidad de producción agraria formada por unas edificaciones agrupadas y las tierras de cultivo agregadas a la explotación. Nacido como unidad residencial y de servicios, suponía una célula autosuficiente que aseguraba su propia vida ruralizada y como tal se organizaba arquitectónicamente para dar cabida a todas las funciones necesarias para ello.

Actualmente, tras los cambios producidos en las relaciones mercantiles y, por otro lado, debido al acercamiento a la ciudad de estos espacios gracias a las nuevas infraestructuras viarias, se ha producido una cierta modificación de sus funciones agrícolas iniciales. Sólo algunos grandes cortijos de la campiña cordobesa se mantienen con sus funciones de residencia y como unidad de producción. Otros sólo se mantienen ya como residencia de la familia dedicada a las labores agrícolas y otros han quedado sólo como lugar de almacenamiento de aperos de labranza y de albergues de ganado.

No obstante, y a pesar de que estas edificaciones rurales (cortijos y cortijadas) conforman un patrimonio arquitectónico y cultural muy singular, el planeamiento urbanístico ha tenido históricamente un "olvido" con respecto a las mismas que es necesario corregir. Para ello se ha comenzado por reconocer en el Plan su existencia como forma tradicional de asentamiento, diferente de los asentamientos urbanos, con necesidades diferentes a aquellos.

Asimismo se propone una regulación de estas edificaciones que sea flexible de tal manera que se posibilite su mantenimiento y permanencia mediante las reformas, rehabilitaciones, renovaciones, etc. necesarias tanto para el mantenimiento de su uso como edificación ligada a la producción primaria como para otros posibles usos alternativos (alojamientos rurales, centros educativos ligados al medio rural, etc.)

El Plan General reconoce los pequeños asentamientos o núcleos rurales existentes como una forma de ocupación del territorio diferente de los asentamientos urbanos estableciendo una regulación de sus condiciones de uso y edificación diferenciada de aquellos.

En los casos de núcleos rurales de cierta entidad se permite la aplicación de un régimen urbanístico flexible que posibilite su escaso desarrollo actual y, sobre todo, su mejora infraestructural ya que carecen muchas veces de los servicios mínimos necesarios. En estos casos el análisis, delimitación y ordenación de estos asentamientos rurales se remite a la formulación de planes especiales específicos los cuales podrán ser redactados por la Gerencia de Urbanismo, sin perjuicio de que mientras no sea aprobado el mismo se les aplique el régimen urbanístico general previsto para los asentamientos rurales. El Plan ha delimitado en principio cinco asentamientos rurales: el asentamiento viejo del Cortijo Alcaide, el Veredón de los Pinos y tres pequeños núcleos rurales de Aguilarejo. No obstante en el futuro aquellos asentamientos que precisen una ordenación pormenorizada podrán solicitar la formulación del correspondiente plan especial.

Dichos planes especiales establecerán las condiciones específicas de edificación para las futuras construcciones y para las existentes. En todo caso se tendrán en cuenta las siguientes condiciones:

  • El plan especial delimitará el ámbito del asentamiento o núcleo rural de forma precisa.
  • Se contemplará la posibilidad de colmatación del núcleo según sus pautas tradicionales.
  • Se contemplará la posibilidad de mejora de las calles existentes, en su caso.
  • Se establecerán normas de volumen, higiénico-sanitarias y estéticas de los edificios.
  • Se podrá prever la ejecución puntual de obras de urbanización mediante proyectos de obras ordinarias.
  • Se establecerá un régimen específico de parcelación y segregación para las futuras construcciones de acuerdo a las características específicas del asentamiento.
  • Sin perjuicio de la necesidad de disponer de los servicios urbanísticos ordinarios, estas agrupaciones de viviendas se adaptarán a las condiciones rurales del emplazamiento preservando su naturaleza y sus características peculiares y estableciendo las medidas de regeneración ambiental necesarias.

 

LAS PARCELACIONES ILEGALES: DIAGNOSTICO Y PROPUESTAS DE INTERVENCION

1.- Análisis y diagnóstico de la situación actual

La parcelación/urbanización ilegal es un fenómeno que tiene un extraordinario dinamismo en el término municipal de Córdoba como demuestran los siguientes datos: el Plan General de Ordenación Urbana de 1986 recogía una relación de 21 parcelaciones urbanísticas en Suelo No Urbanizable; dos años después, el Catálogo de parcelaciones urbanísticas de la provincia de Córdoba, realizado por la Consejería de Obras Públicas y Transportes, identificaba 36. En la actualidad se estima, según los estudios realizados que el número total de parcelaciones/urbanizaciones duplica dicha cifra y que el suelo no urbanizable que se ve afectado por las parcelaciones supone aproximadamente unas 3.255 hectáreas en las que se han ejecutado aproximadamente unas 4.650 viviendas.

Ante la magnitud de este proceso de parcelación ilegal se ha planteado la necesidad metodológica de realizar un inventario y análisis de las parcelaciones/urbanizaciones existentes actualmente en el término municipal con el objeto de, una vez diagnosticada su situación urbanística y ambiental, establecer los mecanismos adecuados de intervención/ordenación en las mismas. En este sentido hay que señalar que se ha pretendido realizar un trabajo práctico y selectivo que ha posibilitado diagnosticar la situación de cada parcelación mediante el inventario de una serie de parámetros que han servido de indicadores para las posteriores decisiones urbanísticas. En concreto se ha realizado una ficha de cada parcelación complementándose la misma con el correspondiente trabajo de campo apoyado con trabajos de fotointepretación. Dicha ficha recoge una amplia información de datos urbanísticos (superficie, densidad, usos, consolidación, servicios y equipamientos), valores culturales, elementos infraestructurales y zonas de dominio público afectados, riesgos geotécnicos existentes así como una valoración sintética del impacto ambiental producido.

A continuación se enumeran las parcelaciones/urbanizaciones identificadas en el término municipal, incluidas las clasificadas como suelo urbano o urbanizable por el Plan vigente, habiendo sido delimitadas las mismas en el correspondiente plano que se adjunta:

1. El Sol (Suelo Urbano)

2. Valenzoneja (Suelo Urbano)

3. Encinares de Alcolea (Suelo Urbanizable)

4. Porrillas. Los Amigos.

5. Las Quemadas Altas

6. Las Quemadas Bajas (zona Sur)

6.1. Las Quemadas Bajas (zona Norte)

7. Las Quemadillas

8. La Campiñuela

9. La Colina (Suelo Urbanizable)

10. Doña Manuela (Suelo Urbanizable)

11. Torreblanca (Suelo Urbanizable)

12. Cerro Muriano (Suelo Urbano)

13. Norte y Perseverancia (Suelo Urbanizable)

14. Huerta de San Luis. Casillas

15. Cortijo del Alcaide

16. El Negrete

17. El Melgarejo

18. La Felipa (Suelo Urbano)

19. El Higuerón Bajo (Suelo Urbano)

20. Castillo de la Albaida

21. Las Jaras (Suelo Urbano y Suelo Urbanizable)

22. El Castillo

23. Casilla del Aire

24. Las Siete Fincas

25. La Torrecilla. La Gitana

26. El Fontanar de Quintos

26.1. El Fontanar de Quintos (zona Este - La Altera)

27. El Jardinito

28. Solana del Pilar

29. Virgen de la Cabeza. Pinar de Torrehoria

30. El Cruce (Suelo Urbano)

31. La Barquera

31.1. La Barquera Norte

32. Santa María de Trassierra (Suelo Urbano)

33. Cortijo Rubio

34. Los Llanos de Arjona (Suelo Urbanizable)

35. Las Cuevas de Artaza (Suelo Urbano)

36. Zona de Castro Picón. Barranco del Puerto

37. El Puerto

38. Santo Domingo (Suelo Urbano)

39. La Gorgoja. El Marroquil

40. El Salado

41. Cañuelo Bajo

42. El Alamillo

42.1. El Alamillo Sur

43. Santa Ana de la Albaida (Suelo Urbano)

44. Cercado de las Pitas

45. Córdoba la Vieja

46. La Gorgoja II

47. Llanos de la Vega

48. La Atalayuela

49. Los Ciruelos

50. El Angel

51. La Ribera Baja

52. Montón de la Tierra

53. Torreblanca II fase (Suelo Urbanizable)

53.1. Ampliación de Torreblanca

54. Las Coralitas

55. Los Girasoles

56. Carretera de Encinarejo km. 4.

57. La Rabada

58. Carretera de Encinarejo km. 4-5

59. Arroyo del Ochavillo

60. Alto paso

61. Rancho Blanco

62. San Cristóbal

63. La Roca y Pino Alto

64. La Caballera (Sur)

65. La Caballera (Norte)

66. La Alberquilla

67. Nueva

68. El Altillo

69. El Cordobés

70. El Bañuelo

71. Ampliación de Alcolea

72. Majaneque Este

73. Finca los Ballesteros

74. El Higuerón Este

75. El Higuerón Oeste

Con un número tan elevado de parcelaciones se puede intuir que la realidad es bastante compleja y que sus características son bien diferentes entre unas y otras puesto que la evolución de cada una de ellas es considerablemente distinta.

Por ello se ha considerado que en este documento más que reseñar con detalle todos y cada uno de los aspectos de dichas parcelaciones (que ya aparecen reflejados en sus correspondientes fichas que se adjuntan como anexo en este documento), lo más idóneo es intentar establecer unas pautas generales de la situación de las parcelaciones urbanísticas en suelo no urbanizable. Para ello se ha considerado oportuno ir reseñando cada uno de los aspectos abordados en el análisis realizado.

En primer lugar cabe hacer una diferenciación de las parcelaciones en dos grandes grupos: las ubicadas en la Sierra de Córdoba y las situadas en la Vega. Como queda demostrado en el estudio son numerosas las divergencias existentes entre los dos grupos, además de las que puedan existir internamente en cada uno de dichos grupos.

La primera diferencia constatada entre ambos grupos es la relativa a los usos principales y complementarios. Si bien el uso principal constatado en ambos grupos es el de segunda residencia, en las parcelaciones existentes en la sierra este uso es prácticamente exclusivo, mientras que en las parcelaciones situadas en el valle aparece como uso complementario la primera residencia, que en ocasiones llega a convertirse en uso principal. Además en algunas ocasiones el uso residencial (primera o segunda) es acompañado por actividades agrarias tradicionales, o incluso por la existencia de naves industriales, talleres, almacenes, etc. Por otro lado hay que reseñar la mayor densidad de vivienda existente en las parcelaciones ubicadas en el valle, que supera la densidad de las parcelaciones de la sierra.

En cuanto a la dotación de servicios urbanísticos en las parcelaciones, son pocas las que no cuentan con suministro de energía eléctrica, e incluso de las que hemos constatado que se encuentran en esta situación, la mayoría se hallan en trámites de instalación por tratarse de procesos parceladores muy recientes.

En lo referente al abastecimiento de agua la variedad es mayor. Casi la mitad de las parcelaciones no cuenta con red de abastecimiento de ningún tipo, utilizando para su abastecimiento pozos individuales; el resto tienen red de abastecimiento, si bien son muy pocos los casos en que el suministro es realizado directamente por la empresa municipal Emacsa, tratándose en la mayoría de los casos de una red que abastece a la parcelación de agua proveniente de un pozo comunitario o depósitos propios, que en muchos casos se ve completada con pozos individuales.

La red de saneamiento constituye uno de los mayores problemas existentes en las parcelaciones objeto del estudio. Son muy escasas las parcelaciones que cuentan con red de saneamiento, y éstas coinciden con áreas situadas junto a zonas urbanas por lo que en algunos casos sólo cuentan con red de saneamiento en el sector que está más próximo a esta zona urbana. La mayoría de las parcelaciones utilizan por tanto pozos ciegos o en el mejor de los casos fosas sépticas, con el consiguiente riesgo de contaminación de acuíferos por las aguas residuales, especialmente en el Valle del Guadalquivir, donde éstos presentan una vulnerabilidad extrema.

La recogida de residuos sólidos no plantea un problema excesivamente grave, y de hecho son numerosas (más del 50%) las parcelaciones que cuentan con contenedores al menos en el camino que da acceso al interior de la urbanización, aunque muy pocas las que cuentan con ellos dentro de la propia parcelación.

La mayor parte carecen de alumbrado público y cuentan con caminos de tierra que generalmente están en mal estado planteando problemas de encharcamiento y en algunos casos dificultando el acceso al tratarse de caminos pedregosos (especialmente en la sierra). Aunque en número muy escaso, también encontramos algunas con el viario asfaltado. En cuanto a otro tipo de infraestructuras, éstas son muy puntuales, como puede ser la existencia de señales de tráfico en algunas parcelaciones o teléfonos públicos en otras. Es destacable la presencia en muchas de ellas de bares e incluso de supermercados. Conviene también resaltar la existencia de un colegio público en la parcelación identificada con el número 58 (Carretera de Encinarejo), que satisface la demanda de plazas escolares de las parcelaciones existentes en la zona oeste del Valle del Guadalquivir, en las cuales ya hemos mencionado que hay una alta proporción de viviendas en primera residencia.

El análisis de los impactos ambientales es otra de las cuestiones que marca la diferencia entre las dos zonas antes reseñadas, es decir, Sierra y Valle. Los impactos que encontramos en una y otra son con frecuencia totalmente diferentes. En el Valle los impactos causados por las parcelaciones suelen ser tres fundamentalmente: la posible vulnerabilidad de los acuíferos por la presencia de numerosos pozos ciegos ante la inexistencia de red de saneamiento, el agotamiento de los acuíferos por la captación indiscriminada de agua y el cambio en el uso y aprovechamiento del suelo, que provoca el abandono y la posterior ocupación por las parcelaciones de tierras de un alto valor agrícola. En la Sierra los impactos generados son más numerosos: los dos primeros reseñados en el valle, pueden afectar igualmente a la sierra, si bien los acuíferos existentes en esta zona tienen menor riesgo de vulnerabilidad que los del valle.

Junto a ellos encontramos otros problemas más acuciantes como la destrucción de la vegetación natural, desmontes, talas indiscriminadas, la apertura de caminos y explanadas para las parcelas, el establecimiento de alambradas en el medio serrano, la edificación sobre vías pecuarias y/o cauces fluviales, el impacto visual de las edificaciones, etc.

Generalmente no plantean afecciones sobre valores culturales, con la excepción hecha de aquellas parcelaciones que quedan enmarcadas dentro del Plan Especial de Protección de Medina Azahara que pueden afectar a algunos de los elementos arqueológicos protegidos por dicho plan.

Las afecciones a zonas de dominio público son muy numerosas, especialmente en lo que se refiere a vías pecuarias y cauces, siendo menor la afección producida a carreteras o ferrocarril. En cuanto a vías pecuarias, el problema existente es la falta de deslinde de éstas que nos impide conocer con exactitud su ubicación; no obstante se puede afirmar que casi la mitad de las parcelaciones están ubicadas en el paso de algunas de estas veredas o bien se hallan tan próximas a ellas que pueden igualmente afectarlas.

Los cauces públicos se ven notablemente afectados por las parcelaciones ilegales, especialmente la gran cantidad de pequeños arroyos que discurren por nuestra sierra y llegan hasta el valle para desembocar en el río Guadalquivir. La mayoría de estos arroyos no son respetados por las parcelaciones que se ubican sobre ellos y sólo en escasas ocasiones son respetados y canalizados. En cuanto a cauces mayores (río Guadalquivir y río Guadiato), el primero no se ve afectado en su zona de dominio público por ninguna parcelación, aunque la zona de policía si se ve invadida por algunas parcelaciones; el segundo se ve seriamente afectado por una parcelación al establecer el vallado desde el camino hasta el cauce del río impide el acceso a la zona de servidumbre.

Las afecciones a carreteras y ferrocarriles son menores de lo que en principio podría pensarse. No se han detectado afecciones a zona de dominio público, aunque al igual que reseñábamos con los cauces, sí encontramos invasión de zonas de afección e incluso de servidumbre, especialmente en carreteras, siendo menores las afecciones en el caso del ferrocarril.

Las infraestructuras técnicas afectadas por parcelaciones son poco significativas, con la excepción de las dos parcelaciones que rodean al aeropuerto de Córdoba, llegando prácticamente al vallado que rodea la pista de aterrizaje.

El siguiente punto del estudio aborda los riesgos naturales a que se ven sometidas las parcelaciones en cuestión (geotécnicos, incendios, inundaciones, vulnerabilidad de acuíferos).

En el apartado denominado riesgos geotécnicos, se han contrastado las condiciones constructivas de los terrenos sobre los que se asientan las parcelaciones estableciendo cinco grupos (muy favorables, favorables, aceptables, desfavorables, muy desfavorables), definidos al considerar conjuntamente una serie de factores litológicos, hidrológicos, geomorfológicos y geotécnicos. Las parcelaciones ubicadas en el Valle del Guadalquivir se hallan todas en terrenos calificados como aceptables y favorables, los primeros corresponden sobre todo a llanuras aluviales, con leves problemas hidrológicos debido a la proximidad del nivel freático, mientras que los segundos son zonas llanas con buena capacidad de carga y casi sin problemas hidrológicos. En la sierra sin embargo, debido a los acusados relieves casi todas las parcelaciones se asientan en terrenos calificados como desfavorables y muy desfavorables, a excepción de alguna pequeña zona con la calificación de aceptable correspondiente a relieves alomados con pendientes suaves.

Para prevenir en la medida de lo posible el riesgo de incendios, el artículo 14 del Decreto 470/1994 sobre Prevención de Incendios Forestales en la Comunidad Autónoma Andaluza, obliga a las construcciones situadas al norte del Canal de Riego del Guadalmellato, a establecer una zona periférica de 15 metros de anchura libre de vegetación y matorral, que de alguna manera pueda actuar como cortafuegos en caso de incendio. Sin embargo, hemos podido constatar que en ninguna de las parcelaciones existe esa franja periférica que las proteja en caso de incendio.

Los riesgos de inundación son importantes en algunas de las parcelaciones, ocasionados por los numerosos arroyos que ya comentamos que cruzaban las mismas, que si bien se trata de pequeños cauces que en algunos momentos se encuentran secos, en períodos de avenidas extremas pueden ocasionar problemas de cierta importancia debido a la inexistencia de encauzamiento. En otros casos, los problemas vienen planteados por la proximidad de ciertas parcelaciones al Guadalquivir y su ubicación por tanto en zona inundable.

Para la vulnerabilidad de acuíferos se establecen cuatro grupos en base a las distintas condiciones de los terrenos, es decir, vulnerabilidad baja (zonas sin acuíferos), media (zonas de recarga), alta (acuíferos por fracturación y fisuración) y muy alta (acuíferos libres aluviales). De este modo, las zonas con más peligrosidad por la mayor vulnerabilidad de acuíferos se corresponden con las zonas próximas al Guadalquivir, mientras que en la sierra, podemos encontrar zonas de baja, media y alta vulnerabilidad.

Las principales afecciones ocasionadas sobre normativas sectoriales hacen referencia a dos planes fundamentalmente: el Plan Especial de Protección del Medio Físico y el Plan Especial de Protección de Medina Azahara.

El primero es afectado por todas las parcelaciones existentes en la sierra, a excepción de las que se encuentran en Suelo Urbano o en Suelo Urbanizable, puesto que toda esa zona esta catalogada como Espacio Forestal de Interés Recreativo Sierra de Córdoba (FR-1). Dentro del espacio protegido por el segundo encontramos siete parcelaciones situadas en la falda de la sierra rodeando el complejo arqueológico (tres al sur, una al norte y tres al este).

 

2.- Propuestas de intervención

El tratamiento de la parcelación urbanística en Suelo No Urbanizable, y en consecuencia, ilegal, resulta extremadamente complejo por las implicaciones sociales, institucionales, económicas, etc. que conlleva. Es un fenómeno además que presenta un extraordinario dinamismo en el término municipal de Córdoba, como ya se ha puesto de manifiesto.

Por ello la intervención sobre dichos procesos es igualmente compleja. La mejor medida contra las parcelaciones urbanísticas ilegales es evidentemente evitar su aparición y su consolidación posterior. Fracasado lo anterior, sólo queda el consenso sobre determinados procesos de reconocimiento discriminado como vía de solución. Ahora bien, actualmente este consenso parecer estar fundamentado en una indefinición del concepto de "legalización". Pueden tenerse en cuenta al respecto las medidas establecidas en el vigente Plan General de Ordenación Urbana de Córdoba. En dicho Plan, se prevén diversos mecanismos para la reconducción de las parcelaciones heredadas de los años 70 y 80. Por otra parte, también podríamos considerar, como una medida de legalización, aplicar contundentemente los mecanismos sancionadores de cada una de las legislaciones vulneradas por las acciones propias del fenómeno parcelador.

Sea cual sea la opción elegida no debe olvidarse que, frente a la postura de quienes pretenden regularizar la situación urbanística de las parcelaciones, se sitúan aquellos que están convencidos de que estos fenómenos deben ser convenientemente sancionados, y sobre todo, de que los costes derivados de la regularización sean asumidos por quienes los ha provocado. En tal sentido cabe señalar que el coste total de la "legalización" de las parcelaciones urbanísticas incluye no sólo las actuaciones urbanísticas, infraestructurales, ambientales, etc. necesarias sino que, previamente a ello, debe desarrollarse una gestión por parte de la administración que requiere recursos económicos y de personal quizás mayores, que los precisados para la gestión de los desarrollos urbanos "legales".

Los procesos de parcelación/urbanización sobre el espacio rural del municipio de Córdoba presentan situaciones urbanísticas muy diversas que requieren asimismo tratamientos diferenciados. En el Avance del documento de Modificación-Adaptación del Plan General de Ordenación Urbana se realizó una primera aproximación al análisis de dichas situaciones proponiéndose una serie de medidas indicativas con el objetivo, entre otros, de provocar por parte de los afectados las sugerencias y alternativas que permitiesen proponer una ordenación adecuada a la realidad existente en cada ámbito. No obstante la respuesta por parte de los afectados, salvo excepciones, no ha sido muy positiva por cuanto solamente se han demandando soluciones a sus problemas infraestructurales y de equipamiento pero sin aportar fórmulas de gestión y financiación por parte de aquellos y sin aportar ni siquiera una mínima información que pudiese ayudar a conocer de forma más exacta la realidad de las mismas (delimitaciones exactas, número de parcelas ocupadas y vacías, tipo de residencia -permanente o temporal-, etc.)

Posteriormente, en el documento de Revisión del Plan General que fue aprobado inicialmente por el Ayuntamiento y expuesto a información pública, se establecieron diversas regulaciones normativas según los distintos casos de parcelaciones diferenciados de acuerdo al análisis y al catálogo realizados. Dicha diferenciación ha consistido básicamente en considerar un grupo de parcelaciones como regularizables manteniendo su condición de suelo no urbanizable y otro grupo como no regularizables distinguiendo en este último grupo dos tipos: las no tolerables y las no regularizables sometidas a medidas de paralización y reconducción.

Durante el período de información pública del documento la respuesta a dichas propuestas se ha centrado básicamente en la demanda por parte de los parcelistas para mejorar la situación dotacional, infraestructural y jurídica de las parcelaciones. No obstante, al margen de dichas peticiones, cabe destacar que en las diversas reuniones técnicas mantenidas tras la información pública del Plan ha existido un especial debate sobre la propuesta de las "parcelaciones regularizables en suelo no urbanizable", suscitado sobre todo al cuestionarse en algunas ocasiones su adecuación a la legislación vigente proponiéndose para tales casos que dichas parcelaciones sean clasificadas como suelo urbanizable no programado.

De acuerdo a ello y tras estudiar nuevamente las distintas posibilidades de actuación se consideró que debían modificarse las propuestas del Plan aprobado inicialmente. Posteriormente, tras un nuevo período de información pública del Plan General en el que se han presentado nuevas alegaciones, se volvieron a reconsiderar la propuesta de tratamiento de algunas parcelaciones y, finalmente, tras la resolución de la Consejera de Obras Públicas y Transportes por la que se aprobó definitivamente el Plan General ha sido necesario reconsiderar también el tratamiento de diversas parcelaciones.

En todo caso se considera que el grado de desarrollo y cumplimiento de las medidas técnicas que finalmente se establecen dependerá en gran parte de la gestión municipal. En caso contrario entendemos que, sin perjuicio del mayor o menor acierto de las propuestas técnicas, éstas no se desarrollarán como ya ocurrió con las propuestas del Plan anterior y, por tanto, no podrá avanzarse en el necesario proceso de reconducción y/o canalización de estos procesos ilegales.

Asimismo, se hace necesario aplicar, simultáneamente, las medidas informativas y disciplinarias correspondientes y, sobre todo, medidas urbanísticas preventivas, que contribuyan a evitar en el futuro estos procesos de parcelación ilegal y para desviar o reconducir la demanda existente del uso residencial en el medio rural. Y para ello hay que buscar nuevas fórmulas y soluciones porque la dimensión del fenómeno y sus consecuencias negativas son de tal alcance que cualquier medida que provoque un cambio positivo en su desarrollo debe ser adoptada.

2.1. Propuestas concretas de actuación

Teniendo en cuenta la legislación urbanística y sectorial vigente, las alegaciones presentadas y el criterio municipal propuesto para el tratamiento de estos ámbitos se proponen las siguientes medidas de ordenación para las parcelaciones:

1.- Clasificar como suelo urbano las parcelaciones que estaban clasificadas así en el Plan General vigente sometiéndolas a las mismas condiciones de ordenación fijadas en dicho Plan General o bien, según los casos, ordenándolas de forma más pormenorizada y adecuada a su realidad actual sin necesidad de remitirlas a planes especiales como se proponía en el Plan vigente. También se ha incluido en esta clase de suelo una pequeña zona de viviendas autoconstruidas existentes junto al núcleo de Alcolea (denominada "Ampliación de Alcolea" en el catálogo de parcelaciones) por reunir las condiciones para ello y estar unidas físicamente a dicho núcleo.

Esta ordenación se aplica a las siguientes parcelaciones: El Sol (1)*, Valenzoneja (2), Cerro Muriano (12), Santa Clara (18), El Higuerón Bajo (19), Las Jaras (21) -parte clasificada como suelo urbano por el Plan de 1986-, El Cruce (30), Sta. María de Trassierra (32), Las Cuevas de Altaza (35), Santo Domingo (38), Santa Ana de la Albaida (43) y Ampliación de Alcolea (71)

(* Los números corresponden a los establecidos para las parcelaciones según el Estudio y Catálago de Parcelaciones que se incluye en el Plan General como Anexo)

2.- Clasificar como suelo urbanizable programado aquellas que se sitúan en las zonas de crecimiento de núcleos urbanos consolidados de tal forma que es necesario ordenarlas en coherencia con dicho crecimiento.

Se clasifican como suelo urbanizable programado las siguientes parcelaciones:

    • Clasificadas por el Plan General de 1986: La Colina (9), Doña Manuela (10), Torreblanca (11 y 53) y Norte y Perseverancia (13).
    • No clasificadas por el Plan General de 1986: El Angel (50), Ampliación de Torreblanca (53.1), Las Coralitas (54), la parte consolidada de Alberquilla (66), Majaneque Este (72), incluyendo sólo la parte más parcelada y la parte más consolidada de Villa San Jurjo. Esta última, aunque no se ha recogido en el Católogo de Parcelaciones por estar parte de la misma clasificada ya como suelo urbano por el Plan de 1986, se sitúa al sur de Cerro Muriano.

Asimismo debe señalarse que hay dos parcelaciones que por tener su plan parcial aprobado se incluyen dentro del régimen del suelo con planeamiento aprobado dentro del suelo urbanizable: Encinares de Alcolea (3) y la parte de Llanos de Arjona (34) de Sta. María de Trassierra que no ha sido urbanizada.

3.- Clasificar como suelo urbanizable no programado aquellas parcelaciones que se sitúan en el entorno de los núcleos urbanos existentes pero sin formar parte de la zona de crecimiento urbano inmediato de los mismos. Con ello se trata de incorporar al modelo urbano propuesto por el Plan aquellos ámbitos que, aunque se han consolidado de forma irregular, se localizan en las futuras zonas de crecimiento de los núcleos urbanos existentes.

Esta propuesta se les aplica a las siguientes parcelaciones: Porrillas (4), Las Quemadas Altas (5), Las Quemadas Bajas Zona Sur (6), Las Quemadas Bajas Zona Norte (6.1), Las Quemadillas (7), Campiñuela Sur (8), Campiñuela Norte (8), Huerta de San Luis-Casillas (14), Cortijo del Alcaide (15), Castillo de la Albaida o Santa Ana de la Albaida (20), El Castillo (22), Fontanar de Quintos (26), La Barquera (31), la Barquera Norte (31.1), Cortijo El Rubio (33), La Gorgoja (39), El Alamillo (42), El Alamillo Sur o El Veredón (42.1), La Ribera Baja (51), Montón de la Tierra (52), Los Girasoles (55), Carretera de Encinarejo Km. 5 (56), La Rabada o Las Latas (57), Carretera de Encinarejo km. 4-5 (58), Arroyo del Ochavillo (59), El Higuerón Oeste (74) y El Higuerón Este (75).

Además de estas parcelaciones se incluyen también en esta propuesta dos zonas industriales que se han consolidado de forma irregular: El Arenal y Santa Marta.

4.- Clasificar como "suelo no urbanizable con parcelación" el resto de parcelaciones existentes las cuales deben ser ordenadas con el objetivo de reconducir su actual situación urbanística y ambiental. Para ello se propone la formulación de un Plan Especial de Mejora del Medio Rural en cada ámbito. Dicho instrumento de planeamiento ajustará la delimitación de cada parcelación de forma más precisa que el Plan General y analizará la problemática particular de cada parcelación, estableciendo las medidas de regeneración ambiental necesarias, las medidas para evitar posibles problemas de salubridad o de riesgo para las personas y las condiciones de edificación más adecuadas, según cada caso. Asimismo el Plan Especial determinará en cada parcelación las actuaciones que hayan de acometerse para el mantenimiento o acondicionamiento de las infraestructuras mínimas necesarias y, en especial, las destinadas a evitar la contaminación procedente de las fosas sépticas y pozos negros.

No obstante la ejecución de cualquiera de las actuaciones permitidas, estará condicionada a que las mismas no afecten a zonas de dominio público y al cumplimiento de la legislación sectorial vigente.

Las parcelaciones a las que se aplica este régimen urbanístico son las siguientes: El Negrete (16), El Melgarejo (17), Casilla del Aire (23), Las Siete Fincas (24) en su parte más consolidada, La Torrecilla-La Gitana (25), El Jardinito (27), Las Solanas del Pilar (28), Virgen de la Cabeza o Pinar de Torrehoria (29).

Estos ámbitos quedan identificados en los planos de ordenación como SNU-PR.

Por otra parte hay que señalar que dentro de esta propuesta de ordenación se ha diferenciado un grupo de parcelaciones identificadas en los planos de ordenación como SNU-P en las que, debido a su especial situación urbanística y ambiental, se condiciona la formulación de los Planes Especiales de Mejora del Medio Rural previstos a las siguientes medidas:

      • Parcelaciones que se localizan dentro del ámbito del Plan Especial de Protección de Medina Azahara: Cercado de las Pitas (44), Córdoba la Vieja (45), La Gorgoja II (46) y Nueva o Dehesilla del Hornillo (67). En estos casos la formulación y aprobación de los Planes Especiales de Mejora del Medio Rural previstos estarán condicionados a un informe previo emitido por la Consejería de Cultura en relación con la posible afección al patrimonio histórico protegido por el Plan Especial de Protección de Medina Azahara.
      • Parcelaciones que se localizan dentro del Area de Cautela del Aeropuerto: La Altea (26.1). En estos casos la formulación y aprobación del Plan Especials de Mejora del Medio Rural previsto estará condicionado a un informe previo emitido por el organismo competente en relación con la posible afección sobre el futuro desarrollo del Plan Director del Aeropuerto en el Area de Cautela previsto en el mismo.
      • Parcelaciones que se sitúan en zonas con posibles riesgos de inundación: La Altea (26.1), El Cañuelo Bajo (41), Pilar o Llanos de la Vega (47) y La Atalayuela (48). En estos casos la formulación y aprobación de los Planes Especiales de Mejora del Medio Rural previstos estarán condicionados a un informe previo emitido por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir sobre la existencia o inexistencia de riesgos de inundación.

 

5.- Clasificar como "suelo no urbanizable de especial protección" aquellas parcelaciones o parte de ellas escasamente desarrolladas o consolidadas y que se encuentran en zonas de alto valor ambiental o agrícola en las que predominan dichos valores sobre las áreas ocupadas por los procesos de parcelación/urbanización.

Estos ámbitos quedarán sometidos al régimen urbanístico previsto para los suelos de especial protección en los que se integran calificándose las edificaciones ilegales existentes dentro de estos como "edificios fuera de ordenación" en las que no se permitirá reforma o mejora alguna ni dotación de servicios.

Se incluyen en esta clasificación las siguientes parcelaciones:

Zona de la Sierra: la parte no consolidada de Las Siete Fincas (24), de El Jardinito (27) y de Virgen de la Cabeza o Pinar de Torrehoria (29), Castro Picón o Barranco del Puerto (36), El Puerto (37), El Salado (40), Alto Paso (60), Rancho Blanco (61), San Cristóbal (62), Las Rocas y Pino Alto (63), La Caballera Sur (64), La Caballera Norte (65), parte no consolidada de La Alberquilla (66), El Altillo o Rosal de Tres Palacios (68), El Cordobés (69), El Bañuelo (70) y Finca Los Ballesteros (73).

Zona de la Vega: Los Ciruelos (49) y la parte no consolidada de Majaneque Este (72).

 

2.2. Justificación de las propuestas de clasificación urbanística de las parcelaciones

Al objeto de no entrar en posibles contradicciones con la legislación urbanística vigente se han clasificado como suelo urbano solamente aquellas parcelaciones que ya estaban clasificadas como tales por el Plan General vigente. En cuanto a la clasificación de suelo urbanizable ésta se ha propuesto sólo para aquellas parcelaciones que se sitúan en zonas de crecimiento urbanístico de los núcleos urbanos existentes aplicándose, no obstante con un carácter restrictivo de acuerdo a los motivos que se exponen a continuación.

Se considera que la clasificación como suelo urbanizable para los ámbitos afectados por parcelaciones urbanísticas no resulta muy adecuada, por una parte porque la experiencia ha demostrado suficientemente que los propietarios de suelo o de construcciones de estos ámbitos se suelen oponer a medidas urbanísticas que implican complejos procesos de ordenación y gestión de casi imposible solución desde una situación como la que heredan este tipo de ámbitos territoriales, y de otra parte porque la clasificación de un suelo como urbanizable, sobre todo el programado, implica procesos urbanísticos de carácter legal que no son útiles para el tipo de soluciones que debemos adoptar (standares de planeamiento, cálculo de aprovechamiento tipo único para el suelo urbanizable, proyectos de compensación con construcciones existentes...).

No olvidemos, que en el caso del suelo urbanizable programado la vigente legislación urbanística dispone que todas las zonas clasificadas como tales y los sistemas generales adscritos a esta clase de suelo deberán quedar incluidos en un área de reparto por cada cuatrienio, para la que el Plan debe calcular el aprovechamiento tipo y el aprovechamiento susceptible de apropiación por parte de los propietarios.

Ello supone, además de complejos procesos de tramitación y gestión, la posibilidad de que algunos de los ámbitos de las parcelaciones clasificadas como suelo urbanizable, a pesar de haberse implantado ilegalmente, pudieran tener un aprovechamiento real inferior al susceptible de apropiación por lo que sus propietarios tendrían que ser "compensados" en los términos dispuestos por la legislación urbanística (mediante una disminución de la carga de urbanización, haciendo efectivo su aprovechamiento en otros suelos en situación inversa o mediante el abono en metálico de su valor urbanístico). Tal circunstancia provocaría agravios comparativos con propietarios de suelos reglados y situaciones muy conflictivas que podrían hacer inviable el desarrollo de los suelos urbanizables o por otra parte podría distorsionar todo el cálculo del aprovechamiento tipo del suelo urbanizable del Plan General.

En el caso del suelo urbanizable no programado se requiere para su desarrollo diversos procesos de tramitación (Programa de Actuación Urbanística, Plan Parcial, etc.) además de requerirse también la delimitación de área de reparto, en este caso ya no únicas para todo el suelo urbanizable no programado sino individualizada para cada ámbito de no programado y procesos de gestión complejos que dificultarían la regularización de estos ámbitos si bien, para determinados casos, se plantea como una alternativa al menos más viable que la clasificación como suelo urbanizable programado, aunque conceptualmente resulta incoherente darle la clasificación de suelo urbanizable no programado, es decir de futuro, a algo ya existente.

Asimismo se ha considerado que en el modelo de ciudad que propone el Plan General no deberían incluirse estos ámbitos ya que los mismos han surgido de forma ilegal y no forman parte de las posibles zonas de crecimiento futuro de los núcleos urbanos ya existentes. No obstante, de acuerdo a las determinaciones de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, se han clasificado como suelo urbanizable no programado la mayor parte de las parcelaciones que, de acuerdo a su situación urbanística y ambiental, se consideraban regularizables.

No obstante se considera que la anterior del Plan General de clasificar dichas parcelaciones como suelo no urbanizable constituía una opción que permitía acometer medidas de reconducción y ordenación de estos procesos sin otorgar derechos urbanísticos a sus propietarios y sin implicar obligaciones "legales" para el Ayuntamiento en cuanto a la posible dotación de infraestructuras, equipamientos, etc. sin perjuicio de que se pudieran prever las mismas o que en el futuro se hubieran llevado adelante modificaciones de elementos del Plan General si el Ayuntamiento considera la necesidad y oportunidad de otorgarles una clasificación urbanística distinta.

En este caso se planteaba que los costes del desarrollo de las posibles medidas de reconducción y ordenación deberían ser asumidos en todo caso por los titulares del suelo sin perjuicio de la posibilidad del establecimiento de ayudas públicas, procedimientos flexibles en la tramitación y disposición de medidas adecuadas a las rentas de los propietarios para los plazos de ejecución de las obras. La finalidad sería conseguir una adaptación a la legalidad que minimice los impactos ambientales existentes y que produzca un "aterrizaje blando" del proceso de regularización hasta su culminación total evitando los presumibles rechazos a los costos de la inversión.

No obstante, parece entenderse que tal propuesta no sería viable mediante una aplicación mecánica de los criterios de la legislación urbanística vigente por cuanto ésta identifica, de forma inflexible, el núcleo de población con el suelo urbano, olvidando la gran diversidad de tipologías de núcleos de población existentes en la realidad del territorio que no han de considerarse, necesariamente, como suelo urbano. No obstante, se puede asegurar que actualmente existe el camino de su interpretación en el sentido de romper la identificación entre núcleo de población y suelo urbano, admitiéndose claramente diversas alternativas de ordenación, amparadas en la clasificación urbanística del suelo no urbanizable, para esa gran variedad de tipologías de asentamientos existentes en el territorio.

Tal interpretación se apoya en diversas determinaciones de la propia legislación urbanística (artº 16.2 del Texto Refundido de la Ley sobre Régimen del Suelo y Ordenación Urbana y artº 90 del Reglamento de Planeamiento) de las que cabe deducirse que además de los núcleos urbanos, la legislación reconoce la existencia de otros, que han de clasificarse y que se reconocen como suelo no urbanizable.

Esta interpretación fue emprendida primero por documentos de planeamiento urbanístico general aprobados en su día conforme la legislación urbanística vigente (Normas Regionales del Medio Rural de Asturias, Planes Generales de Ordenación Urbana de Gijón y de Elche, etc.) y seguida posteriormente por otros muchos planes municipales de todo el Estado y también de Andalucía, etc. Este tipo de interpretaciones incluso han sido contempladas en estudios impulsados y publicados por la propia Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Consejería de Obras Públicas y Transportes tales como el estudio de las "Entidades Menores de Población de Andalucía" -1991- o las propias "Normas Subsidiarias de Planeamiento Municipal y Complementarias en Suelo No Urbanizable de la Provincia de Córdoba -1993-" en las cuales se propone que el planeamiento municipal estudie pormenorizadamente las agrupaciones de población que se encuentren en situación de fuera de ordenación y se incluyan en alguno de los siguientes grupos:

a) Conjuntos que puedan adquirir la calificación de núcleo urbano, en cuyo caso deberán ser objeto de la consiguiente ordenación urbanística.

b) Conjuntos que deban ser calificados definitivamente como fuera de ordenación, aplicándoseles con todo su rigor lo prevenido en la legislación urbanística vigente para este tipo de situaciones.

c) Conjuntos que, al no estar incluidos en ninguno de los dos grupos anteriores, deban ser objeto de una regulación específica dentro del suelo no urbanizable. Dicha regulación incluirá tanto unas condiciones particulares de implantación y edificación como las pertinentes medidas correctoras que atenúen su impacto ambiental.

Asimismo en los más recientes estudios realizados por especialistas en la materia ("Estudio sobre el urbanismo y la protección de los recursos naturales" de Gerardo Roger Fernández, publicado por la Dirección General de la Vivienda, la Fernández Arquitectura y el Urbanismo del Ministerio de Fomento -1996-) se alude a la necesidad de "superar las rigideces fundamentalistas que la legislación urbanística actual establece entre el Urbano-Urbanizable y el No Urbanizable" y de reconocer la existencia de "espacios rur-urbanos", intermedios entre ambas categorías proponiéndose diversas medidas para el tratamiento y ordenación de las construcciones e instalaciones en el suelo no urbanizable.

Como ejemplo extremo de estas interpretaciones cabría citar las propuestas que en su día hizo el Plan General de Elche el cual, para reconducir procesos de parcelación/urbanización ilegal, probablemente semejantes a los existentes en el municipio de Córdoba, admitió la clasificación en el suelo no urbanizable de urbanizaciones ilegales y utilizó la figura de los Planes Especiales de Mejora del Medio , existentes en nuestra legislación, para el tratamiento de dichas urbanizaciones, con un contenido idéntico o similar al de un Plan Parcial excepto una menor exigencia en cuanto a cesiones y obras de urbanización.

En cualquier caso, y posiblemente sin la necesidad de llegar a tales extremos, estas interpretaciones deben valorarse como una alternativa más para acometer la compleja reconducción de estos procesos ilegales, debiendo recordarse que la propia Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo señaló en el documento antes citado ("Entidades Menores de Población de Andalucía") que este camino "no ha encontrado hasta ahora ningún escollo importante en cuanto a recursos o contenciosos administrativos por lo que se considera que ofrece la suficiente seguridad jurídica como para continuar aplicándose y adoptarse por la Administración autonómica sin apenas riesgos".

Si bien en dichos documentos, tal camino, se propone básicamente para la ordenación de núcleos y asentamientos rurales, se considera que, también es viable, siguiendo el camino ya iniciado por algunos planes generales, utilizar el mismo para la reconducción de los citados procesos de implantación residencial ilegal desde una nueva visión del suelo no urbanizable no residual y más completa y eficaz que los rígidos y anacrónicos modelos convencionales que son incapaces de reconocer situaciones atípicas residenciales en el medio rural que es necesario canalizar adecuadamente, mediante una ordenada implantación. En todo caso, nada impide tampoco que tales implantaciones puedan y deban entenderse como asentamientos dispersos, no tradicionales sino contemporáneos, y no como núcleos de población, entendidos estos como suelo urbano desde el concepto de la legislación urbanística, excepto cuando hayan alcanzado tal grado de consolidación y de implantación de infraestructuras que se hayan convertido de hecho en suelo urbano.

 

ADECUACIÓN DEL PLAN GENERAL DE ORDENACIÓN URBANA AL PLANEAMIENTO DE RANGO SUPRAMUNICIPAL Y A LA LEGISLACIÓN SECTORIAL APLICABLE AL MEDIO FÍSICO

La diversa legislación sectorial y normativa supramunicipal con incidencia en el medio físico que ha ido entrando en vigor tras la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana hace necesaria una adecuación del mismo a las determinaciones de dicha legislación.

En particular resulta absolutamente necesario analizar cómo ha de adecuarse el Plan General al Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Córdoba teniendo en cuenta que ambos documentos se aprobaron definitivamente de forma casi simultánea (el PEPMF se aprobó con fecha 7-7-86 y el PGOU con fecha 1-8-86) de tal manera que, aunque el PEPMF se aprobó antes, el PGOU no pudo adaptarse adecuadamente al mismo.

1. EL PLAN ESPECIAL DE PROTECCIÓN DEL MEDIO FÍSICO DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

La calidad ambiental y paisajística que presenta gran parte del territorio de Córdoba ha supuesto que los instrumentos legales que han entrando en vigor en nuestra Comunidad Autónoma con el objetivo de proteger y conservar los valores naturales más singulares, hayan recogido en sus respectivos catálogos varios espacios del municipio quedando incluidos los mismos en distintas categorías de protección.

En concreto el Plan Especial de Protección del Medio Físico (PEPMF) de la Provincia de Córdoba cataloga y protege en el municipio de Córdoba los siguientes espacios:

- PROTECCIÓN ESPECIAL INTEGRAL

Yacimientos de Interés Científico:

    • YC-5 "Cerro de los Pradillos"
    • YC-6 "Vereda Pecuaria"
    • YC-7 "Cerro de las Ermitas"
    • YC-8 "Estribo del viaducto del F.C. Córdoba-Peñarroya sobre el Arroyo Pedroche"

 - PROTECCIÓN ESPECIAL COMPATIBLE

    • Complejos Serranos de Interés Ambiental: CS-20 "Cuenca del Guadalmellato"
    • Espacios Forestales de Interés Recreativo: FR-1 "Sierra de Córdoba"
    • Complejos Ribereños de Interés Ambiental: RA-4 "Arroyo Bejarano y del Molino"
    • Zonas Húmedas Transformadas: HT-2 "Salinas de Duernas"

Todos estos espacios, al ser catalogados y protegidos por el PEPMF, están siendo objeto del reconocimiento de los importantes valores naturales que albergan y para cuya descripción pormenorizada nos remitimos al Estudio de Impacto Ambietnal y al propio PEPMF. No obstante, tras un análisis de los espacios protegidos por dicho documento y de los límites establecidos en el mismo, y teniendo en cuenta lo dispuesto en la Normas 4.5 y 4.6 del propio PEPMF, se ha considerado necesario corregir los límites de dos espacios: CS-20 "Cuenca del Guadalmellato" y FR-1 "Sierra de Córdoba", en los que se han ajustado sus límites a la realidad existente.

Ahora bien, para estos espacios (CS-20 y FR-1), que son los de mayor extensión dentro del municipio, no se plantea un mero ajuste de sus límites a la realidad física sino que, además de ello, se propone una diferenciación interna que viene provocada por la zonificación establecida en el Estudio de Impacto Ambiental de acuerdo al análisis y diagnóstico del medio físico realizados (paisaje, vegetación, análisis de las parcelaciones/urbanizaciones, etc.) así como por la obligada adaptación a la legislación sectorial vigente y, especialmente, a la Ley 2/1989, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales de Andalucía en el que se incluyen dos espacios localizados en el espacio FR-1 (Sierra de Córdoba) y en la que se dispone, entre otras cosas, que "las determinaciones de los Planes Especiales de Protección del Medio Físico de cada una de las provincias de Andalucía, tendrán, en todo caso, carácter supletorio de las disposiciones específicas de protección de los espacios naturales incluidos en el presente inventario". (Artº 15.5)

En cuanto al espacio CS-20 "Cuenca del Guadalmellato" se plantea, en principio, una delimitación que se fundamente en las características físicas existentes realmente, con su diferenciación paisajística, forestal, etc. y sus aptitudes y vocaciones (recreativas, forestales, de defensa contra la erosión, etc.) Ello implica un aumento de la zona protegida en la parte sur donde hay zonas que no protegió en su día el PEPMF y en la parte situada al norte del embalse así como una zonificación ambiental y urbanística acorde con dichas características. Consecuentemente se establece una regulación normativa acorde con dicha zonificación.

El espacio FR-1 "Sierra de Córdoba" es un espacio muy extenso en cuyo interior se diferencian diversas zonas y ámbitos con características muy diversas (zonas de monte mediterráneo en estado natural, zonas de repoblación, riberas de gran interés ambiental, zonas de matorral y monte bajo, zonas de olivar abandonado, parcelaciones y urbanizaciones (legales e ilegales), equipamientos deportivos (campo de golf) y recreativos (Parque Periurbano de Los Villares), núcleos urbanos (Santa María de Trassierra), etc.

Ello hace necesaria una zonificación de dicho espacio y una regulación normativa pormenorizada para cada zona que subsane la actual generalización normativa que el PEPMF y el PGOU vigente establecieron en su día sin analizar, con la suficiente profundidad, dicho espacio.

Asimismo es un espacio en el que la delimitación establecida presenta, en algunas zonas, bastantes contradicciones y difícil interpretación. Tras un análisis de los mismos se ha detectado que existen contradicciones entre los límites establecidos y la realidad existente y entre los límites de los planos y los límites establecidos de forma escrita en la ficha correspondiente. Algunas se deben a que en los planos no se han grafiado adecuadamente las zonas clasificadas como suelo urbano o urbanizable por el PGOU vigente las cuales quedan fuera del ámbito protegido según establece el propio PEPMF. En otros casos, las expresiones utilizadas para delimitar el espacio hacen muy difícil su trazado a otras escalas más adecuadas que la utilizada (1:50.000). También se producen contradicciones en los límites establecidos de forma escrita ya que para algunas zonas clasificadas como suelo urbano y/o urbanizable se hace una descripción del límite siguiendo determinados elementos del territorio (caminos) y, sin embargo, en otro apartado se establece que queda excluido de la protección cualquier otro suelo clasificado como urbano o urbanizable por el PGOU (zona al norte de la urbanización El Patriarca) no coincidiendo ambos límites en dichas zonas.

Por otra parte, en unos casos se incluyen dentro del espacio protegido zonas que no presentan las características ni valores propias para ser protegidas (zona sur del espacio situada entre el canal de riego y el límite real de la sierra junto a la urbanización El Patriarca) y, otras veces, no se integran zonas que sí son merecedoras de dicha protección (zona de Cerro Muriano situada fuera de los equipamientos militares y de las zonas urbanas y urbanizables).

Finalmente hay que señalar que hay espacios situados en los bordes de la zona del Brillante, Cerro Muriano y Santa María de Trassierra que el Plan ha clasificado como suelo urbanizable por tratarse de zonas de borde que se van deteriorando y es necesario integrar en la ordenación reglada de los núcleos urbanos para evitar una mayor degradación ambiental. En estos casos se podrían considerar tales actuaciones como "pequeñas alteraciones en los límites" que prevé el propio Plan Especial.

El resto de espacios han sido ya muy acotados por el PEPMF y son de tan reducidas dimensiones que no admiten modificaciones de límites salvo para ampliar el ámbito de su protección como puede ser el caso del espacio RA-4 por considerarse que los valores de sus riberas necesitan una protección más extensa. No obstante, una vez analizada la normativa establecida por el PEPMF para estos espacios, se considera que, al haberse establecido la misma con carácter general y teniendo en cuenta precisamente el reducido ámbito de estos espacios en el municipio, es necesario restringir determinados usos que el PEPMF considera compatibles en el espacio catalogado como Complejo Ribereño de Interés Ambiental y en los catalogados como Yacimientos de Interés Científico.

En concreto en el espacio RA-4 "Arroyos del Bejarano y del Molino", el cual queda delimitado por una franja de tan sólo 50 m. a ambas márgenes de dichos arroyos durante un determinado tramo, podrían admitirse, de acuerdo a la normativa particular de estos espacios, diversos usos (ligados a explotación de recursos vivos, incluidas las viviendas, instalaciones no permanentes de restauración o extracciones de arenas y áridos) que, de ninguna manera, pueden considerarse compatibles en este caso al tratarse de un espacio ribereño de singulares valores que se concentran en un ámbito muy reducido y, sobre todo, teniendo en cuenta que una de sus principales problemas y afecciones son precisamente las extracciones intensivas de áridos y la proximidad de edificaciones.

Por su parte, en el caso de los yacimientos de interés científico catalogados en el término municipal, hay que señalar que en la normativa aplicable, de acuerdo al PEPMF (Normas 31 y 34), se considera compatible en estos espacios, sin condiciones especiales, la eventual realización de talas de arbolado, cerramiento o vallados de carácter cinegético, captaciones de agua, extracciones mineras u obras de protección hidrológica. En este sentido se considera que, dadas las características particulares de estos yacimientos en el municipio, con reducidas dimensiones, han de prohibirse algunos de estos usos (extracciones mineras) y condicionar los demás a la realización previa de estudios que demuestren que su implantación o desarrollo no afectará al yacimiento.

En todo caso la regulación normativa definitiva que se establece para las distintas zonas diferenciadas no sólo respeta la incompatibilidad de usos establecida por el PEPMF para estos espacios sino que restringe algunos de los usos permitidos por aquél aumentándose en general el grado de protección establecido por el propio PEPMF.

Asimismo se han realizado otras modificaciones para adecuar la protección establecida en dicho PEPMF a la legislación sectorial aparecida posteriormente a la aprobación del PEPMF y que afecta directamente al medio físico como es el caso de la legislación y determinaciones derivadas de la Directiva Hábitat europea, de la Ley 2/1989, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales de Andalucía que protege determinados espacios en el término municipal, Ley Forestal Andaluza, cuyas determinaciones se han de tener en cuenta para proteger las zonas forestales y con vocación forestal, y la reciente Ley de Protección Ambiental de Andalucía y sus correspondientes Reglamentos a los que el Plan se remite a los efectos de que se tomen las medidas preventivas necesarias para proteger el medio físico de los posibles impactos causados por determinadas actuaciones.

2. LAS NORMAS SUBSIDIARIAS DE PLANEAMIENTO MUNICIPAL Y COMPLEMENTARIAS EN SUELO NO URBANIZABLE DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

Estas Normas entraron en vigor por Resolución del Consejero de Obras Públicas y Transportes de fecha 8 de febrero de 1993. Debido a ello hay que señalar, en primer lugar, que dichas Normas no se encuentran adaptadas a la legislación sectorial con incidencia en el medio físico (Suelo No Urbanizable) que ha entrado en vigor posteriormente.

Por otra parte, también es necesario señalar que, según se establece en las mismas, en los municipios con Plan General de Ordenación, como es el caso de Córdoba, dichas Normas son de aplicación complementaria en Suelo No Urbanizable.

Analizadas las mismas cabe destacar, por su repercusión en el municipio con respecto a las parcelaciones/urbanizaciones ilegales, las directrices que se proponen para la regulación de los núcleos urbanos que se encuentren fuera de ordenación estableciendo tres alternativas:

a) Conjuntos que puedan adquirir la calificación de núcleo urbano, en cuyo caso deberán ser objeto de la consiguiente ordenación urbanística.

b) Conjuntos que deban ser calificados definitivamente como fuera de ordenación, aplicándoseles con todo su rigor lo prevenido en la legislación urbanística vigente para este tipo de situaciones.

c) Conjuntos que, al no estar incluidos en ninguno de los dos grupos anteriores, deban ser objeto de una regulación específica dentro del suelo no urbanizable. Dicha regulación incluirá tanto unas condiciones particulares de implantación y edificación como las pertinentes medidas correctoras que atenúen su impacto ambiental.

También hay que valorar positivamente la clasificación tipológica que se ha establecido en cuanto a las posibles edificaciones e instalaciones que se pueden implantar en suelo no urbanizable diferenciándose un total de 11 tipos de obras: edificación agrícola, servicio de carretera, edificación pública, instalación deportiva y recreativa, instalación agropecuaria, industria, instalación extractiva, edificación vinculada a las grandes infraestructuras, vertedero, vivienda e infraestructuras interurbanas.

No obstante tales clasificaciones suelen resultar siempre complicadas por la dificultad de relacionar todos los usos que potencialmente puede ser necesario implantar en el Suelo No Urbanizable incurriéndose, por su carácter finalista y cerrado, en el "olvido" de algún tipo de instalación o edificación que pueda ser necesario implantar en este tipo de suelo creándose, en la práctica, situaciones administrativas de difícil solución. Por ello es aconsejable dejar abierta la enumeración sobre todo cuando se refiere a instalaciones o edificaciones de interés social o utilidad pública que puedan implantarse en suelos en los que no se prohiba expresamente su implantación.

Por otra parte debe advertirse también que para determinadas edificaciones e instalaciones se establecieron unas condiciones de implantación muy rígidas y no adecuadas en algunos casos a la realidad existente lo cual se debe básicamente a su carácter de normas provinciales cuyo fin, sin duda, cumplen adecuadamente.

Por ello, y teniendo en cuenta su carácter de norma complementaria en el caso del municipio de Córdoba, se han adaptado en el Plan General tales determinaciones a la realidad del municipio y a la legislación sectorial vigente.

3. DETERMINACIONES DE LA LEGISLACIÓN SECTORIAL APLICABLE AL MEDIO NATURAL Y ESPACIO RURAL, CON INCIDENCIA DIRECTA EN EL TÉRMINO MUNICIPAL

A continuación se analiza la legislación sectorial mas significativa que, estando relacionada con el medio físico y rural, ha entrado en vigor con posterioridad a la aprobación definitiva del PGOU vigente y que, por tanto, se ha tenido en cuenta para adaptar la normativa del Plan General a sus determinaciones.

-Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía

La Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprobó el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía declaró Parque Natural el espacio denominado "Sierra de Hornachuelos" dentro del cual se integra una parte del término municipal de Córdoba. Con posterioridad y al amparo de lo dispuesto en dicha Ley se declaró el Parque Periurbano de los Villares (Orden de 5 de febrero de 1990). Asimismo actualmente y al amparo también de la Ley hay en tramitación un procedimiento para la declaración como Monumento Natural -otra de las figuras contempladas en la Ley- del espacio denominado "Sotos de la Albolafia" el cual se sitúa en el tramo urbano del río Guadalquivir.

El Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos tiene un Plan de Ordenación de Recursos Naturales en vigor como instrumento de ordenación de dicho espacio. El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales es un instrumento de planificación ambiental previsto ya en la Ley estatal 4/89, de 27 de Marzo, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Flora y Fauna Silvestres habiendo sido incluido también en la ley autonómica. La relación entre el PORN y las demás figuras de planeamiento territorial o urbanístico viene fijada con claridad en la propia norma básica ya que el artº 5.2. de la Ley 4/1989, de 27 de Marzo, dispone expresamente que "los Planes de Ordenación de Recursos Naturales... serán obligatorios y ejecutivos en las materias reguladas por la presente Ley, constituyendo sus disposiciones un límite para cualesquiera otros instrumentos de ordenación territorial o física..." Así pues "los instrumentos de ordenación territorial existentes que resulten contradictorios con los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales deberán adaptarse a éstos. Entre tanto dicha adaptación no tenga lugar, las determinaciones de los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales se aplicarán, en todo caso, prevaleciendo sobre los instrumentos de ordenación territorial o física existentes".

No obstante hay que señalar que respecto al PEPMF existe una peculiaridad ya que la propia Ley 2/1989, de 18 de julio, por la que se aprueba el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, le otorga el carácter de norma supletoria de los instrumentos de planificación ambiental (Artº 15.5)

De cualquier forma la claridad de este precepto de la norma básica no deja lugar a dudas en cuanto a la prevalencia de este instrumento en relación con los planes territoriales y urbanísticos, vigentes o futuros. Por tanto el PGOU ha tenido en cuenta las determinaciones del PORN del Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos y se ha adaptado a las mismas.

En cuanto al Parque Periurbano de los Villares en la propia Orden por la que se declaró como tal ya se establece el régimen de usos del mismo así como la aplicación subsidiaria del Plan Especial de Protección del Medio Físico. De acuerdo a ello el PGOU también se ha adaptado a tales determinaciones de tal modo que en dicho espacio se permitan aquellos usos compatibles con tal declaración.

Respecto al espacio "Sotos de la Albolafia" hay que señalar que, aunque aún no está declarado espacio protegido, el hecho de existir ya un procedimiento iniciado en tal sentido y el conocimiento de los valores naturales que contiene el mismo, obliga a su contemplación como espacio protegido por el PGOU.

- Real Decreto 1997/1995, de 28 de mayo, por el que se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la flora y fauna silvestres (Modificado por el R.D. 1193/1998, de 25 de junio)

Este Decreto desarrolla la Directiva Hábitat europea (Directiva 92/43/CEE) relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres. El objeto del Decreto es contribuir a garantizar la biodiversidad en el territorio en que se aplica la citada Directiva mediante la adopción de medidas para la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres en el territorio español. En este sentido las medidas que se adopten en virtud del Decreto tendrán como finalidad el mantenimiento o el restablecimiento, en un estado de conservación favorable, de los hábitats naturales y de las especies silvestres de la fauna y de la flora de interés comunitario en el territorio español y tendrán en cuenta las exigencias económicas, sociales y culturales, así como las particularidades regionales y locales.

En virtud de dicho Decreto la Comunidad Autónoma ha elaborado un listado de lugares de interés comunitario (LIC) para ser incorporado al listado del Estado español. La Comisión Europea, basándose en dicho listado, aprobará la lista de lugares de interés comunitario y, a partir del mismo, las Comunidades Autónomas correspondientes declararán aquellos lugares incluidos en sus territorios como zonas especiales de conservación para aplicarles las medidas de conservación o restablecimiento necesarias.

En el caso del término municipal de Córdoba existen varias zonas seleccionadas por la Comunidad Autónoma para ser incorporadas al listado de Lugares de Interés Comunitario. De acuerdo a ello se establecen en el Plan medidas adicionales de protección en dichas zonas si bien no se han incorporado dichos espacios como subcategoría del suelo no urbanizable al considerar la Consejería de Obras Públicas y Transportes que se superpone con otras subcategorías de protección que garantizan la necesaria protección de estos espacios.

- Real Decreto 439/1990, de 4 de abril, por el que se regula el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (Modificado por Orden de 29-8-1996, por Orden de 1-7-1998, por Orden de 9-7-1998 y por Orden de 10-3-2000), Decreto 4/1986, de 22 de enero, por el que se amplía la lista de especies protegidas y se dictan normas para su protección en el territorio de la Comunidad Autónoma de Andalucía y Decreto 104/1994, de 10 de mayo, por el que se establece el Catálogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada.

Estas disposiciones catalogan en el Estado español y en la Comunidad Autónoma de Andalucía aquellas especies, subespecies o poblaciones de la flora y fauna silvestres que requieren medidas específicas de protección.

En el caso del término municipal de Córdoba existen diversas especies de fauna y flora incluidas en dichos Catálogos siendo el caso más significativo el del lince ibérico cuyo Centro de Rehabilitación se sitúa en el Parque de Los Villares. En este sentido el Plan General ha zonificado el territorio y ha establecido unas categorías de protección que, entre otros factores, han tenido en cuenta la presencia de dichas especies. Dicha protección se ve reflejada también en las Normas Generales de Protección Medioambiental y en la normativa del suelo no urbanizable establecidas.

- Ley Forestal de Andalucía (Ley 2/1992, de 15 de junio) y Decreto 208/1997, de 9 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento Forestal de Andalucía

Del contenido de la Ley Forestal y su Reglamento destacan algunas disposiciones por su repercusión directa sobre la ordenación urbanística. Entre ellas hay que señalar la determinación de que los montes de dominio público tendrán la consideración a efectos urbanísticos de Suelo No Urbanizable de especial protección debiendo los instrumentos de planeamiento urbanístico recoger expresamente su delimitación.

Asimismo cabe deducir, del contenido de dichas disposiciones legales, que el resto de terrenos forestales y de potencialidad forestal existentes en el término municipal deben clasificarse como Suelo No Urbanizable de protección especial dando cumplimiento a lo establecido en el artº 2 de aquella en el cual se establece que "los terrenos forestales, por los recursos naturales que sustentan y por los valores sociales y ecológicos que contienen, están sujetos a una especial protección, vigilancia y control de los poderes públicos".

Por otra parte, se establece también que cuando en la elaboración de instrumentos de planeamiento urbanístico previsto en el planeamiento municipal o en las posibles modificaciones o revisiones que en el futuro puedan afectarle, se prevea alterar la clasificación de terrenos forestales, entendiendo por estos todos los incluidos en el Artículo 1 de la Ley Forestal Andaluza (Ley 2/1992, de 15 de Junio), para su conversión en suelo urbanizable o categoría análoga, el Ayuntamiento solicitará preceptivamente informe a la Administración Forestal, según lo establecido en el Artº 8.2 de dicha Ley.

- Decreto 470/1994, de 20 de diciembre, de Prevención de Incendios Forestales y Ley 5/1999, de 29 de junio, de prevención y lucha contra los incendios forestales

El Decreto 470/1994 establece una serie de medidas sobre de Prevención de Incendios Forestales de las cuales hay algunas que afectan directamente al planeamiento.

En concreto la Sección 3ª del Capítulo II del mismo se refiere a los Asentamientos de Población, Instalaciones Industriales y Terrenos Urbanizables estableciéndose una serie de medidas (dotación de una faja de seguridad de una anchura mínima de 15 metros libre de resíduos, matorral, vegetación seca, etc.) que deben ser aplicadas a las viviendas aisladas, núcleos de población, edificaciones, instalaciones de carácter industrial, urbanizaciones y suelos clasificados legalmente como urbanos y urbanizables programados cuando se ubiquen en terrenos forestales.

Tales medidas afectan directamente a las edificaciones aisladas, urbanizaciones (legales e ilegales), núcleos urbanos y suelos clasificados como urbanos o urbanizables programados situados en el ámbito de la Sierra de Córdoba habiéndose detectado que no se cumplen tales medidas teniendo en cuenta sobre todo que dicho ámbito ha sido declarado como área de extremo peligro por el propio Decreto.

Por ello ahora el Plan General establece tales medidas con el objeto de que se vayan incorporando, al menos, en los proyectos urbanísticos que se autoricen en el futuro en este ámbito.

Por su parte la Ley 5/1999 ha declarado expresamente en vigor el citado Decreto y establece asimismo diversas medidas para la prevención y lucha contra los incendios forestales. Respecto al planeamiento urbanístico establece expresamente en el artº 26.2 que el mismo recogerá las actuaciones preventivas establecidas por la Ley en sus artículos 25 y 26.1. Dichas actuaciones se incluyen en la normativa del Plan y son las siguientes:

Artículo 25. Actuaciones de los propietarios y titulares de derechos:

Los propietarios y titulares de derechos reales o personales de uso y disfrute de de terrenos o explotaciones forestales, tanto públicos como privados, tendrán las siguientes obligaciones:

a) Realizar las actuaciones y trabajos previstos en los correspondientes instrumentos de gestión preventiva de los terrenos forestales y acreditar, en las condiciones que reglamentariamente se establezcan, el grado de ejecución de dichas actuaciones.

b) Adoptar las medidas que reglamentariamente se establezcan en orden a minimizar el riesgo de incendios, manteniendo el monte y las instalaciones propias de su explotación en condiciones que contribuyan a evitar la producción y propagación de aquellos.

Artículo 26. Otras actuaciones.

1. Sin perjuicio de la aplicación de las normas específicas que sobre el uso del fuego o la realización de determinadas actividades vengan establecidas en esta Ley y demás normativa aplicable, los titulares de viviendas, urbanizaciones, campings e instalaciones o explotaciones de cualquier índole ubicados en terrenos forestales o en la zona de influencia forestal adoptarán las medidas preventivas y realizarán las actuaciones que reglamentariamente se determinen en orden a reducir el peligro de incendio forestal y los daños que del mismo pudieran derivarse".

Asimismo se tendrá en cuenta también especialmente lo dispuesto en el artículo 50 sobre la calificación jurídica de los terrenos forestales: "La pérdida total o parcial de cubierta vegetal como consecuencia de un incendio forestal no alterará la calificación jurídica de dicha superficie como terreno forestal".

 

- Legislación sobre protección ambiental (Ley 7/1994, de 18 de mayo, de Protección Ambiental de Andalucía y sus Reglamentos)

En nuestra Comunidad Autónoma entró en vigor el 1 de Septiembre de 1994, la Ley 7/1994, de 18 de mayo, de Protección Ambiental y, posteriormente, varios reglamentos que la desarrollan (Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental, Reglamento de Informe Ambiental, Reglamento de Calificación Ambiental, etc.) las cuales se suman al resto de normas y disposiciones legales vigentes en la Unión Europea (la directiva 85/337 del Consejo de las Comunidades Europeas de 27 de junio de 1985), el Estado Español (Real Decreto Legislativo 1302/1986, de 28 de Junio, de Evaluación de Impacto Ambiental, y su correspondiente Reglamento, aprobado por el Real Decreto 1131/1988, de 30 de septiembre) y la propia Comunidad Autónoma de Andalucía.

El Plan General se ha adaptado también a lo dispuesto en dicha legislación. Tal adaptación ha supuesto, por una parte, incluir las medidas de protección y prevención establecidas para determinados usos y actividades y, por otro, el someter al procedimiento de evaluación de impacto ambiental las propias modificaciones que se prevean del Plan General siempre que estas introduzcan elementos que afecten potencialmente al medio ambiente (los referidos a clasificación de suelo, sistemas generales y suelo no urbanizable) y que no se hubiesen puesto de manifiesto anteriormente en figuras previas de planeamiento.

Por ello, y de acuerdo a tales disposiciones, el desarrollo de las actuaciones urbanísticas proyectadas en el Plan quedan condicionadas, en su caso, por las medidas correctoras y de protección y por el programa de vigilancia ambiental que se establecen en el correspondiente Estudio de Estudio de Impacto Ambiental del Plan General y en la Declaración de Impacto Ambiental formulada por la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Cabe señalar asimismo que, sin perjuicio de lo dispuesto en dichas disposiciones, el Plan puede establecer, según sus propias determinaciones y/o de acuerdo a las determinaciones del PEPMF, la exigencia de elaborar análisis o estudios medioambientales previamente a la autorización de aquellos usos y actividades que, no estando sometidos a ninguna medida de prevención o protección ambiental por tales disposiciones legales, puedan provocar impactos ambientales en determinados ámbitos concretos del término municipal. En tales casos los contenidos y procedimientos para la aportación de dichos análisis se establecen, en su caso, por el Plan teniendo en cuenta las disposiciones del PEPMF.

Por otra parte se ha tenido en cuenta, en materia de protección ambiental, lo dispuesto en el Reglamento de Resíduos y en el Reglamento de Calidad del Aire de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

- Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias y Decreto 155/1998, de 21 de julio, por el que se aprueba el reglamento de Vías Pecuarias de la Comunidad Autónoma de Andalucía

En el término municipal de Córdoba existen 50 vías pecuarias, de acuerdo a los Proyectos de Clasificación aprobados por Orden Ministerial de 12 de julio de 1967 y por Oren Ministerial de 3 de noviembre de 1973. Dichas vías suponen ejes viarios que, potencialmente, además de servir para su uso tradicional (paso de ganado) contribuyen a la estructuración del territorio siendo susceptibles además de poder usarse con usos ligados al medio natural y al espacio rural. Por ello es necesario desde el planeamiento urbanístico contemplar la protección y correcto uso de dichas vías, de acuerdo a la legislación sectorial que le es de aplicación. A tales efectos el documento de Revisión-Adaptación del Plan General incluye la descripción y localización de las vías pecuarias existentes de acuerdo a dichos Proyectos de Clasificación y se clasifican las mismas como suelo no urbanizable de especial protección. Asimismo, teniendo en cuenta el informe emitido por la Delegación Provincial de la Consejería de Medio Ambiente de acuerdo a lo dispuesto en el Reglamento de Vías Pecuarias de Andalucía, se han previsto los trazados alternativos para aquellos tramos de vías pecuarias que se ven afectados por los nuevos desarrollos urbanísticos. Teniendo en cuenta el contenido de dicho informe se han adoptado en el Plan las siguientes determinaciones:

- Establecer un trazado alternativo para los tramos afectados de las Vías Pecuarias. Dicho trazado sigue caminos ya existentes y recorridos viables para cumplir las determinaciones de dicho artículo sin perjuicio de algunas adecuaciones puntuales que hayan de realizarse en determinados puntos. Asimismo debe señalarse que los nuevos trazados previstos ocupan una superficie de suelo superior a la que se ve afectada.

- Clasificar como suelo no urbanizable de especial protección dichos trazados alternativos otorgándoles la consideración de sistema general a los efectos de la obtención de los suelos afectados y de su ejecución. Dicho sistema general tendrá la longitud del total de los nuevos trazados propuestos y una anchura equivalente a la existente.

- Ley, 1/1991, de 3 de Julio de Patrimonio Histórico de Andalucía y Reglamento de Protección y Fomento del Patrimonio Histórico de Andalucía (Decreto 19/1995, de 17 de marzo)

En el término municipal de Córdoba, fuera del casco urbano, existen una serie de elementos que, junto a los existentes en éste, conforman su importantísimo patrimonio histórico. Algunos de estos elementos se sitúan sobre suelos clasificados como urbanos o urbanizables por el Plan de 1986 y otros se localizan en suelos clasificados como no urbanizables. De todos ellos destacan sin duda los correspondientes al conjunto arqueológico de Medina Azahara el cual es objeto actualmente de un Plan Especial.

De acuerdo a los datos aportados por la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, además del citado conjunto, se localizan en el término municipal diversos Monumentos Históricos tales como el Puente Romano de Alcolea, el Monasterio de San Jerónimo, el Castillo de Torres Cabrera, el Santuario de Nuestra Sra. de Linares, la Ermita de Santa María de Trassierra, la Ruina de Alamiriya, las Ermitas de Ntra. Sra. de Belén, el Puente de los Arenales, el Convento de Santo Domingo, el Chalet Canals, la Fábrica de Cervezas El Aguila, el Toro de Osborne, etc. de los cuales algunos han sido declarados Bienes de Interés Cultural, otros tienen expediente incoado para su declaración y otros se consideran Bienes Significativos con posibilidad de declaración o tienen incoado expediente para su inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico.

Asimismo también se localizan diversas zonas arqueológicas tales como las importantes Ruinas de Ategua, declaradas Bien de Interés Cultural, la Cantera de la Choza del Cojo, la Almunia de Turruñuelos, el Entorno de protección de las ruinas de Medina Azahara o las ruinas del Castillo de la Albaida, etc.

Todos estos elementos, junto a los incluidos en el Plan Especial del Casco Histórico, son objeto de localización y protección, de acuerdo a la normativa vigente aplicable, en el Plan General.

- Ley 19/1995, de 4 de julio, de Modernización de las Explotaciones Agrarias y Resolución de 4 de noviembre de 1996, de la Dirección General de Desarrollo Rural y Actuaciones Estructurales, por la que se determinan provisionalmente las unidades mínimas de cultivo en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Andalucía

En estas disposiciones legales se establecen algunas deteminaciones que están estrechamente relacionadas entre sí y que, a su vez, tienen implicaciones en la ordenación urbanística del Suelo No Urbanizable y que, por tanto, ha sido necesario analizar para su incorporación al Plan General.

Según el artículo 25.b de la Ley 19/1995 se permiten divisiones o segregaciones de fincas rústicas que den lugar a parcelas de extensión inferior a la unidad mínima de cultivo cuando las parcelas segregadas se destinen "de modo efectivo, dentro del año siguiente, a cualquier tipo de edificación o construcción permanente, a fines industriales o a otros de carácter no agrario, siempre que se haya obtenido la licencia prevista en la legislación urbanística y posteriormente se acredite la finalización de la edificación o construcción, en el plazo que se establezca en la correspondiente licencia, de conformidad con dicha legislación".

Por tanto, y según se establece también en el citado artículo, cuando la transmisión de la propiedad, división o segregación tenga dicho destino no se entenderá vulnerada la legislación agraria a los efectos de lo previsto en la legislación urbanística. En este caso, no obstante, dichas divisiones o segregaciones tendrán que cumplir la parcela mínima edificable -y demás condiciones de edificación- establecidas por el Plan General.

Por su parte la Resolución de 4 de noviembre de 1996 fija provisionalmente las unidades mínimas de cultivo a que se hace referencia en la Ley 19/1995. Según se expone textualmente en la exposición de motivos de la citada Resolución la Junta de Andalucía ha considerado conveniente fijar provisionalmente las unidades mínimas de cultivo en el ámbito de la Comunidad Autónoma Andaluza ante las dudas suscitadas acerca de la vigencia de la Orden del Ministerio de Agricultura de 27 de mayo de 1958 que estableció a nivel estatal las dimensiones de las unidades mínima de cultivo y teniendo en cuenta que el proceso de su revisión requiere tiempo para su estudio.

Tal Resolución fija provisionalmente las mismas unidades mínimas de cultivo que en su día estableció la Orden de 27 de mayo de 1958 y que para el municipio de Córdoba son las siguientes: Secano: 2,50 hectáreas. Regadío: 0,25 hectáreas.

Esta disposición afecta al Plan General en cuanto que este documento debe establecer una regulación rigurosa de las condiciones de segregaciones o divisiones de terrenos en Suelo No Urbanizable para evitar lotificaciones y edificaciones de carácter urbano al amparo de contradicciones o ambigüedades normativas de tal modo que se establece claramente en el mismo que, a los efectos de autorizar las divisiones o segregaciones de fincas en este tipo de suelo, cuando tengan fines agrarios, éstas tendrán que cumplir las unidades mínimas de cultivo establecidas en la legislación agraria vigente y cuando aquellas se destinen a fines edificatorios tendrán que cumplir las condiciones urbanísticas impuestas por el Plan General, entre ellas la parcela mínima edificable.

 

INTERVENIR POSITIVAMENTE EN EL MEDIO RURAL: UNA PROPUESTA DE REGULACION NORMATIVA PARA EL SUELO NO URBANIZABLE

Según las cuestiones que se han ido apuntando en los análisis anteriores resulta necesario modificar la categorización y regulación normativa que el Plan General vigente estableció en su día para el Suelo No Urbanizable ya que, por una parte, en los últimos años han entrado en vigor una serie de disposiciones legales sectoriales que afectan a este suelo, y, por otra, la realidad actual, con su compleja demanda de usos en este espacio, requiere una regulación normativa que, sin perjuicio de las medidas restrictivas que hayan de establecerse en los espacios de alto valor medioambiental y productivo, posibilite y facilite la intervención positiva en este tipo de suelo.

Dicha tarea no es fácil y requiere una ordenación territorial en la que se coordinen adecuadamente diversas actuaciones sectoriales (agrícolas, forestales, urbanísticas, económicas, etc.). No obstante desde el ámbito del planeamiento físico urbanístico pueden adoptarse medidas que impidan la creación de situaciones irreversibles que hipotequen su tratamiento por otros sectores y que, por el contrario, posibiliten, al menos, determinadas intervenciones positivas: implantación ordenada de usos residenciales, reconducción de actuaciones urbanísticas ilegales, desarrollo de usos turístico-recreativos, regeneración ambiental de espacios degradados, etc.

De acuerdo a estos criterios y partiendo de la delimitación de unidades ambientales realizada en el término municipal, se ha propuesto una regulación normativa del Suelo No Urbanizable que intenta ser innovadora, eficaz y flexible aunque sin olvidar la obligada adecuación a la legislación urbanística y sectorial vigente. De acuerdo a ello se realiza la siguiente propuesta de calificación y regulación de este suelo:

1.- SUELO NO URBANIZABLE INADECUADO PARA EL DESARROLLO URBANO

Se incluyen en esta categoría aquellos ámbitos del suelo no urbanizable que, si bien no reúnen especiales valores para ser protegidos, no obstante no son adecuados para un desarrollo urbano y los terrenos cuya transformación resulta inapropiada por su incompatibilidad con el modelo de desarrollo urbano adoptado por el Plan General

- Zonas de Campiña (SNU-CA)

Se incluyen en esta categoría de suelo aquellos espacios de la campiña que no presentan singularidades paisajísticas o ambientales y que, por tanto, tienen una mayor capacidad de acogida de usos proponiéndose una regulación normativa que permita la implantación controlada de aquellas actividades incompatibles en el medio urbano. No obstante se exigen estudios geotécnicos para determinadas actuaciones debido a las condiciones geotécnicas desfavorables de dicha zona.

- Infraestructuras

Se considera como suelo no urbanizable de Infraestructuras todo aquel que esté afectado por alguna infraestructura existente o prevista excepto cuando la misma esté adscrita a otra clase de suelo. Las condiciones de implantación de estas actuaciones estarán sujetas a la legislación sectorial vigente y a las Normas Generales de Protección del Plan General.

- Suelo No Urbanizable con Parcelación (SNU-PR y SNU-P)

Las parcelaciones que no han sido clasificadas como suelo urbano o urbanizable se clasifican como suelo no urbanizable sujeto a la formulación de un Plan Especial de Mejora del Medio Rural en cada ámbito con el objetivo reconducir su actual situación urbanística y ambiental. Dicho instrumento de planeamiento ajustará la delimitación de cada parcelación de forma más precisa que el Plan General y analizará la problemática particular de cada parcelación, estableciendo las medidas de regeneración ambiental necesarias, las medidas para evitar posibles problemas de salubridad o de riesgo para las personas y las condiciones de edificación más adecuadas, según cada caso. Asimismo el Plan Especial determinará en cada parcelación las actuaciones que hayan de acometerse para el mantenimiento o acondicionamiento de las infraestructuras mínimas necesarias y, en especial, las destinadas a evitar la contaminación procedente de las fosas sépticas y pozos negros.

Se han distinguido dos grupos: aquellas en las que la formulación y aprobación del Plan Especial de Mejora Rural previsto se condiciona a informes previos de diversos organismos (SNU-P) y aquellas en las que no existe tal condicionamiento específico sin perjuicio del cumplimiento de la normativa sectorial aplicable (SNU-PR).

- Suelo no urbanizable cuya transformación resulta actualmente incompatible con el modelo urbano propuesto por el Plan General (SNU-I)

Se incluyen en esta categoría de suelo aquellos terrenos que se sitúan en el entorno de la ciudad de Córdoba que, no siendo necesarios incorporar al proceso urbano actualmente, pueden ser incorporados en el futuro mediante los procedimientos legales previstos (modificación o revisión del Plan).

 

2.- SUELO NO URBANIZABLE DE ASENTAMIENTOS O NUCLEOS RURALES (SNU-AR)

Para las viviendas tradicionales existentes (cortijos) se propone una regulación de estas edificaciones que sea flexible de tal manera que se posibilite su mantenimiento y permanencia mediante las reformas, rehabilitaciones, renovaciones, etc. necesarias tanto para el mantenimiento de su uso como edificación ligada a la producción primaria como para otros posibles usos alternativos (alojamientos rurales, centros educativos ligados al medio rural, etc.)

En los casos de núcleos rurales de cierta entidad se permite la aplicación de un régimen urbanístico flexible que posibilite su escaso desarrollo actual y, sobre todo, su mejora infraestructural ya que carecen muchas veces de los servicios mínimos necesarios. En estos casos el análisis, delimitación y ordenación de estos asentamientos rurales se remite a la formulación de planes especiales específicos los cuales podrán ser redactados por la Gerencia de Urbanismo, sin perjuicio de que mientras no sea aprobado el mismo se les aplique el régimen urbanístico general previsto para las viviendas tradicionales existentes.

 

3.- SUELO NO URBANIZABLE DE EQUIPAMIENTOS PRIVADOS (SNU-EP)

Se incluyen en esta categoría de suelo una serie de Equipamientos Privados que, por su importancia, singularidad y vinculación a la ciudad de Córdoba, deben ser reconocidos y ordenados de forma específica desde el planeamiento urbanístico.

 

4.- SUELO NO URBANIZABLE DE ESPECIAL PROTECCION (SNUEP)

Se incluyen en este tipo de suelo aquellos espacios que están protegidos por la legislación sectorial o el planeamiento supramunicipal vigente así como aquellos que por sus valores ambientales, productivos, paisajísticos, culturales, etc. el Plan ha considerado que es necesario proteger. En estos suelos se establecen medidas de protección y mejora de los valores ambientales existentes debiendo señalarse la homogeneidad de tratamiento, con condiciones de uso muy restrictivas, que se ha realizado para los espacios forestales de la Sierra de mayor calidad ambiental con el objeto de conservar un ámbito que debe constituirse en un futuro próximo en el espacio natural protegido que permita la conexión y continuidad entre los Parques Naturales de la Sierra de Hornachuelos y de las Sierras de Cardeña-Montoro. Las categorías que se han diferenciado de este tipo de suelo son las siguientes:

- Patrimonio Histórico:

* Plan Especial de Protección de Medina Azahara (PEPMA)

Se delimita el ámbito de aplicación del Plan Especial de Medina Azahara aprobado remitiéndose el Plan General a las determinaciones del mismo excepto para las parcelaciones incluidas en su ámbito en las que serán de aplicación las determinaciones del Plan General.

* Elementos singulares del patrimonio histórico

Se protegen los elementos del patrimonio histórico (monumentos, zonas arqueólogicas, etc.) de acuerdo a la legislación sectorial aplicable.

- Vías Pecuarias

Se protegen las vías pecuarias existentes en el término municipal de acuerdo al Proyecto de Clasificación de Vías Pecuarias existente y a su legislación sectorial y se prevé un trazado alternativo para aquellos tramos que se ven afectados por los nuevos desarrollos urbanísticos.

- Yacimientos de Interés Científico (YC)

Se incluyen en esta categoría de suelo aquellos yacimientos de interés científico protegidos por el Plan Especial de Protección del Medio Físico de la Provincia de Córdoba. Su ámbito de protección se ajusta a los límites establecidos en dicho Plan Especial. En estos espacios se propone restringir determinados usos permitidos por dicho Plan Especial, tales como los extractivos, por entender que son incompatibles en el caso de los yacimientos existentes de Córdoba.

- Espacios Forestales y Riberas de la Sierra con Protección Integral (SNUEP-PI)

Se incluyen en esta categoría de suelo los espacios ribereños de la Sierra con mayor calidad ambiental y aquellos espacios forestales de calidad ambiental muy alta que, además, se localizan en zonas que presentan una gran visibilidad y fragilidad paisajística de tal manera que, con el fin de evitar impactos ambientales, se propone la máxima restricción de usos urbanísticos.

Hay que señalar que se incluye dentro de estos espacios la parte del término municipal de Córdoba incluida en el Parque Natural Sierra de Hornachuelos que está calificada como Espacio de Especial Interés A-1 en la zonificación que establece el Plan de Ordenación de Recursos Naturales de dicho Parque. A dicho ámbito le son de aplicación las limitaciones de uso que, para dichas zonas, dispone esta norma y las que le corresponden según la vegetación que ocupa estando condicionada cualquier actuación al informe previo de la Agencia de Medio Ambiente el cual, en caso denegatorio, será vinculante.

- Espacios Forestales de la Sierra con Protección Compatible (SNUEP-PC)

Se incluyen en esta categoría de suelo aquellos espacios de alta calidad ambiental que, por su localización, en zonas de la sierra con menor visibilidad que los espacios incluidos en protección integral, tienen una cierta capacidad de acogida de determinados usos turístico-recreativos condicionados, no obstante, a que su implantación no produzca impacto ambiental alguno ni suponga, en ningún caso, alteración o desaparición de la cubierta vegetal existente.

- Vega del Río Guadalquivir (SNUEP-VG) y Vega del Río Guadajoz (SNUEP-VGJ)

Se incluyen en esta categoría los suelos agrícolas de las vegas del Guadalquivir y del Guadajoz los cuales presentan una gran productividad y capacidad agrícola.

Teniendo en cuenta la presión urbanística que existe en los suelos de la Vega del Guadalquivir y que las medidas prohibitivas no han dado los resultados perseguidos, deben proponerse no sólo medidas urbanísticas sino medidas que incentiven y potencien, aunque sea de forma subvencionada, la actividad agrícola para lo cual debe implicarse a los correspondientes organismos sectoriales (Consejería de Agricultura, Consejería de Medio Ambiente) desde el entendimiento que el mantenimiento de dichos usos no es una cuestión sólo de valoración productiva del suelo, con la que compite ventajosamente la "valoración urbanística" no reglada, sino que, sobre todo ha de responder a una valoración ambiental y paisajística de la vega como recurso irrecuperable.

Desde el Plan General, como instrumento urbanístico, se propone, una vez más, la prohibición de toda actividad, edificación o uso que pueda implicar la transformación del destino agrario que debe protegerse.

- Cauce y Riberas de los Ríos Guadalquivir, Guadalmellato y Guadajoz (SNUEP-RG)

Se incluyen en esta categoría el cauce y riberas del río los cuales, por sus singulares valores naturales, se preservan de usos inadecuados proponiéndose su regeneración ambiental mediante la recuperación del bosque-galería. Se propone de la Albolafia" de acuerdo a la propuesta que la Consejería de Medio Ambiente está elaborando para su declaración como espacio natural protegido (Monumento Natural).

- Embalse de San Rafael de Navallana y Entorno (SNUEP-EE)

Se incluyen en esta categoría de suelo los espacios situados en el entorno del embalse de San Rafael de Navallana, incluyendo el propio embalse, en los que se precisa una ordenación pormenorizada que posibilite una implantación de usos turístico-recreativos ligados al embalse (áreas turístico-recreativas con implantación de camping y alojamientos rurales, dotación de aparcamientos y servicios, mobiliario para recogida de basuras, ejecución de merenderos y áreas de "perol", creación de pistas/senderos para footing, restaurante, mejoras paisajísticas selectivas, etc.) que canalicen la fuerte demanda recreativa existente en dicho espacio, de forma compatible con la preservación de los valores naturales existentes. Para ello se propone la redacción de un Plan Especial de Ordenación en cuya elaboración colaboren el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica.

- Salinas de Duernas (SNUEP-SD)

Se protege como tal el espacio conformado por las Salinas de Duernas cuyo interés principal radica en la propia salina y en las técnicas, instrumentos e infraestructura utilizada.

- Llanuras Agrícolas de Secano (SNUEP-AS)

Se incluyen en esta categoría de suelo aquellos espacios agrícolas situados en contacto entre la vega y la sierra que, aunque no presentan los valores agrícolas de los suelos propiamente de vega, se localizan en zonas de bastante visibilidad por lo que deben ordenarse de forma que se evite la implantación de usos discordantes con el entorno aunque, por su mayor capacidad de acogida de usos, pueda admitirse la implantación de usos que están limitados en las zonas de sierra de mayor calidad ambiental.

- Zonas de la Campiña de Interés Paisajísitco (SNUEP-ZCP)

Se incluyen en esta categoría de suelo las zonas de la Campiña en las que, por su elevada topografía o por situarse en cuencas visuales de la ciudad con interés paisajístico, es necesario condicionar y restringir los usos constructivos para evitar impactos paisajísticos sobre el entorno. En este sentido se han incluido en dicha subcategoría de suelo las zonas de la Campiña situadas por encima de la cota 300 y una zona situada en el entorno del río Guadalquivir que por su alta incidencia visual respecto al casco histórico de la ciudad, requiere un tratamiento especial con el objeto de integrar adecuadamente en el paisaje aquellas actuaciones urbanísticas que puedan desarrollarse en ella.

- Parque Forestal "Los Villares" (SNUEP-PQV)

Se trata de un espacio natural de dominio público que satisface parte de las necesidades recreativas de la ciudad de Córdoba y que fue declarado Parque Periurbano de acuerdo a la Orden de 5 de febrero de 1990. El régimen de protección y uso se regula de acuerdo a lo dispuesto en dicha Orden.

 - Parque Recreativo "Puente Mocho" (SNUEP-PQM)

Se trata de un espacio que asidua y espontáneamente es utilizado por la población de Córdoba para satisfacer sus necesidades recreativas y que, al carecer de las instalaciones adecuadas, está sufriendo un fuerte deterioro. Por ello se precisa una ordenación específica del mismo que posibilite su uso recreativo controlado.

 

A estas propuestas hay que añadir los siguientes planes especiales:

- Plan Especial de Protección y Ordenación de la Sierra de Córdoba. Se establece la necesidad de redactar este Plan Especial con el objetivo de proteger los valores naturales existentes en la Sierra de Córdoba y de ordenar adecuadamente este vasto espacio donde han proliferado diversos usos y actividades de los que algunos pueden considerarse compatibles con la necesaria protección de dichos valores (usos recreativos localizados) y otros resultan totalmente inadecuados y muy impactantes (parcelaciones ilegales). En este sentido el Plan Especial deberá establecer normas específicas para la máxima protección de los parajes más sobresalientes como son el Valle del Guadiato, el río Guadanuño y los arroyos de Don Lucas, Bejarano y del Molino. Asimismo deberá regular la posibilidad de implantación de usos cinegéticos, turístico-recreativos, científicos y culturales compatibles y deberá establecer medidas para regenerar los espacios degradados existentes (riberas deforestadas, áreas extractivas abandonadas o en uso, etc.) y para eliminar todo tipo de contaminación ya sea de las capas freáticas del subsuelo, de la masa vegetal, etc. También deberá establecer medidas para prevenir los incendios y controlar la erosión.

 - Plan Especial de Ordenación de Usos del Entorno del Embalse de San Rafael de Navallana: esta propuesta ya venía contemplada en el Plan anterior y tiene como objetivo ordenar de forma específica las posibilidades de uso turístico-recreativo de una zona actualmente muy utilizada y, puntualmente, degradada por su uso recreativo masivo e incontrolado debido a la falta de instalaciones adecuadas.

- Plan Especial para la Restauración Ambiental y Paisajística de Zonas Degradadas: tiene como objetivo, previo análisis y diagnóstico, la ejecución de actuaciones de regeneración ambiental selectivas de zonas degradadas por actuaciones mineras y extractivas ya abandonadas. En tal sentido pueden entenderse como acciones prioritarias la regeneración ambiental de las antiguas canteras de Asland mediante lo que podríamos denominar un "proyecto del relieve" y de los espacios destinados a extracción de arenas en las márgenes del río Guadalquivir que actualmente se encuentren abandonados así como la recuperación del bosque-galería de dicho río en las zonas donde ha desaparecido. Tales actuaciones incluirían a posibilidad de convertir algunas de dichas zonas en áreas de uso recreativo.

- Planes Especiales de Ordenación de los ámbitos de El Arenal, Crta. de Palma, Maimón y La Albaida: - estos planes especiales se prevén para la ordenación pormenorizada de diversos ámbitos singularizados que se localizan en la periferia de Córdoba y que están sometidos a una serie de tensiones urbanísticas y usos ya preexistentes que requieren una planificación detallada y en positivo.

Miércoles, 15 Mayo 2013 11:12

CAPITULO VII.- RED VIARIA E INFRAESTRUCTURAS

DEL TRÁFICO

- CÓRDOBA. TRÁFICO Y CIUDAD

a) PERSPECTIVA GENERAL

b) TIPIFICACIÓN DEL VIARIO

- LA CIUDAD. MOVILIDAD Y ACCESIBILIDAD

a) GRADACIÓN EN NIVELES

b) CONEXIONADO CON NUEVAS ÁREAS

- RECOMENDACIONES DE DISEÑO

 

DEL ABASTECIMIENTO

- EL AGUA EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

- ABASTECIMIENTO ACTUAL

- EXPANSIÓN

- CRITERIOS DE DISEÑO

- EL AGUA. ELEMENTO SINGULAR EN CÓRDOBA

 

DEL SANEAMIENTO

- REFERENCIAS HISTÓRICAS

- ALCANTARILLADO. PRESENTE Y FUTURO

- LA DEPURACIÓN DE AGUAS RESIDUALES

- SOBRE EL DISEÑO

 

OTRAS REDES

- RED ELÉCTRICA

- TELEFONÍA

- GAS

 

ELEMENTOS SINGULARES DEL EQUIPAMIENTO, AFECCIÓN A INFRAESTRUCTURAS

- CENTROS HOSPITALARIOS

- GRANDES SUPERFICIES COMERCIALES

- CENTROS PENITENCIARIOS

- PARQUES DE BOMBEROS

- ESTACIÓN DE AUTOBUSES

- REDES FERROVIARIAS. ESTACIÓN DE FERROCARRIL

- INSTALACIONES DE TRATAMIENTO DE RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS

 

CORDOBA, MORFOLOGÍA HISTORICA: INTRODUCCION A LAS INFRAESTRUCTURAS

Desde la época romana Córdoba (Córduba) ha sido la intersección de las vía de comunicación que discurría por la margen derecha del Guadalquivir y que venía de Cástulo (Linares), con las que concluían en la capital desde distintas zonas de la Península. Por el Norte, la vía procedente de Mérida era acogida en la provincia por Fuenteobejuna (Mellaria) y discurría, en gran parte, junto al río Guadiato.

Desde el valle de Los Pedroches bajaba otro ramal que conducía probablemente, a través del puerto de Calatraveño. Desde esta ciudad y hacia el Sur partían radialmente tres grandes vías: La que conducía a Iliberris (Granada), aquella que lo hacia a Antakira y Malaca (Antequera y Málaga) y a Hispalis (Sevilla).

En el interior de la ciudad, si bien no se tiene certeza de gran parte del trazado de sus calles, si se sabe que una de sus arterias principales cruzaba la muralla meridional y se prolongaba en el puente viejo que salvaba el río hasta el Campo de la Verdad. El puente definitivo tardó en verse construido; con ocasión de las Guerras Civiles y el primer asalto de César contra Córdoba, se menciona la existencia de un puente provisional.

La urbe prerromana quedaba alejada del río a una distancia media de 400 a 500 mts. Las murallas y la ciudad avanzan hasta la ribera en una ampliación godobizantina.

En la época de la conquista musulmana la ciudad cuenta con 7 puertas y sus denominaciones rememoran ciudades lejanas: puerta de Toledo o Roma, puerta de León, puerta de Zaragoza... Persiste Córdoba como centro receptor e irradiador de viajeros.

La ciudad sigue teniendo un límite: el río que remansa extenso y pasando junto al puente.

La Córdoba árabe se amplía y apoyándose en el borde del río, avanza aguas abajo del límite anterior. Se marca un eje Norte Sur.

Los arrabales extienden sus dominios en dirección Este y Oeste, marcando hasta nuestros días la forma en que crecerá la ciudad.

En el siglo X, según el geógrafo oriental Al Istajri, Córdoba era el punto de partida de catorce caminos. Esa red parte desde el centro de la ciudad conformando una particular estructura urbanística. El carácter de punto de encuentro y centro de comunicaciones impuso carácter territorial a la ciudad, cuya estructura ha llegado a nuestros días.

Progresivamente, la ciudad se acerca al borde de la sierra próxima. Esa sierra que la arropa por el Norte, es a su vez el macizo que proporcionaba el agua en gran abundancia. Tanto los romanos como los árabes la conducen a través de acueductos a varios puntos singulares de la ciudad. Una intrincada red de conducciones llevaba el agua para usos domésticos, baños y barbacanas. Otra red recogía los sobrantes y las llevaba al río Guadalquivir que aceptaba, sin menoscabar su carácter, las pocas aguas usadas que le llegaban.

El 29 de Junio de 1.236 Fernando III el Santo recibe las llaves de Córdoba y empieza para la ciudad una nueva etapa.

En el año de 1.530 un censo efectuado da un total de 5.845 vecinos para la ciudad de Córdoba, el número aproximado de habitantes de acuerdo a ésta cifra sería de unos 26.300 habitantes.

La ciudad se transforma. En la baja Edad Media Córdoba ya se sitúa colindando con su río. El "Puente Mayor" sigue siendo el único cruce del Guadalquivir que sale directamente desde la puerta del Puente. No se han perdido las tradiciones y las puertas siguen denominándose "de Plasencia", "de Baeza", "de Sevilla", "de Almodóvar", una ciudad amurallada se ha extendido en dirección Este Oeste, aún recogida en sí misma. Sin embargo, empieza a surgir extramuros, lentamente, el germen de otra ciudad.

Córdoba sigue siendo nudo de comunicación por donde salen los materiales mineros de la zona Norte de la provincia y en donde se unen los caminos que en dirección Norte Sur y Este Oeste, pasan por la ciudad. Pero es ciudad de paso: a mediados del siglo XIX el número de casas de la ciudad de Córdoba era de 4.853 sólo algo superior a las 4.000 del siglo XVII.

Sin embargo, la ciudad dormida tanto tiempo, despierta de su letargo y comienza un desarrollo poblacional desconocido hasta entonces. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX casi se duplica el número de habitantes; la ciudad se reacomoda y ensancha, se crean las "rondas" y "avenidas periféricas" soslayando así el centro laberíntico de la ciudad. Desde estas rondas y avenidas salen los caminos que antes se adentraban en la ciudad a través de las puertas de las murallas. El paseo de la Victoria y el de la Ribera, construido sobre el malecón de defensa del río, canalizan con la Ronda de los Tejares y Obispo Pérez Muñoz el tráfico perimetral. Así la vía de salida al sur, a través del "puente viejo", hace que el tráfico de toda Andalucía Occidental pase por la Ribera y el puente romano.

La infraestructura interior apenas ha sufrido transformaciones adecuadas al tiempo acaecido desde que empezó la extensión de la ciudad. A mitad del siglo XIX la ciudad carecía prácticamente de alcantarillado, distribución de agua, mercados, mataderos, escuelas, etc. Son años de desarrollo frenético de las infraestructuras.

A partir de 1.831 se instala el alumbrado público por medio de gas, en 1.833 se mejoran jardines y se construye un matadero, a partir de 1.842 se comienza a acerar las calles.

Cuando se ha conseguido un cierto equilibrio entre Ciudad e Infraestructura, se produce un nuevo crecimiento urbano que evoluciona vertiginosamente. En 1.930 Córdoba tenía 103.106 habitantes y en 1.975 había pasado a 255.250. Pero la ciudad también se ha extendido. A mediados del siglo XIX el censo arrojaba un total de 4.858 casas; en 1.950 el casco urbano tiene 10.015 edificios destinados a vivienda y en 1.970 existen 25.939 edificios con 68.434 viviendas. Así pues, desde mediados del siglo XIX el número de edificios se multiplicó por cinco.

Esta expansión ha obligado a convertir aquellos caminos de entrada y salida de tiempos anteriores en calles, rondas y carreteras. Del pequeño núcleo de población en la margen izquierda del Guadalquivir frente al puente viejo, anterior al siglo XX, se ha pasado en nuestro siglo a una expansión "al otro lado del río": Fray Albino (años 1.950 a 1.960) y Sector Sur (de 1.960 a 1.970), configuran el único "Salto" del Guadalquivir en varios siglos. Por otra parte, las barriadas de Santuario, exterior de Levante, Valdeolleros y Chinales (de 1.970 a 1.980) configuran los nuevos bordes de la ciudad. El crecimiento hasta estos años en la zona de Poniente (Ciudad Jardín y Vistalegre) es más fraccionado.

Esta expansión tan acelerada provoca que las rondas y avenidas periféricas queden "engullidas" por la ciudad. Un segundo puente, el puente de San Rafael, facilita un mejor cruce del río, pero la Ribera sigue soportando - hasta muy recientemente - todo el tráfico de la Andalucía Occidental. Córdoba se ve desbordada no sólo por su tráfico interior - enormemente expansionado- sino por la suma de todos los problemas derivados de la canalización a través de una sola vía, de todos aquellos caminos de antaño. La comunicación Norte Sur queda integrada en la ciudad, la comunicación Norte Sur queda integrada en la ciudad; la comunicación Este Oeste pasa de carretera a calle.. Madrid, Sevilla, Cádiz, Huelva se comunican a través del puente de San Rafael y la Ribera, calle que también canaliza la carretera Badajoz-Granada rememorando el camino viejo de León.

Además de todo ello, las vías del ferrocarril han separado físicamente el núcleo urbano de su sierra, marcando una estrecha franja con el río en la que Córdoba se desenvuelve apretada.

En esta situación, con una córdoba que apenas ha cruzado el río, extendida entre su borde y la Sierra, atravesada por el ferrocarril y con un viario interior que soporta todo el tráfico de paso que va hacia el Sur. Se revisa el planeamiento de la ciudad. El Plan General de Ordenación Urbana de 1986 abre una vía tangencial en la comunicación Norte Sur desahogando parte del casco. No obstante, Córdoba, crecida y más madura, encajonada entre sierra y río va rompiendo sus ataduras. El ferrocarril sin abandonar su traza, se sumerge parcialmente, recordando su existencia pero de una forma callada y aún discreta. El tráfico exterior, aquel que ha sustituido ruidosamente al que antaño divisaba Córdoba como lugar de posada en el camino, va alejándose del interior de la ciudad

Córdoba sigue siendo un auténtico y estratégico centro de caminos; atenta y vigilante con sus huéspedes pasajeros, punto de referencia y enclave para quien busque buen lugar. Pero Córdoba precisa encontrar el equilibrio de quien brinda su mejor hospitalidad a aquel que la visita y su mejor camino a aquel que pasa de largo.

 

DEL TRAFICO

CORDOBA. TRAFICO Y CIUDAD

 

A) PERSPECTIVA GENERAL

Alguien ha definido en una frase lo que en su opinión significa hacer accesible los lugares próximos o remotos. Y en una sola frase, con una preposición queda diáfana toda una doctrina: "Accesibilidad contra territorio". El territorio virgen queda a manos del hombre en cuanto se le hace accesible y desde ciertas doctrinas la preservación pasa por la mala comunicación. Sin embargo, la ciudad como territorio presenta una particularidad; por definición toda ella esta habitada y es preciso para la vida ciudadana disponer de la accesibilidad a las distintas zonas. Cierto es que esta aparición está generalizada, pero igualmente cierto es que la antítesis entre el ciudadano peatón y el ciudadano automovilista se muestra en su máxima crudeza en la urbe. Y ello, a pesar de que la mayor parte de nosotros somos peatones y automovilistas a la vez.

El ser humano se convierte en el centro de la concepción de la ciudad: las calles, los espacios públicos, los lugares comunes deben estar previstos y diseñados para él. Las distancias y la necesidad de una cierta movilidad hace necesario añadir el tráfico colectivo o particular. Pero el tráfico representa en buena parte la ruptura de la multifuncionalidad de los espacios públicos y la fuente principal de agresión ambiental. Es la causa principal de la crisis ecológica de la ciudad. ¿Qué hacer con él?.

Córdoba, como ciudad de cruce de caminos, no puede volver la espalda a esa realidad; pero se pueden y deben disponer las infraestructuras necesarias para que los tráficos de paso no afecten al interior de la ciudad.

 

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Figura 14. Esquema de circulación actual y viario propuesto.

 

Exceptuando la carretera de Palma del Río que no recoge un tráfico importante, el sistema viario "exterior" es tangente al extremo Oeste de la ciudad actual, a excepción del Polígono de las Quemadas y Rabanales. La afluencia de la N-IV y la N-420 junto al arroyo de Pedroches marcan la concentración de mayor tráfico.

La Ronda Este conexiona la carretera de Badajoz-Granada con la Autovía N-IV, que en trazado común, salva el Guadalquivir derivando a Granada, Sevilla, Málaga, Cádiz y Huelva.

Exterior al viario descrito, quedan dos áreas ahora "vacías", una de ellas es la zona limitada por el Arroyo de Pedroches y la Universidad de Rabanales; la otra es la comprendida entre la N-IV y el río Guadalquivir. Estas dos piezas del territorio quedan exterior al viario y "al otro lado de". No podemos olvidar que una carretera establece un recorrido que une a lo largo de esa linealidad pero a veces separa ambas márgenes. El tramo que transcurre en el borde sureste de la ciudad, junto al estadio, soporta todo el tráfico exterior que discurre desde Extremadura y Madrid hacia Andalucía Occidental y Granada. Esa vía está demasiado próxima a las viviendas de Cañero y Fuensanta y marca un límite físico que interrumpe el acceso al río, privando a la ciudad de su disfrute.

La propuesta que se recoge en este Plan articula un viario perimetral que conforma una "U" soportada en la variante elegida en el estudio informativo para la autovía Córdoba-Málaga. Independientemente del resto de tramo, ésta circunvalación permite "liberar" la actual N-IV que queda como Vía interior y se aprovecha para crear otra circunvalación ya interna. El diseño urbano permeabiliza transversalmente esta vía en varios puntos, dando salida a las barriadas que ahora van cerrado ese lateral con los taludes de la carretera. A Levante se prolonga la Ronda Este hasta conectar con la futura variante ya mencionada. En Poniente, exterior al polígono de Amargacena, y con un puente en Casillas se conecta la carretera de Palma.

La proximidad de la ciudad con la sierra no facilita la posibilidad de una Ronda Norte de la ciudad que conectando con la actual de Levante y la futura de Poniente, constituyera la circunvalación completa de Córdoba. la orografía, y sobre todo, el respeto paisajístico desaconsejan plantear este vial. Se propone la utilización de vías de penetración alternativas que posibilitan el acceso rápido a esta zona Norte de la ciudad.

 

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Figura 15. Propuesta viarios perimetrales.

 

Este esquema básico articula, a través de distintas vías, una circunvalación que conexiona las entradas y salidas de la circulación exterior, del cruce de caminos ya tradicional en Córdoba, sin que por ello este tráfico deba entrar en la ciudad. Pero ¿qué hacer con el tráfico interior?, ¿cómo pasar de una necesaria movilidad a una accesibilidad sostenible?.

Es claro que una vía de actuación prioritaria para conseguir la accesibilidad sostenible es la potenciación del transporte colectivo como alternativa al automóvil privado.

Se podrá obstaculizar el paso al trafico privado a determinadas zonas de la ciudad tanto más cuanto la accesibilidad sea garantizada a través de medios colectivos, si las distancias desaconsejan la peatonalización. Esta solución queda, sin embargo, fuera del contexto propio de este documento por cuanto la diferencia entre movilidad y accesibilidad llevaría a una planificación más pormenorizada de lo que un Plan General permite.

Una segunda medida que suele ser efectiva consiste en reducir las consecuencias ambientales y sociales del tráfico disminuyendo la movilidad motorizada acortando itinerarios y facilitando una "dispersión", lo que hace bajar las intensidades de paso de vehículos. Los estudios de tráfico son un elemento valioso para conocer que es lo que pasa en una ciudad, pero la demanda de tráfico no es fija, por lo que la prognosis sobre morfologías distintas futuras no siempre llevan a resultados adecuados.

En el modelo que se propone se ha optado por la existencia de "anillos" interiores que marcan distintos niveles de accesibilidad. El primer anillo apoya su lateral de Levante en la propia ronda actual;; se provoca un subanillo en la zona entre Pedroches y Rabanales. Este circuito se comunica con la "U" primera, canalizadora del tráfico exterior a través de conexiones radiales. Una afirmación que no por evidente debe olvidarse, es que todo el que va al centro de la ciudad desde fuera ha de pasar desde el exterior hacia el interior. Por ello, en teoría las intensidades radiales van disminuyendo y la movilidad debe irse dificultando. Existe un segundo y tercer nivel de accesibilidad siendo el último el que corresponde al caso histórico. La estructura anillada deviene de una concepción de tráfico privado que posibilite la accesibilidad pero que va limitando la movilidad a medida que se adentra en el corazón de la ciudad. La compatibilidad de usos es posible, pero la priorización debe marcar el diseño de las vías desde el punto de vista funcional.

 

B) TIPIFICACIÓN DEL VIARIO

No existe uniformidad de criterios en cuanto a la clasificación del viario; sin embargo existe unanimidad en cuanto a la necesidad de que exista una jerarquía viaria. Dicha jerarquía permite que, tanto por parte del peatón como del automovilista, se identifique de forma "cuasi" instintiva la priorización y las condiciones del uso de cada una de las vías en particular.

Para la clasificación se manejan distintos criterios que dan lugar a distintos tipos de géneros o clases. Es usual considerar tipologías diversas por distintas causas:

  • Por el inicio y final de trayecto teórico (interregional, regional, comarcal…)
  • Por sus características de diseño: geometría, intensidad, velocidad, etc. (autovías, vías rápidas, vías arteriales…)
  • Por el medio territorial atravesado
  • Por su compatibilidad y priorización de uso (carretera urbana o calle con predominancia de actividades peatonales y urbanas)

Esta última jerarquización es la que más afecta a un planeamiento del ámbito que nos ocupa, ya que la clasificación, de acuerdo a este criterio, marcará los "territorios de los tráficos peatonales y rodados. Las vías urbanas tienen distintas zonas dedicadas, en un caso, a los vehículos y, en otro, a los peatones. Esta segregación espacial no siempre es posible; existe4n puntos concretos en los que se produce una discontinuidad en los circuitos peatonales, o una intersección entre el espacio destinado a los vehículos y el destinado a los peatones. En estas zonas solo cabe la posibilidad de hacer una segregación temporal, de forma que no sean usadas al mismo tiempo por el tráfico rodado y el peatonal.

La planificación ha de abordar el diseño del vial como elemento priorizador de la tipología de tráfico, segregando o integrando a peatones y vehículos. De igual forma que se estudia en el diseño urbano el tráfico rodado, el uso peatonal del viario debe ser objeto de estudio meditado y pormenorizado en el planeamiento de rango inferior al Plan General. no cabe considerar, en un futuro, la acera como la zona residual de la calzada. Los circuitos peatonales, las posibles densidades de peatones, la ubicación de pasos de calzada, el diseño de intersecciones, sentidos de circulación y giros, etc. deben ser estudiados para que exista la menor confrontación entre el tráfico peatonal y el de motor, cuando éstos hayan de convivir.

La bicicleta se incorpora como elemento singular del tráfico rodado, con unas características más próximas al peatón que a los vehículos a motor; su integración en el diseño urbano exige la disponis8blidad de áreas intermedias entre la tradicional calzada y los acerados.

Por esta razón, en los Proyectos de urbanización, tanto de nuevos viales como de remodelación de los existentes, del viario incluido en la Red Principal de Itinerarios para circulación de bicicletas, de forma integrada en el espacio urbano, que permita un suficiente margen de seguridad para los usuarios para los usuarios de este medio de transporte. En el planeamiento de desarrollo y proyectos de urbanización de zonas residenciales se diseñarán itinerarios ciclistas de barrio en conexión con los itinerarios principales. Estos itinerarios de barrio no necesariamente se formalizarán como carriles de bicicletas, pudiendo hacerse coexistir la circulación de ciclistas con los automóviles , siempre que se aseguren medidas de prioridad, preferencia, etc. para la seguridad de aquellos.

La clasificación del viario la hacemos, según las ideas recogidas en los párrafos anteriores, de acuerdo a criterios de funcionalidad. Esta clase de tipificación nos marca la priorización entre peatones y vehículos, disminuyendo la accesibilidad de estos últimos a medida que el vial se va adentrando en la ciudad.

La tipología adoptada para el Término Municipal de Córdoba nos lleva a la siguiente clasificación por rangos de vías:

a) Carreteras, circunvalaciones, enlaces y travesías. Son las autovías y carreteras, así como las de unión entre ellas atravesando o bordeando la ciudad, por lo que se caracterizan por la mezcla de un tráfico no urbano generado o atraído por las zonas contiguas a la vía. Dependiendo de si acaba en la ciudad o la circunvala la red viaria primaria puede convertirse en una penetración o en una ronda. Su proximidad a la zona urbana imbrica la comunicación interurbana con la urbana. La penetración sigue una traza aproximadamente radial y según esté más o menos interior a la ciudad predominará el tráfico – y por lo tanto el uso- urbano o el interurbano por lo que debe haber una gradación en el diseño adecuándolo a su función en cada uno de los tramos. La ronda cumple una misión de encauzamiento del tráfico de paso que atraviesa la ciudad, debe estar diseñada de forma que permita la entrada a la ciudad con varias alternativas y los movimientos internos a través de cortos recorridos por la ronda urbana.

b) Vías Primarias. Son las de acceso a distritos y barrios, dando continuidad a los colindantes y tramando las vías de carácter superior.

c) Viario Medio. Son aquellas vías que tienen una cierta importancia en la estructura y organización espacial de los diferentes usos, o que por su longitud salen fuera del ámbito del barrio o distrito, pero que no poseen las condiciones suficientes de continuidad o capacidad para ser clasificadas dentro de las vías primarias.

d) Distribuidores de barrio. Son aquellas vías de, menor intensidad en cuanto a tráfico, pero e gran importancia en la ordenación del área en que se encuentran, y cuya función es canalizar los flujos de circulación desde el tramado viario local hacia las vías de jerarquía superior.

e) Viario Local. Son las calles de los barrios o sectores que aseguran el acceso a la residencia o actividad implantada en su ámbito. La función principal es el acceso a los usos situados en sus bordes. El tráfico urbano es casi exclusivo y su diseño prima la actividad local sobre la comunicación entre zonas.

f) Sendas peatonales. Las destinadas a la circulación de peatones.

 

LA CIUDAD. MOVILIDAD Y ACCESIBILIDAD.

 

a) GRADACIÓN DE NIVELES

 La circulación exterior, pasante por la ciudad, y aquella que surge desde el interior de forma radial provocan, la existencia de grandes áreas (usualmente en cuña) en las que no existe una clara priorización. Se provoca, con ello, un tráfico "circulante" que por tener recorridos dudosos, aumenta el tiempo de estancia en la zona y por tanto su intensidad.

 La estructura urbana de Córdoba, con un centro muy amplio, producto de su historia, apenas permitirá la disposición radial. Para acortar tiempos de recorrido, graduar la accesibilidad y posibilitar una clara jerarquización de viario, la propuesta que se hace se basa en la disposición de anillos, que se encierran unos en otros, conectados a través de calles de disposición semiradial. La entrada desde un anillo exterior a otro interior significa la disminución de movilidad de tal forma que el conductor establezca conscientemente la relación adecuada entre la accesibilidad y la movilidad. Los anillos propuestos quedan grafiados en el plano de viario y se describen de una forma más pormenorizada en este apartado. Se describen a continuación:

Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 1.

La ciudad se sitúa sobre una de las vías nacionales con mayor densidad de tráfico tanto pesado como ligero como es la N-IV hoy "autovía" de Andalucía E-5. Este elevado nivel de tráfico es consecuencia de la especial ubicación de Córdoba dentro de la comunidad de Andalucía en relación con la costa Sur y Oeste de nuestro país, y en las comunicaciones con la zona centro (Castilla La Mancha, Madrid) y Oeste (Extremadura).

La necesidad de mantener una circulación periférica y el establecimiento de la autovía a Málaga aconseja con carácter prioritario un nuevo trazado de la actual N-IV/E-5.

A la vista del viario actual a este nivel parece más que lógico que este itinerario alternativo se realice al sur de la ciudad. No solo por cuestiones técnicas de trazado y ejecución, sino por las limitaciones que impone la Sierra de Córdoba al Norte de la ciudad, tanto orográficas, de impacto medioambiental, histórico-arqueológicas y, sobre todo, por la existencia de enlaces tan importante como los de Granada, Málaga y Sevilla ubicados al Sur.

El inicio de la misma (Sentido Madrid-Sevilla) estaría en torno al cruce de la vía actual con el río Galapagares, pasada la CV-146. A partir de este punto, discurriría por la margen izquierda del Guadalquivir pasando por el Cortijo de Doña Sol, vertiente Sur del Cerro del Palo y terminando en el Cerro de los Visos donde se configuraría el nudo Sevilla-Málaga.

El actual trazado de la N-IV/E-5 desde el punto de inicio de la nueva vía de penetración a la ciudad desde el Este, conexionaría con la CN-432 Badajoz-Granada a través del nuevo nudo de Levante-San Carlos de reciente inauguración viniendo de Extremadura y Norte de la provincia.

Desde el nudo terminal de enlace de la nueva vía en el cerro de los Visos, se plantea un enlace con la antigua carretera de Sevilla como necesidad de acceso a los polígonos de dicha zona y penetración al Oeste de la ciudad desde Sevilla.

El actual trazado quedaría como vía de penetración por el sur desde Málaga y Sevilla.

Igualmente desde el Sur y de forma directa quedarían incorporados los accesos desde Granada a ambas vías.

Se completa así el viario periférico a nivel de red de alta velocidad y vías de acceso a la ciudad y conexión de la misma con las capitales de provincia y regiones limítrofes.

La zona Norte, como consecuencia de su particular ubicación y mayor desarrollo en este sentido quedaría incorporada a este nivel a través del viario con "Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 2", que se describe a continuación.

 

Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 2.

Continuando con el criterio expuesto, alcanzaríamos el "Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 2", limitado o definido por el primer cinturón periférico de la ciudad que comprende:

 Al Sur: Trazado actual de la CN-IV/E-5 desde el nudo de las Quemadillas hasta el del Polígono de la Amargacena.

Al Oeste: Desde el nudo anterior (polígono de la Amargacena) por la antigua carretera de Cádiz, polígono de la Torrecilla, nuevo trazado de enlace con la Avda. del Pintor Antonio Rodríguez Luna, Avda. Escritor Conde de Zamora, al nudo con c/ Periodista Quesada Chacón y cruce con el actual trazado del AVE.

Al Norte: Nudo anterior y nuevo trazado de conexión con la carretera de Santa María de Trassierra a la altura de la Barriada de San Rafael de la Albaida, Avda. de la Arruzafilla, c/ Escultor Fernández Márquez.

 

Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 3.

En torno a la zona anterior, cerrándola por el Este-Norte y Oeste, sobre la margen derecha del río Guadalquivir se conforma un "Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 3", definido por las siguientes vías:

Nueve Puente sobre el río frente a Accesos actuales al Polígono Guadalquivir. Nuevo viario hasta polideportivo de Vistalegre, Median Azahara, Viario de terreno liberado del Ferrocarril, Chinales, Carlos III, Avda. de Libia, Viario del Arenal hasta el puente, Avda. de Cádiz y Crta. de Sevilla hasta el Polígono del Guadalquivir.

Algunas de estas calles, tienen ya carácter de vías de penetración y salida a la ciudad, por cuanto en su trazado corresponden en su mayor parte a las antiguas carreteras Nacionales y comarcales que tenían ya en tiempos dicho carácter.

Así, por el Sur y Este, se apoya dicha zona y nivel sobre la antigua CN-IV Madrid-Sevilla, que desde Alcolea bordeaba por la margen derecha del río, el casco antiguo y cruzando el puente de San Rafael y ya por su margen derecha concluía en el nudo Sevilla-Málaga.

Por el Norte se define por el antiguo trazado superficial del ferrocarril Madrid-Sevilla, eje básico de comunicación y que hoy es objeto del Proyecto de Urbanización de los terrenos liberados del Ferrocarril, en cuya concepción se prevé el establecimiento de dicho itinerario como vías de penetración Este-Oeste, y viceversa, al igual que la anterior.

 

Nivel de Movilidad y Accesibilidad Nº 4.

En esta zona su perímetro viene definido por la siguientes vías:

Al Sur: Margen derecha del Río Guadalquivir.

Avda. del Alcázar.

Ronda de Isasa.

Paseo de la Ribera.

Ronda de los Mártires.

Al Este: Campo Madre de Dios.

Campo San Antón.

Avda. de Barcelona.

Ronda del Marrubial.

Al Norte: Avda. de las Ollerías.

Plaza de Colón.

Ronda de los Tejares.

 Al Oeste: Paseo de la Victoria.

 Avda. Conde de Vallellano.

 Avda. del Corregidor.

 Puente de San Rafael.

El predominio peatonal que debe primar en el interior de esta zona condicionará el entramado interior de sus itinerarios de cara a su uso por transporte público, uso comercial y servicios de emergencias.

 

b) CONEXIONADO CON NUEVAS ÁREAS

El desarrollo urbano previsto se sitúa fundamentalmente a Poniente y en algunas zonas de Levante. En el Norte solo se ocupan vacío intersticiales, mientras que al sur la ciudad sigue como está actualmente.

En este apartado se va a comentar cuál es el viario principal que se precisa para el desarrollo de la ciudad, y en qué medida su inexistencia coarta o impide el crecimiento urbanística.

El nuevo trazado de la carretera N-IV/E5 y su relación con la autovía de Málaga significa liberar la traza actual, que dejaría de ser vía primaria para pasar4 a ser de tráfico local. Sin embargo, no es condicionante para el desarrollo urbano previsto ya que únicamente afecta a la densidad de tráfico interior y al diseño de los elementos de confluencia de las distintas vías.

La variante Oeste es, dentro del esquema viario, un ramal importante que pone en comunicación una extensa zona urbana de Poniente y conexiona las carreteras de Málaga y Sevilla con la del aeropuerto, la de Palma del Río y la carretera de Trassierra. Desde ella se accede, a través de vías colectoras a la red local. El cruce del río Guadalquivir por el meandro de Casillas evita una mayor penetración hacia Córdoba del viajero que la aborda desde Sevilla, Cádiz y Huelva y que se dirija a cualquier punto situado desde el centro de la ciudad hacia Poniente. Sin embargo, a pesar de la importancia de esta vía para la ciudad, sería posible el desarrollo urbano previsto en esta zona con la construcción parcial de algunos tramos de la Variante Oeste.

La estructuración del viario previsto hace, sin embargo, muy necesario disponer de la Ronda de Poniente para comunicar adecuadamente las nuevas zonas de la ciudad situadas en esta área. Desde el nuevo puente sobre el río Guadalquivir, situado en el límite del Polígono La Torrecilla, hasta su conexión en la zona del Tablero con el Aeropuerto, Carretera de Palma del Río, Parque Figueroa, Carretera de Trassierrra, San Rafael de la Albaida y Tablero Bajo. Esta vía posibilitaría la existencia del "anillo" en la circulación rodada que conexionaría la zona con otras de Córdoba, y con el exterior, sin necesidad de establecer circuitos radiales que aumentarían la densidad de tráfico en el interior de la ciudad. Dentro del esquema viario, entendemos fundamental para el desarrollo urbano previsto la construcción de esta Ronda.

El cruce del río en el actual enlace de entrada al Polígono del Guadalquivir, es una clara alternativa urbana al puente de San Rafael. Existiendo la Ronda de Poniente, el tráfico exterior que entre a Córdoba desde el Sur lo haría por dicha Ronda o penetraría hacia el interior de la ciudad por San Rafael. Sin embargo, como colector de tráfico local el nuevo puente en necesario y facilita la integración urbana del Polígono del Guadalquivir.

El enlace de Levante que, partiendo de la nueva traza de la N-IV, va al nudo actual de la Variante Este es fundamental , una vez que se construyera la nueva autovía, porque constituye un acceso directo a la ciudad que enlaza con la carretera de Badajoz y la zona Norte de la provincia de Córdoba. Este enlace, aparte de constituir una vía de penetración en la ciudad, da forma a otro "anillo" que hace posible que el tráfico de paso no afecte al tráfico local.

Finalmente, dentro del viario principal propuesto en este documento , queda hacer mención al Paseo Norte. La única penetración desde el Este hacia el Norte de la ciudad es la actual carretera de Almadén. Todo el tráfico que se dirija a la zona situada ent5re el vial Norte de los terrenos liberados del ferrocarril y la zona del Brillante y que entre por la Variante Este, conexiona con el viario local a través de la glorieta de Carlos III. Aunque éste nudo está pendiente de ser remodelado, aumentando su capacidad, la intensidad de tráfico que habría de soportar es muy intensa.

El Paseo Norte es una alternativa de penetración en la ciudad, partiendo del nudo de conexión de la Variante Este con la carretea de Badajoz-Gr5anda. Este paseo entronca con el viario local por encima del Polígono de Chinales y enlaza con la calle Escultor Ramón Barba desde donde puede incorporarse al tráfico en dirección al Brillante o tomar la dirección hacia Trassierra y Ronda de Poniente.

Esta breve visión de los viales principales de nuevo trazado que se incluyen en el planeamiento, pretende evaluar la relación temporal entre su construcción y el desarrollo urbano del suelo al que afectan. Todos ellos se consideran necesarios para la ciudad, y por eso se incluyen como viario; sin embargo, es posible compaginar el crecimiento zonal con las fases de ejecución de las grandes vías. Únicamente en el caso de la Ronda de poniente sería necesario disponer de su casi totalidad para que fuera posible el crecimiento urbano previsto en el este de la ciudad.

 

DEL ABASTECIMIENTO

 

EL AGUA EN LA HISTORIA DE LA CIUDAD

En la ciudad romana sólo existían algunos puntos que formaban parte de la traída de aguas común;: los baños públicos y las fuentes. El abastecimiento domiciliario era privado. El pozo propio, que servía además de ornato al jardín y el agua de lluvia , que se acumulaba en aljibes, eran las fuentes de las que se abastecían las viviendas. Lo que la ingeniería y la arquitectura del agua tienen de pública y monumental con los acueductos, los baños y las termas, lo tiene de individual e intimista el agua en la vivienda. Sin embargo el impluvium, a veces modesto, reflejó, en otros casos , lo mejor del arte ornamental. El agua es protagonista en la vivienda de tipo medio-alto; pero es el agua propia, no existe una red de distribución general doméstica. las conducciones se destinan a otros menesteres públicos o industriales.

La invasión islámica trae una nueva cultura del agua .Es un canto a lo que este bien significa para quien ha carecido de él. El agua, como don divino, forma parte incluso de la oración.

Entre las primeras obras de las que se tienen constancia documentada, del más viejo emirato dependiente de Damasco, se encuentran la reconstrucción de los arcos del puente romano y el gran azud construido, aguas abajo del puente, para represar las aguas que se destinaron al uso público de Córdoba. La gran rueda de la Albolafia subía el agua al alcázar donde discurría por las conducciones superficiales para uso y disfrute de sus moradores. Durante largos años prestó servicio hasta que, a finales del siglo XV, la hizo desmontar la reina Isabel la Católica, quejosa del ruido que hacia. Al-Hakam II, a finales del siglo X, fue el califa que realizó la mejor de las ampliaciones de la mezquita y construyó cuatro salas de abluciones. Para abastecerlas sustituyó el pozo existente por una larga conducción desde la sierra. La necesidad de contar con agua limpia y pura para las abluciones religiosas motiva la primera "traída" de aguas de Córdoba. Era el año 967, nos dice el cronista que comenzó a correr el agua el viernes 10 de safar.

Abd al Rahmán III realizó una de las mejores obras de ingeniería, la conducción de aguas a Madinat al Zahrá. El agua se hace arte y se expande en las calles y en los jardines del palacio.

A Poniente de las edificaciones existió una ciudad administrativa en el Moroquil. Al excavarla aparece lo que debió ser un gran depósito, final de una conducción. De planta trapecial con cincuenta metros de longitud por treinta de ancho, con contrafuertes en el interior para compensar los empujes de tierra cuando se vaciaba; su volumen indica el gran número de habitantes a los que suministraba el agua de la próxima sierra.

El abastecimiento ha pasado paulatinamente a tener un mayor carácter colectivo, en la mayor parte de las casas no faltaba el agua para limpieza e higiene. Solo en pueblos más modestos el abastecimiento domiciliario se realiza llevando cántaros a las casas desde las fuentes públicas; estas fuentes se surten a través de conducciones desde los manantiales existentes. En el zaguán o en el patio, a la sombra, depositados en las cantareras, los recipientes guardaban fresca el agua que se iba a consumir en la casa.

Córdoba, al pie de su sierra ha tenido veneros dentro y fuera de la ciudad. Algunos de los que se encontraban en el exterior fueron conducidos al casco urbano para su uso en el abastecimiento. Ya en el siglo XIV la ciudad contaba con veintiocho veneros dentro del recinto amurallado y once fuera, amén de numerosos pozos. En las Actas Capitulares de los Cabildos Municipal y Eclesiástico se establecen normativas de las conducciones. Jerónimo Sualez en el siglo XV escribe "tienen allí los ilustres reyes de España un municipio regio rodeado de un triple muro y protegido por fortísimas torres hacia el que se ha dirigido de un modo permanente desde la Sierra el agua, y artificiosamente se le obliga a subir por los lugares donde la negó la naturaleza...".

En el siglo XVI son ya numerosas las fuentes públicas existentes. Algunas como la de la calle Feria (que sirvió hasta 1.786 de abrevadero) las de la plaza de San Rafael y la Piedra Escrita llevan ya siglos dando agua a quien se acerca a solicitársela. Córdoba ha sido siempre ciudad en la que el agua de la sierra ha fluido en sus veneros, retornando al río de donde partió. La tierra da su mejor vida a través de su fluido vital. Y así sigue aún, generosa con quien en ella habita.

 

ABASTECIMIENTO ACTUAL

El moderno abastecimiento se plantea desde el Embalse del Guadamellato con una conducción de agua bruta que lleva el caudal captado hasta las instalaciones de Villa Azul. A una estación de tratamiento potabiliza el agua y la acumula en dos depósitos reguladores, desde donde sale a la red de distribución. Existen otros depósitos de cola situados en la zona meridional fuera del casco urbano. La conducción , desde el embalse del Guadalmellato, tiene una longitud aproximada de veintidós kilómetros, y en el último tramo sigue una traza sensiblemente paralela a la antigua N-IV.

Ya dentro de la ciudad existe una red primaria en diámetro superior a 600 mm. que malla la ciudad. Los ramales periféricos bajan desde Villa Azul, separándose en Cruz de Juárez y Almogavares. Desde este último pasa a Carlos III, Avda. de Libia, interior de Cañero y Fuensanta, y sale a la Ribera continuando hasta el puente de San Rafael.

El ramal interior pasa por Ronda de los Tejares y Avda. Medina Azahara donde confluye con otro perimetral que, pasando por la urbanización colindante con el Tablero, baja siguiendo la alineación de Gran Vía Parque hasta el Polideportivo de Vista Alegre. Desde allí sale a unir con el puente de San Rafael; en este punto donde se ha cerrado el anillo, se continúa por la Avda. de Andalucía y Carretera de Granada hasta los depósitos de cola de San José. Las Quemadas y Alcolea se encuentran unidas a la red de la ciudad.

Por otra parte, a Poniente se dispone de dos conducciones una junto a la carretera de Palma del Río que cubre los núcleos urbanos existentes; la otra sigue sensiblemente la traza del emisario a la EDAR. Entre las dos cubren la zona habilitada a Poniente de la ciudad casi hasta el término de Almodóvar. Abastecen los núcleos urbanos del Higuerón, el Veredón, Encinarejo y Villarrubia, así como a las zonas urbanizadas junto a la carretera del aeropuerto.

Cerro Muriano, y su zona de influencia se abastece desde el embalse de Guadanuño donde existe una potabilizadora que distribuye el núcleo urbano, a la estación de Obejo y campamento militares.

El núcleo de Sta. Mª de Trassierra se abastece desde captaciones de agua subterránea existentes en la zona y que se encuentran muy próximas a los depósitos.

A ellos se eleva el agua subterránea , y desde allí se reparte la zona habitada. Unos segundos depósitos surten a una zona dispersa que se encuentra a lo largo del río.

 

EXPANSIÓN DE LA CIUDAD

La estructura general del abastecimiento facilita el suministro a cualquier punto de las futuras zonas de expansión de forma adecuada, y sin necesidad de sacar arterias desde los depósitos de Villa Azul. Como ya se ha comentado, desde los depósitos de la potabilizadora surge una tubería principal de la que parten ramales que forman un anillo interior a la ciudad. Ramificaciones de este anillo llegan a los depósitos de cola. Desde ellos, una arteria de reciente construcción cierra, por el Sureste, otro anillo que potencia cualquier posibilidad de abastecimiento por Levante. Los desarrollos urbanos por Poniente, devenidos del planeamiento actual, han motivado la construcción de un ramal principal de canalización, suficiente para derivar de ella el abastecimiento a la zona del casco urbano que ahora se prevé ampliar.

Los continuos trabajos de infraestructura llevados a cabo a lo largo de estos años, y en la actualidad, por la Empresa responsable del abastecimiento, hacen que Córdoba no precise, a corto plazo, actuaciones para aumentar los caudales disponibles ni la calidad del agua. Tampoco es previsible que, en los plazos del desarrollo del planeamiento que nos ocupa, sean precisas obras de infraestructura primarias; conducciones, instalaciones de tratamiento o arterias no afectas a zonas de expansión. La posibilidad de fuentes de suministro alternativas, y la disponibilidad de dos conducciones desde el embalse del Guadalmellato, aseguran una garantía de suministro difícilmente alcanzable en otras ciudades. Si, a esta circunstancia, añadimos la posibilidad de abastecimiento con caudales procedentes de Embalses de San Rafael de Navallana y la capacidad de tratamiento de la estación potabilizadora de Villa Azul no existe ningún problema, en instalaciones generales, para abastecer las zonas expansión previstas, Sí se precisan, sin embargo, actuaciones en las redes interiores que sigan desarrollando "círculos concéntricos" de arterias principales desde los que se puedan ir abasteciendo a las edificaciones previstas. Este sistema de anillos sucesivos posibilitan, no sólo el abastecimiento de caudal suficiente, sino que aumentan la garantía de suministro y equilibran presiones en las distintas zonas.

En cuanto al futuro, las previsiones más importantes son:

Se lleva desde Villa Azul un refuerzo de red perimetral al límite norte de la ciudad que conexiona en dos puntos con el alimentador que discurre por Las Quemadas. Esta conducción "cierra" un perímetro exterior desarrollándose sobre el trazado actual- al igual que en las otras zonas- como las capas de una cebolla.

Partiendo de la red existente se lanza una arteria principal que recorre la nueva zona urbana como una espina dorsal hasta el extremo occidental de la zona.

 

EL AGUA. ELEMENTO SINGULAR EN CÓRDOBA

Córdoba, ha sabido pasar de sus caños y veneros al abastecimiento que hoy tiene. Las conducciones desde los embalses abastecedores, las instalaciones de tratamiento y la red de la han ido creciendo paulatinamente hasta ser lo que hoy son. El crecimiento futuro de la ciudad precisa que la infraestructura se amplíe suministrando a las nuevas zonas.

Su desarrollo se ha de hacer desde el interior, en capas concéntricas, cerrando y abrazando cada nueva zona del planeamiento.. A pesa del carácter limitado del agua, Córdoba quiere su tradicional relación con ella; ha de saber compatibilizar las necesidades actuales con la conservación de lo que en la ciudad es propio y atemporal. El agua y la ciudad han de saber hacer vivir siempre, las palabras del poeta Pablo Gracia Baena.

"El agua de Córdoba, el líquido lema municipal y heráldico, la fonsque sophiae, la clara fuente de la sabiduría. Alta y gallarda en el surtidor de las artes, profunda y goteante en el pozo de los filósofos, caño manso y humilde en los veneros serranos. Judía de aljibes de expiación, árabe de pilas de abluciones, cristiana de acetres y bautismos, tres veces sagrada manando inagotable, el agua de Córdoba, la fuente santa.

Discurre el agua por toda la ciudad en palpitante arteria, erigiendo en cada rincón en cada calleja su ara fresca y sonante: pilares, abrevaderos, aceñas, atarjeas. Porque son aguas plurales y vivas, como las que oyen los místicos en su noche oscura:

"que bien se yo la fuente que mana y corre"

y se inscriben distintas, con pureza de caudal abundoso en el antiguo nomenclátor urbano: calle del Agua, Arca de Agua, Horno del Agua.

Y dos calles del Baño, alta y baja, de linfas geométricas por la sombra estrellada de las celosías. Y el agua recatada y redonda en el anillo del mármol de los brocale: calle del Pozo o del Pozo de Dos Bocas. Metal herrumbrosos del Caño Quebrado, regato monjil del Chorrito de Santa Isabel, charco grande de la Lagunilla cubriendo la terriza plaza, casi albero. Callejones gremiales de Pescadores, del Molino de Acerite, de Barqueros, de los Molinos. Y plazuela de Aguayos, de legendario blasón ondeado. Por el Caño de Venceguerra, portillo de conquistadores, entraba el río en la celosa posesión de las riadas, anegando la Ajerquia convirtiendo el barrio menestra en bética Venecia. Y con el otoño las lluvias del agua torrencial saltaba por el lecho empedrado del Arroyo de San Andrés, corriente cruzada de acera a acera por pequeños puentecillos que yo, párvulo, salvaba para ir a las escuelas de López Dieguez cuando Esperanza, la aguadora enlutada y menuda, acarreaba en el barro de los cántaros el chorro frío y puro de la Fuenseca".

Será bueno recordar estas palabras cuando se piense en el agua en Córdoba; aquí, en esta ciudad, es algo más que el abastecimiento , algo más que unas redes m unas bocas de riego o incluso unas fuentes. El agua está unida a su historia y su carácter: ha sido y deberá seguir siendo un elemento singular, del recuerdo, de los que en ella habitan.

 

DEL SANEAMIENTO

 

REFERENCIA HISTÓRICA

El saneamiento es de menor edad que el abastecimiento. Solo en tiempos que históricamente son presente, se ha concebido socialmente la necesidad de depurar los vertidos Sin embargo su evacuación fuera de la ciudad es muy anterior, y ya los romanos disponían de redes públicas donde se recogían las aguas usadas. Tanto ellos como los árabes construyeron redes de alcantarillado importantes, teniendo en cuenta lo limitado del uso colectivo del agua y del abastecimiento domiciliario. Los ríos y arroyos volvían a recuperar el agua usada y la hacían suya regenerándola, de forma natural, para su nuevo uso.

El concepto de redes de alcantarillado, como un servicio generalizado y continuo, es muy reciente en la historia. Tras la época de retroceso histórico que, en algunos aspectos, se produce con la culminación de la reconquista y la expulsión de los judíos de España, el Renacimiento abre un portillo de luz haciendo que la arquitectura conozca nuevas formas en los siglos XVI y XVII. Ya en el siglo XVIII el Barroco, que llegó a su apogeo en la Península Ibérica, supone la prevalecía del ornato sobre la esencia de la construcción . Y así es, al menos, en lo que se refiere a la infraestructura en la ciudad; grandes y hermosos edificios se construyen rodeándolos de una aparente "urbanización" bajo la que no existen servicios ninguno. Tiene que llegar el siglo XIX para que el ingeniero higienista Edwin Chadwick, en 1840, proponga el tratamiento de la red de alcantarillado como "prolongación" lógica de la de abastecimiento. Los proyectos e inicios de redes extensivas de alcantarillado se hacen, a nivel mundial, en el último tercio del siglo XIX. En 1860 se construyen las de Frankfurt y Hamburgo, en 1.865 es la de París, en 1.866 Bruselas, 1.873 es el año en que se ejecuta la de Berlín, Buenos Aires en 1.875, Viena en 1.877, Roma en 1.879 y Lisboa en 1.880.

A pesar de la tendencia mundial y de las teorías primeras de Cerdá, expuestas en el "tratado de la Construcción de Ciudades", en España y en el año de 1.886 aún existe el debate de la influencia de la red de alcantarillado en la mortalidad en las ciudades por insanía. El año citado, otro ingeniero higienista Pablo Alzola, escribe "La mortalidad puede reducirse a una tercera parte o a una mitad por medio del saneamiento de las poblaciones y sus viviendas, rebajándolas en las ciudades nuevas hasta el inverosímil contingente de 10 defunciones por 1000 habitantes " ( en ese año, de 70 capitales de provincia y mayores poblaciones españolas canalizadas, 23 tienen tasas de mortalidad superiores a 40 habitantes por cada mil –en ciudades inglesas y americanas se estaba, en media, en torno a una mortalidad de 20 habitantes por cada mil-)

En 1.857 Córdoba tiene 36.501 habitantes y la red de alcantarillado no ha evolucionado prácticamente en siglos. En esta época, el crecimiento demográfico es espectacular. En 1.900 la población ha pasado a 58.275 habitantes (con un 60% de aumento de población en 43 años) y se dispara a 165.406 hab. en el año de 1.950 (un aumento del 283% en 50 años). La gran expansión obliga a la ejecución de infraestructura de alcantarillado que no siempre puede ir a la par del desarrollo urbano. El agua usada es conducida al río y vertida directamente al Guadalquivir. El incremento poblacional y el incremento de agua usada van produciendo, en las corrientes de auge, una merma en su capacidad de autodepuración . El río pasa de ser un cauce amigo de lo urbano, a representar la alcantarilla natural que soporta todos los vertidos de la ciudad asumiendo una carga que no siempre puede sobrellevar.

Córdoba, como ciudad, apenas es capaz de ir tras su crecimiento y tramos de colector tan importantes como el de la Ribera no se construyen hasta muy tardíamente, finalizándose en la posguerra. El esquema del saneamiento era muy simple, distintos colectores vertiendo en margen derecha e izquierda al Guadalquivir. Desde Alcolea hasta el término municipal de Almodovar el río se afanaba por parecerlo entre un marasmo de agua usada doméstica e industrial. Al final de la década de los setenta se estudian dos colectores interceptores que recojan todos los vertidos urbanos a ambas márgenes del río. La margen izquierda se incorpora al colector general mediante un crece del río y un bombeo, aportando los vertidos al emisario principal que conducirá las aguas usadas hasta la futura depuradora. En esta década que aún estamos, frene a la barriada de La Golondrina y junto al aeropuerto de Córdoba, se construye la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR).

En ella se descarga al agua usada de la contaminación añadida por su utilización en la ciudad, y se devuelve al río Guadalquivir en condiciones de ser asumida por su curso. No es sino una forma de que el hombre ayude a la naturaleza a reparar aquel daño que el propio hombre hizo. De esta manera, el agua del río vuelve a estar en las mismas condiciones que a su llegada a la ciudad; su capacidad de autodepuración, y el grado de descontaminación efectuado en la estación depuradora, hacen que se recupere es estado del agua para que pueda ser usada posteriormente.

 

ALCANTARILLADO. PRESENTE Y FUTURO

La ciudad de Córdoba está situada en las faldas de la sierra y junto al río. Es lógico que el territorio sobre el que se aposenta esté surcado por cauces naturales. Estos cauces llevan las aguas de escorrentía, por las laderas, hasta el curso de agua que los recibe: el río Guadalquivir. El tratamiento de los cauces naturales, de escorrentías discontinuas, en las zonas urbanas es siempre discutido y discutible. Existen distintas consideraciones sobre si conviene "ocultar" el cauce embovedándolo, y así aprovechar el espacio por él ocupado o, por el contrario, encauzarlo sin cubrirlo e incorporarlo al paisaje urbano. En tiempos pasados, la primera teoría era la que predominaba. Los arroyos eran cubiertos con obra de fábrica, pero se les consideraba como grandes colector5es urbanos, por lo que seguían recibiendo el vertido de otros alcantarillados.

Este hecho causa una distorsión en el funcionamiento de las redes, puesto que los arroyos, aún cubiertos, seguían recibiendo vertidos que podían ser llevados –en régimen de lluvias- al río, Para evitar estas llegadas se disponían aliviaderos invertidos u otros dispositivos hidráulicos que controlaran la descarga de los vertidos a los cauces naturales. Lo deseable hubiera sido disponer del embovedado y, en paralelo, de un colector que recogiese los vertidos urbanos existentes. De este modo los arroyos hubieran llevado únicamente las aguas de lluvia. Esta solución no era adoptada por su costo económico y porque, en tiempos pasados, aún no se pensaba de forma inmediata en la depuración de aguas residuales.

La circunstancia señalada en el punto anterior ha hecho que córdoba disponga en su red de alcantarillado de arroyos embovedados. Los más importantes son los de Pedroches y el Arroyo del Moro; existen otros como el Hormiguita o el de San Cristóbal que también afectan, en régimen de escorrentías, de forma importante al funcionamiento de la red de alcantarillado.

La red de alcantarillado de Córdoba se ha concebido, a lo largo del tiempo, de acuerdo a lo apuntado anteriormente –en cuanto a la utilización de los cauces de arroyos como grandes colectores- y a la existencia de un casco histórico y extenso, situado entre la sierra y el río, El casco cuenta con redes antiguas de secciones estrictas y la anchura y trazado de sus calles no permiten la ejecución de colectores básicos de la red. La avenida de Barcelona y la Avenida de la Victoria son los dos primeros "ensanches urbanos" con continuidad hasta el río que podrían soportar dos grandes ramales de alcantarillado. la proximidad del Arroyo del Moro a la Victoria y la importancia del Arroyo de Pedroches frente al posible alcantarillado de la Avenida de Barcelona han hecho que estos dos cauces formen una especie de bóveda que desvían las aguas residuales de la ciudad hacia levante y poniente del casco histórico.

El soterramiento de las vías del ferrocarril impide, desde Chinales hasta Los Molinos Borrachos, el paso bajo el túnel de una red de alcantarillado indiscriminada que enlazara, por cota, con la red situada el sur de dicho túnel. Por eso la red de alcantarillado de Córdoba queda, de forma esquemática, enmarcada por los siguientes aspectos básicos:

  • El centro histórico más parte de la zona aneja tiene un alcantarillado "propio" que forma una bolsa dentro de la ciudad. La posibilidad de crear colectores de sección importante que atravesaran esta zona no es contemplable.
  • La avenida de Libia es una zona posible de "entrada" de un colector desde la zona a levante de la actual ciudad; incluso podría soportar el alcantarillado que detrajera del Arroyo de Pedroches las aguas residuales.
  • Cualquier zona a desarrollar en la margen izquierda de la actual autovía – en su trazado urbano- precisaría, casi con toda seguridad, de bombeos para incorporarse a la red de alcantarillado actual.
  • Las zonas de expansión urbana situadas junto a la barriada de San Rafael de la Albaida y en el oeste de la ciudad, pueden verter sus aguas usadas- a través de su red local, en un gran colector que transcurra en un trazado similar al que tiene la futura Ronda de Poniente.
  • El Arroyo Cantarranas, que actualmente se está embovedando, puede ser otro de los trazados de interceptores de la red local.

Con estas consideraciones, la red de alcantarillado de la ciudad de Córdoba y su zona de crecimiento quedaría formada por una red local, más o menos ramificada jerárquicamente, y por una red de grandes colectores que serían:

  • Sistema del Arroyo de Pedroches-Carlos III
  • Sistema Avenida de Barcelona-Avenida de Libia- La Ribera
  • Sistema Arroyo del Moro
  • Sistema Ronda de Poniente
  • Sistema Arroyo Cantarranas.

Todos estos sistemas integrados por colectores principales con sus correspondientes primarios y secundarios irían a ser captados por los colectores marginales y emisario existentes.

El colector-interceptor de la margen derecha va asumiendo todos los vertidos de aguas usadas desde el Molino de Martos en la Ribera hasta la EDAR de La Golondrina. El de la izquierda recoge los vertidos del sector Sur, Polígono del Guadalquivir y Polígonos de la Torrecilla Y Amargacena.

En un futuro la EDAR actual será la que recepcione todas las aguas usadas de la población situada en las proximidades del Guadalquivir dentro del término municipal de Córdoba. Desde Alcolea se llevará un colector que conexione con la red de alcantarillado de Córdoba a la altura del Arroyo de Pedroches, junto a la antigua N-IV. Este colector recogerá los vertidos de las posibles ampliaciones situadas entre dicho arroyo y el nuevo campus universitario. El arroyo de Rabanales, como cauce natural, asumirá los excedentes de caudales de las relaciones de dilución necesarias para cumplir la normativa medioambiental. En las Quemadillas se dispone un colector de borde que recoja los vertidos incorporándolos a la red actual de Las Quemadas.

La zona prevista junto al Arenal, al otro lado de la autovía, precisa de la construcción de un colector de borde que conduzca las aguas usadas hasta la cabecera del colector marginal de la Ribera. Debido a la topografía existente será necesario un bombeo. El colector actual tiene capacidad para acoger los vertidos provenientes de esta zona.

El área donde el casco urbano experimenta mayor ampliación es la situada al oeste de la ciudad. Para evacuar las aguas residuales de esta zona, se proyecta un colector que discurre en sentido Norte-Sur, se incluye otro ramal que recoge la zona próxima al Parador de la Arruzafa. Según el grado de desarrollo de la ciudad y dependiente de los consumos seria posible que el emisario -de 1.600 mm. de diámetro- fuera insuficiente en su tramo final, por lo que precisaría de un desdoblamiento desde su intersección con el arroyo de Cantarranas. No obstante, esta última circunstancia también dependería de la tolerancia en la relación de dilución de los vertidos, a lo largo del río Guadalquivir. No tiene mucho sentido, una vez salvado el casco urbano , conducir todas las aguas hasta la EDAR para verter allí todo el caudal transportado, excepto el de tratamiento.

Los colectores que aquí se describen, constituyen la red principal sobre la que verterían el resto de red secundaria en forma de "raspa". El diseño de esta red local, se hará sin priorizar excesivamente ninguno de los tramos, sensiblemente paralelos, que desembocan en la red primaria.

La estructura del alcantarillado se parecerá, pues, más a la estructura de las nerviaciones de una hoja que a la de las ramas de un árbol. Con el criterio último de EMACSA de mallar redes de alcantarillado, con confluencias de ramales en los pozos a distinta altura, los ramales paralelos sensiblemente iguales ofrecen mayores y mejores alternativas en su funcionamiento.

Mención expresa merecen las redes de alcantarillado en las barriadas del término municipal. Es lógico que los núcleos de población situados a poniente de la EDAR de La Golondrina, conduzcan sus vertidos a ella, evitando la multiplicidad de plantas de tratamiento. Encinarejo, Majaneque, El Veredón y Villarrubia llevarán sus vertidos, a través de un emisario incorporarán sus aguas residuales a la cabecera de la depuradora actual. Por otra parte, Alcolea, Los ángeles, las parcelaciones El Sol y Encinares, así como el Polígono del Aceite transportarán sus vertidos hasta la red de Córdoba gracias a un colector cuya ejecución se va a comenzar en breve. Este colector recogerá también las aguas residuales de los tramos intermedios, incorporándolos a la red de alcantarillado de la ciudad a la altura del Arroyo de Pedroches. Para toda la franja urbana del término municipal, situada junto al Guadalquivir, queda un esquema muy claro del saneamiento.

La sierra y el río producen un plano inclinado desde la montaña a la ribera,; el curso natural de las aguas es la dirección norte-sur. Con el establecimiento de uno o varios colectores-interceptores se podrán recoger todos los vertidos -por gravedad o bombeo- que tengan lugar entre la sierra y el río (la margen izquierda sigue con su misma solución actual).

Queda fuera de este sector las barriadas de Cerro Muriano y Sta. María de Trassierra. En ambas el saneamiento es autónomo por lo que se construirá su propia red de alcantarillado -en la actualidad se está ejecutando el de Cerro Muriano y el de Trassierra está en parte construido- y se establecerán las estaciones depuradoras correspondientes. Las dos barriadas mencionadas tienen una accidentada topografía, ya que están enclavadas en zona de sierra. Por ello, y atendiendo al criterio de evitar elevaciones, los puntos de ubicación de las instalaciones de depuración vienen casi predeterminadas por el final de las redes.

 

LA DEPURACIÓN DE LAS AGUAS RESIDUALES

Previamente al planeamiento de 1986 se realizó un estudio integral del saneamiento de la ciudad de Córdoba y su término municipal : Las previsiones, en aquel entonces, apuntaban a la existencia de un gran polígono industrial situado entre Alcolea y el Polígono de las Quemadas. Se barajaba, entre otras hipótesis, la existencia de – al menos- tres depuradoras a lo largo del río; una en la margen izquierda del río, otra para Alcolea y su alfoz más el polígono industrial y la otra, situada en el Aeropuerto o en Casillas, para la ciudad. En este último caso se contaba con otra posible planta para los núcleos situados en zona próxima al aeropuerto. El esquema actual ha cambiado esta idea; existe una única estación depuradora situada junto a la Barriada de la Golondrina, de la que toma su nombre. La concepción es la de llevar todos los vertidos urbanos e industriales, desde la zona de los Cansinos hasta el Encinarejo, a la EDAR existente, lo que hace posible la centralización de la explotación. Con la infraestructura actual y la que está prevista realizar a corto plazo, no tiene sentido replantearse, en un futuro, la existencia en la zona de otra instalación de depuración.

Como ya se ha explicado anteriormente, las barriadas de Santa María de Trassierra y de Cerro Muriano, por sustitución y por la orografía existente, habrán de disponer de sendas estaciones de tratamiento que depuren sus vertidos.

 

OTRAS REDES

 

RED ELÉCTRICA

La red de Alta Tensión de Córdoba cuenta con la alimentación básica a la misma que se realiza en 220 KV y 132 KV. A la subestación principal de "La Lancha" llegan ambas tensiones y a la de "Casilla" sólo la de menor valor.

Desde estas dos subestaciones principales parten lo que se denomina el anillo que circunda la ciudad con un doble circuito de 66 KV, que asegura el suministro ante cualquier contingencia, avería o corte de mantenimiento en uno de ellos, mediante la entrada del segundo.

Este anillo que va alimentando a las diferentes subestaciones existentes, recorría en un principio una traza por terrenos perimetrales a la ciudad entrando en las subestaciones, que situadas también en zonas adyacentes, hacían que la afección al desarrollo interno de la ciudad fuera mínimo.

El crecimiento urbanístico ha hecho que haya algunas instalaciones que queden integradas en la ciudad , habiéndose en unos casos remodelado el tipo de línea de aérea a subterránea y en otra, como es el caso de la entrada a subestación Cruz de Juarez desde Cepansa, aún persisten estas líneas aéreas condicionando el desarrollo de la ciudad.

El anillo de doble circuito de 66 KV se desarrolla partiendo desde la subestación de "La Lancha" para conectar con la subestación de "Casillas", alimentando a su paso la subestación de "Santuario", desde Casillas se continua para subestación "Figueroa", "Cruz de Juarez", "Cepansa" y cierre con "La Lancha".

Desde "Casillas" a su vez, se alimenta la subestación de Villarrubia. Los trazados de las líneas se pueden observar en los planos de red.

El desarrollo futuro de la ciudad hace necesario una nueva subestación central en Córdoba. La realización del Plan Renfe, y la de las zonas adyacentes de MA-1, MA-2 y MA-3, unidas a la saturación de demanda existente en Cruz de Juárez, hace que exista necesidad de construcción de una nueva subcentral, denominada "Gran Capitán". Irá ubicada en la zona de la Glorieta de Ibn Zaydun, aledaña a los terrenos del Plan Renfe. Esta subestación está prevista que se conexione con el doble circuito referido entre las subestaciones de Figueroa y Cruz de Juarez, discurriendo por la Avenida del Arroyo de Pozo, enterrada en doble circuito.

Con la incorporación de esta nueva subestación y las perimetrales existentes que se encuentran con demandas por debajo de sus capacidades se nos indica desde los servicios de Planificación y Desarrollo de Cía. Sevillana de Electricidad, que la ciudad se encuentra con el suministro eléctrico garantizado en un futuro a medio plazo.

 

TELEFONÍA

La instalación telefónica de Córdoba se encuentra remodelada y actualizada.

La distribución de centrales, dispersas en la trama urbana, hacen que sus centros de gravedad cubran las diferentes zonas, tal y como se indica en el plano. Las futuras zonas de expansión quedan en principio cubiertas con las centrales de "Maimonides" y "Arcángel", si bien no existe para el desarrollo de nuevas centrales, mayor complicación en cuanto a su interconexión, ya que los cables discurren a su vez por la instalación de distribución y dispersión.

Todas las centrales se encuentran interconectadas entre sí, incluso por varias rutas, quedando la red interior de la trama urbana sin necesidad de ampliación o rectificación alguna.

Por otro lado, las rutas de llegada y salida a Córdoba se encuentran terminadas no previéndose a su vez ninguna modificación o ampliación.

 

GAS

El abastecimiento de la ciudad de Córdoba se plantea desde el Gasoducto Sevilla-Córdoba del que parten dos ramales que llevan el gas hasta la planta de distribución asegurándose de esa forma el suministro a la red de distribución.

Uno de los ramales, parte de la Posición F-13 situada en las proximidades del cruce de la carretera N-IV y el río Guadajoz, entra en la ciudad por el Polígono Industrial de la Torrecilla, sigue por el Polígono del Guadalquivir, cruza el Río Guadalquivir, discurre próximo paralelo a las calles Pintor Antonio Rodríguez Luna y Escritor Conde de Zamora para acabar a la altura del PK-4+500 de la carretera de Palma del Río.

A lo largo de su recorrido salen acometidas a varias industrias, así como a la red de distribución.

El segunda ramal parte de la Posición F-14 situado a la altura del PK-383 de la N-IV, discurre paralela a las líneas de ferrocarril, bordea Alcolea, cruza el Río Guadalquivir, se introduce en el Polígono Industrial Las Quemadas cruza la antigua carretera y entra en la ciudad por el Polígono de Levante para acabar en la Avda. de Carlos III, en las proximidades del cruce con la carretera de Almadén donde conecta con la red de distribución. Al igual que el ramal anterior, en el recorrido de este ramal salen acometidas a varias industrias.

Con el fin de asegurar el caudal necesario para abastecer la ciudad el gasoducto de transporte Sevilla-Córdoba está conectado con el Gasoducto Tarifa-Córdoba mediante una tubería de 36´´ que parte del mencionado Gasoducto y conecta a la altura de la citada Posición F-14.

Dentro de la distribución cabe destacar una red de tuberías de PE-200 y PE-160 que unen las plantas de conexión con los ramales mencionados anteriormente, formándose una especie de anillo que asegura en todo momento el suministro de gas en la ciudad.

De esta red que transporta el gas en MP parten otras redes también en MP o BP, que distribuye el gas por la ciudad y de la que salen a su vez las acometida a las distintas plantas de distribución ya en BP.

En cuanto al futuro de las canalizaciones, no se prevé ninguna nueva instalación principal ya que el gasoducto de transporte de 32´´ que parte con la construcción de la posición F-14 paralelo a la N-IV pasará cerca del cementerio de la Fuensanta hacia la sierra en dirección al Noroeste, quedan cubiertas las instalaciones previstas en gasoducto principales.

En la red de distribución solo se prevén actuaciones que aumenta el "mallado" de la red en función de la demanda de gas.

 

ELEMENTOS SINGULARES DEL EQUIPAMIENTO.

 

AFECCIÓN A LAS INFRAESTRUCTURAS

En este apartado, de forma muy esquemática, se marcan unas pautas básicas sobre la afección que, algunos elementos singulares de la ciudad, provocan sobre las infraestructuras. Entre estos equipamientos hay algunos que son, en la mayoría de las veces, únicos y ya están implantados. No es previsible que exista una modificación de su ubicación, por lo que la afección actual debe permanecer invariable en el futuro. Tal es el caso de los siguientes: centro penitenciario, parque de bomberos, estación de autobuses, estación de ferrocarril e instalación de tratamiento de residuos sólidos urbanos. Otros, sin embargo, existen actualmente en un número determinado pero podrían aumentar, por lo que habría que considerar las posibles afecciones si se contemplase la colocación de alguno de ellos en las nuevas zonas urbanas. En este caso se encuentran los centros hospitalarios y las grandes superficies comerciales.

CENTROS HOSPITALARIOS. Los residuos hospitalarios pueden producir afecciones a otros servicios. las aguas residuales son difícilmente controlables en continuidad y poddrán alterar el proceso que tiene lugar en la estación depuradora municipal. El control de los vertidos, la disposición de instalaciones interiores de desagüe separadas, e incluso pretratamiento, en planta propia, de las aguas residuales pueden ser acciones precisas para la implantación de estos centros. El tráfico exterior al recinto también puede verse alterado por la circulación inducida por el propio hospital; habrá que estudiar con detalle las posibles densidades de tráfico, en horas punta, y su influencia porcentual en el entorno. La disponibilidad de aparcamientos es otro factor a tener en cuenta. Cuando únicamente se dispone del situado en superficie, en vías públicas adyacentes, la repercusión en la ocupación de las plazas puede ser muy importante. Finalmente, la afección a las redes de abastecimiento, evacuación de aguas y alimentación de energía eléctrica habrá de estudiarse pormenorizadamente para que los suministros no afecten al resto de la zona colindante.

GRANDES SUPERFICIES COMERCIALES. Usualmente la influencia mayor de estas instalaciones se refiere al tráfico y los aparcamiento. Aunque estos últimos sean propios e interiores al recinto, el horario comercial da lugar a unas puntas de la intensidad de circulación que puede afectar de forma importante al tráfico en zonas próximas al centro comercial. Será preciso estudiar y evaluar, en cada caso, dicha afección.

CENTRO PENITENCIARIO. En la actualidad se ha comenzado la construcción del nuevo centro penitenciario, que estará situado entre la barriada de los Ángeles y la autovía. Se ha ubicado fuera del casco urbano y a distancia suficiente para no afectar prácticamente a la ciudad. El tráfico queda canalizado a través de la carretera nacional. El abastecimiento se realiza desde las redes municipales, y el saneamiento se incorpora al colector Alcolea-Córdoba. El resto de servicios ya han sido resueltos, por lo que est6e centro no afect5a, ni afectará en el plazo del planeamiento, a las infraestructuras existentes o previstas.

PARQUE DE BOMBEROS. El parque de bomberos de la ciudad se encuentra ubicado en la zona de Vistalegre junto al polideportivo municipal. Dicha zona está consolidada y forma parte de la estructura de la ciudad. De cara al planeamiento que ahora nos ocupa, no afecta en forma alguna al diseño urbano o a las nuevas infraestructuras.

ESTACIÓN DE AUTOBUSES. La estación de autobuses, cuya construcción está próxima a finalizar, está situada al norte de la estación de ferrocarril y justo al otro lado del vial que las separa. La única afección posible se refiere al tráfico –posee su propio aparcamiento integrado en el edificio- ya que se suma la circulación a autobuses a la de los vehículos particulares que vayan a dejar o tomar pasajeros. En este tipo de instalaciones, suele existir además otra circulación "errática" , de superficie, que puede ser un factor más a sumar al tráfico perimetral. El efecto producido por la estación de autobuses se sumará al de la estación de ferrocarril.

REDES FERROVIARIAS. ESTACIÓN FERROCARRIL. Córdoba tiene una vieja relación con el ferrocarril. el soterramiento de las vías aportó una nueva fisonomía a la ciudad. La obra ejecutar, muy reciente, asegura la pervivencia durante mucho tiempo de la situación actual. La afección del trazado ferroviario es ya mínima y constituye una "foto fija" para un horizonte de los próximos años. la afección puede volver a derivarse, como en el caso anterior, del tráfico que induce la estación. Se da la circunstancia de que el vial que separa ambas estaciones forma parte de uno de los "anillos" que se consideran dentro de la ordenación de tráfico en la ciudad. La unión del tráfico pasante, con el inducido por ambas estaciones –autobús y ferrocarril- puede provocar un punto de acumulación que será detectable con el funcionamiento pleno de la zona.

INTALACIÓN DE TRATAMIENTO DE RESIDUOS SOLIDOS URBANOS. Las nuevas instalaciones de tratamiento, donde se realizará la clasificación ara el reciclaje y compost con la fracción orgánica, se han situado en un lugar próximo al que ocupaba el antiguo vertedero. Está fuera del casco urbano y lejos de él. El tráfico de caminos con los residuos seguirá el mismo trayecto urbano que antes, por lo que no habrá variación alguna en este aspecto. Los servicios propios: energía eléctrica, agua y saneamiento están ya estudiados y resueltos. por todo ello, a pesar de la importancia del carácter de una instalación de este tipo, su construcción y explotación no afectará a la ciudad prevista.

Miércoles, 15 Mayo 2013 11:10

CAPITULO VI.- CARTA ARQUEOLÓGICA DE RIESGO.

1. INTRODUCCION.

El concepto de Carta de Riesgo surge en Italia en la década de los setenta aplicado al conjunto de los Bienes Culturales y muy especialmente a los de carácter arquitectónico. Sin embargo, no será hasta los años ochenta cuando la Carta de Riesgo adquiera auténtica entidad con los programas desarrollados por el Istituto Centrale per il Restauro (cfr. Baldi, 1991).

En palabras del propio Baldi, director del Proyecto para la Carta del Rischio del Patrimonio Culturale actualmente en marcha por el ICR, la idea central de la misma es "individuare sistemi e procedimenti che consentano di programmare gli interventi di manutenzione e restauro sui beni culturali architettonici, archeologici e storico-artistici in funzione del loro stato di conservazione e dell’aggressivitá dell’ambiente in cui sorgono."

En el campo específico de la arqueología, y dadas las peculiaridades del Patrimonio Arqueológico, la Carta de Riesgo constituye un instrumento que se mueve en una relativa indefinición en cuanto a sus postulados, objetivos y contenidos, y ello pese a que ya en 1973 sus líneas generales quedaron fijadas en el trabajo clásico de Biddle y Hudson sobre Londres, posteriormente aplicadas en los Archeology Assessment Projects de muchas ciudades del Reino Unido.

Así, y aunque tanto en el Reino Unido como en Francia la Carta Arqueológica de Riesgo se configura como un documento esencialmente orientado al análisis, diagnóstico y evaluación de los depósitos estratigráficos contenidos en el subsuelo (Richards, 1991), y en estrecha relación con la gestión urbanística realizada por los correspondientes departamentos municipales, en otros países europeos, y especialmente en España, apenas se ha pasado del nivel inicial de Carta Arqueológica o de Catálogo de yacimientos arqueológicos.

De este modo, y centrándonos en el caso español, constatamos que, pese a loables intentos como el de la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, que, a partir de la reunión celebrada en Antequera en 1995 trató de unificar los criterios para la redacción de Cartas de Riesgo en el ámbito de un Programa de Arqueología Urbana, apenas se ha superado el ya señalado nivel de Carta Arqueológica o Catálogo. Y además, la necesaria imbricación de estos documentos con el planeamiento urbanístico (cfr. Rodríguez Temiño, 1992) brilla por su ausencia.

 

2. La Carta Arqueológica de Riesgo de Córdoba. Cuestiones preliminares.

La práctica de la arqueología en la ciudad de Córdoba ha pasado por diferentes etapas a lo largo del presente siglo (cfr. Murillo-Ventura-Hidalgo, 1997), si bien con el común denominador de un balance poco positivo, que se hace aún más evidente en los últimos quince años, cuando las expectativas abiertas por las transformaciones en el marco normativo, con la promulgación de la Ley de Patrimonio Histórico Español, y por la constitución de equipos y proyectos de Arqueología Urbana en muchas ciudades españolas, auguraban un cambio substancial en la trayectoria hasta entonces marcada.

En las últimas décadas Córdoba ha experimentado un notable crecimiento y una profunda transformación en su fisonomía urbana, lo que se ha traducido en un elevado nivel de afecciones sobre el Patrimonio Arqueológico. Las actuaciones emanadas del P.G.O.U. de 1986 y las grandes obras de infraestructura, como la Remodelación de la Red Arterial Ferroviaria, han generado unas tensiones sobre el registro estratigráfico a las cuales no han podido, o sabido, dar respuesta ni las administraciones encargadas de su tutela y salvaguarda, ni los gestores urbanísticos, ni las instancias académicas competentes en su investigación. Por todo ello, se hacía patente la necesidad de buscar un nuevo diálogo, más constructivo, entre la ciudad y su pasado, plasmado éste en los "archivos del suelo" que constituyen el registro estratigráfico.

La confección de la Carta de Riesgo de Córdoba se inicia en el último trimestre de 1996 en el marco del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico, tras la firma de un Protocolo de colaboración entre la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Córdoba. A tal fin se ha constituido un equipo pluridisciplinar compuesto por técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo, la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura y la Dirección General de Bienes Culturales, así como por investigadores del Área de Arqueología de la Universidad de Córdoba.

Pocos meses después, tras formalizarse la revisión-adaptación del Plan General de Ordenación, se amplía automáticamente el ámbito de la Carta de Riesgo, que pasa a ser el de la totalidad del Término Municipal.

La Carta Arqueológica de Riesgo de Córdoba se concibe como una serie de documentos de carácter informativo, analítico y de propuesta que, imbricados en las figuras de planeamiento previstas en la normativa vigente (Plan General de Ordenación y Planes Especiales de Protección), tienen como objetivo primordial el conocimiento y protección del Patrimonio Arqueológico de la ciudad, convirtiéndose en instrumentos para su tutela y gestión por parte de las Administraciones Públicas. Paralelamente, y al apoyarse en un modelo histórico para la ciudad y su territorio, la Carta de Riesgo es susceptible de marcar determinadas líneas prioritarias de investigación, necesarias tanto para la confrontación de hipótesis planteadas y formulación de otras nuevas que permitan el avance en el conocimiento general del pasado urbano, como para la propia revisión de sus contenidos y directrices.

Una vez formulado este concepto de Carta de Riesgo, queda claro que nos encontramos ante un proyecto ambicioso y amplio, necesariamente abierto y sujeto a una planificación que defina las sucesivas fases de ejecución a corto, medio y largo plazo.

 

3. Ámbitos de la Carta Arqueológica de Riesgo.

En primer lugar, nos encontramos con un ámbito espacial, que viene definido por el de aplicación de Plan General de Ordenación y que, en última instancia, es el de la totalidad del término municipal de Córdoba.

Ahora bien, en este amplio espacio debemos diferenciar diferentes subámbitos dotados de personalidad propia y que serán objeto de un tratamiento diferenciado, que se plasmará tanto en el nivel de análisis que le aplicará la Carta de Riesgo, como en la zonificación arqueológica y en la normativa a aplicar.

  a. Suelo urbano.

  • A.1. Núcleo principal
  • A.1.1. Conjunto Histórico (Plan Especial de Protección)
  • A.1.2. Resto del Núcleo principal consolidado.
  • A.1.3. Planes Parciales del P.G.O.U. de 1986 pendientes de desarrollo.
  • A.1.4. Ampliaciones de suelo urbano previstas en el PG.O.U. de 1997.
  • A.2. Núcleos aislados.

 

  b. Suelo no urbano.

  •  B.1. Plan Especial de Protección de Madinat al-Zahra.

 

  • B.2. Resto de suelo no urbano.

 

Otra delimitación preliminar corresponde al propio ámbito de competencia de la Carta de Riesgo. Éste, al tratarse de una Carta Arqueológica de Riesgo se circunscribe, en buena lógica, al Patrimonio Arqueológico. Ahora bien, la definición de este Patrimonio, especialmente en el ámbito urbano, es mucho más compleja de lo que en principio cabría suponer, por cuanto frecuentemente lo encontramos formando parte de una continuidad histórica inseparable, tanto por encima como por debajo de la rasante de nuestras calles. Por tanto, y siguiendo al Art. 40.1 de la propia Ley de Patrimonio Histórico Español (LPHE), podemos definir al Patrimonio Arqueológico, y en consecuencia el propio objeto de nuestra Carta de Riesgo, como el formado por "los bienes muebles e inmuebles de carácter histórico, susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo."

De esa misma definición de Patrimonio Arqueológico se deriva igualmente el ámbito temporal de la Carta de Riesgo. En efecto, la LPHE habla del carácter histórico de los bienes, pero a diferencia de la legislación anterior no impone un marco cronológico a ese concepto, por lo que "el pasado cuya reconstrucción interesa a la metodología arqueológica (...) puede llegar hasta ayer" (Querol-Martínez, 1996:42).

Aunque en un marco puramente teórico o conceptual compartimos este planteamiento, creemos que en la práctica es preciso imponer determinados límites a esta amplísima definición de Patrimonio Arqueológico, especialmente cuando puede entrar en confrontación con otro tipo de Patrimonio perfectamente definido en nuestro marco legislativo (nacional y autonómico) como es el Etnográfico.

Esos límites no tienen por qué venir definidos ni por una frontera cronológica por debajo de la cual todo se considere "histórico" y por encima no, ni por una arbitraria división académica en "Historias", ni por una diferenciación marcada por la titulación del investigador (arqueólogo, arquitecto, historiador del Arte...). Al contrario, las múltiples facetas del Patrimonio Histórico en medio urbano imponen la actuación de equipos pluridisciplinares que garanticen un análisis global tanto de los elementos individuales como de los conjuntos, tanto desde una perspectiva sincrónica como diacrónica.

Consecuentemente, en la Carta Arqueológica de Córdoba se seguirá un criterio flexible basado en los siguientes principios:

I. Se considera como Patrimonio Arqueológico objeto exclusivo de una investigación con técnicas y metodología arqueológica aquél de carácter tanto mueble como inmueble que se encuentre soterrado, formando parte de los depósitos estratigráficos que contienen parte de la Historia de la ciudad y de su territorio. Consecuentemente, representa el objeto central de nuestra Carta Arqueológica de Riesgo.

II. Por lo que respecta al Patrimonio Histórico de carácter inmueble, emergente y susceptible de ser estudiado con metodología arqueológica, la Carta Arqueológica de Riesgo contendrá determinaciones que, junto a las de carácter genérico y específico contenidas en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico y en el Plan General de Ordenación, garanticen un nivel mínimo de adquisición de información histórica de aquellos inmuebles que al no gozar de ningún nivel de protección están sometidos a modificaciones como consecuencia de intervenciones de rehabilitación, o puedan desaparecer como resultado de un proceso de sustitución.

III. En ambos casos, no se impone, a priori, ningún límite cronológico que diferencie qué Unidades Estratigráficas (UU.EE.), soterradas o emergentes, deben ser estudiadas con método arqueológico. Al contrario, se establece que, en cuanto resultado de un proceso histórico ininterrumpido que en su conjunto conforma el fenómeno urbano, todos estos vestigios materiales del pasado, ya correspondan a la ciudad romana, islámica, barroca o a instalaciones industriales de comienzos de siglo, son igualmente importantes para la historia de Córdoba.

IV. La única diferenciación vendrá dada por la intensidad de la investigación arqueológica sobre esas UU.EE, la cual a su vez estará condicionada por su relevancia intrínseca y extrínseca.

 

4. Fases en la elaboración de la Carta de Riesgo.

4.1. Ámbito del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico.

 

1ª Fase: Documentos de la Carta de Riesgo a incluir para la aprobación definitiva del Plan Especial:

 

  1. Catálogo informatizado de parcelas catastrales y espacios públicos con información arqueológica. Resultado del vaciado de la bibliografía arqueológica existente para la ciudad, así como de los expedientes de la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura.
  2. Catálogo de bienes inmuebles de carácter arqueológico conservados.
  3. Carta de Erosión de la Historia. Análisis de cada una de las parcelas catastrales del Conjunto Histórico en el que se considera el porcentaje de depósito estratigráfico perdido como consecuencia de procesos postdeposicionales relacionados con la acción antrópica.
  4. Zonificación Arqueológica.
  5. Procedimiento de intervención arqueológica en cada una de las Zonas.
  6. Normativa de carácter arqueológico.

 

La Carta de Riesgo de este ámbito se completará, en lo referente al Patrimonio Histórico de carácter inmueble, con el Catálogo-inventario de monumentos y edificios protegidos incluido en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico.

 

4.2. Ámbito de suelo urbano del núcleo principal del P.G.O.U.

 

1ª Fase. Documentos de la Carta de Riesgo a incluir para la aprobación definitiva de la revisión-adaptación del P.G.O.U.

 

A. Catálogo informatizado de parcelas catastrales y espacios públicos con información de carácter arqueológico. Resultado del vaciado de la bibliografía arqueológica existente para la ciudad, así como del de los expedientes de la Delegación Provincial de la Conserjería de Cultura.

 

  1. Carta de Erosión de la Historia. Análisis de cada una de las parcelas catastrales, para las que se considera el porcentaje de depósito estratigráfico perdido como consecuencia de procesos postdeposicionales relacionados con la acción antrópica.
  2. Zonificación Arqueológica
  3. Procedimiento de intervención arqueológica en cada una de las Zonas.
  4. Normativa de carácter arqueológico.

 

2ª Fase. A realizar de modo paralelo a la tramitación del nuevo P.G.O.U. y con posterioridad a su aprobación definitiva, pero con carácter previo a la redacción de cada uno de los Planes Parciales que lo desarrollen. Se compondrá de los siguientes documentos:

 

  1. Catálogo de yacimientos arqueológicos existentes en las nuevas bolsas de suelo urbano previstas por el P.G.O.U. de 1997. Este Catálogo se confeccionará tanto a partir de documentación bibliográfica y administrativa preexistente, como de la obtenida a partir de prospecciones arqueológicas y trabajos de campo que se realizarán.

 

4.3. Ámbito de suelo no urbano del P.G.O.U. de 1997.

 

1ª Fase. Con anterioridad a la aprobación definitiva de la adaptación-revisión del P.G.O.U., se elaborarán los siguientes documentos:

 

  1. Catálogo de yacimientos arqueológicos conocidos en el término municipal de Córdoba.

 

2ª Fase. Con posterioridad a la aprobación definitiva del P.G.O.U. y en concertación con las Consejerías de Cultura y Obras Públicas de la Junta de Andalucía, y con la colaboración de los correspondientes departamentos universitarios, la Gerencia Municipal de Urbanismo programará prospecciones arqueológicas superficiales destinadas al acrecentamiento y puesta al día de este Catálogo de yacimientos arqueológicos. Para su ejecución, este programa seguirá unos criterios selectivos que priorizarán la prospección y análisis de aquellas zonas del término municipal de Córdoba que en el futuro se puedan ver afectadas por los siguientes factores:

 

  • Recalificación como suelo urbano.
  • Grandes obras públicas: embalses, canales, etc.
  • Obras de infraestructura para el transporte: carreteras, autovías, líneas férreas, etc.
  • Instalaciones industriales.
  • Canteras.

 

5. El Catálogo Arqueológico.

El Catálogo Arqueológico representa un primer nivel de aproximación a la realidad de un yacimiento de la entidad y complejidad de Córdoba, permitiendo una comprensión inicial del mismo y de las cambiantes relaciones dialécticas mantenidas con su territorio y con los restantes yacimientos en él existentes.

 

En su diseño actual, el Catálogo Arqueológico conforma una base de datos en la que se ha volcado toda la información de carácter arqueológico existente para la ciudad, tomando como unidad de referencia básica la parcela catastral y secundariamente la manzana o vía pública. La calidad de la información contenida en las diferentes entradas de esta base de datos es muy heterogénea, teniendo como polos extremos las simples noticias bibliográficas sobre el hallazgo, más o menos contextualizado, de determinado vestigio de la cultura material, y los informes y memorias de intervenciones arqueológicas.

 

Vinculada a la base cartográfica general, gestionada por un GIS (Geographical Information System), esta base de datos generará una cartografía, sincrónica y diacrónica, en la que se refleje el nivel de conocimiento existente sobre la totalidad de la ciudad, así como las altimetrías absolutas a las que se encuentran los paquetes de UU.EE. que definen las diferentes etapas históricas del yacimiento, y la potencia global del depósito estratigráfico.

 

La confección de este documento se encuentra finalizada para la totalidad del actual suelo urbano del núcleo principal, estando previsto el inmediato inicio del Catálogo Arqueológico de yacimientos en suelo no urbano.

 

En este Catálogo recibirán una especial atención aquellas zonas de suelo no urbano del P.G.O.U. de 1986 que en el nuevo Plan se transforman en suelo urbano o se destinan a grandes actuaciones de infraestructura, por cuanto se estima que en ellas se concentrarán las mayores afecciones sobre el Patrimonio Arqueológico en los próximos años.

 

Con el fin de adelantarse a las futuras tensiones, y dentro de un novedoso criterio de conservación preventiva desde el Planeamiento, el Plan General de 1997, de acuerdo con la Carta de Riesgo, apuesta en primer lugar por la adecuación de los ejes estructurantes del nuevo tejido urbano a la red de caminos históricos que han marcado la articulación del territorio de la ciudad hasta nuestros días, continuando una práctica que ha sido tradicional en la construcción de Córdoba, ya sea en los ensanches de la ciudad califal, o en los nuevos barrios del presente siglo, pero que lamentablemente se olvidó en algunos de los Planes Parciales del P.G.O.U. de 1986, en los que se implantó una trama totalmente artificial.

 

En segundo lugar, se pretende que la dotación de espacios verdes en estas zonas se concentre en aquellos puntos de mayor interés arqueológico, con el doble fin de constituir pequeñas reservas arqueológicas de suelo que preserven la integridad del depósito estratigráfico, y de disminuir el riesgo de conflictos derivados de la exhumación de conjuntos arqueológicos de excepción en el momento de poner en carga estos sectores.

 

Por último, una prospección arqueológica intensiva de estas zonas, junto a un análisis exhaustivo permitirá disponer de unas estrategias de actuación en relación con el Patrimonio Arqueológico con anterioridad a la puesta en marcha de los diferentes Planes Parciales, de modo que en los mismos se tengan en consideración estos elementos de menor entidad, y se pueda planificar tanto la investigación arqueológica como las posibles medidas de conservación e integración de parte de los vestigios materiales del pasado.

 

6. La Carta de Erosión de la Historia.

Si el Catálogo Arqueológico representa aquello que, con independencia de que se haya conservado en su materialidad, es conocido, la Carta de Erosión de la Historia engloba toda aquella porción del registro estratigráfico, de los "archivos del suelo" en los que se encerraba buena parte de la Historia de Córdoba, que de un modo irreparable se ha perdido. En este documento, se procede a la evaluación de los depósitos arqueológicos desde una múltiple aproximación que pasa por los siguientes aspectos principales:

 

I. Parcelas catastrales en las que el registro estratigráfico ha sido parcialmente destruido mediante un proceso arqueológico.

 

II. Parcelas catastrales en las que el registro estratigráfico ha sido totalmente destruido mediante un proceso arqueológico.

 

III. Parcelas catastrales en las que el registro estratigráfico ha sido parcialmente destruido sin control arqueológico.

 

IV. Parcelas catastrales en las que el registro estratigráfico ha sido totalmente destruido sin control arqueológico.

 

V. Parcelas catastrales en las que se desconoce el estado de conservación del registro estratigráfico.

 

VI. Parcelas catastrales en las que el registro estratigráfico se supone conservado.

 

VII. Evaluación de los servicios existentes y previstos en la vía pública, así como de su nivel de afección sobre el registro estratigráfico.

 

En el momento actual, la Carta de Erosión de la Historia se encuentra concluida para la totalidad del suelo urbano correspondiente al núcleo principal del P.G.O.U. de 1986.

 

7. Líneas estratégicas de la Carta de Riesgo.

En base a toda la información proporcionada por los documentos en proceso de redacción y a su confrontación con las previsiones emanadas desde el planeamiento, se articularán las líneas maestras que regirán la política arqueológica en la ciudad o en partes de ella durante el período de vigencia de dicho planeamiento. De este modo, se establecerán las prioridades, las necesidades materiales, los criterios de intervención y las reservas de depósito arqueológico que sea preciso mantener. Y todo ello traducido en:

 

  1. Zonificación en base a las directrices emanadas de la Carta de Riesgo, en la que se establecen los tipos de intervención arqueológica, porcentaje del solar o parcela a intervenir y principales objetivos a cubrir.
  2. Mecanismos de vinculación de los instrumentos de intervención arqueológica con el procedimiento administrativo de concesión de licencias municipales de obra.
  3. Establecimiento de los mecanismos de financiación en base a los tipos de intervención y a la zonificación arqueológica.

 

En términos generales, las líneas estratégicas que rigen las Cartas de Riesgo de los ámbitos del Plan Especial del Conjunto Histórico y del PGOU de Córdoba son:

 

  1. Sustitución gradual de la arqueología de intervención por la arqueología de prevención.
  2. Búsqueda de una política de conservación del Registro Arqueológico en base a:
  1. Desincentivación de la ocupación del subsuelo con sótanos y garajes en el Conjunto Histórico.
  2. Constitución de reservas arqueológicas de suelo en el Conjunto Histórico en función de la diagnosis de las zonas con especial pérdida del registro estratigráfico. En estos casos, se llegará a la total prohibición de afección del subsuelo.
  3. Concentración de las zonas verdes, en los nuevos polígonos del PGOU, en función de la conservación del registro arqueológico (arrabales occidentales y septentrionales).
  4. Creación de reservas arqueológicas de suelo en aquellos sectores del ámbito del PGOU donde mayor cantidad de registro estratigráfico se ha perdido.
  1. Determinación de los criterios estratégicos generales para la conservación in situ de elementos inmuebles de carácter arqueológico. La Carta de Riesgo de Córdoba pretende ser un documento comprometido en el sentido de no quedarse exclusivamente en el nivel de la protección e investigación del Patrimonio Arqueológico, sino ir más allá y plantear una serie de directrices que, enmarcadas en la consideración de la ciudad como una realidad material global generada por un proceso histórico, permitan la progresiva incorporación de trazas singulares del pasado. Y ello no por el simple deseo de generar un palimpsesto urbano, sino por el convencimiento de que la conservación y uso de determinados elementos de la Córdoba del pasado constituye una forma de entender la globalidad del proceso urbano y de conducir a los ciudadanos por la senda del respeto hacia un patrimonio que constituye tanto sus señas de identidad en cuanto colectividad, como un precioso legado para el futuro.
  2. Finalmente, es necesario arbitrar los instrumentos para garantizar la permanente puesta al día de la información arqueológica contenida en la Carta Arqueológica de Riesgo. Esto incide directamente en la imbricación de la misma, en tanto instrumento de gestión del Patrimonio Arqueológico, en un necesario Proyecto de Arqueología Urbana, desde el que se establezcan las líneas globales de análisis del extenso yacimiento arqueológico que encierra buena parte de la Historia de la ciudad.

 

8. Zonificación Arqueológica del ámbito del Plan General de Ordenación de Córdoba.

Como auténtico instrumento de gestión susceptible de adquirir, mediante su inclusión en el planeamiento, rango normativo, la Zonificación Arqueológica constituye la materialización final de la Carta Arqueológica de Riesgo.

Para el documento de Avance de la Zonificación Arqueológica del ámbito del Plan General de Ordenación, que incluye igualmente el del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico, se han tenido en consideración toda una serie de variables que atañen tanto a la configuración de los depósitos arqueológicos, a la cantidad y calidad de los vestigios de la cultura material que encierran, a su singularidad, estado de conservación, volumen de pérdida, etc., como a los factores de riesgo que los amenazan, en esencia derivados de la acción antrópica y muy especialmente del desarrollo urbanístico.

En base a la evaluación jerarquizada de estas variables se ha diferenciado un total de veinticinco zonas, en las cuales queda incluida la totalidad del suelo, tanto urbano como no urbano del término municipal de Córdoba. En todas ellas se sigue un discurso similar que se basa en cinco grandes apartados:

 

  1. Caracterización histórico-arqueológica de la Zona.

  1. Evaluación de la Erosión de la Historia y de la potencialidad de los depósitos estratigráficos.

  2. Normativa de intervención.

 

C.1. Tipos de intervenciones arqueológicas en función de la casuística de actuaciones, sometidas a licencia, susceptibles de causar afecciones al Patrimonio Arqueológico.

 

C.2. Porcentajes mínimos de solar a intervenir.

 

  1. Criterios para la conservación y posible puesta en valor in situ de elementos señeros del Patrimonio Arqueológico.

 

E. Delimitación de posibles reservas arqueológicas de suelo.

 

Propuesta de Zonificación Arqueológica contenida en el Documento de Avance de la Revisión-Adaptación del P.G.O.U.).

 

A. Ámbito del Plan Espacial de Protección del Conjunto Histórico.

 

Zona 1. "Ciudad fundacional romana."

 

Zona 2. "Barrio romano de espectáculos."

 

Zona 3. "Palacio omeya-Mezquita aljama".

 

Zona 4. "Axerquía occidental".

 

Zona 5. "Axerquía oriental".

 

Zona 6. "Alcázar Viejo".

 

B. Ámbito de suelo urbano del núcleo principal del Plan General de Ordenación Urbana.

 

Zona 7. "Corduba prerromana (Parque Cruz Conde)".

 

Zona 8. "Tejares-Colón".

 

Zona 9. "Fray Albino/Sector Sur".

 

Zona 10. "Huerta Cercadilla/Ciudad Jardín/Victoria".

 

Zona 11. "Molinos Alta/San Cayetano".

 

Zona 12. "Plan Parcial RENFE".

 

Zona 13. "Vallellano".

 

Zona 14. "Distritos Norte, Noroeste y Poniente".

 

Zona 15. "Levante/Arenal".

 

Zona 16. "Distrito Sur".

 

Zona 17. "Electromecánica".

 

Zona 18. "Quemadas".

 

Zona 19. "Torrecilla".

 

Zona 20. "Brillante".

 

Zona 21. "Expansión en Poniente del nuevo P.G.O.U.".

 

Zona 22. "Expansión en Levante del nuevo P.G.O.U.".

 

C. Ámbito de núcleos aislados de suelo urbano.

 

Zona 23. "Núcleos aislados de suelo urbano".

 

D. Ámbito de suelo no urbano.

 

Zona 24. "Plan Especial de Madinat al-Zahra".

 

Zona 25. "Suelo no urbano".

 

9. El conocimiento de la ciudad pretérita como base para la protección, conservación y difusión del Patrimonio Arqueológico en la ciudad actual y futura.

 

En las páginas anteriores hemos afirmado que uno de los objetivos primordiales de la Carta Arqueológica de Riesgo de Córdoba es disponer de un documento de evaluación y gestión, imbricado en los instrumentos del planeamiento urbanístico, y destinado en última instancia a la protección del Patrimonio Arqueológico. Ahora bien, si a esa premisa le introducimos el razonamiento de que difícilmente se puede proteger y conservar aquello que no se conoce y de que la protección y conservación del Patrimonio puede carecer de sentido en sí misma si no va acompañada de una proyección social plasmada en estrategias coherentes de difusión, llegamos a la necesidad de un Proyecto de investigación arqueológica como complemento indispensable de la Carta de Riesgo.

 

Y de este modo, si en la base de la Carta Arqueológica de Riesgo se encuentra una determinada interpretación de la historia de la ciudad en aquellas etapas en las que su reconstrucción depende esencialmente de la Arqueología, ese Proyecto único de investigación sobre el yacimiento único que constituye la ciudad permitirá confrontar muchas de las hipótesis ahora propuestas, así como plantear otras y, en definitiva, llegar a una nueva síntesis histórica que en la próxima Carta Arqueológica de Riesgo sustituya a la que a continuación esbozamos.

 

Si toda ciudad debe entenderse como fruto de un proceso histórico enmarcado en un espacio en el que se han establecido distintas relaciones dialécticas entre el ámbito urbano y su entorno no urbano, Córdoba puede resultar paradigma de esta constante histórica. Buena parte de las razones de la larga trayectoria de Córdoba como núcleo urbano se deben a su localización en una encrucijada de caminos:

 

  • Punto en el que el Guadalquivir dejaba de ser navegable en la Antigüedad, a medio camino entre la Alta y la Baja Andalucía.

 

  • En los alrededores de Córdoba confluían las principales rutas de comunicación entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir, rutas que sólo, y parcialmente, se vieron modificadas en el s. XVIII con la apertura de Despeñaperros y que el trazado del Tren de Alta Velocidad se ha encargado de recuperar.

 

Junto a este emplazamiento especialmente afortunado en la red de comunicaciones interregionales que, desde los albores de la historia, se establecen en la mitad meridional de la Península Ibérica, y que hacen de Córdoba una auténtica Puerta de Andalucía, otro cúmulo de factores explican la formación de un núcleo urbano en el solar de la actual ciudad.

 

De la aldea a la ciudad.

 

La frecuentación humana del entorno de Córdoba se remonta al Paleolítico Inferior Arcaico. Sin embargo, no será hasta el III milenio a.C. cuando encontremos una primera fijación de la población, con unidades de producción dedicadas al cultivo de cereales y a la ganadería. La concentración de algunas de estas unidades debió propiciar la formación de una pequeña aglomeración en la zona del actual Parque Cruz Conde, donde una acumulación de depósitos arqueológicos de ocho metros de potencia testimonia el desarrollo de la Corduba prerromana a lo largo de tres milenios (cfr. Murillo, 1992, 1994a).

 

Hacia el s. X a.C., comienza la formación del núcleo protourbano tartésico de Corduba. En este momento, Corduba tendría el aspecto de una gran aldea situada en un punto elevado sobre el Guadalquivir, junto a varios vados que permitían la comunicación con la inmediata Campiña, y rodeada de numerosas granjas destinadas a la explotación de las ricas tierras de la vega fluvial.

 

El procesado y redistribución del mineral de cobre llegado desde las cercanas minas de la Sierra, del que ha quedado abundante constancia en el registro arqueológico, completaba las bases económicas sobre las que comenzaba a cimentarse su fortuna en cuanto núcleo de población.

 

En el s. VII a.C., momento de máximo florecimiento de la cultura tartésica, Corduba constituye ya un centro de población al que podemos denominar como urbano. Asentada sobre una superficie superior a las 50 hectáreas, posiblemente amurallada y con un urbanismo incipiente, comienza a articular un territorio económico y político, todo lo cual la llevará a transformarse en la principal ciudad tartésica del valle medio del Guadalquivir (cfr. Murillo, 1996). Esta vocación "central" de Córdoba sobre el Guadalquivir Medio continuará, durante toda la etapa ibero-turdetana, hasta la llegada de los ejércitos romanos a la Península Ibérica con motivo de la II Guerra Púnica. Pronto, el naciente poder romano a orillas del Guadalquivir tendrá en Corduba uno de sus pilares.

 

La ciudad romana, cuya fundación es atribuida a Claudio Marcelo, se establece al NE. de la primitiva ciudad tartésica e ibérica, con la que coexistirá a lo largo de más de un siglo hasta el definitivo abandono de ésta, en un momento hasta ahora impreciso de comienzos del s. I a.C. (cfr. Murillo-Vaquerizo, 1996). La continuidad poblacional entre ambas ciudades se realizó mediante la paulatina integración de la población indígena en la ciudad romana, y a través de la adopción del nombre prerromano de aquélla: Corduba.

 

Localizada entre el curso de dos arroyos que la flanqueaban por el Este y por el Oeste, y sobre el escarpe que descendía hacia el río, el recinto amurallado fundacional abarcaba un perímetro de unos 2.650 m. y una superficie de 47.6 ha. Las características de esta muralla (Botella, 1992; Jiménez-Ruiz, 1994; Ventura et alii, 1996) han podido ser establecidas a partir de excavaciones realizadas en los sectores oriental, septentrional y occidental, estando formada por dos lienzos paralelos de grandes sillares de calcarenita con una separación de 6 m., el externo de unos 2 m. de ancho y el interno de 0.60 m. Entre ambos muros se disponía un relleno que pudo servir de base a un camino de ronda. Torres cuadradas y semicirculares reforzaban esta primitiva fortificación, que en su frente Norte estaba completada por un foso de 15 m. de anchura que se comenzó a colmatar en el s. I d.C. (Botella, 1992).

 

En cuanto a la trama urbana, todo parece indicar una articulación de cardines y decumani a partir de una orientación prácticamente cardinal que coincidiría casi exactamente con la del viario conocido para época altoimperial. Para el s. II a.C. sólo se han documentado estructuras de carácter doméstico (Serrano-Castillo, 1990; Morena, 1989), con cimentaciones y zócalos construidos con cantos rodados y mampuestos, alzados de tapial y/o adobe, y cubiertas de madera y entramado vegetal. Las paredes se encontraban estucadas y pintadas en rojo y negro, y los pavimentos consistían por lo general en débiles capas de tierra batida y cal. Este "horizonte fundacional" está caracterizado, en contraste a lo que se constata en la contemporánea ciudad turdetana de Colina de los Quemados, por la débil presencia de cerámicas indígenas y, especialmente, de producciones pintadas. Por contra, los contextos cerámicos parecen estar definidos por una masa de importaciones itálicas (ánforas vinarias, vajillas de barniz negro campaniense, lucernas...) que subrayan el carácter foráneo de los habitantes de la fundación de Marcelo.

 

Varias excavaciones realizadas en el sector meridional de la primitiva ciudad romana (León et alii, 1991; López-Morena, 1996) permiten definir una temprana fase de "monumentalización" de la ciudad en el tránsito del s. II al I. Por primera vez se documentan sólidos muros de sillares de calcarenita, cimentados con frecuencia sobre los viejos zócalos de cantos y guijarros. Las paredes aparecen revestidas con decoraciones de estuco pintado al fresco con vivos colores y encontramos los primeros pavimentos de opus signinum con diseños geométricos formados por teselas de piedra caliza o cuarcita. Igualmente es novedoso el empleo de tegulae en las cubiertas. La evidente transformación en la fisonomía de la ciudad, que corre paralela al definitivo cese en la ocupación de la vieja ciudad turdetana, se aprecia en el edificio público excavado en el Corte 1 de la Casa Carbonell (Márquez, 1995; Ventura et alii, 1996), que contaba con capiteles de tipo dórico-toscano tallados en arenisca local, paralelizables a los del foro republicano de Ampurias.

 

Para esta etapa de los siglos II-I a.C. carecemos de datos arqueológicos relativos a las relaciones entre la ciudad y su territorio inmediato, en el que no contamos con evidencias de asentamientos de carácter rural hasta mediados del s. I d.C. La inseguridad propiciada durante el s. II a.C. por las incursiones lusitanas, junto a la canalización de la inversión de capitales hacia la minería de Sierra Morena podrían explicar la aparente falta de interés por la agricultura que observamos en estos momentos.

 

Colonia Patricia: expansión urbana y programa imperial.

 

La imagen de la Córdoba romana, capital de facto de la provincia Bética desde un momento impreciso del s. II a.C. y denominada oficialmente como Colonia Patricia desde época de Augusto, se encontraba prácticamente configurado en el tránsito del siglo I al II d.C. Tras la profunda destrucción sufrida a manos de las tropas cesarianas (45 a. C.), la refundación augustea aumentó el recinto urbano hacia el río (Stylow, 1990; Ventura et alii, 1996), alcanzando una superficie de 79 ha.. Al menos desde época flavia, los límites de las murallas ya habían sido rebasados, constituyéndose vici o barrios residenciales suburbanos al Oeste, Norte y Este, urbanizándose áreas que hasta entonces habían estado ocupadas por necrópolis alineadas a lo largo de las vías que penetraban en la ciudad (cfr. Ibáñez, 1986; Murillo-Carrillo. 1996).

 

Una semblanza, por apretada que fuera, del urbanismo de Colonia Patricia rebasaría con creces los propósitos de este trabajo, razón por la que remitimos a la bibliografía específica arriba indicada y, muy especialmente, a las recientes aportaciones de conjunto de Ventura et alii (1996) y de Ventura (1996), limitándonos aquí a esbozar las líneas de trabajo en las que actualmente nos hallamos inmersos.

 

A las ya conocidas ubicaciones del foro colonial y del foro provincial (cfr. Stylow, 1990; Márquez, 1996) se ha unido la reciente identificación y excavación del teatro, así como una hipótesis sobre la localización del anfiteatro, conformando ambos edificios un auténtico barrio lúdico en el sector oriental de la ampliación augustea (cfr. Ventura, 1996). Paralelamente, las investigaciones en curso en el sector del antiguo Convento de San Pablo, inmediatamente al Oeste del Templo de la C/ Claudio Marcelo (cfr. Jiménez, 1992 y 1996) están poniendo de relieve determinadas estructuras y elementos articuladores del territorio que permiten plantear la ubicación en este sector extramuros de un gran edificio de espectáculos (circo) vinculado con el programa edilicio del citado templo, conformando un conjunto de culto imperial ultimado en época flavia, paralelo a los de Tarraco o Ancyra y abastecido de agua con un acueducto propio creado al efecto: el Aqua Nova Domitiana.

 

Por último, recientes trabajos se están centrando las transformaciones del sector extramuros occidental, donde sobre una interesante necrópolis tardorrepublicana y julioclaudia se levanta un vicus en época flavia (Murillo-Carrillo, 1996).

 

También en esta zona occidental debemos destacar la localización del tercer acueducto romano hasta el momento conocido en Colonia Patricia (Moreno et alii, 1996), que se une al Aqua Augusta (acueducto de Valdepuentes) y al Aqua Nova Domitiana (Ventura, 1996).

 

A la altura del tránsito del s. I al II d.C., la ordenación del territorium inmediato a Colonia Patricia se encontraba configurada en base a una red de villae y de otros asentamientos rurales dependientes destinados a la explotación de las propiedades de los patricienses. Estas villae unirán a su función económica, concentrada en la pars rustica, la de residencia temporal del possessor (pars urbana). La alineación de villae a lo largo de vías y caminos, así como la distancia regular entre las mismas podría estar indicando las pautas de la centuriación que seguiría a la concesión del estatuto de colonia romana y a la instalación de veteranos del ejército tras el final de las guerras civiles y la instauración del principado de Augusto (sobre posibles centuriaciones en el entorno de Corduba cfr. Corzo, 1996).

 

Transformación y cambio en la Antigüedad Tardía.

 

La imagen de la Córdoba romana arriba descrita se mantendrá a lo largo del s. II y parte del III. Sin embargo, en la segunda mitad de esta centuria, y sobre todo a lo largo de la siguiente, se percibe una transformación que acabará siendo radical. Los antiguos centros del poder político, ubicados en el foro colonial y en el foro provincial, experimentan una declive que, en el caso de este último va acompañado incluso de una remodelación espacial, ocupándose el anterior espacio público con casas (cfr. Ventura, 1991). Lo mismo acontece en otros puntos de la ciudad, donde las calles experimentan una reducción de su anchura en beneficio de las casas colindantes (Hidalgo, 1993a).

 

La razón de este proceso se encontraría más en las transformaciones políticas y sociales del Bajo Imperio que en una supuesta decadencia de la ciudad. Así, el palacio recientemente excavado en la antigua Estación de Cercadilla (Hidalgo, 1996), construido por iniciativa del tetrarca Maximiano Hercúleo durante su estancia en Hispania, se transformaría en la sede de la nueva organización administrativa imperial en detrimento del antiguo foro provincial. En relación directa con este singular elemento de la arquitectura bajoimperial debemos señalar el circo existente 300 m. al Sur, en la zona ocupada por la actual Facultad de Veterinaria (Hidalgo, 1996c).

 

Tras la efímera mutación del centro urbano que representa el palacio de Cercadilla, se acelerarán los cambios conducentes a la configuración de la ciudad medieval. Poco a poco desciende el número de ciudadanos afincados en terreno urbano y grandes áreas de la ciudad quedan sin edificar, utilizadas posiblemente como simples huertas o vertederos. Como consecuencia de ello, en el siglo VI nos encontramos con un fenómeno que pocos siglos antes habría sido inadmisible: la aparición de enterramientos en el interior del recinto amurallado, concretamente en la parte Norte.

 

La presencia de tales sepulturas está directamente relacionada con la concentración de los nuevos centros de poder de la ciudad tardoantigua en la zona Sur, en las inmediaciones del río, en especial en lo que se refiere a la construcción del palacio del gobernador visigodo en el solar que posteriormente ocupará el alcázar omeya y de la basílica de San Vicente -advocación que cuenta con ciertas connotaciones de culto estatal-, en el lugar que más tarde ocupará la Mezquita Aljama.

 

Ya en otro orden de cosas, no se debe soslayar la incidencia y repercusión que tuvo el cristianismo, a través de sus diferentes manifestaciones, en la imagen de la ciudad. Sin duda la difusión de este culto experimentó un importante desarrollo en la Córdoba del s. IV. Prueba de ello sería tanto la figura de Osio, obispo de Córdoba a la vez que consejero del emperador Constantino, como el importante grupo de sarcófagos cristianos encontrados en nuestra ciudad (Sotomayor, 1964, 1973 y 1975).

 

De las iglesias, elemento fundamental para el estudio de la implantación del culto y de la "cristianización" de la topografía urbana, prácticamente nada sabemos para los primeros momentos, así que es necesario acudir a época visigoda para perfilar someramente su distribución. De ellas cabe destacar la ya mencionada de S. Vicente, la recientemente localizada en el convento de Santa Clara (Marfil, 1996) y la de S. Acisclo, esta última ubicada fuera del recinto amurallado.

 

Hacia un nuevo concepto de ciudad.

 

Como resultado del proceso que acabamos de describir, la imagen que de la ciudad tuvieron los guerreros norteafricanos que en el 711 ganaron la mayor parte de la Península Ibérica para el Islam no podía ser más lamentable: murallas parcialmente derruidas, puente abandonado y cortado, extensas zonas de la parte Norte de la ciudad desurbanizadas y transformadas en cementerios, ruina del caserío...

 

Sin embargo, la integración de la antigua Hispania en el ámbito del Islam y las nuevas necesidades de organización administrativa, militar y tributaria propiciaron la recuperación de la fortuna de Corduba (ahora denominada Qurtuba), transformada en sede del emir de al-Andalus, dependiente de los califas omeyas de Damasco. La crisis de crecimiento del Islam, plasmada en el cambio de dinastía y el traslado del poder abbasí a Bagdad, se traduce en al-Andalus en la constitución de un nuevo emirato, independiente de Bagdad y regido por ‘Abd al-Rahman I (756-788), un príncipe omeya exiliado en Occidente. El resto del s. VIII y todo el s. IX marcan el afianzamiento del estado omeya andalusí, en constante conflicto con los reinos cristianos que se van configurando en el tercio septentrional de la Península y con las tendencias desintegradoras, de carácter tribal y autonomistas, existentes en el seno de al-Andalus.

 

Durante una primera etapa, Qurtuba se circunscribirá al espacio heredado, que coincide exactamente con el de la ciudad romana altoimperial. Esta será la Madina o ciudad propiamente dicha. En su conformación espacial encontramos una cierta continuidad con la ciudad visigoda, con la disposición de los centros de poder político y religioso (alcázar omeya y mezquita aljama) en la parte más meridional, inmediatamente adyacente al río. Por lo que respecta al alcázar, sabemos por al-Maqqari que fue construido por ‘Abd al-Rahman I sobre el emplazamiento del palacio de los gobernadores visigodos. Desde entonces, sería objeto de constante atención por parte de los emires y califas cordobeses, ocupando un amplio espacio entre la mezquita aljama y el ángulo suroeste de la muralla de la Madina. Igual proceso se aprecia en relación con la mezquita aljama, cuya construcción se inicia entre 784-786 por el mismo ‘Abd al-Rahman I sobre una parte de la basílica cristiana de San Vicente, siendo objeto de mejoras y ampliaciones por sus sucesores.

 

Para el resto de la Madina, la información de las fuentes escritas es substancialmente más escasa, si bien la localización de las puertas (Ocaña, 1935) y la restitución del trazado de las principales calles, a partir de la cartografía histórica del siglo pasado, permite una primera aproximación. En síntesis, la transformación de la red viaria romana, iniciada como hemos visto ya a finales del s. III, se hallaba prácticamente consumada, si bien aún se mantenía el trazado de un gran eje que, desde la Bab al-Yahud (Puerta de los Judíos, posterior Puerta de Osario cristiana) atravesaba de Norte a Sur la Madina, conduciendo a la mezquita aljama y a la Bab al-Qantara (Puerta del Puente).

 

Junto a esta gran arteria, varias calles principales unían las orientales Bab Rumiyya (Puerta de Roma) y Bab al-Hadid (Puerta de Hierro) con las occidentales Bab ‘Amir (la cristiana Puerta de Gallegos), Bab al-Yawz (Puerta de los Nogales, la cristiana Puerta de Almodóvar) y Bab Ishbiliya (Puerta de Sevilla).

 

Al igual que su antecesora romana, la Qurtuba islámica pronto comenzaría a rebasar los límites amurallados de la Madina, tanto con cementerios como con arrabales. En estos últimos habitaría la población mozárabe y la creciente masa de musulmanes de la ciudad. Ibn Baskuwal e Ibn al-Jatib, que nos han transmitido una lista de veintiún arrabales de la capital de al-Andalus anteriores a la desintegración del Califato, sitúan nueve arrabales en el sector occidental, tres en el septentrional, siete en el oriental y dos en el meridional.

 

Durante los siglos VIII y IX estos arrabales constituían pequeñas aglomeraciones suburbanas con un bajo nivel de urbanización, alternando con cementerios, algunas almunias y, fundamentalmente, con un paisaje dominado por huertas.

 

La gran expansión de los arrabales de Qurtuba corresponde al s. X, y fundamentalmente al reinado de ‘Abd al-Rahman III, primer califa de al-Andalus. En este momento, la mayor parte del entorno inmediato de Córdoba que venimos analizando queda convertido en un espacio densamente urbanizado que rompe, ya de un modo total con el concepto de ciudad que había imperado durante la antigüedad. La Madina, pese a conservar sus funciones religiosas y políticas y pese al simbolismo que aún mantienen las murallas, acaba convirtiéndose en una parte más de una aglomeración urbana que se encuentra en línea con las grandes ciudades del Oriente islámico.

 

La transformación es total a partir de los primeros decenios del s. X, pudiéndose hablar ahora de un programa urbanístico que, en parte planificado e impulsado por el propio Estado andalusí (Vallejo, 1995:69), transforma la fisonomía de Qurtuba. Aunque por el momento no estemos en condiciones de evaluar los ritmos y fases concretas de este proceso, sí podemos vislumbrar el resultado final, que no es otro que la conformación de un tejido, en parte urbano y en parte suburbano, en el que alternan extensas áreas domésticas con equipamientos comunitarios (zocos y mezquitas), extensas necrópolis, instalaciones estatales... Y todo ello dentro de un territorio estructurado por una red de caminos, en buena parte de origen romano, que actúan como elementos articuladores de los diferentes arrabales.

 

Los trabajos arqueológicos en curso están permitiendo tanto una aproximación de carácter macroespacial como un análisis semimicro y microespacial de unos arrabales que presentan una depurada ordenación urbanística, con un trazado jerárquico de calles regulares que en algunos casos disponen de una infraestructura de evacuación de aguas residuales, grandes espacios abiertos y pavimentados que cabría interpretar como zocos o mercados de arrabal, casas de variada planta, pero siempre articuladas en torno a un patio central, mezquitas y cementerios. Más allá de estos arrabales, y en algunos casos encerradas dentro de ellos como consecuencia del crecimiento urbano, encontramos gran número de almunias, equivalentes de las villae de época romana y en las que también se simultanea la producción agrícola con la residencia campestre de sus propietarios. En algunos casos, como el de las almunias de al-Rusafa o al-Naura, nos encontramos con auténticos palacios periurbanos pertenecientes al soberano.

 

De la ciudad a la conurbación: Madinat Qurtuba, Madinat al-Zahra y Madinat al-Zahira.

 

La situación que acabamos de describir, en parte heredera del férreo control que Córdoba había desarrollado secularmente sobre su territorio, se ve condicionada y en parte estimulada como consecuencia de un hecho, efímero aunque trascendental, como es la decisión de ‘Abd al-Rahman III de proceder a la fundación de una nueva ciudad. La ciudad de al-Zahra se localiza al W. de la actual Córdoba, a unos 5 kms. de las murallas de la Madina. Para su emplazamiento se buscó, aparte de la posibilidad de abastecerse de agua mediante la reutilización de un viejo acueducto romano (Ventura, 1993a), una posición claramente escenográfica, en un punto en el que el reborde de Sierra Morena se adentra en la Vega a modo de espolón, permitiendo una excelente visibilidad hacia el W., S. y E. Esta circunstancia, que no se repite en las proximidades de Córdoba, fue determinante en la elección del emplazamiento de la nueva ciudad, a semejanza de lo que aconteció con sus precedentes palaciegos abasíes que buscan igualmente un terreno alto y con amplia visibilidad. De este modo, ya se establecía una primera relación jerárquica entre la fundación califal, situada por encima de la isohipsa de 200 m. s.n.m., y la vieja ciudad de Córdoba, cuya cota máxima no supera los 120 m.

 

Esta gradación jerárquica se aprecia en la propia ciudad palatina (Vallejo 1991). Aprovechando la conexión del reborde montañoso con el valle fluvial, y adaptándose a la topografía, la ciudad se articula en tres grandes niveles (con más de 70 m. de desnivel entre el punto más elevado y el más bajo), definidos por terrazas superpuestas de las que las dos superiores corresponden al ámbito funcional del Alcázar, en una posición preeminente en relación con la terraza inferior, ocupada por el caserío urbano y la mezquita aljama.

 

Coherentemente con cuanto venimos diciendo, queda claro que ‘Abd al-Rahman III se propuso erigir una ciudad en el pleno sentido del término, y no una mera residencia personal o un conjunto palaciego (cfr. Vallejo, 1991 y 1995). La explicación del por qué de la fundación de al-Zahra debemos buscarla en el contexto histórico de inicios del s. X, tanto en al-Andalus como en el resto del mundo islámico, y fundamentalmente en el fortalecimiento del Estado andalusí y en su pugna, en el teatro de operaciones magrebí, con el creciente poder fatimí. Y en esta coyuntura, Madinat al-Zahra no es sino "la plasmación arquitectónica", el símbolo del triunfo del nuevo Estado, gobernado ahora por el Califa, por el "Príncipe de los Creyentes".

 

La construcción de una nueva ciudad en las proximidades de las antiguas urbes, junto a la acuñación de monedas de oro, son acciones que en la ideología del poder por entonces imperante se asociaban de un modo inequívoco con la dignidad y con el estatus califal, siendo por tanto una práctica habitual, tanto en el Oriente islámico como en el Norte de África, donde resulta paradigmático el caso de Kairuán, con las tres ciudades palatinas de Al-Abbssiya, Raqqada y al-Mansuriya (otra ciudad redonda a imagen de Bagdad) desarrolladas en sus inmediaciones desde el s. IX.

 

La vocación de nueva capitalidad con que se dota de inmediato a Madinat al-Zahra se aprecia en el traslado de la residencia califal, de la Corte y de toda la administración del Estado, así como de instituciones fundamentales como la ceca o las atarazanas reales. Por otro lado, una red de caminos, en parte relacionados con Córdoba y en parte independientes de la misma, destinados a conectarla con las principales ciudades de al-Andalus (Bermúdez, 1993), son buena prueba de la concepción de Madinat al-Zahra como ciudad plenamente independiente de Córdoba, y ello aún cuando, en la práctica, la conurbación de los arrabales de ésta con los de aquélla, las convirtiera en una única realidad urbana, tal y como se encargan de señalar los escritores de la época.

 

Pese a las riquezas invertidas en su construcción, la vida de al-Zahra no dejó de ser efímera. Aunque al-Hakam II, hijo y sucesor de ‘Abd al-Rahman, mantuvo en ella la capitalidad de al-Andalus, el sometimiento del tercer califa, Hisam II, a los designios de su primer ministro, Almanzor, provocó el traslado de la Capital a la nueva ciudad de Madinat al-Zahira,localizada al Este de Córdoba y creada con la misma finalidad: legitimar y demostrar el nuevo poder imperante en al-Andalus, poder en este caso diferente al del Califa confinado en Madinat al-Zahra. Ambas ciudades, al-Zahra y al-Zahira, constituyen un claro ejemplo de centros palatinos con un alto grado de artificialidad. Y esta artificialidad les llevó, inevitablemente, a sucumbir en el momento en que la coyuntura que las había propiciado desapareció (en ambos casos la desintegración del Califato durante la fitna o revolución acaecida entre el 1010 y el 1013). Frente a ellas, la vieja Córdoba, surgida como resultado de un milenario proceso histórico basado en unas invariantes que la empujaban a su conformación como núcleo urbano, conseguiría sobrevivir, una vez más, para integrarse en una nueva etapa de su Historia.

 

Qurtuba postcalifal.

 

La historia urbana de Córdoba tras la desintegración del Califato es un preámbulo de su posterior desarrollo a lo largo de los siglos bajomedievales y modernos. La ciudad queda circunscrita a la antigua Madina y a una parte de los arrabales de la al-Yiha al-Sarqiyya, encerrados desde al menos la segunda mitad del s. XI por una muralla (cfr. Zanón, 1989) que experimentará transformaciones y refecciones a lo largo del s. XII, durante la ocupación almorávide y almohade.

 

A nivel de la cultura material, esta etapa está caracterizada por el tremendo marasmo subyacente a la desintegración del Califato, plasmado en un progresivo deterioro de la imagen urbana de la ciudad al que únicamente escapan las murallas en cuanto elementos que, frente a la etapa omeya, cobran ahora un valor estratégico de primer orden en un contexto político y social de gran inestabilidad. Este panorama general sólo experimentará una cierta inflexión al comienzo de la etapa almohade, cuando el emir ‘Abd al-Mu’min convierte de nuevo a Qurtuba, por unos meses (1162), en capital de al-Andalus e inicia un programa edilicio en el que participó el arquitecto Ahmad ben Baso.

 

Pruebas de esta renovación urbana la encontramos en la construcción de un nuevo barrio residencial en las proximidades de la Bab Rumiyya y junto a la vieja Vía Augusta, en el sector probablemente ocupado por la munyat ‘Abd Allah (Murillo et alii, 1992), así como en determinadas residencias suburbanas documentadas en las proximidades de la Bab al-Yahud, Bab Amir, Bab al-Yawz y en el antiguo rabad al-Raqqaquin.

 

La ciudad cristiana.

 

Los siglos XI y XII, en los que se suceden la taifa cordobesa, la subordinación al reino taifa de Sevilla, la dominación almorávide y la almohade, constituyen una etapa de enorme conflictividad política y de desintegración de lo que al-Andalus había significado en cuanto formación social y cultural. Las diversas coyunturas políticas no logran ocultar el elemento substancial del momento: el retroceso del Islam peninsular frente al avance de los reinos cristianos del Norte. Avance en el que acabará cayendo Córdoba en el año 1236.

 

Tras la conquista cristiana se establecerán, a lo largo de los siglos XIII y XIV, las claves de lo que será la "imagen" de la ciudad (Escobar, 1989) hasta, prácticamente, los albores del presente siglo, con una intensa implantación de la componente religiosa (mediante parroquias y conventos) en la trama urbana (Jordano, 1996). Un momentáneo florecimiento en las décadas centrales del s. XVI (Puchol, 1992) no supondrá sino una ligera transformación en una ciudad que, salvo limitadas operaciones urbanísticas (v. gr. la plaza de la Corredera) y de construcción de elementos "singulares" en los siglos XVII y XVIII, llegó a la desintegración del Antiguo Régimen y la configuración de la nueva "ciudad burguesa" con un "aspecto" esencialmente medieval.

Miércoles, 15 Mayo 2013 11:06

CAPITULO III.- EL CRECIMIENTO DE LA CIUDAD.

LOS SECTORES DE EXTENSION RESIDENCIAL.

Los nuevos modelos residenciales, como definición de una atractiva y novedosa oferta para Córdoba en la periferia de Levante y Poniente.

Dentro de la concepción de la estructura territorial de Córdoba que el Plan desarrolla, las propuestas de "Ciudad Jardín" de Levante y Poniente (Norte y Sur), junto con las extensiones residenciales de "Poniente" (en donde se concentra la mayor oferta residencial, consolidando así el modelo heredado de crecimiento de la ciudad) y las nuevas ofertas residenciales que se plantean en las "Pedanías", pueden jugar un importante papel en su capacidad de ofertar un producto residencial alternativo, novedoso y atractivo, precisamente en unos sectores de crecimiento en donde la suave topografía del lugar permite adecuar dichos desarrollos, limitando así la intensiva ocupación de la Sierra mediante operaciones de "sellado" de sus bordes y los desordenados crecimientos de la periferia de la ciudad como consecuencia de los asentamientos clandestinos incontrolados.

De hecho, la fuerte dinámica del crecimiento residencial, precisamente en los sectores de la Sierra y periferia de la ciudad, justifica la necesidad, por un lado de congelar sus procesos de crecimiento desordenado, y por otro de plantear modelos alternativos residenciales que canalicen esta demanda residencial ya histórica en la ciudad que requiere de nuevos modelos alternativos que sean capaces de controlar tanto los procesos de ocupación de suelos de difícil topografía en la Sierra, como los de implantación de desordenados e inconexos asentamientos residenciales en la Vega.

Estos fuertes crecimientos poblacionales por los sectores de la Sierra y periferias de la ciudad, son precisamente la consecuencia de una cierta demanda residencial basada en un producto residencial de baja densidad que requieren implantarse en estos sectores de transición entre la ciudad y el campo con modelos tipológicos capaces de generar crecimientos más abiertos y ofertas más flexibles, prácticamente inexistentes en la actual oferta residencial de Córdoba.

Asimismo, el cualificado paisaje de los espacios naturales de alta calidad ambiental del sistema verde de la Sierra y de sus inmediatas periferias, y la condición topológica del terreno y su excepcional medio físico, constituyen valores innegables que justifican la organización de su uso con los criterios limitativos que antes hemos enunciado, planteando alternativamente otros productos específicos de oferta residencial que recuperan y modernizan los atractivos conceptos de los modelos residenciales de "Ciudad Jardín", e introduciendo mejoras novedosas que la demanda y circunstancias actuales nos exigen considerar.

La fuerza del "lugar" en las propuestas de ordenación residencial.

El valor estratégico de lo que denominamos el "lugar" de la ciudad como hecho geográfico, adquiere una predominante importancia en el análisis del territorio y en la conformación de la ciudad, más allá de la dialéctica clásica del planificador al contraponer "ciudad difusa" vs "ciudad compacta". En este sentido, los lugares periféricos de nuestro entorno territorial, son invariantes históricos que, en el caso de Córdoba, "predisponen" la forma de la ciudad.

A nuestro entender, algunos lugares periféricos de Córdoba evocan "vacíos expectantes" reorganizadores de las capacidades del territorio y de la posición de los "objetos". En este sentido, no será tanto la preocupación porque el valor de los efectos territoriales o de los "vacíos periféricos" sean indiferentes en sí mismos, sino en intentar evitar que esa indiferencia se produzca entre las relaciones de los "vacíos". En nuestro trabajo se profundiza en esas "imágenes" que el territorio periférico provoca, todavía en un principio indiferentes y repetitivas, en donde el orden urbanístico es más débil que el espacio desnudo en que se presentan, y que le dan la "fuerza al lugar".

Esa búsqueda de la "fuerza del lugar" periférico, ajena a las relaciones contradictorias campo-ciudad, o ciudad compacta-ciudad flexible, es la que en nuestro trabajo más se ha valorado a la hora de tratar estos territorios periféricos de extensión residencial de Córdoba como un auténtico "proyecto".

No hay por ello en esta reflexión irrelevancia o vulgaridad repetitiva en estas periferias de Córdoba sino más bien modernidad, flexibilidad de las formas, ruptura con la diferenciación excesiva entre campo y ciudad mediante la forma, necesidad de resolver los problemas funcionales que la "ciudad interior" ya no puede, y de superar las dificultades estéticas de la vacuidad.

En todo caso se sugiere "lugares" llenos de voluntad positiva y con un campo de libertades para planificar el futuro más desde el presente que desde el ensimismamiento del pasado.

La Periferia de Córdoba como territorio activo.

En las propuestas residenciales que aquí desarrollamos, se apuesta por dotar de referencias discontinuas a la fuerte urbanidad compacta que ofrecen los instrumentos clásicos de la ciudad actual, sugiriendo ideas e imágenes de aquello que todavía no se ha hecho pero que es necesario hacer para el desarrollo competitivo del territorio. Ese abanico de referencias discontinuas, de lugares de invención de las formas y los tipos urbanos, genera la imagen de una propuesta "flexible" contrapuesta a la uniformidad rígida de la ciudad compacta que ya no puede resolver estos problemas con los instrumentos clásicos de la ciudad "fundacional".

En los últimos años, en nuestras ciudades, la fuerza simbólica y convencional de los centros tradicionales ha reducido la imaginación de otros tejidos urbanos. El pensamiento tipologista y la visión del edificio de arquitectura como un exclusivo "objeto", ha sido el motivo de renunciar a entender la fuerza y la diversidad de las infraestructuras y territorios, de los centros de servicios y nuevas tecnologías industriales, de la gran movilidad acompañada de la extrema privacidad y de entrar en el terreno figurativo de las formas urbanas más contemporáneas.

Desde estas posiciones, se intenta elaborar de manera teórica y aplicada la idea del territorio como periferia urbana, no entendido este negativamente como contraposición o degradación de la ciudad central, sino al contrario, como un territorio activo del proyecto contemporáneo de ciudad.

En este sentido se plantean en nuestra propuesta una serie de tipologías y órdenes de crecimiento residencial que tienen mucho más que ver con los nuevos modelos de la ciudad post-industrial que con los modelos clásicos de la ciudad "fundacional", cuyos instrumentos no pueden ya resolver estos territorios periféricos.

Todo ello, genera una atractiva oferta residencial más adecuada a una nueva demanda social que requiere de nuevas alternativas residenciales integradas en una ordenación más libre basada en las formas territoriales que asume la ciudad post-industrial.

"Proyectar" la Periferia de Córdoba.

La Periferia de Córdoba se define como un territorio indefinido, con ausencia de continuidades, repeticiones o sistemas. En este sentido, y en consecuencia, aparecerán una serie de nuevas relaciones del espacio y la escala de los elementos urbanísticos y arquitectónicos que se plantean en las extensiones residenciales de Poniente, Levante y Pedanías.

Partiendo de la inevitable y necesaria comprensión de dichos lugares, su fuerza proyectual estaría precisamente en el tratamiento de los vacíos generados entre las diferentes intervenciones u objetos desligados entre sí. Es desde este entendimiento de los lugares periféricos y de sus procesos de sobreposición de los fragmentos construidos capaces de apreciar los vacíos intersticiales entre ellos como espacios positivos, desde donde podríamos encontrar algunas de las claves para proyectar las periferias.

Los espacios vacíos entre las diferentes intervenciones y sus adecuadas distancias entre sí, y el nuevo orden de las relaciones del "espacio" y las "escalas" de las proyectaciones urbanísticas y arquitectónicas serán las principales reflexiones que se aportan en los trabajos que a modo de experiencias aquí se presentan.

Encontrar un nuevo modelo de "otra" ciudad sobre estas áreas periféricas, conformada con diferentes instrumentos a los de la ciudad fundacional, sería uno de los principales objetivos proyectuales sobre estos espacios periféricos que requieren ser entendidos de manera diferente tanto en sus espacios como en sus escalas de intervención.

La propuesta residencial; hipótesis de trabajo y objetivos.

En las diferentes propuestas de extensión residencial que se plantean, se ha partido de una serie de hipótesis de trabajo que reflejan de alguna manera cuales serían los objetivos y necesidades a cubrir con estas propuestas proyectuales que se desarrollan, y que podríamos resumir en los dos siguientes apartados:

a) Viabilidad de las propuestas residenciales: Es evidente que uno de los principales problemas que se plantean en un desarrollo de estas características es el control en la gestión y viabilidad de las propuestas y ordenación de extensión residencial.

Los objetivos se concretan en los siguientes:

- Localizar estratégicamente en las extensiones de Poniente y Levante la implantación de una serie de importantes elementos de escala adecuada alrededor de los cuales se focalizará el desarrollo de los nuevos asentamientos residenciales;

- Condicionar la ordenación de esa "otra" ciudad que por sus peculiares características posibilita una novedosa investigación urbanística buscando así la legitimación de un nuevo modelo de intervención para estos suelos que, superando los instrumentos de formación de la ciudad fundacional, sea capaz de generar otro tipo de ordenación más apoyado sobre los propios elementos no urbanos que la estructuran en su potente estética del paisaje;

- Generar nuevas y atractivas propuestas residenciales que sean capaces de aportar una oferta cualificada de baja y media densidad adecuándose a las necesidades económicas y de exigencias de una diversificada demanda existente.

Asimismo, constituye principal objetivo del Plan acercar la oferta residencial a la demanda ciudadana de "Vivienda de Protección Oficial" en cualquiera de sus modalidades. En este sentido, el Plan se plantea en su Programa la obligación de realizar el equivalente al menos a una media del 25% de las viviendas de cada sector, cumpliendo las características económicas que determinan dichas modalidades de la Vivienda de Protección Oficial (V.P.O.).

b) "Los Servicios": Usos Terciarios y Equipamientos. Las nuevas condiciones de producción residencial y la necesidad de pasar del concepto de "barrio dormitorio" de nuestras periferias urbanas, al concepto más atractivo de "barrio activo" de las nuevas propuestas en Córdoba, se basa fundamentalmente en entender que actualmente ya no es admisible, (ni desde un punto de vista teórico, ni desde la propia perspectiva comercial), la oferta de "vivienda" por sí misma sino precisamente por los "servicios" que se ofrecen con ella.

Se trata de plantear un nuevo modelo en donde el auténtico "motor" de actividad urbana que necesitan nuestros nuevos barrios sean precisamente estos servicios terciarios y de equipamientos, convirtiéndose así en auténticos "focos de atracción" para el futuro usuario de la vivienda, cuya exclusiva y única oferta residencial ya no satisface a las nuevas promociones de usuarios que exigen "algo más" que una simple vivienda.

En este sentido, en nuestra propuesta de ordenación se valora este nuevo concepto de los "Servicios" como auténtico atractivo a la oferta residencial que aquí se hace, agrupando y centralizando en sitios estratégicos del barrio los grandes "focos de atracción" que potencien, garanticen y posibiliten la actividad urbana y comercial que requiere cada uno de estos barrios en sus diferentes escalas de densidad residencial, conectándolos con su oferta residencial y con la ciudad existente mediante estudiadas propuestas viarias y elementos estructurantes de sus equipamientos y espacios públicos que impidan el "efecto periferia" tan perjudicial en los barrios actualmente existentes.

El Protagonismo de la Gestión Municipal en el desarrollo de la Propuesta.

Finalmente, entender conceptualmente la "vivienda" como un auténtico "equipamiento" puede resultar clarificador en cuanto la importancia urbanística y social que este producto debe tener para la ciudad y sus habitantes.

Esta nueva manera de entender el uso residencial, plantea la necesidad de establecer una "política global de vivienda" y mecanismos urbanísticos que posibiliten al Ayuntamiento tomar el protagonismo que le corresponde en colaboración con la iniciativa privada, con el fin de controlar los procesos edificatorios de las nuevas grandes piezas de la ciudad y de plantear mecanismos de control en el mercado inmobiliario de la vivienda.

En consecuencia, se propone una serie de instrumentos urbanísticos que potencien la presencia municipal en este mercado residencial, sin negar la necesaria intervención de los operadores privados, de manera de que se entienda el acto clasificatorio de suelo como un legítimo derecho de quién lo realiza en equilibrar las rentabilidades productivas de los privados y las rentabilidades sociales que legitimarán razonablemente el acto clasificatorio.

En este sentido, el Patrimonio Municipal de Suelo que nuestra propuesta puede generar tendrá la importancia en cuanto a su capacidad de incidir no sólo en el mercado del suelo, sino también en los mecanismos de producción y control cualitativo de los productos residenciales que no resulta ser otra cosa que la responsabilidad compartida de "hacer ciudad".

Partiendo de las cuestiones anteriormente expuestas, el método de trabajo que se ha seguido para la definición de los parámetros urbanísticos de las propuestas de extensión residencial que se plantean, ha consistido en ensayar primero sobre los modelos de implantación proyectados diferentes tipos arquitectónicos adecuados a la densidad pretendida, deduciendo posteriormente las edificabilidades de los ámbitos.

Por tanto, se plantea un proceso en donde se ha partido del ensayo tipológico atendiendo fundamentalmente a la lógica urbanística de la ciudad para conseguir la "imagen" que la propuesta propone, pasando posteriormente a la cuantificación de aprovechamientos, parámetros edificatorios y repartos equilibrados de las rentabilidades productivas (lo privado) y las necesarias rentabilidades sociales que las legitiman (lo público). Ello nos posibilita plantear un determinado modelo edificatorio con la garantía de su realidad cuantitativa y cualitativa.

Las Propuestas del Crecimiento Residencial.

Según los datos obtenidos en la etapa de información del proceso de redacción de este documento, aportamos los datos de suelo que serían susceptibles de poder incluirse en los sectores de Suelos Urbanizables del nuevo Plan.

El criterio general que se ha seguido, ha sido principalmente justificar urbanísticamente la idoneidad de aquellos suelos tensionados por su ubicación en los sectores del crecimiento histórico de la ciudad, atendiendo principalmente razones estratégicas de ubicación con respecto a la lógica urbanística que ya dejó planteada el Plan General de 1986, y recogiendo paralelamente nuevas demandas que se han generado en la ciudad debido principalmente a la fuerte implantación de algunas grandes instalaciones que van adquiriendo un importante protagonismo urbanístico en la ciudad (como sería el caso del sector Levante con la consolidación de la Universidad, polígonos industriales y "eje logístico" de la ciudad).

Por otro lado, se ha tenido muy en cuenta las condiciones restrictivas de los planes de rango supramunicipal (Plan Especial de Protección del Medio Físico, Parajes Naturales…) que afectaban a algunos suelos tensionados y cuya incidencia con dicho planeamiento aconsejaban su no inclusión con el fin de clarificar y consolidar competencias legislativas de carácter urbanístico.

Según los criterios anteriormente mencionados, se han estudiado los suelos que dentro de la lógica urbanística serían susceptibles de incluirse como futuros suelos urbanizables, una vez se garanticen los requisitos urbanísticos expuestos en el punto anterior.

El principio general de los cálculos de aprovechamiento que se proponen en estos sectores de extensión se justifican tanto por sus propias ordenaciones urbanísticas, como por su importante componente social: el buscar el necesario equilibrio entre las rentabilidades productivas del sector privado y las rentabilidades sociales que legitiman el acto de calificación de estos de suelos que se plantean en las diferentes propuestas de nuestro documento.

Al margen de la ambigüedad de los abstractos parámetros urbanísticos, se plantea una reflexión conjunta de los contenidos urbanísticos y arquitectónicos con el fin de recomponer el diálogo proyectual entre ambas prácticas: los parámetros urbanísticos son una consecuencia de la concreta ordenación urbanística y modelo tipológico que se pretende implantar, y no al revés.

CRECIMIENTO EN EL SUELO URBANIZABLE PROGRAMADO.

Siguiendo este proceso de trabajo, y atendiendo a las características de los sectores de suelo Urbanizable Programado donde se ubican cada una de las propuestas, plantearemos como primera aproximación los siguientes Tipos de Densidad para aplicar a los diferentes sectores de crecimiento de la ciudad.

Las características de los diferentes Tipos (I, II, III, IV y V) de densidades que se especifica a continuación, y sus índices de aprovechamientos están relacionados directamente con la morfología y tipología edificatoria que se pretende obtener.

Según estos conceptos, se fijan los siguientes datos urbanísticos para su posterior aplicación a los diferentes sectores de crecimiento residencial que planteamos para el Suelo Urbanizable Programado.

Residencial Bajo 1 (0,115 a 0,125 m2t/m2s), 2 (0,15 y 0,155 m2t/m2s) y 2º Cuatrienio (0,125 m2t/m2s): Se aplica a operaciones de "sellado" en áreas perimetrales de la Sierra, Pedanías o Núcleos Aislados, sobre las que se propone únicamente la implantación de tipologías residenciales unifamiliares.

Residencial Bajo 3 y 3º Cuatrienio (0,20 a 0,25 m2t/m2s): Se aplica a sectores situados en Pedanías y otros asentamientos periféricos, sobre los que se plantean desarrollos de baja densidad con tipologías dominantes de viviendas unifamiliares aisladas y adosadas.

Residencial Medio (0,30 y 0,35 m2t/m2s) y 2º Cuatrienio (0,30 m2t/m2s): Se aplica a extensiones sobre las que se pretende desarrollar un atractivo modelo de "Ciudad Jardín" que ordene y compatibilice en estas zonas de transición tipologías edificatorias de vivienda unifamiliar aislada, pareada, adosada y de "Ciudad Jardín" (CJ) para usos residenciales unifamiliares y plurifamiliares.

Residencial Intensivo (0,45 a 0,65 m2t/m2s) y 2º Cuatrienio (0,50 m2t/m2s): Se aplica sobre las áreas de transición entre tipologías unifamiliares y las concentraciones de tipologías plurifamiliares de alta densidad, localizadas al Sur de la carretera de Santa María de Trassierra y al oeste del Parque Azahara, así como sobre las operaciones de "sellado" del borde sur del barrio de Fray Albino.

Se plantean tipologías de viviendas unifamiliares adosadas, plurifamiliares aisladas y de manzana cerrada.

Residencial Extensivo (0,70 a 0,80 m2t/m2s): Se aplica sobre las extensiones naturales de la ciudad por Poniente, que consolidan el modelo de ciudad definido por la precedente Revisión del Plan General, y sobre las que se concentra la mayor parte de la oferta residencial del Plan.

Se proponen sobre estas áreas desarrollos residenciales que integrarán las diferentes tipologías de vivienda plurifamiliar.

Industrial Bajo (0,35 m2t/m2s) y Medio (0,50 m2t/m2s): Se aplica a las extensiones de los polígonos industriales existentes.

En cuanto a los sectores, éstos se concretan en 50, que se distribuyen entre los tres cuatrienios del la programación del Plan, si bien se concentran en su mayor parte en el primero (46 sectores), programándose el desarrollo de tres para el segundo y de uno para el tercer cuatrienio.

A continuación se adjuntan cifras globales de los sectores de suelo urbanizable programado, según cuatrienios, usos y localización:

1.- Primer Cuatrienio: Se compone de 46 sectores, 14 de extensión del núcleo principal de la ciudad (12 con usos residenciales y 2 con industriales) y 32 localizados en los núcleos periféricos (29 residenciales y 3 industriales), que en conjunto afectan a una superficie superior a 974 has. (328 en núcleo principal y 646 en núcleos periféricos).

  • Sectores de uso residencial (868 has., 276 en el núcleo principal y 592 en los periféricos): Mediante su gestión y urbanización se generará suelo edificable con capacidad para la ejecución de alrededor de 15.600 viviendas y 46.800 habitantes (datos orientativos). Aproximadamente 10.000 se localizarían en el núcleo principal y su entorno inmediato, y la parte restante (5.600 aproximadamente) en los asentamientos periféricos.
  • Sectores de uso industrial (105,5 has., 52 en el núcleo principal y 53,5 en los periféricos): Mediante su gestión y urbanización se generará suelo edificable con capacidad para la materialización de unos 470.000 m2 de techo de usos industriales y compatibles, 260.000 aprox. en las extensiones naturales de los Polígonos preexistentes y 210.000 aprox. sobre suelos localizados en los núcleos periféricos.

2.- Segundo Cuatrienio: Se compone de tres sectores, todos ellos de uso residencial y de crecimiento del núcleo principal, que en conjunto afectan a una superficie de suelo superior a 70 has., con una capacidad –una vez urbanizados- para más de 1.000 viviendas y 3.000 habitantes (datos orientativos).

3.- Tercer Cuatrienio: Unicamente se compone de un sector de extensión del núcleo principal, que afecta aproximadamente a 53 has. y que una vez urbanizado tendría una capacidad para unas 480 viviendas y 1.440 habitantes (datos orientativos).

Por tanto, mediante la gestión y urbanización de los distintos sectores residenciales integrados en los tres cuatrienios del Suelo Urbanizable Programado, se generará suelo apto para la construcción de más de 17.000 viviendas, con capacidad para 51.000 habitantes (datos orientativos).

De las expresadas 17.000 viviendas, aproximadamente 4.250 habrán de cumplir con las características económicas que determinan las modalidades de la Vivienda de Protección Oficial (V.P.O.), en cumplimiento de la "media del 25% de las viviendas de cada sector" que la Normativa del Plan general establece.

Se adjuntan fichas reguladoras de circunstancias urbanísticas de las diferentes actuaciones en suelo urbanizable programado, así como cuadros-resumen de datos globales detallados, en el Tomo III del presente documento.

CRECIMIENTOS EN EL SUELO URBANIZABLE NO PROGRAMADO

Se trata de aquellos desarrollos, tanto residenciales como industriales, sobre los que el principal objetivo del Plan no sólo es para los primeros, el de plantear nuevos modelos tipológicos de "Ciudad Jardín" que sean capaces de ordenar estos suelos de transición entre la ciudad y el campo, o para los segundos, el de extender los Polígonos preexistentes sobre "vacíos expectantes" estratégicamente situados, sino también el de posibilitar la materialización de los grandes equipamientos públicos de escala territorial.

En este sentido, se pretende mediante estas actuaciones equilibrar el modelo urbanístico de la ciudad planteando sus grandes dotaciones públicas tanto en Poniente como en Levante.

Las dos principales propuestas de extensión en suelo urbanizable no programado, tanto residencial como industrial, en las que se reconocen los expresados objetivos, se concretan en las siguientes:

  • "Ciudad Jardín de Poniente-Sur", con su importante equipamiento dotacional incluido "Ciudad de la Salud"; y la adscripción parcial de los suelos BIC de "Turruñuelos" y "Canteras de la Albaida" para la ejecución de grandes espacios públicos del Eje Arqueológico.
  • "Ciudad Jardín de Levante", con los Sistemas Generales incluidos "Eje logístico" y "Parque Deportivo de Levante", así como la adscripción parcial de los suelos BIC de "Turruñuelos".
  • "Industrial de Levante" e "Industrial de Poniente" (área Higuerón Nuevo y Santa Marta), con la adscripción proporcional del Sistema General "Centro de Transporte Intermodal de Mercancías", localizado sobre la margen norte de la Estación de Clasificación de El Higuerón.

En cuanto a los ámbitos, éstos alcanzan la cifra de 35 (superficie ocupada superior a 1.869 has.), distribuidos según usos del siguiente modo:

a.- 27 de uso global residencial, que generarán suelo edificable, una vez urbanizados, con capacidad para más de 19.600 viviendas (capacidad orientativa de 58.800 habitantes), y una superficie conjunta superior a 1.491 has., distribuidas del siguiente modo:

  • 451,5 has. aprox. ocupadas por los crecimiento-modelo del núcleo principal y periférico de El Higuerón (383,3 y 68,2 respectivamente), con una capacidad orientativa para la construcción de más de 12.700 viviendas (12.250 en el núcleo principal y 450 en El Higuerón).
  • 179 has. aprox. sobre suelos de parcelación (PAU-P) que se integran en el modelo de ciudad que el Plan General define (capacidad orientativa cercana a las 1.200 viviendas).
  • 861 has. aprox. sobre suelos parcialmente ocupados desintegrados del modelo de ciudad (capacidad orientativa de más de 5.700 viviendas).

Procede añadir que el Plan General establece la definición de sectores en el interior de determinados ámbitos, con destino a la ejecución de viviendas públicas, a política de suelo público y a VPO o acogidas a algún régimen de protección, mediante cuya gestión y ejecución se generaría suelo apto para la construcción de 510.000 m2 de techo, desglosados por ámbitos del siguiente modo:

  • PAU O-1: 80.000 m2t.
  • PAU O-3: 160.000 m2t.
  • PAU O-4: 200.000 m2t.
  • PAU LE-1: 70.000 m2t.

b.- 6 de uso global industrial y compatibles, con una superficie conjunta cercana a las 319 has., distribuidas del siguiente modo:

  • 122,5 has. aprox. en el entorno inmediato del núcleo principal de la ciudad, de extensión natural de los Polígonos preexistentes.
  • 55 has. de ampliación del Polígono "La Rinconada".
  • 65,5 has. en el área del Higuerón Nuevo, como apoyo al CTIM.
  • 76 has. aprox. sobre suelos parcialmente ocupados que se integran en el modelo de ciudad que el Plan General define (Polígono Santa Marta y parcelación industrial de El Arenal).

En relación con el uso industrial cabe destacar que el Plan General prevé en el interior del PAU (I)-6 "Parque Industrial La Rinconada", la definición de un sector con un aprovechamiento mínimo de 150.000 m2techo, para políticas de suelo industrial público.

c.- Finalmente, 2 de usos dotacionales y compatibles a definir por cada PAU (Ciudad Sanitaria e I+D de Campus de Rabanales), que afectarían a una superficie superior a las 59 has..

Se adjuntan fichas reguladoras de circunstancias urbanísticas de los diferentes ámbitos de suelo urbanizable no programado, así como cuadros-resumen de datos globales detallados, en el Tomo III del presente documento.

Justificación de la Propuesta Residencial: Conclusiones del Estudio de la demanda.

El escenario de puesta en el mercado de suelo previsto por el Plan General ha tenido en cuenta el comportamiento reciente de las distintas variables que afectan al mercado de vivienda tales como las necesidades existentes, los ritmos de producción del mercado, la capacidad de acceso a la vivienda de las familias y las tendencias demográficas actuales. Las conclusiones más relevantes de este estudio son las siguientes:

Un sistema cíclico

Del análisis del comportamiento histórico de la vivienda en Córdoba se deriva el hecho de que la producción de viviendas ha tenido un comportamiento cíclico asociado normalmente al ciclo económico nacional (fundamentalmente al crecimiento del PIB ) aunque desfasado temporalmente del mismo y acotado por las coyunturas particulares de gestión de suelo de la ciudad (puesta en marcha el suelo aprobado en el plan todavía vigente, agotamiento del suelo a finales del 97...).

Entre los años 91/95 se produce una media anual de 2.150 viviendas, de las cuales 950 de media interanual son de VPO.

Una sólida base para la demanda: la formación de hogares por matrimonio

Este comportamiento cíclico se acompasa con una demanda importante de vivienda que tiene su suelo natural en la formación media de unos 1.750 hogares/año por matrimonios, una cifra que ha experimentado una reducción desde los años 70 en los que alcanzaba los 2.000 matrimonios/año, y que mantiene una notable indexación con el PIB y la promoción de vivienda, de forma que crecimiento económico, matrimonios y promoción de vivienda mantienen tendencias similares.

Junto a esta "base" de demanda de vivienda comienzan a detectarse en Córdoba otras tendencias de formación de hogares como los procedentes de la ruptura de hogares por efecto de separaciones y divorcios, las familias monoparentales y la formación de hogares jóvenes unipersonales.

Desde el punto de vista cuantitativo el bloque más más importante de demanda de estos hogares no matrimoniales procede de la formación de hogares unipersonales de jóvenes solteros emancipados. Si se extrapolaran las cifras que muestra la demanda de VPO sobre las características de los nuevos hogares por cada dos o tres hogares "matrimoniales" que se forman (según la fuente de los datos) nace 1 hogar unipersonal, lo que significaría que a la demanda citada habría que añadir al menos 600 hogares/año.

Por lo que respecta a la demanda originada por el "desdoblamiento" de hogares como resultado de los procesos de separación y divorcio, la demanda es hoy en Córdoba irrelevante si se tiene en cuenta que en el Censo de 1.981 había en Córdoba 1.587 divorciados o separados y en el Censo del 91 2.700, lo que supone una tasa interanual de rupturas de unas 110 anuales, es decir una formación de nuevos hogares que como mucho alcanzarían las 60 viviendas/año, mientras que las estadísticas judiciales muestran tasas de divorcios y separaciones aún inferiores, en torno a las 50 sentencias/año para el total provincial.

Otra idea de la amplitud del mercado de vivienda procede de las tasaciones de vivienda, que en el caso de viviendas nuevas puede adjudicarse sin mucho error al mercado real de adquisición de vivienda y en el caso de segunda mano con correcciones al ser el mercado hipotecario una de las fuentes primordiales de crédito en nuestro país en la actualidad. En este sentido, en el período 93/95, en el que se disponen de datos enormemente representativos se tasan en la ciudad de Córdoba cerca de 2.200 nuevas viviendas/año en el mercado libre, por lo que si se añadieran la media de VPO del período estaríamos en cifras en torno a las 3.000 viviendas/año, todo ello sin contar con el mercado de segunda mano que supondría en el límite más elevado otras 400 viviendas año puestas en el mercado.

¿De dónde procede esta otra bolsa de demanda? En primer lugar de los proceso de filtrado que tienen diversos orígenes de importancia cualitativa diversa:

a) el "filtrado" hacia arriba de familias que poseen una vivienda y acceden a otra de mejor calidad, en la que habría que distinguir el "filtrado de necesidad" es decir el de aquellas familias que habitan viviendas inadecuadas por salubridad, estado, dimensión, etc..

b) el cambio de régimen de tenencia de alquiler a propiedad

c) la demanda procedente de ruinas, desahucios, etc..

Esta demanda tiene pesos diversos en el componente global .Por una parte el alquiler tiene un escaso peso en el parque de Córdoba como es habitual en nuestro país y representa el 13% del parque con 11.356 viviendas.

Por otra parte tampoco la situación de inadecuación de la vivienda es especialmente grave en la ciudad. Apenas 600 viviendas podrían englobarse en esa categoría.

En todo caso la demanda de VPO muestra que el cambio de régimen de tenencia alimenta una parte considerable de demanda de los hogares formados, hasta un 25%, mientras que según esta misma fuente las situaciones de "necesidad" son mucho menos relevantes y en general están exageradas.

En todo caso esta aproximación se dirige a la demanda realizada de vivienda no a la demanda potencial o virtual. En efecto, como indica el propio hecho citado anteriormente sobre la "indexación" entre crecimiento económico, matrimonios y mercado de vivienda, el mercado virtual de vivienda es mucho mayor de lo que estas cifras indican.

En efecto, en Córdoba, y siguiendo las pautas de formación de hogares por matrimonio, el bloque de edad comprendido entre los 20 y los 35 años para las mujeres representa más del 90% de los matrimonios y que este bloque de edad crece desde las 37.415 mujeres en el 91 hasta las 39.877 en el 2.001 para descender a partir de esta fecha, puede valorarse la magnitud de esta demanda virtual, que incorporaría cada año 13.000 nuevas mujeres y prácticamente otros tantos hombres al bloque susceptible de demandar vivienda, bien por un incremento de las actuales tasas de matrimonio, bien por la formación de hogares unipersonales, cifras que evidentemente no se corresponden con la tasa media de producción de viviendas desde cualquier punto de vista que se analicen (visados, dirección de obres, licencias...).Pero además hay que tener en cuenta que a lo largo de los últimos años se ha producido un embolsamiento de esta demanda debido a las dificultades de acceso a la vivienda.

Esta demanda virtual está contenida por un amplio número de factores entre los que destaca el desempleo, la precariedad en el empleo, la prolongación del tiempo de los estudios y la generalización de elevadas tasas de permanencia en el hogar de los jóvenes españoles (y Cordobeses) excepcional en el marco europeo.

Hay que tener en cuenta que de la población citada, entre 20 y 34 años, los ocupados solteros, es decir aquellos individuos susceptibles de formar hogares y que en mejores condiciones estarían de acceder a una vivienda, suponen aproximadamente 6.500 mujeres y 9.500 hombres, cifras que desbordan ampliamente la formación de hogares reales por motivo de matrimonio, menos de 2.000 al año como se recordará, e incluso el número total de hogares unipersonales formados por personas activas, que alcanzaban la suma en el censo de población del 91 de 3.754 hogares. Es decir la formación efectiva de hogares por matrimonio o unipersonales es muy inferior a la demanda virtual.

Pero además, esta demanda virtual cuenta con otro bloque importante en la reserva, el de los parados, que en el caso de los solteros alcanza el número de cerca 9.200 varones y 5.500 mujeres.

Por otra parte, estas cifras de ocupación no deben ocultar la elevada precariedad de gran parte de la fuerza laboral joven en Córdoba. Simplemente atendiendo a los adjudicatarios de VPO, cerca de un 15% de los hombres y casi la cuarta parte de las mujeres se encuentran en situación de precariedad laboral en sus diversas formas.

Otro indicador tanto de la fragilidad de los hogares como de la demanda embalsada es la existencia de condiciones de convivencia complejas como la existencia de familias con dos o más núcleos susceptibles de formar nuevos hogares y que en el censo de 1.991 alcanzaban la cifra de 2.179 en la ciudad de Córdoba.

Por contra existe una oferta latente por defunciones que si en el pasado fue una fuente notable de incorporación de viviendas al parque la prolongación de la esperanza de vida ha acompasado esta incorporación. En todo caso en Córdoba existen en la actualidad algo más de 5.000 hogares formados por una sola persona mayor de 65 años, un 6% del total de hogares.

Esta situación de demanda insatisfecha tiene su origen en las causas citadas y en la desigual distribución de la renta en Córdoba. La ciudad acoge simultáneamente a un amplio sector de muy bajos ingresos y a un pequeño sector de muy altos ingresos de forma que la decila más alta supone un 26 % de la renta de Córdoba según datos oficiales seguramente infraestimados. En este marco la debilidad de las capas intermedias es manifiesta, situación que se ve agravada por las tensiones inflacionistas de la ciudad amparadas probablemente en los flujos de economía sumergida.

En todo caso, la inmensa mayoría de la demanda potencial de Córdoba, especialmente dadas las condiciones de distribución de la renta se produce en los escalones inferiores de renta, en la frontera entre la VPO y la VPP.

En consecuencia la demanda realizada y embalsada hasta la fecha puede caracterizarse de la siguiente manera:

El bloque de vivienda pública y protección especial.

Este bloque sigue siendo amplio en Córdoba. Alcanza según las opiniones de los agentes entre el 20 y el 30% de la demanda de las familia, aunque nuestras estimaciones bajarían algo estos porcentajes hacia el 15%. Este grupo estaría en principio abocado al alquiler.

Un grupo de altas rentas que podría clasificarse por su posición social: a) el grupo de "altas rentas históricas" asentados sobre todo en "El brillante" cuyo circuito está fuera del mercado salvo retornos de alcance restringido a vivienda de lujo en el centro; b) el grupo de "nuevos ricos" o "ricos sumergidos" (tenderos, joyeros...) cuya presión se dirige sobre todo a la vivienda de lujo en parcelaciones ilegales por un problema de segregación social; c) capas medias/altas que se han dirigido sobre todo a la oferta de Poniente hacia pisos de elevados precios, generalmente amplios, con medias de 120m2 y de hasta 170 m2, incluyendo dúplex, áticos, etc. familias con dos ingresos en torno a las 600.000 ptas. mensuales que han pagado entradas muy elevadas que no agotaban en casi ningún caso las hipotecas.

El grupo más desconocido que se debate entre la VPO y la vivienda libre barata, cuya dimensión (y recursos) no está clara, formado por familias de empleados, obreros cualificados (generalmente construcción), etc.. Este bloque se ve beneficiado altamente de la caída de tipos de interés y de la desaparición de la entrada (Hecho generalizado en casi toda la oferta, incluso la "libre barata") El techo de gasto mensual parece estar en este caso en las 50/55.000 ptas. al mes. La contribución familiar es aquí escasa, apenas de entradas que no alcanzan las 500.000 ptas..

Respecto a este último bloque, si nos atenemos a los datos aportados por los adjudicatarios, los ingresos ponderados de las familias se concentran de forma muy importante entre 0,5 millones de ptas. y 1.500.000 anuales, que de forma agregada suponen el 65% del total de demandantes.

Existe un porcentaje de demandantes formado por las franjas inferiores de este bloque y por aquellos que tienen unos ingresos declarados menores de 500.000 ptas. que podrían desplazarse claramente hacia la vivienda pública, pero el sesgo asistencial de esta última hace difícil el acceso.

Este bloque de demanda de elevada fragilidad tiende además a incrementarla. Los ingresos declarados de los solicitantes experimentan una línea tendencial decreciente tanto en ptas corrientes como en ptas constantes, lo cual es coherente con los datos fiscales y salariales que indican que los que entran en el mercado de trabajo cotizan (y cobran) progresivamente menos. Tiende además a estrecharse el abanico de solicitantes, concentrándose en la franja de menores ingresos en una franja de fricción con la VPP.

Ello hace que las tasas de esfuerzo deban ser altísimas, de forma que cerca del 70% tendrían que dedicar más del 50% de sus ingresos a la adquisición de la vivienda.

Por contra, el precio de las viviendas en ptas. corrientes se ha incrementado, aumentando el esfuerzo necesario para adquirir una vivienda y además se ha incrementado progresivamente el peso de las viviendas más caras en el conjunto de la VPO, de forma que las viviendas con un precio inferior a 9 millones han pasado de representar más del 95% del total a cerca del 50%, convirtiéndose el bloque de 10 a 11 millones de ptas. en el dominante.

Esta situación de debilidad económica se manifiesta también en el hecho de que menos de un 10% de los adjudicatarios posee una cuenta de ahorro vivienda, y que de éstos más del 50% no superó un saldo de 1,5 millones de ptas.. En este sentido la desaparición de la entrada activaría seguramente de forma muy importante el mercado.

Existe un terreno de competencia entre la oferta libre y la VPO. Si nos remitimos al año 96, en torno a los precios VPO se mueven cerca de 1.400 viviendas libres y 1.100 de VPO sobre un total que podemos estimar de 3.000 viviendas, es decir más del 80% del mercado efectivo se mueve en el terreno de competencia de precios VPO.

La vivienda pública por su parte cumple un papel fundamentalmente asistencial. No sólo respecto al nivel de ingresos, donde la vivienda pública asiste a la demanda menos cualificada, concentrándose de forma excepcional en una zona de ingresos inferior a las 500.000 ptas./año, lo que se corresponde con una demanda formada sobre todo por personas en paro, sino incluso por su asistencia a familias con problemas, como pueden ser las jóvenes madres solteras o las divorciadas, que constituyen el sector más débil de la demanda. En este sentido es significativo que el sector con mayor poder adquisitivo lo constituyen los jubilados.

Dadas las estimaciones de ingresos existentes en Córdoba (y en general den Andalucía es probable que esta demanda de capas sociales de extrema fragilidad se mantenga y que el actual ritmo de promoción de vivienda pública no sea suficiente.

Por otra parte de la extrema debilidad de las familias adjudicatarias se deriva que la simple política de vivienda no es suficiente para eliminar la marginalidad de estas capas y que son necesarias políticas urbanas integradas de empleo, vivienda, servicios de proximidad y ambiente urbano.

En este sentido constituye un error que refuerza la marginalidad la concentración de esta población en contenedores de gran dimensión, así como la localización de las viviendas en zonas marginales en las que no existen otras intervenciones de recualificación como las descritas. Operaciones menores, más dispersas y políticas integrales parecen la alternativa al actual modelo.

Por otra parte de la extrema debilidad de las familias adjudicatarias se deriva que la simple política de vivienda no es suficiente para eliminar la marginalidad de estas capas y que son necesarias políticas urbanas integradas de empleo, vivienda, servicios de proximidad y ambiente urbano.

En este sentido constituye un error que refuerza la marginalidad la concentración de esta población en contenedores de gran dimensión, así como la localización de las viviendas en zonas marginales en las que no existen otras intervenciones de recualificación como las descritas. Operaciones menores, más dispersas y políticas integrales parecen la alternativa al actual modelo.

¿Qué juega a favor de la demanda?

Indudablemente la caída de los tipos de interés que se está reflejando a pesar de algunas tensiones inflacionistas en el mantenimiento e incluso la caída de los precios en pesetas constantes de la vivienda va a permitir a una parte de esta demanda incrementar su accesibilidad. Precios contenidos y pagos mensuales de hipotecas bajos pueden producir un flujo importante de demandantes hacia el mercado, máxime cuando todo indica que se ha producido un embalsamiento de la demanda.

No se debe olvidar sin embargo que esta demanda animada por su nueva accesibilidad sigue siendo extremadamente frágil como se ha pretendido razonar más arriba y que en el fondo de las incertidumbres de este mercado subsiste el problema del empleo y la relativa estabilidad laboral.

Problemas de vivienda/problemas urbanos

Por otra parte, estos problemas de vivienda no pueden separarse de los problemas de las áreas más desfavorecidas de la ciudad, de la concentración espacial de fragilidad socioeconómica. Córdoba concentra especialmente en determinadas zonas como otras ciudades los fenómenos de exclusión.

La ciudad está dividida por una diagonal imaginaria que separa el Oeste y sobre todo el Sur de las zonas Norte y Poniente, una línea que ordena socialmente el espacio y que tiene su reflejo en la composición social, la renta y en consecuencia los pecios del suelo.

La zona Sur al otro lado del río es un ejemplo patente de concentración de problemas de vivienda, socioeconómicos y de ambiente urbano. Ni la simple promoción de vivienda ni el impacto de los macroequipamientos diseñados por el plan vigente cambiarán por sí mismos estas concentraciones de marginalidad y exclusión. Estas áreas necesitan de intervenciones integradas en las que se apliquen simultáneamente actuaciones de fomento de la actividad, de mejora del medio ambiente urbano, de equipamientos de proximidad, de acciones de centralidad secundaria, etc. en la orientación que siguen las políticas urbanas en la que también existen otras áreas problemáticas en el Este donde los indicadores de fragilidad tales como el hacinamiento o las familias monoparentales alcanzan proporciones importantes. La alternativa diseñada por el Plan de realizar una extensión de la ciudad hacia Levante puede favorecer la regeneración de este área que formaría un tejido intermedio con los nuevos ensanches.

Por otra parte permanece el problema del casco histórico. En contra de lo que se piensa sobre el casco en este área urbana existen zonas de elevada fragilidad, especialmente en su cuadrante Suroeste, en la zona de contacto precisamente con las áreas menos favorecidas del Este y allí donde la rama urbana dificulta la difusión de actividades y servicios de proximidad. El gran problema del casco histórico especialmente en estas áreas es el mantenimiento de la diversidad social y de la actividad económica.

Otro fenómeno indicador de las tensiones que vive la ciudad es el de las parcelaciones ilegales. El desproporcionado desarrollo que han tenido estas actuaciones abusivas ha provocado un impacto ambiental de proporciones dantescas.

En contra de algunas ideas comunes sobre el fenómeno éste no tiene que er estrictamente con la demanda de segunda residencia y se trata más bien de un fenómenos de patología socioeconómica cuyos efectos a largo plazo serán sumamente costosos para la economía pública.

En consecuencia difícilmente podrá competir cualquier suelo por barato y bajo de estándares que se plantee con este complejo mecanismo de acumulación. Solamente la interrupción radical del proceso por parte de la administración puede parar esta sangría del territorio y los recursos naturales.

La vivienda abusiva: un grave problema ambiental

La impresionante extensión del fenómeno de vivienda abusiva obliga a considerarlo como algo más que un submercado de vivienda diferente. Se trata de un fenómeno cuya lógica interna no depende exclusivamente de su relación con la legalidad urbanística, sino de una compleja serie de factores socioeconómicos de forma que sus efectos sobre la economía local van mucho más allá de lo que habitualmente se considera.

El desarrollo de viviendas abusivas constituye un fenómeno espectacular en el término municipal de Córdoba. La ocupación irregular de suelo afecta de forma muy importante a recursos estratégicos tanto naturales (suelo cultivable, masas arbóreas, acuíferos...) como paisajísticos. Según el censo elaborado por el equipo redactor del Plan General, que no incluía aquellas clasificadas por el Plan vigente como suelo urbano o urbanizable, las parcelaciones ocupaban 3.350 Ha, cifra que se incrementaría notablemente al considerar los suelos intersticiales afectados y ya condenados, especialmente en la vega.

En la actualidad, según las estimaciones realizadas, las parcelaciones acogen cerca de 4.600 viviendas de muy diversos tipos, pero la capacidad portante de los suelos afectados es todavía elevada y el techo edificable puede ser muy superior a tenor de los ritmos seguidos en los últimos años.

En efecto, del seguimiento comparativo realizado entre el censo realizado por la Junta de Andalucía en el año 88 y el realizado por el Plan se deduce que en las parcelaciones tomadas como muestra (un 45% del total) las viviendas se han incrementado en la vega, la zona más castigada en estos años, casi en cuatro veces, es decir, las viviendas se duplican cada cuatrienio, permaneciendo todavía un importante número de parcelas vacantes o con instalaciones todavía provisionales.

Es decir, en el caso de los suelos de vega podría producirse un escenario en el que a partir simplemente de los procesos de colmatación y rellenado de intersticios se duplicara y hasta se triplicara el número de viviendas localizadas en parcelaciones ilegales, de forma que si se tiene en cuenta que actualmente sólo en suelo no urbanizable existen más de 3.000 viviendas estimadas en suelos de vega, el número total solamente en estos suelos podría llegar a alcanzar entre 5.000 y 9.000 viviendas.

Si existe el suficiente consenso como para considerar que el fenómeno de las parcelaciones ilegales en Córdoba es un proceso gravemente dañino para el medio natural y urbano que compromete recursos vitales para la ciudad y el territorio y que este fenómeno ha alcanzado proporciones desorbitadas y condenado espacios altamente valiosos desde muchos puntos de vista (recursos, paisaje...) parece necesario desarrollar una estrategia conducente a minimizar su impacto.

En los últimos tiempos la Gerencia de Urbanismo de Córdoba viene desarrollando una importante labor tendente a impedir el desarrollo de nuevas parcelaciones. Sin embargo existe, como se ha pretendido demostrar, suficiente suelo como para que la proliferación de ocupación continúe por lo que sería necesario tomar medidas de policía urbana para impedir la continuación de proceso.

Por otra parte, dentro del general impacto negativo de las parcelaciones sería necesario acotar los elementos más dañinos y peligrosos para dar soluciones rápidas a estos problemas. Entre ellos cabe destacar:

La existencia de actividades productivas en el interior de las parcelaciones ilegales. En consecuencia una primera medida de urgencia sería realizar un censo de actividades localizadas irregularmente, valorando la gravedad de su impacto.

La existencia de actividades agropecuarias fuera de control, que pueden suponer riesgos sanitarios para las viviendas entre as que se enclavan.

Las parcelaciones o conjuntos de viviendas más susceptibles de padecer riesgos catastróficos tales como inundaciones, por lo que sería necesario acotar ya estas zonas y en concreto delimitar la línea de afección de máxima avenida en estas parcelaciones, así como las localizadas en barrancos.

Las parcelaciones o conjuntos de viviendas localizadas en suelos de dominio público.

La situación de irregularidad, la complejidad de los procesos que se desarrollan en su interior y la necesidad de tomar decisiones duras de eliminación o traslado hacen que, al menos en las etapas iniciales de gestión la actuación sobre las parcelaciones debe ser de iniciativa pública. Debe ser la administración quien valore los problemas, busque las soluciones e inicie los procedimientos urbanísticos y de todo tipo necesarios para reconducir estos procesos. En este sentido la creación de un instrumento especial de gestión podría ser de utilidad para reconducir un proceso tan complejo y de contenidos tan diversos.

Por último la gestión de estos procesos es difícil si no se cuenta con reservas de suelo y con el apoyo en la gestión de instituciones no urbanísticas. En efecto puede preverse que el censo de actividades productivas obligue a relocalizar y a intentar emerger actividades que se caracterizan en la actualidad tanto por su irregularidad como presumiblemente por su fragilidad. Si se quiere tener una alternativa al cierre total de estas actividades será necesario contar con espacio para localizarlas y recursos de gestión para hacerlas emerger. La existencia de pequeños polígonos de microempresas localizados en los núcleos periféricos ofrecería un soporte adecuado para la realización de traslados, lo mismo que la existencia de centros de empresas, y desde luego del apoyo a la legalización y consolidación de actividades que podrían brindar tanto el Instituto de Fomento de Andalucía como la oficina municipal de desarrollo local.

¿Qué conclusiones para el desarrollo del Plan?

El Plan debe planificar suelo para vivienda cumpliendo diversos objetivos: de recualificación de la ciudad, de contención de precios, de diversificación de oferta, etc. aunque el Plan no es en sí mismo la política de vivienda, sino el soporte que permite su realización.

En términos agregados el Plan debiera ofertar de salida suficiente suelo para hacer posible (dando por supuesto que las condiciones de acceso de la demanda estarán mínimamente garantizadas por el desarrollo económico) para sostener la demanda naciente e intentar dar salida a lo que se ha denominado demanda embalsada.

Es decir en un mercado que se ha movido en cifras situadas entre las 2.500 y las 3.500 viviendas/año incluido el mercado de segunda mano el techo inferior para el primer cuatrienio estaría situado entre las 10.000 y las 14.000 viviendas, pero si se tiene en cuenta la escasa capacidad que ha tenido dicho mercado para permitir el acceso al mayor bloque de demanda (VPO y viviendas de precio final VPO) la oferta real debería intentar aproximarse al menos al bloque "solvente" de demanda de formación de hogares, lo que significaría incorporar otras mil viviendas al año.

La mayor parte de estas viviendas deberían ser viviendas VPO o de "precio VPO" dado que la demanda más alta se ha realizado en buena parte en estos años y que la demanda embalsada es precisamente la más débil.

La atención a la demanda juvenil no se debería plantear solamente en el terreno común de la VPO o la VPP. Son necesarias iniciativas innovadoras como conjuntos de vivienda en alquiler con servicios comunes.

De igual forma, el incremento de ancianos entre la población obliga a plantearse junto con las soluciones tradicionales de residencias, iniciativas de vivienda colectiva con servicios asistenciales comunes.

Por otra parte permanece la necesidad de mantener la intervención en vivienda pública ampliándola de la simple cobertura de la marginalidad socioeconómica (que requiere otras políticas de acompañamiento como se ha indicado) hacia capas también frágiles pero más innovadoras y con capacidad de transformación del medio urbano como pueden ser las viviendas para jóvenes. En la ciudad queda mucho por experimentar de iniciativas caracterizadas no por su dimensión sino por su capacidad de innovación y regeneración del ambiente urbano.

Desde el punto de vista espacial el Plan debería servir al menos de marco para la definición de áreas en las que la acumulación espacial de problemas socioeconómicos, de vivienda y ambientales obliga a plantear proyectos complejos de regeneración urbana.

Por último el problema de las parcelaciones ilegales y la vivienda abusiva debería ser objeto de una atención especial. Sin embargo dado que el Plan es una herramienta insuficiente para su tratamiento deberían instrumentarse alternativas de análisis y gestión específicas.

LOS NUEVOS SECTORES PRODUCTIVOS.

Una de las iniciativas más importantes que intentamos plantear en este documento de Plan, es la instalación de algunos complejos industriales que partiendo de los nuevos modelos de actividades productiva para Córdoba (el "eje logístico" con sus propuestas empresariales) mejoren sus condiciones de funcionamiento y rentabilidad en su adaptación específica al modelo industrial que necesita la ciudad para potenciar y cualificar sus producciones y economías.

Se trata de una importante iniciativa que puede convertirse en la principal "clave" para impulsar la economía de la ciudad, y estimular nuevos factores de crecimiento con auténtica capacidad competitiva.

Las tipologías de élite constituidas por los nuevos repertorios de espacios productivos que surgen en España en la década de los 90, y que adoptan las denominaciones de "Parques Empresariales "Parques Científicos" "Parques Temáticos", etc... aparecen en las ciudades de nuestro entorno cultural como respuesta cualificada y diferenciada a las nuevas demandas de espacio que se derivan de los cambios habidos en el seno de las actividades productivas.

Dada la compleja tesitura actual parece necesario, como un primer paso, para "redefinir" la posición actual de éstos espacios el análisis pormenorizado de sus caracteres diferenciales. Ello debe permitir establecer y concretar la estrategia, a corto o medio plazo, que se estime más conveniente para los mismos, a fin de conjugar la oportunidad del producto con su adecuado papel dentro de una estrategia territorial de mayor alcance.

En definitiva se trata de partir de las propias características que definen los modelos de los "Parques empresariales" - en cuanto producto cualificado - para extraer de las mismas aquellas posibilidades que permitan afrontar la coyuntura actual, sin desviarse en esencia de los objetivos programados y que justificaron su creación.

A partir de estas premisas conviene señalar como la evolución de estos nuevos conceptos -de carácter altamente emblemático- ha sido, en los últimos años, enorme y sus características principales se centran en:

- Nuevos criterios de localización.

- Especial énfasis en los aspectos de imagen y diseño.

- Mezcla de usos. (flexibilidad de la ordenación)

- Importancia creciente de las infraestructuras.

Nuevos criterios de localización. La aparición de los nuevos productos, viene marcada por la modificación de los criterios de localización que se habían seguido anteriormente para las piezas más tradicionales del espacio productivo.

En concreto, otra de las características diferenciadoras -como será la mezcla de usos- determinará el cruce entre localizaciones de centralidad, propia de usos terciarios, con las localizaciones históricas en la periferia , definidoras de los usos industriales.

Este proceso de coexistencia del viejo espacio industrial, con las nuevas tipologías-terciario, empresarial, comercial, lúdicos etc... origina una alteración en las pautas de la demanda de espacios. Y ello de tal modo, que "el espacio productivo es cada vez menos un espacio residual", formando parte de un sistema integrado que en nuestra propuesta la denominamos EJE LOGISTICO, constituyéndose en el auténtico eje productivo de la ciudad.

Aparece, pues, una nueva valoración del espacio donde se prima su adaptabilidad frente al cambio y a los requerimientos del mercado.

Valor de la imagen e importancia de las infraestructuras. Consecuentemente aparece una nueva valoración de la imagen, reflejo de la necesidad de "ordenar" el espacio, entre otras razones por lo que dicho orden supone de rentabilización de los suelos, ya que el espacio se convierte en activo financiero que no debe despreciarse. Para lo cual se enfatiza en estos años el diseño y la imagen física, así como se cuida la calidad ambiental, como factores de cualificación y revalorización del producto.

Es por esta razón por la que se plantea sectores importantes de Industria-Escaparate, Industria Alta Tecnología, Parques Feriales de apoyo a la Industria..., que sin lugar a dudas potenciarán la imagen de estos sectores productivos de la ciudad que aquí proponemos en la propuesta del EJE LOGISTICO que se plantea en este documento.

Flexibilidad de la ordenación. La oferta productiva con sus áreas diferenciados (Parques Empresariales, Parques de Negocio, Parques Científicos o Tecnológicos, Areas de nueva centralidad, etc...) conjuga la necesidad de un producto claramente identificable -y por tanto etiquetable- con la también necesaria flexibilidad entre los diversos usos y actividades. La fiabilidad es requisito de la demanda. Implica la adaptabilidad del producto frente al cambio de carácter y los requerimientos del mercado.

Hoy se produce una equilibrada mezcla de usos, ya no existe sólo la tradicional mezcla de industrial y servicios asociados, sino que el abanico aumenta. Sin embargo se impone un cierto control físico de estas gamas bien por razones urbanísticas, de imagen o por cuestiones de mejorar sus propias condiciones de funcionalidad y rentabilidad.

Los sectores productivos propuestos en el Plan. Partiendo de los criterios anteriormente especificados, se plantea la consolidación de un "EJE LOGISTICO" como modelo territorial productivo para la ciudad de Córdoba.

Sobre dicho "Eje Logístico", situaríamos algunas importantes propuestas que consolidarían y potenciarían la funcionalidad y actividad que ya han iniciado las actuales instalaciones de los Polígonos Industriales existentes, Universidad, Eje ferroviario…, con nuevas iniciativas que completan la oferta que un eje de estas características requiere para su plena productividad.

Entre las diferentes ofertas de sectores productivos que se proponen para la ciudad, destacaríamos las siguientes:

Reserva Industrial de la ampliación de la "ELECTROMECÁNICA" y "RENFE". Son reservas de suelo industrial estratégicamente situados con el fin de poder resolver en un futuro las posibles demandas de ampliación de las grandes instalaciones industriales en este sector Oeste (Poniente) de la ciudad: las ampliaciones de la actual Industria de Electromecánica y la posible ampliación de las Instalaciones de Renfe, incluyendo la propuesta de su centro de Transportes de Mercancías.

Sector Productivo del "ARENAL". Se trata de rehabilitar, adecuar y ordenar este sector de la ciudad en donde se han ubicado desordenadamente una serie de pequeñas industrias y cuya estratégica ubicación exige una intervención tanto de consolidación urbanística de dicho asentamiento como de recuperación de un "paisaje periurbano" que requiere tratamiento específico de espacios libres y recuperación de bordes del río como importante y atractiva oferta pública para los sectores de ciudad colindantes. Se plantea una propuesta de Rehabilitación de dichos asentamientos que consolide la fachada al eje viario, recuperando así los espacios colindantes de transición al río como uno de los más importantes parques paisajísticos de la ciudad.

Sector Industrial "LAS QUEMADAS" y "LEVANTE". Se propone consolidar y completar este importante sector de Industria Media de la ciudad que requiere un tratamiento urbanístico que unifique y complete la estructura viaria que necesita para su total desarrollo.

Asimismo, se plantea un importante crecimiento Industrial por LEVANTE (que ya fue explicado anteriormente ), como Suelo Urbanizable No Programado condicionando su puesta en marcha obtención parcial del SG CTIM, con el fin de potenciar y cualificar la oferta productiva para la Ciudad de Córdoba.

Es precisamente en este lugar de máxima concentración industrial, y de adecuada y necesaria centralidad con respecto a las infraestructuras viarias que bordean la ciudad y la relacionan con el "Eje logístico" que se proyecta en este documento, en donde se propone la ubicación de nuevas zonas industriales, por sus especiales características de conexión con todas las grandes infraestructuras viarias de la ciudad y su centralidad operativa con respecto a dicho "Eje logístico".

El Centro Del EJE LOGÍSTICO. Con el fin de completar y potenciar la actividad productiva que requiere la propuesta del "Eje logístico", se proyecta esta franja de gestión pública que refachadiza la propuesta del Eje logístico en el punto central de dicho eje sobre el que se apoya y potencia como elemento vertebrador del modelo productivo que se intenta implantar.

Plantear la necesidad de una instalación de estas características como apoyo potenciador de la actividad industrial de la ciudad, no sería una novedad si no se proyectara en relación con otras iniciativas sin las cuales difícilmente podría existir: los nuevos sectores industriales de "Levante", los suelos para nuevos modelos industriales de tecnologías más cualificadas ligadas a la Universidad, el modelo vertebrador de un eje productivo, y en definitiva la atractiva oferta de un modelo global que sea capaz de poner en carga toda la iniciativa industrial y de servicios que requiere una ciudad como Córdoba tan estratégicamente situada en el territorio regional y nacional.

Parque Empresarial "UNIVERSIDAD". Como instalación potenciadora de la actividad docente e investigadora de la Universidad de Córdoba, se plantea la ubicación en terrenos colindantes tanto con el actual asentamiento de la Universidad como con el "Eje Logístico", de un "Parque Empresarial de Alta Tecnología" que sea capaz de acoger la demanda de una serie de específicas instalaciones industriales que requieren especiales características de imagen y asentamientos. Su adecuada ubicación en el "Eje Logístico" con el apoyo del Ferrocarril y su estratégica situación con respecto a la Universidad y a la propia Ciudad, lo convierten en un punto idóneo para una instalación de estas características.

LOS SISTEMAS TECNICOS DE INFRAESTRUCTURAS.

El Plan dedica una especial atención a los grandes Sistemas Técnicos de Infraestructuras que la ciudad puede requerir para completar o mejorar sus condiciones de producción y desarrollo económico. Dicha atención, debe ser entendida como iniciativas de reservas de suelo que garanticen la posible ubicación de estos Sistemas Técnicos de Infraestructuras, de manera que sus estratégicas localizaciones se integren dentro del modelo general del territorio de la ciudad una vez se tomen las decisiones de su realización.

En este sentido, es incuestionable la necesidad de mejora y ampliación de las infraestructuras aeroportuarias si se quiere potenciar el papel de Córdoba como auténtico centro logístico de ámbito territorial. La concentración institucional con otros Administraciones y entidades competenciales, será la que determinaría la viabilidad de un nuevo aeropuerto para la ciudad.

Asimismo, se plantea otras reservas de Sistemas Técnicos de Infraestructuras viarias e instalaciones, cuya reserva es necesaria para mejorar los servicios de la ciudad y su relación territorial.

Justificación de la propuesta Industrial y Comercial: Conclusiones del Estudio de la demanda.

De los análisis parciales realizados y su contrastación con el diagnóstico del plan estratégico se derivan algunas conclusiones con incidencia sobre el horizonte del Plan General:

a) Córdoba no ha alcanzado un umbral adecuado de centralidad para su dimensión. Córdoba tiene un escaso nivel de desarrollo de los servicios incluso de los más banales, aunque esta situación está sufriendo una transformación, especialmente en los servicios al consumo, siendo previsible que esta evolución incremente la oferta de puestos de trabajo en este sector y en consecuencia la demanda de espacio para estas actividades.

Desde el punto de vista espacial, los problemas clave respecto a los servicios más corrientes a las personas son el encaje de esta oferta en el espacio histórico del centro, especialmente en las zonas más marginales y el previsible incremento de la presión de localización de grandes superficies comerciales a medida que se incremente el nivel de consumo.

Córdoba no cumple hoy todavía un papel adecuado de cabecera Provincial salvo en actividades tradicionales. En consecuencia está todavía pendiente el desarrollo de la capital como elemento estructurante de la actividad provincial e incluso de radios territoriales más amplios.

El déficit de servicios a las empresas es muy elevado y no se corresponde estrictamente con el nivel industrial de la provincia y la Capital, aunque ello es explicable por el carácter de la base industrial local, situada entre sectores industriales maduros en declive, sector alimentario y pequeñas actividades industriales y de distribución.

En concreto Córdoba no es hoy capital de servicios del tejido industrial local articulado en torno a Lucena, Montilla, etc..

b) Córdoba cuenta con un ajustado sector industrial en el que destacan algunas especializaciones.

Córdoba tiene una actividad industrial significativa en el marco andaluz, actividad que podría reforzarse en el futuro a medida que se modernice el tejido productivo de Andalucía.

Dentro de los sectores industriales adquiere especial relevancia por sus actuales condiciones empresariales y de operación el sector Joyero, llamado probablemente a jugar un papel importante incluso como factor de centralidad.

El tejido productivo local articulado en torno a la nacional Córdoba/Málaga está al parecer altamente desconectado como sistema productivo de la ciudad de Córdoba y su elevado dinamismo no parece tener efectos relevantes sobre la ciudad (habría que estudiar el "efecto AVE" en esta zona) en parte por el escaso dinamismo de oferta de la ciudad y en parte porque este tejido está muy volcado hacia el mercado de la costa y por una accesibilidad reducida en vías de mejora.

Sin embargo, el dinamismo de este tejido revaloriza la "cara sur" de la autovía Madrid/Sevilla y refuerza la oportunidad del centro de transporte no sólo como "nodo" supralocal, sino como factor de estructuración del espacio económico local, especialmente del más dinámico.

Otro tanto habría que decir de la oportunidad de mejorar la accesibilidad Córdoba/red local por medio de la autovía Córdoba/Málaga.

c) Córdoba necesita un área logística especializada que permita valorar su posición territorial.

En el reforzamiento de las actividades tiene una gran importancia la consolidación del sector ligado al transporte y la logística para el que Córdoba tiene una posición privilegiada.

Las propuestas: el escenario del Plan Estratégico. El Plan estratégico de Córdoba pretende enfrentarse a los retos planteados para el desarrollo de la ciudad. El Plan estratégico plantea una amplia batería de actuaciones en campos muy diversos que pretenden recoger toda la problemática urbana de medio plazo de la ciudad. En este sentido recoge una serie de objetivos y medidas de formación, institucionales, de financiación, etc. que se escapan en buena medida a los objetivos del Plan General, y otros en cambio que tienen una traducción en términos espaciales más ajustada a los objetivos del Plan General.

Desde el punto de vista de las actividades, el Plan Estratégico hace hincapié en los siguientes sectores como objeto de iniciativas determinantes para la ciudad (lo que el Plan Estratégico denomina "motores del cambio"):

-Construcción

-Industria agroalimentaria

-Joyería y artesanado

-Turismo

-Comercio

-Transporte y embalaje

-Medio ambiente y sanidad

El refuerzo de estos sectores se pretende a través de la aplicación de diversas medidas de promoción, financiación, etc. así como por medio del desarrollo de una serie de infraestructuras de apoyo que pretenden reforzar el papel de Córdoba.

Las infraestructuras más significativas propuestas por el nuevo Plan Estratégico son las siguientes:

1. Creación de un complejo relacionado con la logística que hoy recoge un amplio número de sugerencias y proyectos que van desde un simple centro de transporte a la creación de un área intermodal de ferrocarril/carretera y a la dotación de servicios logísticos al transporte.

2. Una serie de iniciativas de suelo para actividades las más importantes de las cuales son las siguientes:

  • Creación de un centro especializado para las actividades de joyería.
  • Creación de áreas especializadas para la localización de actividades industriales en los sectores de transformación de productos del sector primario y químico.
  • Diversas propuestas y alternativas en torno a la creación de suelo industrial público basadas en las carencias tipológicas, de precio, etc. de la oferta existente.

3. Una serie de propuestas para reforzar la centralidad del municipio cabecera respecto de su territorio, en la que además de hacer hincapié en la mejora de las comunicaciones se plantean los siguientes objetivos:

  • Potenciación de la ciudad de Córdoba como centro comercial: Joyacor, Sociedad mixta de promoción del comercio, FICOR.
  • La potenciación de los servicios avanzados en torno al sector primario tales como un Centro de Investigación sobre productos perecederos. Centralidad por oferta universitaria.

4. Desarrollo de la oferta turística en Córdoba, aumentando el consumo cultural de la ciudad, creando áreas recreativas especializadas en el embalse de S. Rafael, realizando parques temáticos.

Algunas propuestas en el escenario estratégico.

a) Fomentar la oferta de suelo para actividades. Existe un bloque de demanda de suelo para actividades económicas capaz de requerir nuevas calificaciones de suelo, por más que éstas sean acotadas, ya que la oferta del plan anterior está prácticamente agotada.

Desde el punto de vista sectorial y funcional las carencias de suelo industrial más relevantes se pueden resumir en los siguientes bloques:

  • Parcelas grandes, mayores de 50.000 m2 (hasta 300.000).
  • Parcelas entre 3.000 y 5.000 m2, limitadas hoy a la ampliación de SEPES.
  • Polígonos especializados, fundamentalmente el de joyería.
  • Centro de transporte.

El área especializada de la joyería es uno de los temas claves del suelo para actividades por diversos motivos:

  • Es un sector sumergido en el que se están produciendo variaciones de modernización que obligan a un proceso de emersión al menos para las actividades más consolidadas (y más "industriales").
  • El sector está en una situación de elevada inadecuación física y organizativa, en la mayoría de los casos en el casco histórico.
  • Es un sector altamente contaminante por lo que la agrupación de las empresas constituye además una necesidad ambiental (el ejemplo del área especializada de Menorca propuesta para el catálogo de buenas prácticas urbanas en el marco de la conferencia Habitat muestra la oportunidad de una operación de este tipo).
  • Las estimaciones de su producción hablan de entre 7 y10.000 millones al año unos 30.000 millones de pts en tres años cifras que se presume deberían ser sometidas a un multiplicador de 4 ó 5.

La otra operación estratégica es la que se mueve en torno a la creación de un área logística que integre centro de transportes, intercambiador y servicios logísticos, aunque su definición debe ser objeto de mayor precisión.

Gran parte de la demanda "virtual" necesita de una decidida política de oferta como ha mostrado el polígono de "Los Pedroches" que impida por medio de las oportunas especializaciones y estándares el uso abusivo del territorio.

b) Mejorar las condiciones urbanísticas de las áreas existentes. Algunas áreas consolidadas tienen importantes déficit de urbanización debidos a carencias en el diseño original o a la falta de mantenimiento. Garantizar la revalorización permanente del espacio de actividades es un objetivo básico para la atracción de actividades.

Existen por otra parte localizaciones abusivas a las que sería necesario dar una solución, especialmente aquellas que forman agrupaciones de actividades (por ejemplo las localizadas en la Huerta de S. Rafael).

c) Reformar las ordenanzas de suelo industrial. El aparato conceptual y normativo del suelo industrial es sumamente estrecho y puede plantear problemas de gestión y modernización de las áreas industriales. El Plan debe enfrentarse a una revisión generalizada de las ordenanzas que facilite la flexibilidad en la evolución tipológica y de usos en estas áreas garantizando las condiciones de operación, con los siguientes criterios:

  • Definir el escenario de actividades económicas adecuado para el centro histórico y articular en consecuencia medidas de promoción, infraestructura y accesibilidad que permitan el sostenimiento de dichas actividades.

SISTEMAS DE ESPACIOS LIBRES Y EQUIPAMIENTOS.

Quizás la mayor novedad que plantea este documento con respecto a los grandes Espacios Públicos de la ciudad, sería principalmente sus planteamientos basados en los dos siguientes objetivos:

  • por un lado, su prediseño de ser concebidos como grandes elementos estructurantes de la ciudad que posibiliten su unidad de tratamiento espacial (tanto en el caso del "Anillo Periurbano" como en los "Parques Arqueológicos") garantizando al mismo tiempo su continuidad viaria y paisajística, entendiendo más esta continuidad desde su capacidad estructurante que desde su implantación por exigencia administrativa o cumplimiento de abstractos estándares;
  • y por otro lado, la posibilidad de hacerlos realidad mediante ágiles y eficaces instrumentos de gestión, una cuestión que nos parece importante plantear y solucionar en este tipo de equipamientos, no sólo en cuanto a la obtención del suelo sino también su propia ejecución y puesta en marcha del propio equipamiento.

Así pues, se plantean y diseñan una serie de concretas propuestas estructurantes de espacios públicas que intentan resolverse mediante la aplicación de instrumentos urbanísticos que posibilitan los anteriores principales objetivos en estos dos grandes sistemas estructurantes de espacios libres que definimos a continuación:

1.- LOS PARQUES DEL "ANILLO PERIURBANO":

Constituyen este sistema de espacios libres, que denominamos "Anillo Periurbano", toda una serie de grandes Parques, Paseos, Alamedas..., que con distintos tratamientos y secciones viarias conforman el más importante sistema de Areas Libres de la ciudad.

Son piezas que van integrándose en una propuesta unitaria que garantiza la continuidad física y paisajística que requiere un sistema de espacios libres de estas características.

Las diferentes piezas del "Anillo Periurbano", son las siguientes:

1.1.- EL "PARQUE DE TURRUÑUELOS" y "CANTERAS DEL ALBAIDA":

Se trata de recomponer un importante eje arqueológico de la ciudad definido por la mágica geometría de sus históricas trazas y su interpretación a escala territorial en el paisaje de la ciudad actual, con el principal objetivo de integrar y asumir el pasado urbano desde una propuesta unitaria de futuro de la ciudad, reencontrando así el significado y la propia lógica de la ciudad histórica.

En este sentido, se plantea una importante operación constituida por proyectos que, integrados en la escala territorial, propiciarán la percepción de los trazados arqueológicos y su integración con el paisaje de la ciudad, incorporando importantes espacios arqueológicos como el "Eje de Turruñuelos" conformando los Parques de "Las Canteras" y "Turruñuelos" que a modo de nuevas "puertas de entrada" a la ciudad constituirán la cabecera de este Parque que tendrá en su extremo opuesto el espacio arqueológico del "Parque de la Ruzafa" con la investigación e interpretación de sus restos arqueológicos.

Se plantea la obtención del suelo a través de la gestión del planeamiento de desarrollo, mediante la caracterización de los terrenos como Sistemas Generales y Sistemas Locales, remitiéndose su formalización a la redacción de un proyecto público, formulado por la Gerencia Municipal de Urbanismo.

1.2.- LOS "PASEOS DE PONIENTE":

Son una serie de espacios públicos, paseos y parques, que con continuidades de diferentes secciones conforman el Anillo Periurbano a su paso por todo el sector de crecimiento residencial propuesto en Poniente.

La obtención del suelo y su ejecución corre a cargo de los diferentes ámbitos de Suelo Urbanizable que se proponen en esta zona de la ciudad, a través de la gestión del planeamiento de desarrollo.

1.3.- LA "ALAMEDA DEL OBISPO y EL PARQUE DEL CORDEL DE ECIJA":

Se trata de áreas libres de borde de río de gran valor paisajístico por su relación con la ciudad.

La obtención del suelo se prevé a través de su caracterización como Sistemas Generales en suelo no urbanizable (Parque de la Alameda del Obispo), Sistemas Generales y Locales en en urbanizable programado (Parque del Cordel de Ecija); completándose este sistema de Parques mediante las las áreas de ribera liberadas por el Proyecto de Remodelación del Río Guadalquivir.

1.4.- EL "PARQUE DEL ARENAL":

Constituye una de las más importantes y novedosas operaciones de espacios libres que se proponen en el Plan sobre este suelo que se conforma como "telón de fondo" paisajístico por el Sur de la ciudad.

Su deteriorada situación actual, debido a la implantación creciente e indiscriminada de asentamientos diseminados y fuertes extracciones de áridos, nos obliga a plantear acciones urbanísticas de reconducción de estos procesos de asentamientos y, principalmente, de recuperación del paisaje de este importante espacio de la ciudad.

Se plantea una propuesta que nos garantice la ordenación de las actuales instalaciones y nos posibilite la obtención parcial de estos suelos de "El Arenal de la Fuensanta" con el objetivo –entre otros- de convertirlo en una novedosa experiencia de "Parque Rural de Huertos de Ocio", de gestión pública, para garantizar la explotación y conservación de estos espacios.

Usos alternativos dotacionales y turístico-recreativos, ligados a la propia explotación rural del Parque, deportivos y recreativos (de paseos y senderismos) competan la oferta de este espacio.

1.5.- EL "PARQUE DE LEVANTE":

Suelo colindante con el barrio de Fátima, que se constituye en importante pieza cuyo principal objetivo es completar la oferta dotacional y lúdica de esta parte de la ciudad.

1.6.- LA "CIUDAD DEPORTIVA DE LEVANTE":

Al otro lado del "Parque de Levante" y como complemento del mismo, se propone un importante complejo de carácter deportivo con escala de ciudad, que consolide un modelo de "Ciudad Deportiva" mediante una operación mixta (público-privada) que posibilite su ejecución material para los posibles futuros requerimientos deportivos de la ciudad de Córdoba.

1.7.- LOS "PASEOS DEL CANAL":

Recuperando las trazas del Canal del Guadalmellato y reordenando sus propios bordes, se proponen una serie de continuidades viarias peatonales que a modo de paseos sobre los suelos de protección del Canal logren la continuidad necesaria para completar el Anillo Periurbano del conjunto de la propuesta en su tramo Norte. Al mismo tiempo tendrá una funcionalidad de eje Este-Oeste, extendiéndose en el territorio entre Medina Azahara y Campus de Rabanales.

1.8.- EL "PARQUE DE LA ASOMADILLA":

Se trata de un hermoso espacio colindante con el Barrio del Naranjo, de gran valor paisajístico y referencia visual desde la ciudad de Córdoba.

Su implantación territorial y su relación con la ciudad, lo convierten en importante espacio público que con pequeños tratamientos de elementos paisajísticos puede potenciar su valor de "hito" territorial de la ciudad.

1.9.- EL PARQUE DEL CANAL:

Tomando como "hilo conductor" los "Paseos del Canal", se proyectan una serie de Parques y espacios libres que con diferentes continuidades y tratamientos nos cierran el "Anillo Periurbano" que proponemos.

1.10.- EL "PARQUE DEL PATRIARCA":

Finalmente, la propuesta de este Parque completa y cierra el conjunto de los grandes equipamientos que conforman y estructuran este "Anillo Periurbano" de espacios libres de la ciudad.

Este sistema de "Anillo Periurbano" definido, se completa con los Paseos y Parques ya existentes, como son: Parque de la Arruzafilla, Parque de Miraflores, Balcón del Guadalquivir, Recinto Ferial del Arenal, etc..

2.- LOS "PARQUES ARQUEOLOGICOS"

Basándonos en la "Carta Arqueológica de Riesgo", planteamos una operación de conservación "activa" de los importantes restos arqueológicos del territorio periférico de Córdoba.

El objetivo principal que se persigue en la propuesta del Plan, será recuperar no sólo los hallazgos arqueológicos sino también su propia escenografía territorial que ayudará a contemplar estos restos científicos desde la realidad actual y el entendimiento paisajístico de su relación con la propia ciudad de Córdoba que los vio nacer.

Es quizás una de las iniciativas más ilusionantes y novedosas que se plantean en el documento, que apuesta con fuerza tanto en la obtención pública de los suelos como en su futura realización y ejecución.

Las principales piezas que conforman este sistema de "Parques Arqueológicos" son las siguientes:

1.- "EL EJE DE MEDINA AZAHARA"; que descubre el camino que unía la ciudad de Córdoba, con el asentamiento de Medina Azahara, a través de los restos de la Ruzafa, Paseo y Parque de Turruñuelos (anteriormente expuestos) y prolongación a Medina Azahara.

Son hipótesis de diseño cuyas trazas científicas se han tenido en cuenta al plantear la ordenación urbanística de los sectores de extensión de Poniente-Norte, integrándose en dichos desarrollos como espacios libres de los mismos y previéndose su obtención por compensación como Sistemas Locales y Generales incluidos en los sectores de crecimiento de "Ciudad Jardín de Poniente" (PP O-1, PP O-2 y PP O-3).

2.- "CANTERAS DE LA ALBAIDA" Y "TURRUÑUELOS"; cuya obtención y recuperación se plantea por los Sistemas Generales anteriormente expuestos conformándose como uno de los más atractivos espacios públicos del recinto de Medina Azahara.

3.- "LOS CAMINOS HISTÓRICOS"; recuperando las trazas de una serie de caminos históricos que conforman la geometría del Territorio histórico de Córdoba: los caminos de las Almunías, Higuerón, Albaida, Trassierra..., se recuperarían como trazas históricas integradas en el paisaje de la ciudad y de su propio territorio.

EL SENDERISMO Y LOS CARRILES "BICI": UNA ALTERNATIVA MIXTA PARA EL PEATON.

Córdoba es una ciudad con una magnífica oferta potencial de atractivos itinerarios peatonales y sugerentes actividades cicloturísticas, Sus especiales condiciones de implantación precisamente en la falda del Valle con su transición tangencial con la Sierra, y sus numerosos Paseos y Espacios Libres ofrecen grandes posibilidades de potenciar y estructurar grandes itinerarios mixtos tanto de carácter peatonal como de cicloturismo.

En este sentido, la propuesta anteriormente expuesta del "ANILLO PERIURBANO" y los "EJES ARQUEOLÓGICOS" posibilitan una nueva e importante expectativa de continuidades espaciales precisamente pensadas para estructurar una red mixta de SENDERISMO PEATONAL Y CICLOTURISMO que completarían la actualmente existente propuesta del "Plan Director de Bicicletas de la Ciudad de Córdoba", como intervención para la Mejora del Medio Ambiente local (POMAL) de la Unión Europea (1995).

Tanto las nuevas extensiones residenciales por Poniente (especialmente en su sector de Ciudad Jardín), como por la Ciudad Jardín de Levante, posibilitan la ampliación y potenciación de la propuesta del citado "Plan Director de Bicicletas" a lo largo de estas propuestas de extensión residencial que se asientan sobre terrenos de suaves topografías y atractivos valores paisajísticos. Toda una serie de paseos, senderos, itinerarios..., jalonan este circuito del "•Anillo Periurbano" y "Ejes Arqueológicos" que se constituyen en una de las más atractivas propuestas para potenciar los usos peatonales de los "paseos y senderismo" y el "cicloturismo" como alternativa actualmente demandada por un importante sector de la población.

DIAGNOSTICO TERRITORIAL

1.- Encuadre territorial: Córdoba en el sistema de ciudades de España.

En los últimos quince años los cambios en la estructura económica de la ciudad, el desarrollo de nuevas infraestructuras de transporte y comunicaciones, y las transformaciones emergentes en el sistema de ciudades de España, tienden a modificar la condición de Córdoba como "ciudad solitaria" que constataba el diagnóstico del Plan General de 1986. Sin embargo, subsiste una extendida percepción de "insularidad" entre los agentes económicos y sociales de la ciudad que es necesario superar.

El nuevo Plan General de la ciudad debe contribuir a sentar las condiciones infraestructurales para que las tendencias económicas y geográficas que juegan a favor de que Córdoba desempeñe un papel articulador entre el Centro peninsular, Andalucía y el Mediterráneo, puedan desplegar su máxima potencialidad. Si bien, se parte de la consciencia de que las acciones de planeamiento y de infraestructura física no son por sí mismas suficientes para determinar cambios de alcance socio-económico, se valora que, tanto la formulación de unos objetivos estratégicos coherentes en esta senda, como la traducción de estos objetivos en estructurantes, capaces de suscitar el respaldo de la sociedad cordobesa y de las Administraciones Territoriales y Estatal, constituyen un relevante "valor añadido" para la ciudad y en cualquier caso, condición necesaria de su viabilidad efectiva.

1.1- La ciudad tiende a superar su tradicional aislamiento territorial.

En los últimos años se ha generado un renovado interés hacia las ciudades desde la escala más amplia de la planificación regional. Ello obedece tanto al protagonismo que las ciudades han cobrado como centros de atención política, económica y cultural, como a la recuperación del interés del planeamiento urbano hacia la escala regional desde la óptica de la "sostenibilidad" de los modos de utilización del territorio.

En relación con el primer aspecto, los análisis regionales realizados desde la Comisión Europea1 ponen de manifiesto que: "Frente a un entorno económico cada vez más turbulento y competitivo a escala internacional, existe el convencimiento cada vez más generalizado de que las ciudades constituyen un factor clave en el desarrollo regional".2 En otras palabras, el nuevo enfoque del desarrollo regional se identifica básicamente en la problemática del desarrollo urbano.

Las ciudades en cuanto nodos de las redes de transporte y comunicaciones, funcionan como atractores de la actividad económica regional, proveedores de servicios especializados, centros de intercambio de bienes y centros de difusión de las innovaciones hacia el entorno rural. Ello justifica que Córdoba formule, en el marco de la planificación territorial Regional, una estrategia propia, relativa a su papel en el sistema de ciudades de Andalucía y Región Centro y a su relación con su entorno territorial. Esta estrategia, colectivamente asumida, debe constituir la base del proyecto de ciudad y de las acciones estratégicas diseñadas desde el Plan General.

La ciudad de Córdoba está incluida, al igual que Sevilla, en el documento de Bases para la Ordenación del Territorio de Andalucía (1990) entre las áreas de Campiña del Valle del Guadalquivir dentro del grupo de unidades geográficas que se disponen a lo largo del curso del Río, integrando los espacios regados por la Vega. A diferencia de Sevilla que funciona como nudo articulador entre los Ejes del Valle del Guadalquivir, Costero y Transversal entre Andalucía Occidental y Oriental, las dificultades de conexión entre Córdoba y el litoral, de una parte y Extremadura por otra, han condicionado que la ciudad haya tenido históricamente una posición más marginal, limitándose a constituir un eslabón entre los polos de Madrid y Sevilla. Esta realidad ha alentado una cierta visión pesimista acerca de la posición relativa de la ciudad, que no debiera condicionar las enormes posibilidades que, como veremos, puede hoy tener como polo de articulación territorial y centro logístico.

En efecto, Sevilla desempeña a través de sus conexiones con Cádiz y Huelva el papel de vértice dinámico de la Vega del Guadalquivir. Este papel articulador se ha visto favorecido en los últimos tiempos gracias a la mejora de la conexión viaria y por ferrocarril con la ciudad de Málaga. El triángulo Sevilla, Cádiz, Huelva, constituye, además, el territorio de contacto de la Fachada Atlántica europea, el Arco Mediterráneo y los países del Sur del Mediterráneo, circunstancia que otorga a este espacio un particular valor estratégico.

La situación de Córdoba, sin embargo, se ha visto condicionada históricamente por el vacío urbano del centro de la Península, agravado por los flujos migratorios experimentados en las cuatro últimas décadas. Madrid presenta como rasgo singular en relación con otras grandes capitales europeas una posición de relativo aislamiento territorial. Es decir, fuera de los límites de su Area Metropolitana funcional no existe un sistema estructurado de ciudades medias, no habiendo logrado la articulación funcional necesaria para hacer frente de manera competitiva a los demás sistemas de ciudades de la Península.

Esta situación tiende a modificarse en los últimos tiempos debido a que la Metrópoli madrileña, al igual que otras grandes ciudades españolas, ha culminado su ciclo de madurez y desde mediados de los ochenta los procesos de desconcentración de población y actividades económicas son más importantes que los flujos centrípetos. Por este motivo, además de desplegarse sobre una región urbana más extensa, tienden a formarse ejes de actividad apoyados sobre ciudades medias. Tal es el caso de la conformación de un eje en dirección Sur apoyado sobre la potenciación económica y demográfica de las ciudades de Toledo y Ciudad Real. Este hecho supone una "oportunidad" que la ciudad de Córdoba no puede desconocer.

La puesta en servicio del AVE Madrid-Sevilla abre las posibilidades inéditas de acceso entre Madrid, Córdoba y las ciudades medias de la Región Central, al situar Ciudad Real y Puertollano a 50 y 75 minutos de la Capital respectivamente. A ello se unirá en el futuro la eventual conexión en lanzadera con Toledo y con el segundo aeropuerto internacional de Madrid. Por otra parte, Ciudad Real y Toledo son las provincias relativamente más industriales de Castilla-La Mancha, destacando la oferta de suelo industrial y de incentivos a la localización empresarial en Ciudad Real y Puertollano.

El diagnóstico económico territorial elaborado por el Plan Estratégico de Córdoba constata el hecho de que Córdoba constituye un centro estratégico de distribución, cuya potenciación llega a formularse como objetivo central del Plan. Esta realidad se apoya sobre una tendencia más general al fortalecimiento de las relaciones de complementariedad entre áreas metropolitanas y urbanas en relación con sus perfiles económicos, disposición de servicios especializados y equipamientos. La comparación entre las dinámicas demográficas provinciales sitúa a Córdoba entre las áreas de mayor crecimiento, a pesar del hecho de situarse sólo en un grado medio de urbanización provincial, en un escalón inferior al de Sevilla y Cádiz, pero semejante a Málaga, Huelva y Granada.

El desarrollo de nuevos ejes de transporte tiende a incrementar el grado de mallado del territorio nacional y abre en determinados lugares que reúnan favorables condiciones geográficas, como Córdoba, oportunidades de desarrollo del sector logístico de distribución de mercancías y su entorno económico asociado. En efecto, Córdoba se localiza en el Corredor del transporte que une Madrid con Andalucía oriental, que constituye el segundo nivel en rango nacional de importancia por volumen de tráfico de mercancías y pasajeros tras los Corredores del Ebro y del Mediterráneo hasta Murcia.

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Figura 3. La posición territorial de Córdoba.

La superación de la fractura histórica entre esta última Región y Andalucía occidental prolongará, sin duda, el Corredor del Mediterráneo hasta Málaga y Cádiz.

Para que ello no tenga como consecuencia indirecta una pérdida de peso relativa de la posición de Córdoba en el sistema andaluz de ciudades, se hace necesario conceder la máxima prioridad a la conexión por autopista y Alta Velocidad entre Córdoba y Málaga que, además de un vínculo directo entre la Región Central y el Corredor del Mediterráneo, puede aportar una conexión alternativa del Puerto de Algeciras. Asimismo, la conexión Bailen-Albacete-Valencia mejoraría substancialmente la "centralidad" cordobesa ofreciendo un vínculo transversal entre Andalucía oriental, Castilla-La Mancha y el Levante español.

1.2.- Las transformaciones territoriales: ¿área metropolitana o ciudad difusa?

La ciudad de Córdoba presenta como rasgo diferencial respecto de otras aglomeraciones urbanas de Andalucía, como Sevilla, Málaga, Granada, Cádiz o incluso Almería, el hecho de que no ha llegado a configurar un área metropolitana en sentido estricto.

Recordemos que conforme a la definición, ya clásica, se entiende por "área metropolitana" un área geográfica continua, constituida por un gran núcleo de población junto al cual existen un cierto número de núcleos menores con los cuales el primero tiene un alto grado de integración económica y social (U.S. Census Boureau). Avanzando en esta definición, el territorio de un área metropolitana se caracteriza por una morfología compleja, una fuerte diferenciación de usos y una apreciable segregación socio-espacial de la población.

La idea de "área geográfica continua" tiene una doble dimensión: física y funcional, siendo ésta última la condición esencial. Es decir, la principal característica del conjunto de núcleos o agregados urbanizados que constituyen un área metropolitana es su estrecha relación de interdependencia.

Como es lógico, la estructura de vínculos funcionales que define un área metropolitana es producto de su morfología y conformación histórica, resultando substancialmente diversas las estructuras formadas a partir de núcleos pre-existentes significativos (p.e la Bahía de Cádiz), o como resultado del proceso de expansión suburbana de un único núcleo principal (caso de Córdoba). Sin embargo, se conviene en identificar como condición necesaria la existencia de un mercado de trabajo unitario que genera una elevada movilidad diaria (unidireccional o compleja) entre los lugares de residencia y de desarrollo de la actividad laboral.

En el contexto español, las áreas metropolitanas tienden a cristalizar como sistemas plurinucleares de centros urbanos interdependientes, en los que el núcleo principal concentra las funciones de centralidad, servicios y empleo, mientras que los desarrollos periféricos adoptan un carácter monofuncional y subordinado, normalmente especializado en usos residenciales o industriales. El elemento esencial para que este aglomerado urbano constituya un área metropolitana es el funcionamiento integrado del conjunto, que se manifiesta visiblemente en la lógica geográfica de los desplazamientos por motivos de trabajo, ocio y comercio3.

Sin embargo, en el modelo anglo-americano el área metropolitana tiende a conformarse a partir de una ciudad central densamente asentada sobre el territorio, en torno a la cual gravita, sin solución de continuidad, un extenso suburbio de baja densidad. Más modernamente, este modelo tiende a transformarse en una estructura más compleja al constituirse nuevos centros en el entorno suburbano que aglutinan actividades económicas, servicios y equipamientos, que suponen una competencia funcional en relación con el centro urbano tradicional.

Si bien desde la consideración morfológica (carácter polinuclear), Córdoba no puede ser considerada como un área metropolitana, la presencia de nuevos fenómenos urbanos obligan a matizar esta caracterización y explican que la ciudad comience a considerarse como área metropolitana emergente o en constitución. Destacan entre ellos el fortalecimiento de las relaciones de complementariedad con otras áreas urbanas y metropolitanas y la presencia de nuevas formas de ocupación dispersa del territorio municipal, que se apartan del modelo urbano tradicional, acercándose a las pautas de ocupación del territorio características del modelo suburbano anglosajón y ahora ampliamente identificadas en las aglomeraciones urbanas europeas más dinámicas. Esta nueva estructura organizativa del espacio que a partir de la ciudad compacta se despliega por un extenso territorio recibe diversas denominaciones en la literatura urbanística, si bien adoptamos, con las acotaciones necesarias, el conocido término de "ciudad difusa".

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Figura 4. Los patrones de utilización del Territorio: El Territorio urbanizado.

En la ciudad difusa pueden identificarse elementos característicos de la conformación física de la ciudad pero se encuentran ausentes las condiciones de densidad, intensidad funcional, continuidad y demarcación física características de los tejidos urbanos. La "ciudad difusa", a diferencia del antiguo suburbio metropolitano residencial, no está constituida solamente por las extensiones de residencia unifamiliar aislada, sino que integra enclaves residenciales de tipologías diversas, contenedores y enclaves dotacionales, productivos, comerciales y de ocio, infraestructuras y servicios4. Caracterizándose el conjunto por:

- La localización dispersa de los diversos elementos, conformando un territorio fragmentado y discontinuo. La baja densidad resultante demanda un consumo de suelo sustancialmente mayor que el requerido en los tejidos urbanos tradicionales, para albergar análogas funciones urbanas y población.

- La configuración espontánea y contradictoria con las previsiones del planeamiento, en base a un sumatorio de decisiones de localización individuales. Ello supone la existencia de un proceso dual de producción de ciudad, mientras un segmento de la misma se desarrolla conforme a las pautas de promoción inmobiliaria previstas en el planeamiento y la legislación del suelo (condicionando el acto edificatorio a la previa aprobación del planeamiento, equidistribución y urbanización de los terrenos), existe un mercado paralelo que pretende beneficiarse de unas condiciones favorables de localización, accesibilidad o paisaje, eludiendo los costes inherentes a la urbanización conforme al planeamiento.

Ambos procesos son constatados en Córdoba, acelerándose su dinámica durante el periodo de vigencia del plan General de 1.986 . Deben ser valorados, en lo que supone se efecto global, como una nueva forma de crecimiento y ocupación del territorio municipal, que es necesario diagnosticar adecuadamente para reconducir y compensar sus efectos territoriales más negativos.

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Figura 5. Los patrones de utilización del Territorio: El Sistema de Trazados.

Podemos identificar en el municipio de Córdoba tres áreas-problema principales:

a) La extensión de la ocupación residencial en la Sierra y la Vega. Este proceso es objeto de atención tanto desde la óptica jurídico-urbanística (la problemática de la parcelación ilegal), como en su dimensión territorial (el crecimiento de la extensión de suelo afectada, su concentración en áreas geográficas concretas y su transformación hacia primera vivienda). Supone un proceso de desarrollo urbano de vigorosa dinámica pero contradictorio con el modelo de ciudad compacta pretendido desde el Plan General.

Sus repercusiones ambientales y su incidencia sobre la demanda de infraestructura urbanística del municipio son analizados en capítulos específicos.

b) La configuración espontánea de un eje de actividad en torno a la Ctra. N-IV , apoyado en el Oeste sobre la zona de distribución y almacenamiento ferroviaria, y en el Noreste por la multiplicación de asentamientos industriales en la carretera de Alcolea, polígono industrial de las Quemadas, Universidad Laboral, etc,. Como más adelante se detalla, el Plan General apuesta por potenciar este último tramo del eje de actividad, apoyándolo sobre la actual Autovía de Ronda. El desarrollo hacia el Oeste vendría contenido por la delimitación del área de protección arqueológica en torno a Medina Azahara.

c) La transformación del suelo periurbano debido a la multiplicación de contenedores y acciones transformativas sobre el suelo agrícola: paquetes de equipamientos, servicios e infraestructuras, construcciones agrícolas e industriales y vivienda.

Todo ello induce el abandono de los terrenos productivos y la generación de un espacio de transición entre la ciudad y la campiña, que puede llegar a imponer una seria hipoteca para el futuro desarrollo urbano equilibrado.

1.3.- La estructura espacial de la periferia de Córdoba: de la ciudad compacta a los procesos de suburbanización de residencia y actividades.

El análisis de los patrones de utilización del territorio de Córdoba, plasmado en los planos del sistema de trazados y de ocupación del territorio, permite afirmar que en la actualidad coexisten dos modelos urbanos diferenciados:

- La ciudad compacta que crece por continuidades, resultado de los procesos complementarios de relleno y reforma interior de los tejidos históricos y la adición y superposición de tramas de ensanche sin solución de continuidad con aquéllos.

- La ciudad dispersa suburbana entorno a la Vega del Guadalquivir y la Sierra.

La comparación de los esquemas de ocupación del territorio por parte de los núcleos urbanos principales y los enclaves dispersos permite concluir de manera inequívoca que el proceso de suburbanización o extraurbanización de residencia y actividades no tiene ya un carácter marginal o subsidiario sino que supone un proceso esencial en la dinámica urbana del conjunto del municipio.

Este modelo dual de crecimiento compacto y disperso ha tenido como primera consecuencia desplazar la posibilidad de un crecimiento articulado y descentralizado apoyado sobre los núcleos secundarios del municipio. Por otro lado, la pauta más frecuente en otros municipios, que hace gravitar los nuevos crecimientos dispersos sobre el eje lineal de la Vega, se ve compensada en el caso de Córdoba por la tendencia histórica a ocupar el territorio de la Sierra, de más favorables condiciones climáticas y paisajísticas, a pesar de su deficiente accesibilidad relativa.

Nos encontramos ante un fenómeno complejo que no responde a una causalidad elemental (p.e. la actividad especuladora de los parceladores de suelo rústico), sino a la coincidencia de una serie de factores que inducen y/o favorecen el cambio en las de utilización del territorio. Entre estos factores que permiten acotar el fenómeno en el caso de Córdoba se pueden mencionar sintéticamente los siguientes:

- La mayor permeabilidad del territorio, debido a la universalización de la movilidad basada en la disponibilidad del automóvil.

- La elusión de los costes de urbanización y fiscales asociados a las promociones inmobiliarias regulares.

- La creciente preferencia de las familias por tipologías residenciales unifamiliares que permiten una mayor adaptación evolutiva de la vivienda a las necesidades de los usuarios.

- La dificultad de satisfacer esta demanda tipológica a los costes de suelo de la ciudad concentrada.

- La búsqueda de entornos de valor paisajísticos alejados de los problemas asociados a la congestión urbana.

- La tolerancia y escasa conciencia colectiva de las consecuencias negativas derivadas de los fenómenos de parcelación y construcción ilegal y el consiguiente debilitamiento de los instrumentos de disciplina urbanística.

Desde el punto de vista de la transformación morfológica del territorio el fenómeno responde a dos fases básicas:

- En primer lugar, se constata una fase de creciente dislocación de la periferia inmediatamente exterior a los ensanches planeados, en base a la implantación de "paquetes" residenciales y productivos aislados del continuo urbano.

Se configura así un entorno "periurbano" de transición entre la ciudad compacta y territorio rural que presenta características urbanas aunque carece de las cualidades esenciales de la ciudad.

Históricamente el destino de este espacio de transición era incorporarse a un continuo urbano fragmentado pero compacto. Así ha sucedido con el crecimiento reciente de Córdoba en base a "barriadas" aisladas que el crecimiento urbano termina absorbiendo. En los años veinte tan sólo la barriada electromecánica y los talleres de la SECEM responderían a la lógica de implantación de paquetes autónomos respecto del Casco Histórico. Sin embargo, a partir de los años cuarenta es evidente que al crecimiento por extensión del Casco se superpone un crecimiento en unidades introvertidas, "polígonos" o "barriadas", a modo de racimos vinculados umbilicalmente con el Casco a través de caminos y carreteras (Barriadas de Cañero, Occidente, Fray Albino, etc…). El aislamiento desde el que se proyectan, e incluso dibujan, estas barriadas, no es contradictorio con su vocación urbana. Se entienden como partes de una ciudad coherente por construir.

Destaca, en este sentido, el esfuerzo realizado desde los sucesivos Planes de Ordenación Urbana para integrar estos paquetes en una entidad urbana continua, compacta e internamente articulada, a través de una red viaria principal. Ahora bien, la geometría de los trazados manifiesta de manera inequívoca que la lógica del planeamiento responde a la necesidad de integrar fragmentos, más que a la necesidad de "colonizar" un territorio carente de urbanización.

-En la actualidad la localización de las grandes unidades residenciales responde a la lógica definida en el Plan General de 1.986, que apostó como argumento esencial por la "recomposición interna de la ciudad". Sin embargo, el territorio periurbano ha continuado su expansión en base a tres nuevas formas organizativas de la implantación de residencia y actividades:

  • La colonización espontánea del sistema de trazados existentes (carreteras y caminos rurales) en base a la localización de viviendas aisladas y pequeñas unidades productivas.
  • La parcelación ilegal de grandes y medianas fincas rústicas en las zonas de Sierra y Vega, con una lógica de dependencia umbilical de las carreteras e infraestructuras existentes semejantes a las de las primeras barriadas, antes referidas.
  • La multiplicación de "contenedores", grandes edificaciones o conjuntos de ellas, destinadas normalmente a albergar actividades productivas y comerciales, gravitando sobre la red interurbana principal.

La dimensión del fenómeno alcanza una escala territorial, que hace inviable pensar en su transformación final en tejidos urbanos densos y continuos y su incorporación física a la ciudad. Desde este punto de vista la "ciudad dispersa", o suburbanización periurbana de gran extensión, debe ser abordada desde sus leyes propias de conformación, asumiendo la dimensión territorial de la ciudad, y la necesidad, por tanto, de manejar también la gran escala como variable esencial del planeamiento urbano municipal, introduciendo estrategias capaces de reorientar los efectos más adversos de los cambios territoriales emergentes.

1.4. Dos modelos de ocupación del territorio de baja densidad: La Vega del Guadalquivir y la Sierra.

Como consecuencia de estas transformaciones, pueden ser identificados una serie de rasgos definidores del fenómeno de dispersión suburbana en el entorno de Córdoba. En primer lugar, y en relación con los asentamientos residenciales, son notas características:

La baja densidad de los tejidos resultantes impide la conformación de núcleos urbanos estables e incluso de comunidades vecinales susceptibles de compartir dotaciones y servicios. Si bien, más adelante se analiza en detalle el problema de la densidad urbana es importante resaltar que la intensidad de la ocupación del suelo en las parcelaciones espontáneas de la Vega llega a ser tres veces menor que la característica de los crecimientos unifamiliares de El Brillante

  • Morfología filiforme y arborescente de las tramas, resultado de la ocupación en primer lugar de los caminos existentes y de extensiones posteriores que minimizan la urbanización necesaria para facilitar el acceso a las edificaciones. Esta estructura permite un desarrollo incremental de las tramas en base a decisiones individuales, sólo mediatizadas por los condicionantes topográficos.

En el caso de las parcelaciones serranas la determinación topográfica es más fuerte y visible en la estructura orgánica de las tramas. La comparación de los planos de estructura hidrológica y del sistema de trazados permite observar la generalizada ocupación de los cauces de arroyos, torrentes y valles con los riesgos e impactos ambientales asociados.

En el caso de las parcelaciones de la Vega la morfología de las tramas sigue pautas de mayor regularidad, predominando los accesos perpendiculares a la directriz longitudinal de la Vega, así como la integración de usos residenciales y construcciones agrícolas y productivas.

  • La tipología unifamiliar aislada, frecuentemente resultado de autopromoción e incluso autoconstrucción.
  • La dependencia cautiva del acceso en base al automóvil privado. Lo que impone serias limitaciones para resolver las necesidades diarias a los miembros de las familias que no disponen de vehículo propio.

En el caso de la suburbanización de grandes contenedores dotacionales o productivos, predominan las localizaciones en el entorno de las principales infraestructuras viarias, buscando las ventajas relativas de accesibilidad y evitando las deseconomías derivadas de la congestión de los tejidos consolidados.

Predomina la demanda de grandes superficies de suelo a bajo precio sólo disponibles en las franjas urbanas más exteriores, que gravitan sobre las infraestructuras existentes al objeto de reducir al mínimo los costes de urbanización asociados a la instalación.

El fenómeno de ocupación difusa del territorio es aceptado desde dos puntos de vista muy distintos. De una parte, por quienes sostienen la bondad de las tendencias espontáneas del mercado frente a la interferencia del planeamiento y la Administración sobre el destino del suelo; entendiendo que el propio mercado será capaz de resolver las disfunciones hoy producidas. De otra parte, por aquellos que sostienen la huida de la ciudad como retorno a los valores rurales, es decir, aquellos que entienden la opción por la descentralización como elección de una forma de vida a la que se atribuye mayor calidad.

Un examen del fenómeno en su conjunto muestra, sin embargo, que los procesos de suburbanización suponen una quiebra de la sostenibilidad del modo de utilización del territorio. En otras palabras, generan unas externalidades negativas cuyos costes no son asumidos en su integridad por los habitantes de la "ciudad difusa" si no que se trasladan al conjunto de municipios. Más allá de la polémica acerca del papel de los poderes públicos en relación con el mercado urbano, la incidencia de las externalidades negativas sobre los recursos públicos suscita la necesidad de una estrategia del municipio frente al fenómeno.

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Figura 6. Los patrones de utilización del Territorio: núcleos urbanos principales.

Veamos algunos de los efectos negativos de mayor transcendencia:

  • El incremento de los riesgos ambientales asociados a las localizaciones de este tipo de asentamientos: inundaciones en el área de Vega e incendios y potenciales corrimientos de tierras en el caso de las parcelaciones serranas.
  • El incremento exponencial del consumo de suelo y el consiguiente incremento en los costes de implantación y mantenimiento de las infraestructuras. La débil densidad hace inviable económicamente el mantenimiento de una red de transporte colectivo, asimismo multiplica los costes de construcción de las redes de abastecimiento y saneamiento y la oferta de servicios públicos y dotaciones a la población residente.
  • Multiplicación de las necesidades de movilidad derivadas de la transformación de las parcelaciones en primera vivienda. A los viajes asociados a la actividad laboral deben añadirse los derivados de la necesidad de concentrar en enclaves distantes los equipamientos básicos (particularmente las escuelas) y el comercio. Se trata, por tanto, de una forma organizativa del territorio de elevado consumo energético.
  • Efecto congestivo sobre las principales carreteras de acceso a la ciudad, con una pérdida general de eficiencia, además de los costes asociados al alargamiento de los tiempos de desplazamiento.
  • Ausencia de espacios públicos y elementos urbanos que favorezcan la identidad colectiva y la relación comunitaria de los habitantes. Reducción de la calle a la condición de mero acceso rodado a las parcelas individuales.
  • Impacto sobre centro urbano, favoreciendo un proceso de "dualización". Por una parte, la separación radical entre residencia y empleo favorece la concentración de los servicios en el área central con potenciales efectos congestivos sobre el tráfico e incremento de los valores de suelos e inmuebles. Por otro lado, el abandono residencial de determinadas áreas de la ciudad consolidada favorece su obsolescencia y declive.

Como alternativa el plan propone las siguientes líneas que son objeto de desarrollo pormenorizado en diversos apartados del presente documento:

  • Fortalecer la vitalidad del núcleo urbano principal a través de políticas que refuercen las funciones centrales y su papel de aglutinador de servicios y dotaciones; la rehabilitación del patrimonio edificado y la salvaguarda del carácter residencial del Centro Histórico.
  • Completar la estructura morfológica del núcleo urbano principal, organizando una retícula viaria capaz de vertebrar los barrios existentes y los nuevos desarrollos.
  • Potenciar el crecimiento y las actividades en los núcleos tradicionales del municipio como piezas articuladoras del desarrollo.
  • Asegurar una oferta suficiente de suelo con destino a los diferentes segmentos de la demanda residencial: primer acceso y mejora de vivienda. Considerando la necesidad de ofrecer tipologías de ciudad jardín de media densidad como alternativa a las dinámicas de suburbanización y parcelación ilegal.
  • Configuración de corredores (en especial el Eje logístico de Levante) que aglutinen las actividades y funciones de centralidad.
  • Reconducción del proceso de parcelación ilegal, evaluando los riesgos ambientales y las necesidades dotacionales e infraestructurales asociadas a su eventual regularización urbanística.

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Figura 7. Los patrones de utilización del Territorio: la ocupación difusa del Territorio.

2.- Objetivos estratégicos

La atención a los nuevos procesos de organización territorial, en sus diversas escalas, constituye el punto de partida necesario del proceso de actualización d las determinaciones del Plan General. Se estima necesario el establecer una estrecha relación entre las opciones estratégicas de la ciudad, tanto en orden a su posición en el sistema de ciudades de Andalucía y la Región Centro, como en la esfera socio-económica, y la formulación de un modelo territorial y unas acciones urbanísticas prioritarias desde el Plan General. Se persigue, con ello, tres objetivos esenciales: a) proporcionar una dimensión espacial urbana y territorial al discurso socioeconómico formulado desde el Plan Estratégico; b) contribuir a la viabilidad de las acciones planteadas y c) enunciar nuevas metas estratégicas en virtud de la actualización del diagnóstico sobre la ciudad.

2.1- La necesidad de un triple anclaje de la ciudad de Córdoba: con el Eje del Guadalquivir, con la Región Centro y con el Arco Mediterráneo.

La necesidad de que la ciudad de Córdoba supere su aislamiento territorial, transformándose en un enclave articulador entre las regiones interiores y mediterráneas, aparece como un punto de partida esencial. El Plan Estratégico de la ciudad formuló como objetivo central de su estrategia: "hacer de Córdoba una capital que vertebre el territorio andaluz y su propio entorno urbano para conseguir un desarrollo socioeconómico equilibrado y sostenible y una mayor calidad de vida para todos sus ciudadanos, mediante un impulso integrador de los sectores productivos, respetuosos con el medio y compatible con su condición de capital de turismo cultural".

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Figura 8. Córdoba y los ejes vertebradores de Andalucía.

A partir de esta idea esencial, el Plan General tiene como objetivos:

a) Ampliar la consideración de Córdoba como nudo provincial y regional al ámbito supra-regional como enclave de articulación entre el Centro de la Península, Andalucía y el Mediterráneo: el Triple Anclaje Territorial de la ciudad.

b) Traducir operativamente esta idea en acciones infraestructurales, coordinando las que pertenecen a la esfera competencial del Ayuntamiento de Córdoba con aquellas otras responsabilidad de las Administraciones Regional y Estatal.

Este objetivo se materializa en tres líneas de acción:

a) Fortalecer el vínculo con el Eje del Guadalquivir.

b) Potenciar las conexiones radiales:

- Alta velocidad a Málaga

- Conexión con Antequera - Málaga

- Conexión con Bailén - Albacete

c) Potenciar el papel de Córdoba como Centro Logistico.

Su justificación sugiere unas consideraciones previas sobre la relación entre la morfología de organización territorial y los cambios en las tecnologías de transporte. Como ha recordado William Alonso, los esquemas de organización lineal de ciudades guardan una estrecha relación con las tecnologías tradicionales de transportes de bienes y personas por carretera y ferrocarril. Se presentan con frecuencia dos tipos de esquemas lineales apoyados sobre específicas condiciones geográficas: los sistemas de ciudades en línea de costa que aprovechan la combinación de los sistemas de transporte terrestre y marítimo, y los sistemas de ciudades en grandes valles asociados a un río, como es el caso del Valle del Guadalquivir, donde los corredores de transporte se ven favorecidos por las menores dificultades topográficas.

Diversas circunstancias han venido a modificar la predominancia de estos sistemas lineales, todavía dominados por la "fricción" de la distancia. En primer lugar, las economías modernas multiplican la demanda de movilidad de bienes materiales, pero también de información e inversiones.

Los flujos tienden a organizarse de forma más reticulada y compleja. En este sentido, la existencia de un sistema moderno de ciudades medias y pequeñas, vinculadas a los grandes mercados y centros de decisión nacionales e internacionales, constituye un importante motor del desarrollo regional.

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Figura 9. Eje potencial de articulación de la Región Centro apoyado en el trazado del AVE.

En un plano más concreto, los nuevos medios de transporte rompen con la servidumbre del modelo lineal. No sólo el transporte aéreo tiene una lógica claramente omnidireccional; los trenes de alta velocidad también suponen modificaciones respecto al ferrocarril tradicional: adoptan una lógica lineal pero organizada en estrella a partir de un menor número de puntos fuertes que se ven potenciados.

Esta reflexión es importante en el caso de Córdoba. En primer lugar, la dotación de un aeropuerto de carácter industrial abriría la posibilidad de romper la relación de dependencia respecto a los polos de Sevilla y Madrid, si se integra como pieza de un sistema de actividades logísticas. Por otro lado, la conexión de alta velocidad Córdoba-Málaga situaría a Córdoba en una posición baricéntrica entre Sevilla, Málaga y Ciudad Real. Dado que la relación metropolitana se conforma en base a la posibilidad de viajes de ida y vuelta dentro de la jornada laboral, la infraestructura de alta velocidad contribuirá a crear y estrechar a medio plazo sinergías y complementariedades entre Córdoba y los restantes centros urbanos.

Los esquemas de flujos existentes y nuevos vínculos propuestos permiten visualizar la idea del Triple Anclaje de Córdoba:

a) Vinculación con el Eje del Guadalquivir.

La vinculación con el eje del Guadalquivir y su triángulo más dinámico Sevilla-Cádiz-Huelva, se encuentra adecuadamente vertebrada sobre la Autovía de Andalucía (E-5) y el trazado del ferrocarril de Alta Velocidad. Su importancia continuará siendo esencial al constituir Huelva y Cádiz las provincias con mayor volumen de exportación de Andalucía.

b) Vinculación con el Corredor Mediterráneo.

La apertura de la autovía Córdoba-Antequera-Málaga y el enlace por ferrocarril de Alta Velocidad con análogo trazado constituye una acción prioritaria por cuanto supone:

  • Un vínculo directo entre la Región Centro y el litoral Mediterráneo a través de Córdoba, alternativo al enlace Bailén-Jaén-Granada.
  • La conformación de un corredor Córdoba- Málaga.
  • La conexión directa con el puerto de Málaga, y complementaria con el de Algeciras.
  • La vinculación de Córdoba al Eje Intrabético.
  • El acceso al área de máximo potencial turístico de la costa.

Por otra parte la conexión por autovía Bailén-Albacete podría suponer la conformación de un Eje Valencia-Albacete-Córdoba-Sevilla que reforzaría el anclaje entre Córdoba y el Mediterráneo potenciando, a la vez, su papel baricéntrico entre la Meseta o Región Central y el Levante Mediterráneo.

Una vez superada la "fractura" entre el Corredor del Mediterráneo y Andalucía oriental (Murcia-Almería y Murcia-Granada), la conexión Valencia-Córdoba-Sevilla completaría el tramado infraestructural de la Región de manera especialmente favorable para la posición de Córdoba.

c) Vinculación con la Región Central.

A largo plazo, el crecimiento de Toledo como polo exterior de la Región Metropolitana Madrileña y Ciudad Real, tienden a conformar un nuevo Corredor, cuya potencialidad ha sido ya detectada en documentos prospectivos de la Unión Europea, formulándose en el Plan Director de Infraestructuras de la Administración Central como eje potencial del sistema básico de ciudades de España.

Este Eje, apoyado sobre el trazado del AVE, presenta la ventaja frente al Eje Bailén-Ocaña, de vincular Córdoba con un rosario de ciudades medias en tiempos/distancia susceptibles de permitir el desarrollo de sinergías funcionales entre las mismas.

El sumatorio de estas acciones transformaría la posición de Córdoba como ciudad de paso o eslabón del Eje Madrid-Sevilla, en nodo de un sistema de ejes de relación con las áreas económicamente más dinámicas de España.

2.2.- Vertebrar el desarrollo de la ciudad en torno al Eje direccional de la Vega del Guadalquivir

El Plan General de 1986 diagnosticó como problema urbanístico de mayor repercusión estructural en la ciudad la desarticulación de las tramas urbanas. En virtud de ello formuló como objetivo director del planeamiento la "recomposición" interna de la ciudad a partir del aprovechamiento de los "recursos interiores y capacidades de acogida de los diversos usos en las distintas zonas de la ciudad". Para materializar este objetivo el Plan establecía dos modos de intervención:

  • Diseño de la Red Viaria de carácter local necesaria para asegurar la relación entre las piezas de la ciudad y la permeabilidad de las barreras históricas del río y del ferrocarril
  • La definición morfológica de las piezas de suelo vacante de localización intersticial o en contacto con los bordes urbanos.

El sumatorio de las acciones ejecutadas durante el periodo de vigencia del Plan ha supuesto una transformación cualitativa de la periferia urbana. El ferrocarril ha dejado de constituir la dramática barrera entre la ciudad y su periferia y es hoy en día un espacio de oportunidad para extender la centralidad hacia el Norte urbano.

Es probablemente en esta zona de contacto con el ferrocarril donde es más evidente el positivo efecto de recualificación urbana de los trazados ejecutados en virtud de las propuestas del Plan General vigente. Otro tanto puede constatarse en relación con la articulación entre el Centro y la periferia Sur y Este de la ciudad. La ejecución del Puente del Arenal, Polígono de El Santuario y borde fluvial del Barrio de Miraflores supone tanto la incorporación a la ciudad de piezas generadas desde una lógica de "aislamiento" territorial, como los primeros pasos en la redefinición de la relación entre ciudad y río.

El nuevo Plan General propone culminar la ejecución de las acciones propuestas en el Plan de 1986 que aún no se encuentran terminadas, compartiendo el criterio básico, de fortalecer la trabazón entre las piezas de la ciudad consolidada y la centralidad simbólica y funcional de la ciudad tradicional. Esto supone tres líneas de acción esenciales:

a) Crear una estructura viaria mallada que integre los paquetes residenciales periféricos y los nuevos crecimientos residenciales y productivos propuestos desde el Plan.

La estructura viaria actual se caracteriza por una excesiva dependencia del desarrollo urbano del eje longitudinal formado por la Ctra. de Palma del Río y la Ctra. de Alcolea, a los que se añade el eje perpendicular de la Avenida del Brillante sobre el que gravitan los crecimientos extensivos de vivienda unifamiliar. En la actualidad, el soterramiento del ferrocarril permitirá vincular ambos ejes conformando la espina dorsal norte de la ciudad.

La propuesta de estructura viaria del Plan General se apoya sobre las siguientes acciones:

  • Completar el mallado transversal iniciado con la construcción de la variante Oeste y de la variante Este (CN-432 a Badajoz). En tal sentido se propone:

- completar el trazado de la ronda de poniente hasta el límite Norte del crecimiento urbano; prolongar hacia el Norte en forma de bulevar, o remate urbano, la variante Oeste; y trazar una ronda de levante que conecte la Ctra. de Alcolea y la Autovía de Madrid envolviendo el polígono industrial de Las Quemadas.

  • Apoyar la construcción de la alternativa V de la Autovía de Madrid para transformar su actual trazado en un Eje distribuidor urbano sobre el que gravitar la localización de los enclaves de actividad logística, mejorando su permeabilidad de tal forma que se supere su actual condición de barrera urbana.
  • Integrar el entorno periurbano de baja densidad a la estructura de la ciudad, diseñando una serie de bulevares o paseos que articulen la periferia Norte y apoyen los nuevos crecimientos previstos. En esta línea, destaca la propuesta de un paseo Norte que cumpliría el doble papel de vía estructuradora a escala de barrio y alternativa a la espina dorsal principal Este-Oeste antes mencionada.

b) Potenciar el papel del Centro Histórico como ciudad habitable.

El Plan General contiene determinaciones para el ámbito del Conjunto Histórico, con un doble objetivo: garantizar la salvaguarda del patrimonio edificado y detener los procesos de declive funcional y pérdida de población, estableciendo las condiciones para que el Centro subsista no sólo como imagen emblemática o museo, sino como tejido vital de la ciudad.

Se concede también una importancia fundamental al tratamiento de los bordes de la Ciudad Histórica, en cuanto espacios de transición que deben asegurar la continuidad entre las nuevas áreas centrales y los tejidos tradicionales. Constituyen ámbitos idóneos para la localización de espacios públicos y equipamientos de rango ciudad.

c) Diseñar en continuidad con la ciudad consolidada una oferta de suelo residencial atractiva en precio y tipología para ofrecer una alternativa positiva al crecimiento residencial disperso en las parcelaciones ilegales de la Sierra y de la Vega.

 

En este sentido, se propone la creación de nuevos sectores de "ciudad-jardín" o vivienda unifamiliar de media densidad, que complementen la oferta disponible en tipología colectiva. Se pretende con ello, en primer lugar, corregir los costes medioambientales e infraestructurales que supone la tendencia a la conformación de un modelo extensivo y muy fragmentado de ocupación del territorio municipal que resultará insostenible a medio y largo plazo.

Es decir, los nuevos ensanches se conciben como una alternativa a la antes denominada "ciudad difusa". Además, se persigue alterar las pautas de localización de las parcelaciones ilegales sobre los espacios ambientales más valiosos del término municipal: sierra y Vega, hipotecando la conformación de una estructura urbana morfológicamente coherente y funcional y financieramente sostenible a medio plazo.

La superposición del plano de ocupación del territorio y de nuevos crecimientos permite evidenciar su carácter de operaciones de relleno, cierre de discontinuidades y remate de ciudad. Así como, la coherencia perseguida entre la nueva estructura urbana mallada propuesta y las nuevas extensiones residenciales. Con la propuesta del Plan la ciudad queda perfectamente delimitada hacia Poniente por la vía parque que materializa el cierre de la ciudad y el inicio del área de protección arqueológica de Medina Azahara.

Los principales crecimientos residenciales se localizan en la directriz de la Vega, en los polos de Poniente y Levante de la ciudad, complementándose con pequeñas operaciones de sellado en los bordes de las extensiones residenciales unifamiliares de El Brillante. En el sector comprendido entre la Autovía de Ronda y el meandro del río en el Cortijo del Arenal se propone la consolidación de las edificaciones productivas de mayor interés, rematando el tejido con la incorporación de residencia de baja densidad como transición hacía una amplia franja libre en contacto con el río, que configuraría un parque fluvial.

En la escala de los tejidos urbanos se plantea el problema de la adopción de las densidades más adecuadas para satisfacer el doble objetivo de crear ciudad y ofertar una alternativa al proceso de ocupación del territorio por parcelaciones residenciales que han desfigurado el paisaje agrícola original. Un análisis comparativo de los tejidos característicos de la ciudad de Córdoba nos permite extraer una serie de parámetros de referencia.

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Figura 10. Estructura viaria existente.

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Figura 11. Estructura viaria propuesta con la denominación del nuevo viario.

La organización morfológica de la Ciudad Histórica hace compatible una elevada tasa de ocupación del suelo, en torno al 60%, con la disposición de un tejido muy rico de espacios públicos articulados entre sí y el esponjamiento que suponen los patios de parcela. Las barriadas de los años cuarenta empobrecen este esquema al simplificar en exceso la estructura de espacios públicos y en reducir a la mínima expresión los espacios libres de parcela, sin embargo, es todavía reconocible la identidad del tejido urbano. Esta última cualidad se pierde en los desarrollos de vivienda colectiva en polígonos de edificación abierta de las décadas siguientes, reduciéndose la ocupación del suelo hasta del 20% lo que plantean serias dificultades de mantenimiento de la sobreabundancia de espacios públicos sin una forma y función definida. Las unidades residenciales promovidas en desarrollo del Plan de 1.986 ponen el énfasis en la superación de ambas deficiencias (carencia de estructura espacial y baja densidad), adoptando morfologías basadas en la manzana que aseguran una mayor continuidad de los tejidos.

Sin embargo, el problema esencial viene planteado por la incontenible extensión de las áreas residenciales de baja densidad. Si la intensidad residencial del suelo en El Brillante es casi cinco veces inferior al Centro Histórico, (13%) desciende hasta el 4% en las parcelaciones más consolidadas de la Vega como La Gorgoja, generando un tejido híbrido que no alcanza cualidades estrictamente urbanas y cuya metástasis genera la denominada "ciudad difusa".

Los nuevos tejidos residenciales planteados desde el nuevo Plan General persiguen, por una parte asegurar las cualidades de continuidad urbana y adecuada inserción en la estructura urbana que ya planteaba el Plan de 1.986, pero, al tiempo, ofrecer una alternativa viable a los procesos de ocupación dispersa del territorio.

En este sentido, se diseñan como piezas complementarias de los tejidos existentes, respetándose la estructura de trazados como criterio organizador de las nuevas tramas. Se contempla, asimismo, el diseño de unidades vecinales con identidad y centros propios que aglutinen las dotaciones y servicios y un tejido mixto, en el que predomine la vivienda unifamiliar sobre pequeña parcela, al objeto de garantizar la "masa crítica" necesaria para hacer viables los equipamientos y servicios urbanos.

2.3.- Córdoba centro de Actividades Logísticas

El Plan Estratégico de la ciudad de Córdoba formuló como línea estratégica de desarrollo de su objetivo central: "potenciar la unidad como centro logístico que dinamice el desarrollo económico de sectores productivos provinciales. Esta línea estratégica representa la integración de objetivos de actuaciones complementarias para el desarrollo de los sectores productivos de la ciudad, con el nexo común de hacer de Córdoba un centro logístico del sur de España, relacionado tanto en las oportunidades que ofrece la ubicación geográfica, y dotación de infraestructuras de comunicación, como las potencialidades de productos autóctonos con proyección exterior, y la modernización y puesta en servicio de dotaciones de suelo, equipamientos universitarios, comerciales, feriales, etc."

Este objetivo es desarrollado desde el Plan General como uno de los argumentos clave sobre los que sustentar su propuesta de organización del territorio. La importancia concedida al sector logístico encuentra su justificación tanto en el plano estrictamente económico, como en el más específico de la ordenación urbana.

En el plano económico, la creciente importancia del sector logístico es consecuencia de las nuevas formas de la organización de la producción y los mercados. Como respuesta a la creciente competencia generada por los procesos de globalización y especialización de mercados y producción, las empresas tienden a fragmentar y externalizar funciones para reducir los costes externos al proceso productivo: técnicas de "just-in-time", y de reducción de stocks y almacenes.

Ello supone un incremento de las necesidades de desplazamiento de bienes y mercancías y una creciente importancia de las operaciones de almacenamiento, manipulación y transporte en la estructura de costes del producto. Su reducción mediante la creación de plataformas logísticas es por tanto una demanda funcional y un elemento favorable para la competitividad de las empresas. Además, se ha constatado una incidencia particularmente positiva del sector logístico sobre la generación de empleo directo e indirecto, así como un efecto de arrastre sobre la localización de empresas para las que resulta estratégica una buena salida de sus productos.

Desde el punto de vista urbanístico, el sector logístico agrupa al conjunto de actividades y operadores que intervienen en el proceso de abastecimiento, almacenaje, manipulación y distribución de bienes. Desde el punto de vista del consumo de suelo debe constituir una actividad urbana específica, con una serie de rasgos diferenciales respecto de las actividades industriales:

  • Estrecha vinculación a la red de comunicaciones viaria, ferroviaria y aérea
  • Mayor sensibilidad a las sinergías y complementariedades entre especialidades del sector (plataformas logísticas)
  • Mayor sensibilidad a las economías de aglomeración.

Ello determina que los centros de transporte de mercancías no deban ser considerados como infraestructuras aisladas, sino como plataformas especializadas que deben integrase en complejos interrelacionados.

Como ha sido ya señalado, la conexión por autopista y alta velocidad con Málaga posibilita un vínculo adicional con el puerto de Algeciras. Hasta el momento la única zona de actividades logísticas de ámbito de captación supralocal identificada en los planes de infraestructuras de escala nacional es la constituida por el triángulo Puerto de Algeciras, Bahía de Cádiz y Sevilla. Sin embargo, el efecto combinado de las nuevas infraestructuras de transporte de estructura radial, centro logístico y aeropuerto pueden configurar a medio plazo Córdoba como centro logístico regional, orientado no sólo hacia Andalucía, sino también hacia las regiones interiores de España.

a) Centro Logístico de El Higuerón

La propuesta del nuevo Plan General contempla la potenciación del área de El Higuerón como área principal de actividades logísticas, apoyada sobre la estación de clasificación de mercancías de RENFE. La proximidad entre las plataformas de transporte ferroviario y la nueva ubicación de un centro de transporte por carretera facilitará el desarrollo de operaciones de intercambio modal, así como las operaciones no físicas de gestión y organización del transporte.

b) Area Logística de Levante

La Zona Logística de Poniente se complementa con la previsión desde el Plan de localizaciones idóneas en Levante de tal forma que pueda configurarse a medio y largo plazo un nuevo eje de actividades logísticas. Este se articula sobre piezas de diversa escala y funcionalidad, tanto existentes como proyectadas:

  • Las piezas de funcionalidad urbana gravitan sobre la antigua N-IV, transformada en vector del crecimiento oriental de la ciudad. En el entorno de este eje se localizan en la actualidad la Universidad e importantes áreas productivas. El Plan propone la ubicación del Recinto Ferial y Palacio de Congresos y el Parque Empresarial y Tecnológico asociado a la Universidad.
  • Las piezas de funcionalidad interurbana (Sistema Técnico de Infraestructuras) gravitan sobre la Autovía E-5. La construcción de la Alternativa V de la Autovía permitiría transformar el actual trazado en un distribuidor de carácter urbano particularmente adecuado para albergar funciones logísticas.

 

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Figura 12. Análisis comparativo "figura-fondo" de tejidos urbanos característicos de la ciudad consolidada.

 

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Figura 13. Morfología de las nuevas extensiones residenciales propuestas.

 

 

 

Lunes, 29 Julio 2013 08:03

Fiesta de los Patios de Córdoba 2013

ACCESIBILIDAD EN LOS PATIOS PARA PERSONAS CON DIVERSIDAD FUNCIONAL

La declaración por la UNESCO de los Patios de Córdoba como Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad refuerza la necesidad de facilitar el acceso y disfrute de ese bien a toda la población. Es necesario, y es nuestro objetivo, avanzar en las iniciativas que faciliten la participación de las personas con diversidad funcional. Con este fin, se habilitarán medidas y recursos que, siendo positivas para todos, se destinan específicamente a promover la participación de Personas y Colectivos de Personas con Discapacidad en la Fiesta de los Patios de Córdoba 2013.


Visita libre (del día 8 al día 19 de mayo)
La visita a los Patios de Córdoba es libre y gratuita. Cualquier persona o grupo que lo desee puede pasear por la ciudad y visitar los Patios durante la Fiesta, que en esta edición 2013 se celebra del 8 al 19 de mayo ambos incluidos. Ahora bien, será necesario disponer de unos pases gratuitos durante los días viernes, sábados y domingos (10, 11, 12, 17, 18 y 19 de mayo). Enlace de referencia: http://patios.cordoba.es/index/cont/pag/grupos/qid/12.

La relación de los patios y su valoración en accesibilidad para silla de ruedas se presenta al final de esta nota y en el siguiente enlace: http://goo.gl/maps/ojGNw. El visitante es responsable del apoyo personal o de la asistencia que necesite.


Visita en grupo programada (días 8, 9, 13, 14, 15 y 16)
Dadas las especiales características del entono de referencia, la confluencia de numerosísimo público, la limitación del espacio de aparcamiento (para vehículos de transporte colectivo adaptado) y la heterogeneidad de las adaptaciones y necesidades de los colectivos, desde la Oficina para la Accesibilidad se coordinarán VISITAS DE GRUPO PROGRAMADAS. Se trata de satisfacer el interés de pequeños grupos de visitantes con necesidades funcionales diferenciadas en unas condiciones razonablemente ajustadas a las dimensiones del espacio de los patios y características del entorno. Todo esto requiere de unas medidas, adaptaciones o recursos que se describen a continuación.

DÍAS Y HORARIO: la iniciativa de visita programada se realizará los días 8, 9, 13, 14, 15 y 16 del próximo mes de mayo (se han excluido del calendario los días viernes, sábados y domingos). El horario será de 11:00 a 14:00 horas, en turno de mañana, y de 18:00 a 22:00, en turno de tarde.

MERO COMPONENTES GRUPOS: 10 personas. No obstante, se entiende como una referencia flexible, dada la confluencia de diversos factores (necesidad de personal de apoyo, plazas útiles del transporte colectivo adaptado, entre otros); igualmente, se considera que 5 debe ser el número máximo de personas en silla de ruedas. La entidad o colectivo es responsable del apoyo personal y material necesario para el desplazamiento en vehículo, itinerarios de acceso a los patios y visita en ellos.

RECURSOS MATERIALES:
• Rampas tipo mueble, fijadas temporalmente al suelo y retiradas tras la fiesta. Esta solución permitirá un acceso cómodo, seguro y autónomo a TODAS las personas. Por tanto se considera un elemento funcional para toda la población, especialmente útil para las personas con movilidad reducida, integrador y con escasísimo impacto visual para el entono.
• Espacios reservados para aparcamiento de vehículos de transporte colectivo adaptado en el entorno próximo y protocolo de actuación para facilitar el acceso de los vehículos al estacionamiento. Cuando el aparcamiento no sea posible, se facilitará espacio necesario para embarque y desembarque de los usuarios.
• Texto de referencia sobre los patios para su transcripción al sistema braille, locución mediante programas de voz u otros e interpretación a la Lengua de Signos Española.
• Folleto general de la Fiesta de los Patios con especificación de su accesibilidad para sillas de ruedas.

RECURSOS HUMANOS:

• Intérprete de Lengua de Signos Española.
• Voluntarios. Información en http://patios.cordoba.es/index/cont/pag/voluntariado/qid/13


Información, solicitudes y coordinación de las visitas programadas en grupo


Oficina para la Accesibilidad
Avda. Medina Azahara s/n. 14071
Tef. 957 222750 Ext. 2286 y 2287
Delegación de Movilidad, Accesibilidad y Transportes del Ayuntamiento del Córdoba

Oficina para la Accesibilidad:
Correo-e: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

 

Relación de patios y valoración en accesibilidad para silla de ruedas

Zona Alcázar Viejo
• Postrera, 28. En concurso. No Accesible.
• Duartas, 2. En concurso. Accesible.
• San Basilio, 50 (Sede Amigos de Los Patios). Fuera de concurso. Accesible
• San Basilio, 22. En concurso. Accesible.
• San Basilio, 20. En concurso. Accesible
• San Basilio, 17. En concurso. Practicable.
• San Basilio, 15. En concurso. No accesible.
• San Basilio, 14. En concurso. Practicable.
• Martín de Roa, 2. En concurso. Accesible.
• Martín de Roa, 7. En concurso. Accesible.
• Martín de Roa, 9. En concurso. Accesible.

Zona Judería
• Plaza Ramón y Cajal (Subdelegación de Defensa). Fuera de concurso. No accesible.
• Sánchez de Feria, 6 (Archivo Municipal). Fuera de concurso. No accesible.
• Judíos, 6. En concurso. No accesible.
• Judíos, s/n o Averroes, 12 (Zoco de Artesanía). Fuera de concurso. Accesible.
• Céspedes, 10. En concurso. No accesible.
• Samuel de los Santos Gener, 9 (Casa Árabe). Fuera de concurso. Accesible.
• Martínez Rücker, 1. En concurso. Practicable.
• Rey Heredia, 22. Fuera de concurso. Accesible.

Zona San Pedro - Santiago
• Maese Luís, 9. En concurso. No accesible.
• Maese Luís, 22. En concurso. No accesible.
• Plaza del Potro (Posada del Potro). Fuera de Concurso. Accesible.
• Carlos Rubio, 5. En concurso. No accesible.
• Don Rodrigo, 7. En concurso. No accesible.
• La Palma, 3. En concurso. Practicable.
• Aceite, 8. En concurso. Accesible.
• Siete Revueltas, 1 (Casa de la Campanas). Fuera de concurso. No accesible.
• Agustín Moreno, 43. En concurso. Accesible.
• Tinte, 9. En concurso. Accesible.
• Barrionuevo, 22. En concurso. No accesible.

Zona Regina Magdalena
• Conde de Arenales, 4. En concurso. No accesible.
• Pedro Fernández, 6. En concurso. Accesible.
• Plaza de Orive, 2. Fuera de concurso. No accesible.
• Manchado, 6. En concurso. No accesible.
• Diego Méndez, 11. En concurso. No accesible.
• Duque de la Victoria, 3. En concurso. Practicable.
• Gutiérrez de los Ríos, 33. En concurso. No accesible.
• Plaza de las Tazas, 11. En concurso. No accesible.
• Isabel II, 1. En concurso. No accesible.
• Isabel II, 25. En concurso. No accesible.
• Alfonso XII, 29. En concurso. No accesible.
• Pedro Verdugo, 8. En concurso. No accesible.
• Escañuela, 3. En concurso. No accesible.

Zona Santa Marina - San Andrés
• Chaparro, 9. En concurso. Accesible.
• Chaparro, 3. En concurso. No accesible.
• Marroquíes, 6. En concurso. No accesible.
• Tafures, 2. En concurso. No accesible.
• Zarco, 15. En concurso. No accesible.
• Plaza de Don Gome (Palacio de Viana). Fuera de concurso. Accesible
• Ocaña, 19. En concurso. No accesible.
• Parras, 5. En concurso. No accesible.
• Parras, 6. En concurso. No accesible.
• Parras, 8. En concurso. No accesible.

Zona San Lorenzo - San Agustín
• Juan Tocino, 3. En concurso. Accesible.
• Pastora, 2. En concurso. Practicable.
• Pozanco, 6. En concurso. No accesible.
• Pozanco, 21. En concurso. No accesible.
• Custodio, 5. En concurso. No accesible.
• Guzmanas, 4. En concurso. No accesible.
• Guzmanas, 2. En concurso. No accesible.
• San Juan de Palomares, 11 (Sede Asociación Claveles y Gitanillas). Fuera de concurso. Accesible.
• San Juan de Palomares, 8. En concurso. No accesible.
• Alvar Rodríguez, 11. En concurso. No accesible.
• Trueque, 4. Fuera de concurso. No accesible.

 

 

Lunes, 29 Julio 2013 07:12

Normativa y Buenas practicas

Normativa (relación no exhaustiva):

Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración Social de los Minusválidos.

Ordenanza Municipal sobre eliminación de barreras arquitectónicas, urbanísticas, en el transporte y en la comunicación. (1994).

Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad.

Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, Aprobación del Código Técnico de la Edificación.

Real Decreto 1544/2007, de 23 de noviembre, por el que se regulan las condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los modos de transporte para Personas con Discapacidad.

Decreto 293/2009, de 7 de julio. por el que se aprueba el reglamento que regula las normas para la accesibilidad en las infraestructuras, el urbanismo, la edificación y el transporte en andalucía.

Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y utilización de los espacios públicos urbanizados.

Real Decreto 173/2010, de 19 de febrero, por el que se modifica el Código Técnico de la Edificación, aprobado por el Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo, en materia de accesibilidad y no discriminación de las personas con discapacidad.

Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

ORDEN de 9 de enero de 2012, por la que se aprueban los modelos de fichas y tablas justificativas del Reglamento que regula las normas para la accesibilidad en las infraestructuras, el urbanismo, la edificación y el transporte en Andalucía, aprobado por el Decreto 293/2009, de 7 de julio, y las instrucciones para su cumplimentación.

Para más información puede consultar la web del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) a través del siguiente ENLACE. PINCHAR AQUÍ.

Guías de Buena Práctica:

¡¡Pregúntame sobre Accesibilidad y Ayudas Técnicas!!. IMSERSO

Propuestas para la Mejora de la Accesibilidad en la Organización, Convocatoria, Difusión y Realización de Actos Públicos Municipales. Ayuntamiento de Córdoba.

Documento Técnico sobre el Decreto Andaluz de Accesibilidad. Consejería para la igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía.

Para cualquier observación, recomendación o consulta puede ponerse en contacto con la Oficina para la Accesibilidad a través de los medios indicados en el apartado Contactar con la Oficina.

Lunes, 29 Julio 2013 07:04

Instituciones

Lunes, 29 Julio 2013 06:56

Colectivos

FAAS

Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas

APPSC

Asociación Provincial de Personas Sordas de Córdoba

FEAPS

Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual

FEPAMIC

Federación Provincial de Asociaciones de Minusválidos Físicos de Córdoba

ONCE

Organización Nacional de Ciegos de España

Entidades relacionadas con salud y discapacidad en Córdoba

Enlace externo: Servicios Sociales Municipales.

Miércoles, 18 Septiembre 2013 07:31

Enlaces

A continuación se mostrarán en los submenús los diferentes enlaces a organismos e instituciones referentes a Accesibilidad:

  • Colectivos
  • Individuales