2.1.2.1.- GEOLOGIA.
2.1.2.1.1. Encuadre Geológico.
En otros apartados del trabajo se comenta la diferenciación clara que presentan los terrenos del término municipal en tres zonas bien definidas, Sierra, Campiña y Vega, que desde el punto de vista geológico ofrecen los caracteres más acusados para establecer esa diferenciación.
La zona norte de los terrenos del término municipal, ocupados por la Sierra pertenecen a la Meseta, siendo Sierra Morena una de las grandes unidades morfoestructurales de la península. La zona sur, tres cuartas partes en extensión, pertenece a otra gran unidad peninsular, como es la depresión Bética. En este caso la Campiña y la Vega del Guadalquivir constituyen las unidades fundamentales de la depresión. En el municipio de Córdoba sólo se encuentran de manera parcial las tres unidades antes comentadas: Sierra Morena, la Vega del Guadalquivir y la Campiña cordobesa.
El dominio, origen y edad de los materiales que constituyen estas tres zonas es bien diferente en cada caso; a continuación se describe brevemente el carácter geológico de cada zona.
2.1.2.1.2. La Sierra (Sierra Morena).
El borde de la meseta se manifiesta aquí como una zona en donde es frecuente encontrar afloramientos de rocas antiguas, precámbrico y Cámbrico, de gran extensión, junto con manifestaciones de plutonismo y vulcanismo, en forma de bandas estrechas y alargadas, sobre todo en la región más septentrional.
Los materiales están afectados por plegamientos hercinianos, con una complejidad téctonica influenciada además por la intrusión de plutones graníticos, como se puede comprobar además por la presencia de una red de fracturas de distinta edad y una serie de filones de pórfidos graníticos.
En conjunto, los materiales de la zona de la Sierra poseen el carácter de antiguos, consistentes, en algún caso de tipo cristalino lo que hace que se comporten como zócalo frente a manifestaciones tectónicas posteriores (posthercinianas).
La edad de los materiales existentes varía, en la zona de la Sierra, desde el Precámbrico cristalino de Cerro Muriano hasta el Mioceno de carácter calcáreo que aparece como manchones al norte del casco urbano. Sin embargo, en la zona estudiada aparecen exclusivamente depósitos de edad Cámbrico, Carbonífero, incluyendo en este sistema los plutones graníticos, Triásico (Bunt) y Mioceno.
2.1.2.1.3. La Campiña (Depresión del Guadalquivir).
Los materiales de la Campiña son de dominio Alpino y su génesis e historia geológica están ligadas a la cordillera Bética. La depresión del Guadalquivir en su conjunto constituye la antefosa. La porción de campiña que pertenece al municipio se localiza en la zona central de la depresión, y posee aspectos significativos de ésta, como son el origen marino de los sedimentos, la gran potencia de éstos y ya en el borde más meridional del término la presencia de elementos alóctonos procedentes del ámbito de la cordillera Bética (olitostromas). El mecanismo de traslación de estos elementos alóctonos no puede ser más que como deslizamientos gravitatorios. Su edad de “mise en place” es Mioceno, ya que se encuentran intercalados entre los materiales de esta serie. Su importancia, dentro de los terrenos del término municipal es escasa en extensión, pero sin embargo son responsables de la presencia de elementos salinos.
La estructura de los depósitos de la Campiña es sencilla; el borde norte corresponde con la supuesta falla del Guadalquivir, Que no es tal, pues se ha comprobado que el zócalo de la Meseta se hunde suavemente a partir del escalón de la Sierra hacia el sur, ya en su zona central se depositan potentes series de sedimentos de facies marinas, blandas que enmascaran alguna que otra falla normal que afecta al zócalo. En los sectores en donde aparecen materiales alóctonos, sur de la zona estudiada., se dan complicaciones en la disposición estructural de carácter local por efectos de procesos de halocinesis secundaria.
La edad de los depósitos es casi exclusivamente Mioceno.
2.1.2.1.4. La Vega (Guadalquivir, Guadajoz).
Se pueden diferenciar igualmente los materiales ligados a los cursos de agua, puesto que su origen, disposición y características dependen de éstos. El Guadalquivir discurre en el contacto de la Campiña y la Sierra y su acción fluvial durante el Cuaternario se ha manifestado por una parte en una erosión indirecta del relieve del borde de la meseta, apareciendo una red fluvial secundaria de carácter erosivo sobre materiales duros y antiguos.
Por otra parte, los procesos de sedimentación se restringen a la aparición de niveles de terrazas y fluviales y a depósitos de tipo coluvionar que provienen de la desnudación del borde de la meseta, poniéndose en contacto entonces con los materiales aluvionares del río, y así en la zona del término municipal es frecuente encontrar los niveles de terrazas fluviales localizados en la margen sur del rió Guadalquivir, mientras que en la margen norte, los depósitos de coluvión enmascaran los niveles de terraza.
El río Guadajoz también presenta distintos niveles de terraza y cierta extensión en sus aluviales, aunque su importancia y magnitud es menor que en el caso anterior.
2.1.2.2. LITOLOGÍA.
Por las características de las tres grandes unidades ya citadas se puede hacer una descripción litológica haciendo tres grupos, en correspondencia con aquellas según sus características propias en el sentido más amplio y establecido algunas subdivisiones en cada grupo atendiendo a criterios petrográficos, estratigráficos o situacionales. Se obtienen los siguientes grupos de materiales según unidades:
Cuadro 2/23.
AGRUPACIÓN LITOLÓGICA SEGÚN LAS
GRANDES UNIDADES DEL TERRITORIO
PLUTÓNICAS |
Granitos | |
METAMORFICAS |
||
LA SIERRA |
PALEOZOICAS |
Cámbrico |
Carbonífero |
||
TRIÁSICAS |
Bunt |
|
MIOCENAS |
Calizas |
|
MIOCENAS |
Margas |
|
LA CAMPIÑA |
ALÓCTONAS |
Margas Miocenas |
Yesos Triásicos |
||
PLIOCENAS |
Conglomerados |
|
NIVELES DE TERRAZAS |
||
LA VEGA |
COLUVIONES+NIVELES DE TERRAZAS |
|
CONOS DE DEYECCIÓN |
||
ALUVIALES |
2.1.2.2.1. La Sierra.
A/. Formaciones Intrusivas.
(G) Granito. Por su composición se puede considerar como un granito de tipo normal que ha podido sufrir reacciones de asimilación de la roca caja, que hacia el oeste le dan un carácter más alcalino.
Los minerales principales son ortosa, cuarzo, plagioclasa y biotita; como accesorios destaca la mesa metálica y fluorita, incluidos en la única.
(PG) Pórfidos Graníticos. En este grupo se incluyen las rocas filonianas, tales como los pórfidos graníticos y el espato fluor (F). Los pórfidos graníticos están formados por cristales de plagioclasa caulinizada, cuarzo y ortosa como minerales principales.
B/. Formaciones esquistosas.
(K) Micacitas, Gneises y Anfibolitas. Complejo metamórfico constituido por micacitas de grado medio de metamorfismo, alternando con gneises microglandulares y anfibolitas. Las rocas más abundantes son las micacitas (moscovita y biotita)
La facies metamórfica es de tipo más intenso que las del resto de los materiales que les rodean.
(CA) Litoarcosas y Pizarras. Desde el punto de vista litoestratigráfico se pueden establecer cuatro grandes unidades, pero que a los afectos de este trabajo se pueden sintetizar en cuatro grandes grupos litológicos. La parte inferior de la primera unidad y la unidad superior son la carácter detrítico y se representan como litoarcosas y pizarras. Son pizarras arcillosas hematíticas con intercalaciones de areniscas arcósicas. La unidad superior que se incluye en este grupo son areniscas feldespáticas y cuarcitas blanquecinas, también de carácter arcósico.
(HP) Pizarras y Grauwacas. Los niveles superiores carboníferos aquí existentes, están formados por una serie alternante de pizarras y grauwacas más blandas y en algunos tramos fosilíferas.
C/. Formaciones cuarcíticas y conglomerados.
(CAg) Arcosas, Conglomerados y Microconglomerados. Otro grupo, este de carácter detrítico está formado por una arenisca morada de grano medio, conglomerados y microconglomerados cuya matriz es la propia arenisca, de gran variación granulométrica. La arenisca es una arcosa teñida de este color por los óxidos de hierro.
(Tg) Conglomerados y Areniscas. Se establecen tres grupos litológicos, el primero de ellos se refiere a un conglomerado basal carbonífero constituido por cantos angulosos, redondeados o muy redondeados de 3 a 20 cms de areniscas moradas cámbricas y algún canto de volcánicas. La matriz es areniscosa. En algunos puntos el conglomerado es de calizas azules cámbricas, con cuarcitas blancas, areniscas y pizarras
D/. Formaciones volcánicas.
(CAv) Volcánicas (Riolitas, Espilitas y Quedatofidos). El segundo grupo está constituido por un paquete volcánico de riolitas y queratófidos ferríferos, de color morado con niveles de pizarra intercaladas.
(Hv) Volcánicas (Traquitas). En concordancia con los estratos del grupo anterior aparecen dentro de la formación pizarroso-arenosa una serie de rocas efusivas de tipo ácido, intermedio y básico que producen resalte en el relieve. Son rocas volcánicas intercaladas en la serie sedimentaria, la más abundantes son traquitas, existiendo espilitas, todas riolíticas y queratifídicas.
E/. Calizas y dolomías.
(CAc) Dolomías, Calizas y Mármoles. De época Cámbrica y de carácter carbonatado, son los niveles formados de dolomías y calizas alternando con areniscas, margas y pizarras y algún nivel de volcánicas de tipo ácido (riolitas). Por metamorfismo de contacto con los granitos se transforman en mármoles.
En el contacto con los granitos, los materiales no carbonatados dan lugar a rocas metamórficas de tipo skarn, manteniendo el carácter detrítico que poseen.
F/. Formaciones biocalcareníticas y margosas del Mioceno.
(Mc) Biomicritas arenosas y recristalizadas, Areniscas calcáreas bioclásticas y Microconglomerados calcáreos bioclásticos. En la zona de la Sierra aparece exclusivamente el tramo calcáreo, inmediatamente encima de las rocas paleozoicas, como manchas extensas más abundantes hacia el borde sur de la Sierra.
Una serie representativa de muro a techo es: Conglomerado de cantos de caliza paleozoica, pizarras, grauwacas, etc. con ostreidos. Arenas sueltas con niveles compactos de lumaquela, Arenas compactas de grano grueso, bastante micáceas y algo calcáreas. Fauna muy abundante. Biomicritas y bioesparitas con abundante fauna.
2.1.2.2.2. La Campiña.
A/. Formaciones biocalcareníticas y margosas del Mioceno.
(Mc) Biomicritas arenosas y recristalizadas, Areniscas calcáreas bioclásticas y Microconglomerados calcáreos bioclásticos. Al este de Santa Cruz se encuentra un afloramiento del tramo calcáreo del Mioceno, formado por biomicritas arenosas – areniscas calcáreas bioclásticas.
(Mf) Arenas biocalcáreas, Margas verde-amarillentas y Biomicritas arenosas, Facies flyschoide (depósito alóctono). Otro de los grupos litológicos pertenecientes a las rocas alóctonas lo constituye una formación eocena-miocena de alternancia de arenas-areniscas blanquecinas y amarillentas, margas arenosas de color gris-verdoso, biomicritas, biomicriditas, bioesparitas arenosas en secuencia flyschoide.
(Mm) Margas y Margocalizas blancas de aspecto albarizoide (depósito alóctono). En contacto tectónico con la anterior formación se encuentra un tramo de margas y margocalizas, de aspecto albarizoide, con sílex con un menor carácter alóctono que los grupos litológicos anteriores.
(M) Margas arenosas y recristalizadas, Areniscas calcáreas bioclásticas y Microconglomerados calcáreos bioclásticos. Sin embargo, la mayor parte de los terrenos están formados por el potente tramo margoso, de carácter marino, cuya parte inferior corresponde a las denominadas “margas azules” que presentan una capa de alteración bastante importante dando lugar a un suelo agrícola profundo. Hacia las zonas superiores aumenta el contenido en arenas, de modo que hacia el techo se pueden localizar niveles de areniscas alternantes entre las margas. También aumenta el contenido en arcillas. El gran desarrollo del suelo agrícola y la alteración que presentan dificultad la observación de estos materiales en afloramientos frescos.
B/. Unidades alóctonas de la Depresión del Guadalquivir.
(Mb) Mezcla caótica de margas verdes, rojo-violáceas, Blanquecinas y Bloques de dolomía, calizas y margocalizas (depósito alóctono). El primer grupo litológico lo constituye el olitostroma propiamente dicho formado por una masa heterogénea y caótica de materiales de diferentes edades pero con un gran predominio de sedimentos margosos. Se halla recubierto por un espeso suelo y derrubios de series suprayacentes. Son margas verdes, pardo-socuras, con bloques de caliza, dolomías, yesos, jacinto, ofitas, etc., formando una masa plástica y dislocada.
C/. Conglomerados y areníscas triásicas y margas rojo-violáceas.
(Tk) Margas rojo-violáceas, Yesos y Sales (Keuper). El último grupo litológico se diferencia bastante bien de los anteriores al estar formado por depósitos alóctonos del Trías -keuper- que destaca del olitostroma en afloramientos de dimensiones variables de margas abigarradas con jacintos y masas yesíferas muy cargadas de sales, en especial de ClNa.
(Tg) Conglomerados y Areniscas. Los afloramientos de estas rocas son muy escasos y de muy pequeña extensión. Pertenecen exclusivamente a la facies conglomerática del Bunt. Está formado por cantos de cuarcita redondeados, de tamaño variable, heterométricos en su disposición vertical y cementados por una matriz arcilloso-arenosa.
D/. Formaciones aluviales del Plioceno.
(Pl) Conglomerados, Gravas, Arenas y Limos rojos. La extensa raña que con carácter regional cubre buena parte de la zona centro-sur de la cuenca del Guadalquivir, aparece dentro del término municipal con escasa representación. Está constituida por cantos de cuarcita rodados, esquistos y pizarras redondeados y aplanadas. La matriz está formada por arenas de cuarzo y limos rojos.
2.1.2.2.3. La Vega.
A/. Niveles de Terraza.
(QT1) Nivel de Terraza 1 y (QT2) Nivel de Terraza 2. Conglomerados, Gravas, Arenas y Arcillas. Los niveles más antiguos de terrazas están formados por conglomerados y gravas sueltas en una matriz arenosa o limosa. Aquí es frecuente encontrar colores rojizos o rojos oscuros por alteración y formando costras duras.
(QT3) Nivel de Terraza 3. Conglomerados, Gravas, Arenas, Limos y Arcillas. La terraza más baja está formada por gravas poco cementadas de cantos de tamaño medio, con areniscas y lodos.
B/. Coluviones.
(Qcd) Conos de Deyección. Depósito caóticos de régimen de arroyada formados por cantos de caliza en una pasta margosa-arcillosa. Poco consolidados.
C/. Formaciones aluviales del Plioceno.
(QAL) Aluvial, Conglomerados, Gravas, Arenas, Limos y Arcillas. Gravas de cantos medios a gruesos, redondeados, totalmente sueltos de composición muy variable, arenas sueltas y limos.
Se presentan junto a las formaciones aluviales localizadas en La Campiña (punto D/.) de la misma época.
2.1.2.3. MORFOLOGIA.
En la descripción del relieve se ponen de manifiesto aún más las diferencias entre las tres grandes unidades ya conocidas. El origen del relieve actual es complejo, por una parte las diferencias litológicas condicionan en principio los procesos del modelado, pero además hay razones estructurales y tectónicas que condicionan la formación de la depresión del Guadalquivir y su relación con el borde la Meseta. Por último las condiciones climáticas que influyen en la dinámica fluvial, especialmente desde finales del Plioceno dan las pinceladas últimas en el modelado que aparece actualmente.
A los efectos del Análisis del Medio Físico del término municipal se describen a continuación los rasgos del relieve más importante de cada una de las macrozonas.
2.1.2.3.1. El relieve de La Sierra.
Las cotas más altas llegan casi a los 700m (Cerro de los Arboles 693m) y la mayor de la zona de la Sierra está por encima de los 400 metros lo que indica un desnivel de 200 a 300 metros sobre la vega del Guadalquivir; esto nos da una primera idea referente a las fuertes pendientes existente en las laderas que dan hacia la vega, así en menos de dos Kilómetros se asciende 300 metros. Sin embargo, las fuertes pendientes no son una carácter exclusivo de las laderas que miran hacia la vega del Guadalquivir, sino que se dan prácticamente en todas las vertientes de los ríos que circulan en la Sierra, especialmente en el Guadiato y en menor medida en el Guadalmellato, así como en los muy abundantes barrancos de torrentes.
La acción fluvial produce unos incisivos valles en V, muy profundos y espectaculares cuando los materiales son duros, como ocurre en las zonas metamórficas e ígneas. Las rocas carboníferas, algo más blandas, poseen grandes valles en V pero no tan incisivos como los anteriores.
Este efecto de escalón degradado por la red fluvial que ofrece el borde de la Sierra se hace más tendido en la zona próxima el casco urbano de Córdoba como una extensa rampa de pendiente uniforme que se aprovecha para el crecimiento urbano, y que debe tener un origen en una suave depresión en la escarpada línea de costa miocena, que posteriormente se ve ocupada por la deposición de calizas y actualmente erosionada en parte y en parte rellena por los coluviones que enlazan insensiblemente con los niveles de terrazas más bajas de la vega.
No obstante la tónica dominante del relieve estriba en la continua degradación de las laderas de la Sierra por una red de barrancos por los que se organiza una red fluvial muy erosiva, responsable de las fuertes pendientes de las vertientes.
En las zonas culminantes (por encima de los 400 metros) se pueden encontrar algunas áreas más o menos llanas u horizontales en grandes, aunque su microrelieve sea muy variado, tanto por procesos de erosión diferencial como por los condicionantes litológicos y del intenso plegamiento que han sufrido estas rocas de la Sierra.
Hacia el Este en el curso del Guadalmellato la energía de relieve es menor, con cotas en torno a los 250-300 metros, debido a que la litología es más blanda y los procesos de erosión se han dejado sentir con más intensidad, pero aún así la degradación de las laderas por los barrancos sigue siendo el carácter más importante.
2.1.2.3.2. El suave modelado de la Campiña.
El relieve de la Campiña se debe fundamentalmente a la litología, de materiales eminentemente blandos como son las margas y limos arenosos sobre todo en las capas superficiales profundamente alteradas por la erosión, de modo que la acción fluvial ha desnudado rápidamente estas formaciones rocosas hasta llegar a un equilibrio en el modelado de las vertientes. Este hecho ha determinado, junto con la evolución edáfica un aprovechamiento agrícola de esta región, que se ha traducido en una mecanización y laboreo que en áreas de un aprovechamiento integral del suelo cultivable suaviza todas las laderas, desapareciendo todo rastro de microrelieve, que en teoría debería de existir. En conjunto la mayor parte de la Campiña aparece como una superficie curvada con inflexiones positivas y negativas correspondientes a los pequeños cerros y vaguadas, pero nunca con bruscas roturas de pendiente o puntos de inflexión abruptos.
Además de estas continuas y suaves ondulaciones aparecen superficies llanas, horizontales o subhorizontales que corresponden a niveles de terraza o a depósitos de raña que se localizan siempre en las zonas más dominantes.
Dentro del término municipal, las cotas más altas se sitúan en torno a los 350 m. (Cerro de las Pilillas 362 m) y la mayor parte del terreno se localiza en las costas de 200 a 300 metros.
La tónica dominante aquí se refiere a las continuas ondulaciones que producen la alternancia de vaguadas y pequeños cerros alomados.
2.1.2.3.3. Las Vegas.
Las zonas de vegas hace referencia a las de los ríos Guadalquivir y Guadajoz. El relieve en estos casos se presenta como llanuras aluviales y niveles de terrazas separados en muchos casos por pequeños taludes y escarpes de terraza de escasa continuidad lateral.
Las superficies de las llanuras aluviales y los niveles de terrazas bajas se sitúan entre los 100 y 150 metros, dentro del municipio cordobés. La vega del Guadalquivir es la más ancha, hay sectores con más de 5 km. de borde a borde; la del río Guadajoz es más recoleta, un par de kilómetros en algunas zonas, pero en ellas se pueden apreciar mejor la topografía de escarpes y taludes entre los diferentes niveles de depósitos fluviales existentes.
2.1.2.4. PENDIENTES.
Se ha elaborado un mapa de pendientes a partir de las bases topográficas en escala 1:50.000 en el que se establecen cinco grupos que recogen no sólo el valor de las pendientes en una serie de intervalos establecidos, sino que además se ha tenido en cuenta para su elaboración el carácter geomorfológico existente en cada área. Se tiene entonces una cartografía orientativa de los tipos de relieve existentes.
Cuadro 2/24.
PENDIENTES
CLASE |
PENDIENTES (%) |
RELIEVE |
I |
0-5 |
Llanuras-Aluviales |
II |
5-10 |
Lomas-Superficies inclinadas |
III |
10-20 |
Ondulaciones-Vaguadas |
IV |
20-30 |
Zonas Montañosas-Barrancos |
V |
30 |
Zonas abruptas-Tajos |
2.1.2.5. CARACTERÍSTICAS GEOTECNICAS.
La toma de decisiones en materia de Ordenación Urbana, siempre que se pretenda que dichas decisiones estén bien fundamentadas, debe ir precedida de una información básica. Entre las materias que esta información debe considerar, están las relativas al medio físico. Este medio condiciona el desarrollo y las actividades cotidianas de la ciudad y su entorno de muchas formas. En este sentido, existe hoy, por ejemplo, una creciente conciencia en torno a protegerlo de la contaminación y otras agresiones que contra él se producen. La consideración del medio físico desde un punto de vista ecológico, que pueda expresarse a través de medios cartográficos, es hoy parte obligada a considerar en la elaboración de Planes de Ordenación Urbana. El suelo, aparte de cómo soporte físico para usos agrícolas y recreativos, es también el soporte de todas las construcciones y como tal influye en los aspectos económicos de toda decisión urbanística. El costo que suponen los terrenos problemáticos sobre las construcciones e infraestructuras es pagado por la comunidad y no se traduce en ningún servicio. Es una inversión inútil siempre que exista alguna posibilidad alternativa. Este sobrecosto inútil es además permanente una vez que se ha decidido la expansión de las construcciones en zonas problemáticas. Por otra parte, todavía más importantes y de valor incalculable son los riesgos para la población que se ubican en zonas peligrosas desde este punto de vista.
2.1.2.5.1. Fuentes de Información y Metodología.
Se trata en este apartado de dar una visión de conjunto de las características de los terrenos del término municipal frente a una serie de problemas que se presentan en la planificación, urbana y territorial, haciendo referencia especialmente a los aspectos constructivos, tanto de edificación como de obras de infraestructura, a los procesos y riesgos que pueden plantear y en fin, a una valoración de los terrenos según su incidencia en problemas geotécnicos propiamente dichos.
La información geotécnica es abundante y detallada, destacando el Mapa Geotécnico General a escala 1:200.000, de carácter regional y el Mapa Geotécnico para la Ordenación Territorial y Urbana de Córdoba, editado por la Dirección de Aguas Subterráneas y Geotecnia del Instituto Geológico y Minero perteneciente al Ministerio de Industria y Energía. De carácter local y a escala 1:25.000 se centra sobre todo en el casco urbano y áreas de desarrollo industrial próximas a la ciudad.
La metodología utilizada en este Estudio de Impacto Ambiental es básicamente la utilizada por el I.G.M.E. en la redacción de estos dos mapas, adaptándola a una zona de estudio de carácter intermedio entre los ámbitos de aquellos. Los criterios utilizados tienen por objetivo, dentro del análisis del medio físico, la elaboración de un mapa de condiciones constructivas de los terrenos que lleva implícita una valoración, y a la vez un grado importante de síntesis que permite compatibilizar el mapa obtenido con los de otros temas.
Con el conocimiento del ámbito geográfico de estudio y de los elementos que lo integran, se han analizado una serie factores que afectan a todo el conjunto: climatología, geomorfología, hidrología, aspectos geológicos globales, explotación de materiales para la construcción y riesgos geológicos. Asimismo se ha procedido de nuevo a la diferenciación en el territorio de las macrounidades consideradas, a saber, Sierra, Vega y Campiña para iniciar su estudio detallado. Se han analizado en apartados anteriores, sus características tectónicas y litológicas, indicando los diferentes materiales que las integran y su clasificación bajo el punto de vista constructivo. Seguidamente se han contemplado los aspectos geomorfológicos, tanto en sí mismo como en sus implicaciones frente a este mismo punto de vista; y, contenidas en el apartado siguiente, se pueden encontrar sus características hidrográficas e hidrológicas, con una valoración de las condiciones de permeabilidad y drenaje. Todos estos factores son determinantes de la aparición, real o posible, de riesgos geológicos naturales.
Para definir las propiedades constructivas de cada macrounidad, restaba consideras las características geomecánicas de los materiales que las componen. Dichas características han sido investigadas puntualmente por expertos de la Dirección de Aguas Subterráneas y Geotecnia del I.G.M.E. mediante sondeos, penetraciones dinámicas, calicatas y pocillos, por lo que hemos utilizado dicha información sintetizada de forma extensiva dada las limitaciones impuestas por las escalas de trabajo que nos hemos visto obligados a emplear.
Somos totalmente conscientes del complejo problema de pasar de valores puntuales a una valoración extendida, dificultad que se ve agravada cuando en determinadas zonas aparecen varios tipos litológicos y aún más, diferentes condiciones para la construcción, siendo éstas últimas precisamente las que realmente interesan en una obra puntual y concreta. Por consiguiente, se han contemplado de manera orientativa o valorativa los valores numéricos que definen las diversas propiedades mecánicas estudiadas cuanto mayor sea la homogeneidad de la zona geotécnica o, dicho de otro modo, cuanto menor sea la dispersión de los valores que aquí se incluyen y, por tanto, cuanto mayor sea la densidad de la obra realizada. Esto quiere decir que la realización de cualquier Anteproyecto o Proyecto debería ir acompañado de la consiguiente campaña de Investigación Geotécnica. El mapa de condiciones constructivas orienta sobre el grado de necesidad de la mencionada Investigación Geotécnica.
Siguiendo las directrices técnicas del Mapa Geotécnico para Ordenación Territorial y Urbana realizado por la Dirección de Aguas Subterráneas y Geotecnia del Instituto Geológico y Minero de España consideramos que una campaña de investigación geotécnica debe analizar para cada zona como mínimo los siguientes aspectos:
A/. Condiciones de cimentación.
En este apartado se engloban los conceptos siguientes:
• Presiones admisibles: son aquellas presiones de cimentación correspondientes a cargas verticales y centrales que garantizan la aparición de asientos absolutos medios inferiores de 2,50 cm en suelos granulares (gravas, arenas, limos arenosos) y 5 cm en suelos cohesivos (arcillas, limos arcillosos), valores determinados para zapata cuadrada de 1,50 X 1,50 m. Estos asientos son los que para edificaciones u obras ordinarias no suelen originar problemas derivados de distorsiones angulares excesivas.
• Problemas de cimentación: se indican el conjunto de problemas que pueden encontrarse al efectuarse cualquier tipo de cimentación. Su previo conocimiento ayudará al planteamiento de la campaña de Investigación Geotécnica y al diseño y construcción de la cimentación.
• Capacidad portante. Directamente relacionada con los dos factores anteriores hace referencia a la capacidad del suelo para soportar pesos, tales como edificios, carreteras, líneas de ferrocarril, etc.
l Potencial de contracción/expansión. Esta cualidad se refiere a dos parámetros fundamentales de los suelos: su elasticidad y su susceptibilidad a las deformaciones por cambios de volumen. El primero se refiere a la capacidad del suelo para volver a su volumen original después de la aplicación y retirada de su carga. Una vez sucedido esto, el suelo tiende a disminuir su volumen, el proceso se denomina contracción; si, por el contrario, el volumen tiende a aumentar, hablamos de expansión. El segundo parámetro establece relaciones como la comprensibilidad o retracción y la expansión o hinchamiento. Los cambios de volumen pueden suceder por causas naturales o por aplicación de cargas externas (CEOTMA, 1984)[1].
B/. Facilidad de excavación o Consistencia de los suelos.
Podríamos denominar también a este factor como consistencia, ya que nos referimos a las cualidades del suelo, de acuerdo a los atributos característicos de los materiales que lo componen, en lo referente al grado y clase de su cohesión y adhesión, es consecuencia, en relación a su resistencia a la deformación o rotura, a su mayor o menor dureza, en estrecha relación, al igual que los factores anteriores, con el agua del suelo o subsuelo. La consistencia del suelo trata de la intensidad y naturaleza de las fuerzas que mantienen a los agregados del suelo, mientras que la estructura base hace referencia a la forma, tamaño y definición de tales agregados (CEOTMA, 1984). Los terrenos se clasifican según la Norma Tecnológica de Edificación: Acondicionamiento del Terreno, Desmontes, Vaciados (NTE-ADV, 1976)[2], en los siguientes grupos: 1) Duro. Atacable con máquinas y/o escarificador, pero no con pico, como terrenos e tránsito, rocas descompuestas, tierras muy compactas; 2) Medio. Atacable con el pico, pero no con la pala, como arcillas semicompactas, con o sin gravas o gravillas; 3) Blando. Atacable con la pala, como tierras sueltas, tierra vegetal, arenas.
Cuando en la excavación se encuentran mezclados los terrenos se estable el porcentaje de cada uno de los tres tipos.
C/. Estabilidad/Inestabilidad de las pendientes y taludes.
La estabilidad de los materiales que constituyen una pendiente es una cualidad que expresa su mayor o menor tendencia a permanecer inamovible. Como opuesta, se enuncia la inestabilidad, que es el efecto contrario, es decir, la tendencia al desplazamiento o grado de susceptibilidad al movimiento (CEOTMA, 1984). Cuando la referencia es al movimiento, entendido como la rotura de una masa de terreno sometida a esfuerzos superiores a su resistencia al corte, puede considerarse como un proceso: «un movimiento en masa es un conjunto de procesos por los cuales los materiales terrestres, en ocasiones previamente afectados por procesos de alteración, se mueven por la acción de la gravedad» (WAY, 1973)[3].
La importancia de la estabilidad es grande, ya que los riesgos de desprendimientos y movimientos en masas imponen, o deben imponer fuertes limitaciones al desarrollo de las actividades constructivas y a la asignación de usos al suelo. Las caídas de bloques son particularmente sensibles en los alrededores de los terrenos con fuertes pendientes, existiendo siempre estas zonas un inherente riesgo de caídas de materiales.
Los taludes naturales se deben observar sobre el terreno y se señalar los factores que pueden que pueden degradar su estabilidad. El análisis de estabilidad de taludes artificiales pueden hacerse por alguno de los múltiples métodos que existen. En una primera aproximación, y a modo de ejemplo, bajo el término estable se pueden englobar los terrenos que admiten taludes 1,5/1 (H/V) para alturas de unos 6 metros sin mayor problema e inestables los que no lo admiten.
2.1.2.5.2. Análisis y comentario de las características geotécnicas de las macrounidades territoriales.
Las acciones urbanísticas que afectan a todos los factores del medio ambiente en el área donde se desarrollan producen efectos inducidos de riesgos naturales cuando no son objeto de una correcta regulación o planificación. Efectos que se unen a los no inducidos por la actividad humana. Ambos se constituyen en factores condicionantes del desarrollo urbanístico. Cuando no se respetan o tienen en cuenta en la localización de estas actividades suelen manifestarse en daños a los bienes o mucho pero, a las propias personas.
En este sentido, en proceso de urbanización de una determinada zona se presentan una serie de variables que condicionan o limitan la construcción. Hoy en día estas limitaciones están ampliamente dominadas por la técnica; ingenieros y arquitectos poseen los instrumentos necesarios para superarlas. Algunas veces estos condicionantes físicos se eliminan con la aplicación de medidas correctoras, otras veces sólo se consiguen disminuir los riesgos que infringen estos condicionantes. No obstante, la condiciones del suelo o del suelo han sido infravaloradas en numerosas ocasiones con los consiguientes costes para el mantenimiento de las edificaciones y las infraestructuras, amén del deterioro ambiental infringido.
Así pues, consideramos que siempre se deberían inventariar y localizar las zonas donde se van a localizar los procesos edificatorios de modo que se produzca una adecuación de la clasificación del suelo y los parámetros constructivos para su desarrollo urbanístico con las condiciones topográficas y características de los terrenos y del medio físico en general, de manera que las disposiciones urbanísticas teóricas establecidas en los instrumentos de planeamiento no varíen de las desarrolladas posteriormente en la práctica por las exigencias topográficas o por las condiciones de riesgos.
La abundante y excelente calidad de la información geotécnica de que se dispone obvia la necesidad de repetir aquí mapas geotécnicos sectoriales, por lo que sólo se comentarán los principales problemas geotécnicos existentes en cada una de las tres macrozonas, considerándose el mapa de condiciones constructivas como una síntesis valorada de toda la información geotécnica consultada. Además del Mapa de CONDICIONES CONSTRUCTIVAS DE LOS TERRENOS, también se pueden considerar como mapas de referencia el Mapa LITOLÓGICO y el Mapa de PENDIENTES.
A/. La zona de la Sierra.
La Sierra presenta las características geotécnicas más variadas de todo el término municipal. Las variadas litologías presentes así como los factores de hidrología y morfología antes comentadas son responsables de los diversos tipos de problemas y condiciones geotécnicas existentes.
En conjunto los materiales de la Sierra presentan una elevada capacidad de carga, ya que son rocas que han sufrido procesos metamórficos o diagenéticos que las confieren cierta dureza y compacidad; por el contrario los esfuerzos tectónicos a que han estado sometidas producen cierto grado de fracturación que afecta negativamente a esta capacidad portante.
Los procesos de alteración de la capa más superficial disminuyen estas buenas condiciones originales, apareciendo problemas de tipo geomorfológico, derivados de las fuertes pendientes existentes.
La confluencia de las problemas ya comentados por los derivados de una especial dinámica hidrológica dan lugar a procesos y riesgos geológicos que se pueden resumir en dos tipos: Deslizamientos y Erosión activa.
Los deslizamientos en estas zonas han de entenderse como un proceso mixto en el que intervienen tanto el desprendimiento de bloques como deslizamiento propiamente dicho. Se producen en zonas con cierta pendiente en la que existen variedades litológicas entre estratos duros, poco alterables junto con otros más blandos y alterados (pizarras) afectados todos ellos por una red de diaclasado o de fracturas por donde es posible la infiltración del agua que con su afecto lubricante hace perder la estabilidad de los materiales. La caída de bloques es una proceso típico de los barrancos serranos con fuertes pendiente, mientras que los deslizamientos grandes hay que considerarlos como un riesgo, aunque a menor escala ya se producen.
En general, dentro de la zona de la Sierra se pueden distinguir tres tipos de áreas con caracteres geotécnicos distintos.
Por un lado están las rocas agrupadas dentro de las ígneas, metamórficas y volcánicas, con morfología suaves o llanas, resistentes a la erosión y con pocos recubrimientos, poseen una capacidad de carga muy elevada y en la práctica con inexistencia de asientos.
Por otra parte se tienen a las rocas cámbricas y carboníferas, también en zonas llanas, más o menos tectonizadas y con recubrimientos por alteración, su capacidad de carga se considera de media a alta, con algún posible asentamiento según zonas, y problemas ligadas a la lajosidad o los recubrimientos.
Por último, un tercer grupo en donde independientemente del tipo de roca el factor decisivo es la morfología, que normalmente es muy marcada con unas pendiente muy acusadas. La presencia de abundantes procesos y riesgos son los factores geotécnicos más característicos
B/. La Vega.
Las características geotécnicas de la Vega son en conjunto de tipo medio, afectadas por una serie de problemas que se comentan a continuación.
En general, al capacidad de carga es media y los asentamientos también.
Los procesos y riesgos geológicos tienen especial transcendencia en esta zona, puesto que la mayor parte de los asentamientos urbanos e industriales, así como muchas otras actividades de desarrollan en esta zona. Se citan en primer lugar los procesos existentes en la franja de interacción Sierra – vega, como es el caso de los procesos de erosión-deposición de material en los conos de deyección de los torrentes de la Sierra, que durante períodos de fuertes precipitaciones erosionan de manera activa las vertientes de la Sierra y depositan los sedimentos al llegar a la vega por existir un cambio de pendiente que no permite el transporte del material. Estos aterramientos son poco frecuentes pero pueden afectar a caminos, edificaciones, etc..
Otro proceso que se da en esta franja es el producido por la karstificación de la biomicritas, calizas del Mioceno, que por procesos de disolución de los carbonatos forman oquedades y cavernas con el consiguiente riesgo para la edificación. Hay que señalar aquí que las calizas miocenas que se extienden como manchones por el borde de la Sierra y la vega es un material con deficientes características geotécnicas en todos los sentidos, no solamente por los riesgos que presenta, sino que además posee muy baja capacidad de carga y una capa superior alterada de carácter arcilloso muy poco fiable.
Los materiales sueltos y poco consolidados que en general existen en La Vega, poseen unas condiciones geotécnicas muy variables según el punto de localización, pero en conjunto se puede decir que cuanto más recientes son los materiales menor es sus capacidad de carga y mayores los asentamientos previsibles, así en el lecho mayor del río estos problemas se agravan con la presencia de agua a escasa profundidad sin embargo en los niveles más antiguos de terraza, cementados, la capacidad de carga puede ser muy elevada y con escasos asentamientos.
Dentro de la Vega podemos destacar otros riesgos geotécnicos que se proceso propios de la dinámica fluvial, que se manifiesta en la actividad meandriforme de los ríos, especialmente del Guadajoz, con erosión y desplazamiento del curso del río a través del cauce con riesgos para edificaciones y otras obras de infraestructura. Otro riesgo es la posibilidad de inundaciones por avenidas de los ríos. Afecta tanto en el Guadajoz como en el Guadalquivir a la zona más crítica es el lecho mayor del río que coincide aproximadamente con la llanura aluvial. Profundizaremos más en estos aspectos en el apartado concerniente a la hidrología que sigue a este.
C/. La Campiña.
Por su particular composición litológica, la Campiña presenta las condiciones geotécnicas más deficientes. Los mayores problemas tienen su origen en la gran plasticidad que presentan las arcillas, sobre todo la capa superficial que se encuentra alterada. Esta alteración puede llegar incluso hasta los 15 metros de profundidad, aunque por lo general a partir de los 8 ó 10 metros se puede encontrar roca no alterada. La capacidad de carga en las capas superficiales alteradas es muy baja, con asentamientos de bastante magnitud, para la roca fresca capacidad de carga es de tipo medio – alto y los asentamientos son de tipo medio.
Sin embargo, estas características se ven profundamente afectadas por la influencia que ejerce la presencia de agua, disminuyendo la resistencia de estos materiales en todos sus aspectos.
En estas condiciones es frecuente la existencia de riesgos y procesos geomorfológicos que se pueden englobar en dos tipos, como son los flujos de arcilla y los deslizamientos.
Los flujos de arcilla son deslizamientos de la capa más superficial del terreno que se producen cuando existen precipitaciones. Se dan en las laderas y superficies alomadas con una pendiente no muy elevada de modo que cuando masas de terreno poseen una alto contenido en humedad sufren procesos expansivos que originan una migración del material hacia las partes más bajas. Las zonas en donde más probable que este fenómeno ocurra están localizadas en el tercio inferior de las laderas en donde es más efectiva la acumulación de agua, tanto por la escorrentía superficial, como por la percolación a través de las grietas de desecación que hay en las arcillas. El efecto causado es el desplazamiento de grandes masas de sedimento con una velocidad que se ha estimado mayor de 1 metros al año, no son por tanto procesos bruscos, pero son responsables de la modificación de perfiles y taludes en ciertos tramos de carreteras y pueden afectar gravemente a las construcciones, por ligeras que éstas sean..
El segundo proceso que se da es el de los deslizamientos propiamente dichos, no son muy frecuentes pero hay que considerarlos como un riesgo importante. Los deslizamientos son movimientos bruscos de grandes masas de material, con superficies de despegue situadas a unos 10 metros de profundidad, y de forma cóncava como corresponde a los deslizamientos de ladera. Su origen está ligado a la presencia de agua, sobre todo la existente entre la roca sana y la capa alterada establecido un plano de anisotropía en esa zona que facilita el despegue. Pero además hay una pérdida de material en la base, por flujo de arcilla o por erosión del talud o la ladera, que en un momento determinado deja al descubierto la superficie de despegue, produciéndose entonces el deslizamiento.
Afectan a superficies de terreno relativamente reducidas, pero sus efectos erosivos y su imprevisible favor temporal los convierten en riesgos graves.
Tanto los flujos de arcilla como los deslizamientos de ladera se producen en la Campiña, localizándose preferentemente en los materiales arcillosos – margosos, sobre todo en las laderas con alguna pendiente de las “margas azules”, y siendo menos frecuentes en las formaciones superiores más compactas del Plioceno, así como en las formación alóctonas de la zona sur del término municipal.
2.1.2.5.3. Mapa de Condiciones Constructivas de los Terrenos.
Como resumen de la información geotécnica se establece una valoración extendida de las condiciones constructivas de los terrenos del término municipal; la valoración se hace en cinco grupos atendiendo a sus condiciones que son: MUY FAVORABLES, FAVORABLES, AVEPTABLES, DESFAVORABLES y MUY DESFAVORABLES.
Además de la valoración frente aun uso genérico de “construcción”, cada una de las áreas así definidas posee unas características geotécnicas propias y que son obtenidas al considerar conjuntamente factores litológicos, hidrológicos, geomorfológicos y geotécnicos propiamente dichos, además de la problemática que tenga cada uno, ya comentada, y con unas diferencias de matriz en cada una de las tres macrozonas: Sierra, Vega y Campiña.
Como interpretación del mapa de CONDICIONES CONSTRUCTIVAS DE LOS TERRENOS se describen a continuación cada una de ellas:
A/. Condiciones constructivas en La Sierra.
En la Sierra hay un dos pequeñas áreas donde las condiciones constructivas se consideran muy favorables, ya que son zonas con escasa pendiente, prácticamente llana, con substrato de muy alta capacidad de carga, sin asentamientos y prácticamente sin problemas de ningún tipo.
Las áreas favorables corresponden a materiales con las mismas características que en caso anterior, pero en ellas existe una morfología algo más acusada, con ligeras pendientes y algún microrelieve.
Las áreas con condiciones aceptables corresponden a relieves alomados en materiales con buena capacidad portante con algún asentamiento ligero o bien en donde es posible la existencia de pequeños problemas de tipo geomorfológico o litológico. Se incluyen además los depósitos de calizas miocenas con suaves pendientes que llegan prácticamente hasta la Vega, en este caso la valoración se debe a la capacidad de carga de tipo medio, con la existencia de posibles problemas de oquedades ya comentados.
En forma de manchones irregularmente repartidos se encuentran las áreas valoradas como desfavorables, ya sea por la elevada pendiente que poseen o por la existencia en ellas de procesos y riesgos de tipo geomorfológico, hidrológicos y erosivos. Se incluyen también las calizas con baja capacidad de carga y fuertes asentamientos.
La mayor parte de La Sierra se encuentra valorada como muy desfavorable; son las áreas afectadas por relieves muy acusados en donde son frecuentes todos los tipos de problemas descritos en apartados anteriores, independientes del tipo de substrato que posean.
B/. Condiciones constructivas de La Vega.
Los niveles de terraza, especialmente las más antiguas ofrecen las condiciones de tipo favorable. Son zonas llanas con buena capacidad de carga y prácticamente no están afectadas por problemas hidrológicos, aunque en algún caso existen pequeños problemas ligados a diferencias litológicas. En el Guadalquivir estas áreas son extensas con buena continuidad lateral y son las más ocupadas por el desarrollo de la expansión urbana. En el Guadajoz estas áreas se limitan a los niveles de terraza aislados con poca continuidad lateral.
Sin embargo, la mayor parte de la superficie de las vegas está valorada como aceptable, correspondiendo sobre todo a las llanuras aluviales, con capacidad portante y asentamientos de tipo medio, pero con problemas hidrológicos debido a la proximidad del nivel freático y sometida a riesgos de inundación y erosión fluvial.
En la vega del Guadajoz estos problemas se acentúan por la presencia de aguas selenitosas y una más baja capacidad de carga, lo que hace que se consideren sus condiciones constructivas como desfavorables.
C/. Condiciones constructivas de La Campiña.
Se consideran favorables aquellas áreas cuya composición litológica posee abundantes gravas y cantos bien cementados en las zonas llanas, prácticamente horizontales localizadas en la parte occidental de la Campiña. Poseen una capacidad de carga de media a alta con ligeros asentamientos y sin problemas importantes.
Cuando el espesor de estas capas cementadas disminuye o su extensión es pequeña sus condiciones constructivas se valoran como aceptables. Igual valoración se da a ciertos materiales localizados al sur de Santa Cruz, con una composición calcárea y pendientes suaves, con una capacidad de carga de tipo media – alta y asentamientos de valor medio. La extensión de estas últimas áreas no es muy grande.
La mayor parte de los materiales de composición arcilloso–margosa, constituyentes fundamentes de la Campiña presentan condiciones constructivas desfavorables, siendo frecuentes en estas áreas procesos de flujo de arcillas, riesgos de deslizamientos y existencia de arcillas expansivas que dan unas capacidades de carga bajas y asentamientos importantes.
Se incluyen además los terrenos arcillosos–yesíferos localizados al del Guadajoz y del Arroyo Salado, que presentan iguales caracteres geotécnicos y también los cerros con cierto relieve que pueden presentar problemas de tipo geomorfológico.
Como muy desfavorables se valoran las laderas con pendientes medias a fuertes que se dan en la zona arcilloso–margosa de la Campiña. También se incluyen los depósitos de fondos de valles y vaguadas, los materiales de carácter yesífero y salino y los cerros existentes en estos últimos materiales. En todos los casos la capacidad de carga es muy baja y son frecuentes los asentamientos. Los problemas de tipo litológico, hidrológico y geotécnico, ya comentados, se presentan con mayor frecuencia e intensidad en estas zonas. Los riesgos geológicos son elevados.